Desarrollo histórico (1834-1847) [^1]
Claustro de Doctores del 10 de noviembre de 1845
Presidido por el rector y con la asistencia de diez doctores. Congregados en la Capilla de Nuestra Señora de Loreto se celebró la misa del Espíritu Santo, y se procedió a la elección rectoral y computados los votos resultaron: seis por el doctor Fernando Díaz, cuatro por el doctor Juan José Caserta y uno por el doctor Juan Nepomuceno Cumplido, quedó canónicamente electo el primero de ellos, quien habiendo tomado la palabra se excusó de admitir el nombramiento por considerarse sin la suficiencia para desempeñarlo y sin mérito para obtenerlo, suplicando al Muy Ilustre Claustro se sirviese tomar su excusa en consideración, y nombrar a uno de los muchos individuos que eran dignos del cargo.
No se tomó en consideración la excusa del doctor Díaz, en virtud de lo cual dijo: que admitía el expresado nombramiento con la condición de que todos los señores doctores lo habrían de auxiliar con sus luces para poder obrar con acierto. Así se le ofreció, y enseguida prestó el juramento de estatuto en manos de su predecesor, quien le dio posesión de su asiento.
El mismo día se reunió el Claustro de Consiliarios, bajo la presidencia del nuevo rector y habiendo sólo tres de sus miembros, se procedió a nombrar viceconsiliario al doctor Juan Nepomuceno Camacho, y luego se eligieron los consiliarios para el próximo bienio, resultando por Teología los doctores Juan Nepomuceno Camacho y Jesús Ortiz, por Cánones los doctores Ignacio Medina y José Manuel Ramírez, por Leyes el doctor Francisco de Paula Verea, como religioso fray Miguel Díaz de Vivar, por Medicina el doctor Leonardo Oliva, y dada la ausencia de los catedráticos de Filosofía, quedó el doctor Pablo Gutiérrez.
Tras el juramento de estatuto, se dirigieron al Palacio del excelentísimo señor gobernador del Departamento Antonio Escobedo, para enterarlo de la elección del rector, a quien luego acompañaron hasta su casa.