Desarrollo histórico (1834-1847) [^1]

Claustro de Doctores del 8 de noviembre de 1837

Presidido por el doctor José Manuel Covarrubias como graduado más antiguo, y con la asistencia de doce doctores. En vista de que el Claustro de Consiliarios, de conformidad con la constitución 9ª, requería los votos de este Claustro para que se dispensara al rector vigente, el impedimento que de serlo le resultaba para entrar en la votación con los demás, que dicho Claustro Menor había propuesto, nombraron a los doctores José Manuel Covarrubias y José María Cano para que llevaran la palabra del mismo Claustro de Consiliarios.

Así tomó la palabra el doctor José Manuel Covarrubias, quien hizo ver los motivos que movieron al Claustro, más poderosos sin duda que los que hubo para reelegir varias veces al doctor José María Gómez y Villaseñor, con la diferencia tan notable de tiempo y circunstancias; las fundó sólidamente con una reseña del estado actual de la Universidad, de tal modo que el señor rector vigente, a pesar de la escasez de fondos, había gobernado la institución, cualidades y virtudes que posee y ventajas conocidas a toda luz que resultaron de que continuara su gestión. Por su parte el doctor Cano expresó que muy poco tenía ya que añadir a lo expresado por el señor Covarrubias, tan sólo hablaría de la dulzura y afabilidad con que el rector trataba a la juventud y que las razones que había para reelegirlo eran más fuertes que las que se tuvieron para prolongar por muchos años el rectorado del señor Gómez y Villaseñor. Así pues, se acordó la dispensa solicitada.

Luego presentó el señor Covarrubias el nuevo plan de estudios de la Facultad de Teología para leer el texto de Charmes, conformándolo con el pensamiento de santo Tomás de Aquino; se aprobó. Se concluyó con el nombramiento de una comisión para seguir estudiando el plan de estudios de Teología, que integraron los doctores Juan Nepomuceno Camacho, Francisco Luis Martínez y Mariano Guerra.