Los universitarios sin universidad

Toral Moreno, José Concepción

Nació en Lagos de Moreno, Jalisco, el 1° de febrero de 1891. Fueron sus padres la señora Rosa Moreno Fonseca y el médico y filólogo Pascual María Toral Ruiz.

De 1899 a 1900 realizó sus estudios elementales en el Colegio del padre Miguel Leandro Guerra, en su ciudad natal. En 1901 se trasladó a Guadalajara, donde se matriculó en la Escuela Anexa al Liceo de Varones del Estado de Jalisco, para cursar los niveles de secundaria y preparatoria.

Finalmente se decidió por la carrera eclesiástica, por lo que ingresó al Seminario Conciliar de Guadalajara, donde cursó Filosofía y el primer año de Teología. En septiembre de 1910 fue enviado a Roma, hospedándose en el Colegio Pío Latino Americano e ingresó a la Pontificia Universidad Gregoriana, donde se graduó en Teología y obtuvo el bachillerato en Sagrada Escritura, en el Instituto Bíblico de la misma Universidad. El 11 de abril de 1914 fue ordenado sacerdote por el cardenal Basilio Pompili, vicario papal en la urbe.

En 1914 se vio obligado a interrumpir sus estudios al estallar la primera guerra mundial, por lo que pasó a prestar sus servicios sacerdotales en Colombia, donde residió durante tres años.

En 1917 regresó a México y en 1918 fue nombrado vicario cooperador de la parroquia de San Miguel el Alto. En 1919 fungió como capellán del Templo de Nuestra Señora del Refugio en su ciudad natal, y simultáneamente fue profesor y director de una inspectoría del Seminario Conciliar de Guadalajara.

En 1920 se estableció en Guadalajara, ahí fue colaborador del padre José Garibi Rivera en la conducción de un colegio de la acjm e impartió la cátedra de Sagrada Escritura en el Seminario Mayor, entonces establecido en los anexos del templo de San Sebastián de Analco.

Al ser privado el Seminario de sus casas por el gobernador del estado de Jalisco José Guadalupe Zuno, en 1925 el arzobispo Francisco Orozco y Jiménez decidió que dirigiera a un grupo de seminaristas, para ir a estudiar a Roma, lo cual aprovechó para concluir sus estudios universitarios.

De 1925 a 1927 cursó la licenciatura en Sagrada Escritura en el Instituto Bíblico de la Pontificia Universidad Gregoriana, y recibió los grados de licenciado y doctor. Tras concluir su estancia en Roma, de enero de 1928 a mayo de 1930 fue superior de los seminaristas tapatíos en Bilbao, España.

Para el ciclo escolar 1930-1931 regresó a Guadalajara como profesor de Sagrada Escritura, y capellán del Templo de Nuestra Señora de Aranzazu. Durante 52 años –hasta 1972– impartió la citada cátedra de Sagrada Escritura en el Seminario Conciliar, además en varios ciclos escolares fue profesor de Latín, Griego y Hebreo Bíblico.

A la par de sus actividades magisteriales desarrolló su apostolado entre los obreros. Con el entonces presbítero José Garibi Rivera, promovió los sindicatos católicos, la Congregación Mariana y fundó el Club Hidalgo, ubicado en la calzada Independencia, para la formación y la recreación de los obreros.

El 23 de octubre de 1934 ingresó al Cabildo de la Catedral de Guadalajara como canónigo lectoral, el 31 de diciembre de 1958 ascendió a la dignidad de chantre, y el 7 de diciembre de 1962 a la de arcediano, la cual ejerció hasta su jubilación.

Como canónigo realmente se deleitaba de las grandes celebraciones litúrgicas, ocupaba su sitial en el coro catedralicio y se extasiaba en la interpretación musical de los salmos a falso bordón, en las primeras vísperas de las solemnidades. Hierático presidía las misas y las procesiones que le correspondían, o bien acompañaba como diácono de honor en la sede al primer cardenal mexicano. Nunca faltaba al coro y ya jubilado y sin ninguna obligación de asistencia, él seguía haciendo acto de presencia, así fuera discretamente sentado –agobiado por los años– en alguna de las bancas corales.

El 1° de mayo de 1950, el papa Pío XII lo nombró prelado doméstico y le otorgó el título de monseñor.

Los libros que publicó fueron: Manual del propagandista de la cnct (1923); El sindicato obrero y sus instituciones filiales (1923); Apuntes sobre la vida de San Pablo (1924); Meditaciones acerca de los deberes de la vida sacerdotal. Extractadas de la obra Saccerdos del R. P, A. Petit, S. J. (1932); xix centenario de la muerte de nuestro señor Jesucristo (1933); El agrarismo (1938); La eucaristía y la cuestión social (1938); Vida de nuestro señor Jesucristo según los cuatro Evangelios (1941); Paráfrasis dramática del Cantar de los Cantares (1943); Anotaciones a un artículo sobre la fecha del nacimiento de Cristo (1946); entre otras.

Sus colaboraciones sobre cuestiones bíblicas fueron en torno de la traducción de la “Biblia” del padre Agustín Magaña, pero sobre todo en sus eruditas notas exegéticas.

Los artículos y ensayos de su producción se publicaron en el Boletín Eclesiástico de la Arquidiócesis de Guadalajara, la revista Ábside y los periódicos El Obrero y Archivo Social, entre otros.

Fue presidente de la Comisión Nacional de la Fe, de la Conferencia del Episcopado Mexicano, y encaminó sus esfuerzos al ecumenismo con las otras confesiones cristianas.

Tras cumplir 70 años de vida sacerdotal, cincuenta y dos años de catedrático del Seminario Conciliar y 50 de canónigo de la Catedral tapatía, falleció en Guadalajara el 20 de agosto de 1984.

Sus honras fúnebres se celebraron en la Catedral y en el Seminario Mayor, donde las presidió su hermano el también canónigo Enrique Toral.

Juicios y testimonios

José Gracián Ordaz: “Incluso antes del Concilio Vaticano ii hubo sacerdotes que se adelantaron a estos tiempos de renovación, trabajando en la promoción humana y social, como el señor canónigo José Toral Moreno, animador del deporte para la juventud, así como otros que se preocuparon por los obreros y los empleados, por el desarrollo integral de la mujer […]”.


J. Jesús Madrid Torres: “El señor José Toral, intelectual de fina cepa, como suele decirse, por estar profundamente versado en los conocimientos bíblicos de su tiempo, lo vemos preocupado y acompañando a obreros y campesinos con las inquietudes novedosas, en favor de sus vidas. Ejemplar actitud […]”