Biografías por órden alfabético

Almeyda Medina, Clodomiro


Nació en Santiago de Chile, el 11 de febrero de 1923. Fueron sus padres el profesor universitario Manuel Almeyda y la señora Delia Medina Fritis.

Cursó en el Liceo Alemán la instrucción elemental y la preparatoria, la cual concluyó en 1939.

En 1940 ingresó a la Escuela de Derecho de la Universidad de Santiago y complementó su formación matriculándose en el curso especial de Filosofía de la correspondiente Escuela. Además asistió a un grupo de estudios, que semanalmente se reunía para analizar temas políticos y filosóficos, y en 1945 egresó de la Universidad.

Una vez desvinculado de sus deberes universitarios se dedicó de tiempo completo a la militancia en el Partido Socialista de Chile. Dirigió la sección Providencia, y fue secretario del Departamento de Estudios Técnicos, en 1948 fue electo miembro del comité central del Partido Socialista y se le reeligió hasta 1985.

En 1961 fue elegido diputado por Santiago al Congreso Nacional de Chile, y en 1965 integró la delegación de su país al Congreso Latinoamericano celebrado en Lima, Perú.

Durante la segunda administración del presidente de la república Carlos Ibáñez del Campo (1952-1958) fue ministro del Trabajo, pero ante las discordias surgidas en una elección parlamentaria entre el mandatario y su partido, renunció al ministerio.

Sin dejar de lado sus labores partidistas, impartió las cátedras de Economía Rural en la Escuela de Medicina Veterinaria, de Introducción a las Ciencias Sociales en la Escuela de Ciencias Políticas y Administrativas, la de Ciencias Políticas en la Escuela de Derecho, la de Economía en los cursos de posgrado de escolatina, y ganó por oposición la cátedra de Ciencias Políticas en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales.

Fue director de la Escuela de Sociología; se dedicó a la investigación y escribió su libro Sociologismo e ideologismo en la teoría revolucionaria. También fue colaborador del periódico Las noticias de última hora y sus artículos posteriormente fueron compilados y publicados en su libro Reflexiones políticas, además impartió varios cursos y conferencias en su país y en el extranjero.

Se manifestó contrario en la selección interna del Partido Socialista de la candidatura a la presidencia de la república del doctor Salvador Allende, pero al triunfar la Unidad Popular en 1970, fue designado ministro de Relaciones Exteriores.

En 1973 el pleno nacional del Partido Socialista decidió que debería integrar la Comisión Política y entonces renunció al Ministerio de Relaciones Exteriores. Durante el viaje del presidente Allende a Argentina, fue nombrado vicepresidente de la república. Ante las frecuentes crisis ministeriales del gobierno de la Unidad Popular, también fue ministro de Defensa, del Interior y nuevamente de Relaciones Exteriores, cargo que ocupó hasta el golpe militar del 11 de septiembre.

De 1973 a 1975 estuvo en varias prisiones militares. En enero de 1975 la Asamblea General de las Naciones Unidas obtuvo su libertad, y se exilió en Bucarest, Rumania.

Más tarde residió en México, donde fue investigador de la unam, en el Centro de Estudios Latinoamericanos.

Al constituirse la Unidad Popular en el exilio, fue nombrado secretario ejecutivo y pasó a residir en Berlín, dado que la sede estaría ahí. En 1979 fue electo secretario general del Partido Socialista en el exilio. Con el fin de propiciar el retorno de sus compatriotas a Chile, en 1984 se reunió en Roma con el cardenal y arzobispo de Santiago Raúl Silva Henríquez, y así buscar la reconciliación entre todos los chilenos.

Por primera vez visitó la Universidad de Guadalajara el 2 de diciembre de 1972, acompañando al presidente Salvador Allende. El 26 de febrero de 1975 estuvo nuevamente y pronunció su discurso “El fascismo amenaza de América”. El 24 de octubre de 1978 recibió el doctorado honoris causa de la Universidad de Guadalajara, y en septiembre de 1988 participó en las Jornadas de la Universidad de Guadalajara por la Libertad y la Democracia en Chile.

Regresó a Chile de manera sorpresiva el 24 de marzo de 1987, y se entregó a los tribunales, entonces fue relegado a Chile Chico, localidad del extremo sur del país. El 22 de diciembre fue condenado a la suspensión por diez años de sus derechos civiles y políticos, y el 18 de octubre de 1988 la Suprema Corte de Justicia lo puso en libertad.

Con motivo de su sexagésimo quinto aniversario de vida recibió la Orden de la Amistad de los Pueblos de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, la condecoración Karl Marx de la República Democrática Alemana, y la Orden de la Amistad de la República de Checoslovaquia.
En 1990 se restauró el sistema democrático en Chile, y entonces fue nombrado embajador en la Unión Soviética, y como tal recibió asilado en la embajada de Chile en Moscú, al exdirigente de la República Democrática Alemana Erich Honecker, quien luego viajó a Chile.

Los títulos de otros de sus libros son: Reencuentro con mi vida, Hacia una teoría marxista del Estado y Pensando a Chile.

El 25 de agosto de 1997 falleció en Santiago de Chile; el gobierno de su país decretó tres días de duelo oficial y sus restos fueron incinerados en el Cementerio General.

Juicios y testimonios

Raúl Padilla López: “Los jóvenes de Guadalajara se sienten motivados por el ejemplo de Clodomiro Almeyda, ya que solamente quien conoce todas las realidades, puede considerarse como hombre universal”.


Gilberto Rincón Gallardo: “Conversé [...] con un político sobre el que bien podía acuñarse un nuevo concepto para resumir en una palabra, sabiduría, modestia y amistad, pues se trata de algo más que una suma de cualidades”.


Jorge Enrique Zambrano Villa: “La Universidad de Guadalajara, al conceder el grado de doctor Honoris Causa a Clodomiro Almeyda, tiene en consideración y aprecio sus altas virtudes académicas, su sólida formación, su generosa trayectoria de hombre de letras y pensamiento, pero sobre todo su calidad de símbolo, de representante de todos aquellos quienes luchan por la liberación de Chile como hombre de combate, como infatigable contendiente, como demócrata, como socialista, como visible cabeza de su partido por el cual tenemos tanta y tan profunda afinidad; por su valentía personal, por todos los sacrificios, prisiones, persecuciones con que el régimen fascista de Augusto Pinochet ha querido doblegarlo, por su verticalidad y hombría, por el supremo ejercicio de acción y pensamiento en una vida dedicada a la libertad de su patria”.