Chávez y Pinedas, Felipe Galindo
Nació en el puerto de Veracruz de la Nueva España en 1632. Fueron sus padres los señores Pedro Galindo y Chávez y Lucía Pineda. Su padre, quien tenía el título de visitador de los caballeros de la Orden de Santiago, había sido nombrado corregidor de Zacatecas, donde Felipe pasó su infancia.
Muy joven ingresó a la Orden de Predicadores en el Colegio de Santo Domingo, en la capital del Virreinato. El 11 de febrero de 1648 profesó en su Orden, y se especializó en Filosofía, obteniendo el grado de maestro.
Una vez concluida su carrera eclesiástica, llegó a Guadalajara como catedrático en el convento de su Orden. Pasó a Puebla de los Ángeles para continuar ejerciendo como maestro y regresó a Guadalajara como superior del convento. Luego fue superior de los conventos dominicos de México, Veracruz y Puebla.
Fue provincial de la Nueva España hasta 1687, y durante su mandato se dedicó a gestionar la evangelización de los indios de Sierra Gorda.
En 1688 llegó a Sierra Gorda, donde fundó ocho misiones y construyó nueve iglesias; fundó los conventos de Santo Domingo en Sombrerete, Querétaro y San Juan del Río. Finalmente regresó a la Ciudad de México.
En 1695 el rey Carlos II lo designó obispo de Guadalajara. Y el 30 de noviembre de ese año fue consagrado por el obispo de Puebla, Manuel Fernández de Santa Cruz.
El 10 de marzo de 1696 inició su trabajo pastoral en Guadalajara. El 5 de enero de ese año había iniciado las gestiones ante la Corona para fundar el Seminario, conforme a las disposiciones del Concilio de Trento, y el 6 de junio el rey aprobó el proyecto.
Tras una cuidadosa preparación, el 9 de septiembre de 1696 expidió el Decreto de Fundación del Seminario Conciliar de San José, el cual, dado que aún no se concluía el edificio que luego ocuparía, sólo pudo iniciar sus labores hasta el 23 de diciembre de 1699.
A fray Felipe Galindo se le debe la idea original de la fundación de la Universidad de Guadalajara, al solicitarle al rey de España Carlos II que elevara al Seminario Conciliar al rango de universidad.
Entre sus labores al frente del Obispado de Guadalajara: continuó la evangelización de los indios del norte, fundando el pueblo de San Antonio-Galindo Moctezuma, en la confluencia de los ríos Coahuila y Nadadores; apoyó el Colegio para niñas que inició el jesuita Feliciano Pimentel, y aportó veinte mil pesos para un nuevo convento de dominicas que se hicieron cargo de dichas colegialas; en dos ocasiones realizó la visita pastoral; el 16 de mayo de 1701 recibió los votos de los primeros integrantes de la Congregación de Oblatos del Salvador, dedicados a los hospitales y a las cárceles; autorizó el establecimiento del Colegio de Nuestra Señora del Refugio para niñas “de la mejor sociedad”; erigió las parroquias de Tala, Hostotipaquillo y Valparaíso; y confió la administración de las misiones de la Baja California a la Compañía de Jesús.
Falleció en la ciudad de Guadalajara el 7 de marzo de 1702.
La Escuela Secundaria del Seminario Conciliar llevó su nombre, al igual que una calle de Guadalajara.
Juicios y testimonios
Mariano Cuevas: “Los dominicos presentaron al principio del siglo en fray Felipe Galindo un personaje digno de figurar con honra en los fastos de su Orden”.
Tomás de Híjar: “Pocos hombres en su tiempo conocieron y amaron la tierra que los vio nacer como lo hizo Galindo y Chávez”.
José Montes de Oca: “Ilustre prelado, célebre obispo”.