Biografías por órden alfabético

de la Rosa y García, José Cesáreo


En Sierra de Pinos, población de Zacatecas, nació en las postrimerías del siglo xviii. Fueron sus padres Pablo de la Rosa y la señora N. García de de la Rosa.

Realizó sus estudios de Latín y el Curso de Artes en el Seminario Conciliar de Guadalajara, bajo la dirección del doctor José María Mancilla.

El 14 de febrero de 1794 recibió el grado menor de bachiller en Artes en la Real Universidad de Guadalajara. Estudió Teología, y el 20 de junio de 1798 recibió el grado de bachiller en dicha Facultad.

El 19 de diciembre de 1797, siendo diácono, solicitó los grados de licenciado y doctor en Filosofía; el 26 sustentó el acto de repetición; el 27 de enero de 1798 presentó examen secreto, siendo aprobado nemine discrepante; el 28 recibió el grado de licenciado y el 4 de marzo se le otorgó el grado de maestro en Filosofía.

El 28 de junio de 1802 solicitó los grados de licenciado y doctor en Teología en su calidad de maestro en Artes; el 22 atestiguaron los doctores Miguel Gordoa, Miguel Cerviño y Manuel Covarrubias sobre su limpieza de sangre, que no había sido penitenciado del Santo Oficio y que poseía libros propios de Teología; el 29 presentó el acto de repetición; el 18 de julio, sustentó el acto quodlibetos; el 12 se le asignaron los puntos de examen; el 13 presentó el examen de noche triste y contestó las réplicas de los doctores José María del Portillo, Salvador Apodaca y fray José Mestres, fue aprobado nemine discrepante; al día siguiente recibió el grado de licenciado y el 25 el de doctor.

El obispo Juan Cruz Ruiz de Cabañas le confirió la ordenación sacerdotal y fue nombrado rector del Colegio de San Juan Bautista.

El 11 de febrero de 1811, con el seudónimo El Criollo publicó los escritos antiinsurgentes: “Americanos: cantemos al Señor Dios de los Ejércitos...”, y “Relación cristiana de los males que ha sufrido Guadalajara por los insurgentes”.

Fue electo diputado por la Intendencia de Zacatecas a las Cortes españolas para el periodo 1813-1814, por lo que viajó a España. Se distinguió por su apoyo al rey Fernando VII, para que suprimiera la vigencia de la Constitución Política de la Monarquía firmando la representación conocida como “Las persas”. El rey lo premió con la orden de Isabel la Católica, y una prebenda en la Catedral de Guadalajara.

A su regreso a Guadalajara ingresó al Cabildo Eclesiástico como medio racionero el 30 de marzo de 1815. Pronunció y publicó en 1820 la oración latina de las exequias del rey Carlos IV.

El 10 de noviembre de 1825 fue electo rector de la Universidad de Guadalajara. Y cesó en el cargo al suprimirse la Universidad y al fundarse el Instituto de Ciencias, en 1826; al restaurarse la Universidad en 1834 reanudó su periodo rectoral, el cual concluyó el 10 de noviembre de 1835.

El 27 de mayo de 1831 ascendió a canónigo de gracia, cargo con el que falleció en Guadalajara; fue inhumado el 13 de marzo de 1837.