Biografías por órden alfabético

Flores Flores, Ernesto


Nació en Santiago Ixcuintla, Nayarit, el 4 de agosto de 1930. Fueron sus padres los señores Manuel Flores y Sara Flores Colza y Pesquera, dedicados a atender la farmacia de la población.

En la Escuela de su pueblo natal inició su instrucción elemental, ahí su maestra Margarita Tarabay le despertó el gusto por la lectura. Aún pequeño se trasladó con su familia a Guadalajara, donde concluyó su primaria y cursó la secundaria y la preparatoria en el Colegio Cervantes de los hermanos maristas.

Se inscribió en la Facultad de Odontología de la Universidad de Guadalajara, pero como él dice fue por puro trámite juvenil: “Era el peor estudiante de odontología del mundo”. Y sólo por pasión estudió piano en la Escuela de Música, y fue estudiante oyente en la Facultad de Filosofía y Letras, donde fue discípulo del maestro Arturo Rivas Sainz, a quien consideraba “uno de los hombres más sabios que he conocido”.

Entre los diecinueve y veinte años de edad publicó algunos poemas en una revista escolar, pero luego vino el encuentro determinante, que él mismo evocó:

Yo escribía en una revista escolar y un día estaba desayunando cuando llegó a mi casa Emmanuel Carballo a preguntar por mí; con una voz estentórea y recia preguntó: ¿Vive aquí el poeta Ernesto Flores? Por poco se me sale la leche por los ojos. Yo no lo conocía, pero él me dijo: “Vengo a rescatarte de esa monstruosa revista, y a que publiques en Ariel, la que yo dirijo”.

Y así fue considerado un poeta de la generación de la revista Ariel (1949-1953), al trasladarse Carballo a la capital de la república la revista dejó de publicarse. Entonces Ernesto Flores recibió varios ofrecimientos para ir a la Ciudad de México, pero él prefirió quedarse en Guadalajara para ser promotor y guía de las nuevas vocaciones literarias.

Así, fundó las revistas literarias Coatl en 1965, Esfera en 1969, Revista de la Universidad de Guadalajara en 1971, Textos del Departamento de Bellas Artes del Gobierno del Estado de Jalisco y La muerte. Además fue colaborador del periódico El Informador de Guadalajara, y de 1969 a 1970 de la revista Suplemento del Ayuntamiento de Guadalajara.

Los libros de poemas que publicó fueron: A vuelo de pájaro (1968); El pasado es un país desconocido (1974); El viaje (1978) y Desintegración. Sus cuatro libros de poesía fueron reunidos en un volumen y publicados en 1999 por el fce en la Colección “Tezontle”.

Los títulos de su obra ensayística son: López Velarde y el demonio de la analogía (1998); y Poesía completa de Alfredo R. Placencia (2013). También preparó y publicó la Antología del cuento jalisciense en dos tomos; compiló los poemas de Francisco González León, los cuales publicó en 1990 en el fce, con un amplio estudio introductorio; igual compiló y publicó los poemas de Antonio Zaragoza y dedicó sus investigaciones a las obras poéticas de Manuel M. González y Ramón López Velarde.

Su magisterio universitario lo inició como profesor suplente de Literatura, en la Escuela Vocacional, donde más tarde fundó un taller literario, lo que le causó una gran satisfacción por la gran cantidad de escritores que de él salieron: “Hubo una época en que todos los escritores de Guadalajara salían de mi clase. Después vino [Elías] Nandino y el hizo otro tanto, pero en cantidad yo tuve más alumnos”.

Durante 33 años fue catedrático de Literatura –en sus diversos cursos– de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Guadalajara, y más tarde fue investigador del Departamento de Estudios Literarios. Sobre su estilo magisterial Lorena Ortiz escribió:

Quienes lo conocen se habrán dado cuenta que es un excelente conversador y narrador. Una clase de literatura impartida por él, se puede convertir en una sabrosa plática de café por las innumerables anécdotas que recuerda a la perfección como si hubieran sucedido ayer. Pláticas de cantina con Juan Rulfo; confidenciales con Elena Garro; de visita casera con Arturo Rivas Sainz; de Santiago Ixcuintla, Nayarit, su lugar de origen y de Guadalajara, la ciudad que lo adoptó, entre muchas otras.

Luego de recibir su jubilación como profesor universitario, el 17 de agosto de 1996 el Consejo General Universitario le otorgó el grado de maestro emérito de la Universidad de Guadalajara.

Sobre lo que fue profesionalmente en su vida, recuerda que en ocasiones dudaba si era editor, maestro o poeta. Quien le aclaró sus dudas fue precisamente el político y novelista Agustín Yáñez, quien le dijo: “Han llegado momentos en los que creo que soy más maestro. Su caso es igual. Pero, no lo dude, usted es poeta”.

En 1961 ganó el Premio Jalisco en Letras, en 1996 ingresó a la Academia Mexicana de la Lengua como miembro correspondiente; el 25 de agosto de 2008 el Seminario de Cultura Mexicana, Capítulo Guadalajara, le adjudicó la medalla Alfredo R. Placencia; y el 26 de marzo de 2010 recibió el homenaje de la Cátedra de Literatura y Artes Agustín Yáñez, con motivo de su octogésimo aniversario de vida.

El 4 de marzo de 2014 falleció en Guadalajara, y sus exequias se celebraron en el Templo Expiatorio.

Juicios y testimonios

Guillermo García Oropeza: “El buen Ernesto Flores que es el único poeta de tiempo completo”.


José Trinidad Padilla López: “Fue mi maestro de la Preparatoria. Yo estudié en la Escuela Vocacional […] Él nos decía, ‘miren están inscritos a esta clase de Literatura. Quien desde ahorita me diga que de plano no le interesa aprender nada, dígame y yo le pongo la calificación. Yo no tengo ningún problema, pero se van a perder de mucho porque la literatura (ya nos empezaba a platicar) debe ser algo lúdico, debe ser algo que llene el corazón. Es viajar por muchos mundos a través de unas cuantas líneas’. Por ejemplo, preguntaba: ‘A ver ¿no les gusta la poesía?’ Dos o tres compañeros contestaban que sí. Yo no entre ellos, por supuesto; a mí no me interesaba mucho, no era algo que particularmente me apasionara. ‘A ver ¿no les gusta la poesía? A ver a los que no les gusta ¿Por qué no?’ Le contestábamos que no sabíamos encontrarle el sentido, que a veces los poemas dicen cosas que son incomprensibles. Entonces se posesionaba de su papel y empezaba a hablar:



Nada, nada, nada. A ver, ya empezamos mal. Es que ustedes tienen una idea errónea de la poesía. Le quieren encontrar un significado profundísimo a la primera. ¿Por qué no hacemos el experimento de dejarnos llevar por la musicalidad de las palabras? La poesía es música. Digo, no a todas se les puede poner la misma música […]


Y se ponía a bailar. Ello nos provocaba una gran carcajada. En aquel tiempo él era un hombre obeso, y se ponía a bailar al frente. Pero no me lo van a creer, eso rompía el hielo inmediatamente y hacía que empezáramos a ver de otra manera la literatura, como la poesía o el teatro […] En fin, yo tengo los mejores recuerdos de ese hombre porque realmente junto con Rodríguez Lapuente, junto con Guillermo [García Oropeza], eran auténticos profesores, maestros en el sentido tradicional de la palabra, que sabían promover el interés por el conocimiento más que enseñar algo. La enseñanza la hacían a través de la práctica.


Luis Sandoval Godoy: “Y aquellos muchachos de ayer, que con embeleso y fruición seguían las exposiciones del Maestro, iban luego a su casa, y a cualquier hora de cualquier día, llenaban su sala y se sentaban a su lado, atentos y emocionados, siguiendo los comentarios de Ernesto, porque ni él se cansaba de exponer sus temas, ni los jóvenes de escucharlo. Ahí se veía y se mostraba lo que nunca llegó a verse entonces ni se ha llegado a ver en otro Maestro: su casa, siempre de puertas abiertas, y él siempre en ánimo, en sonrisa, en fiesta, hablando de los grandes Maestros de la Literatura, mientras sus alumnos, con insaciable avidez, captaban sus palabras y su capacidad extraordinaria de acercarlos a las obras literarias”.


Wolfgang Vogt: “El maestro Ernesto Flores [es] una de las figuras más destacadas de la vida literaria actual de Guadalajara. Ernesto es poeta, ensayista, investigador literario, profesor investigador y maestro de muchos escritores tapatíos. No sólo es un conocedor de la literatura, sino también de la música”.