El Consejo Superior de Instrucción Pública y la Dirección de Instrucción Pública del Estado de Jalisco (1903-1920)

Educación pública en Jalisco (1915-1920)

En el “Informe de labores realizadas en la Escuela de Medicina y Farmacia, durante el año escolar de 1918-1919”1, el director del establecimiento doctor Jesús Delgadillo Araujo enteró de los siguientes datos estadísticos.
Estudiantes que presentaron exámenes:

Tabla 13. Estudiantes
Medicina
Carreras Estudiantes
Primer año 25
Segundo año 29
Quinto año 17
Sexto año 10
Total 81
No se enteran datos de 3º y 4º muy probablemente porque no había cursantes
Farmacia
Curso Estudiantes
Primer año 1
Segundo año 1
Quinto año 1

 

Tabla 14. Cuerpo magisterial
Profesor Materia
Salvador Quiñones Anatomía Descriptiva
Jesús Delgadillo Araujo Clínica Propedéutica
Quirúrgica
Luis González Aréchiga Clínica Propedéutica Médica
José Pérez Gil Obstetricia Teórica
y Clínica Obstétrica
Manuel Pérez Gómez Ginecología y
Clínica Ginecológica
Salvador Romero Patología y Clínica Infantil
Carlos Barriere Clínica Médica
Juan Campos Kunhardt Clínica Quirúrgica
Enrique Camarena Medicina Legal
Miguel Fregoso Cirugía y Anatomía
topográfica
Manuel Alatorre Bacteriología
Juan Salazar Histología y Anatomía
Patológica
Francisco Gutiérrez Topete Fisiología y Física Médica
Marcos Guzmán Higiene
Carlos Villaseñor Terapéutica y Materia Médica
Adolfo Saucedo Patología Médica
Galdino Casillas Patología Quirúrgica
José Loza Historia de las drogas
Adrián Puga Química Orgánica,
Inorgánica y Biológica
José Rivera Rosas Farmacia




Los ingresos de la escuela provenían de:


Tabla 15. Ingresos
Origen Monto
Subsidio estatal $ 18,000.00
Cuotas de los estudiantes $ 4,400.00
Venta del baúl en que se trajo el
instrumental del Hospital
$ 43.50
Total $ 22,443.50

El monto anterior se distribuyó de la siguiente forma:


Tabla 16. Distribución
Destino Monto
Sueldos de profesores y empleados $ 16,154.62
Gastos de la escuela $ 1,013.79
Préstamo al Hospital Civil para
compra del instrumental
$ 2,161.18
Total $ 19,329.59


En los editoriales de los periódicos de esos años se señalaba el pésimo estado en que se encontraba la instrucción pública, primero por la incompetencia y la corrupción a la que la habían sometido los gobiernos estatales y luego por los constantes movimientos revolucionarios.

Así, para 1915 se hacía notar que la educación era mejor veinticinco años atrás, cuando los profesores cumplían y eran competentes, con: “[Ramón] Corona la instrucción pública se atendió pero tan sólo se logró llenarla de oropeles”. Los jóvenes no sabían nada, eran pedantes, los profesores salameros con los funcionarios del gobierno, incompetentes y frívolos.

En la época de Luis del Carmen Curiel se vendieron o se robaron los antiguos bienes de la Iglesia, destinados a favorecer la instrucción. Con Miguel Ahumada “todo se abandonó”, la instrucción pública se desatendió “gracias al cientificismo”, la educación de los burgueses se encargó o al clero o se les envió al extranjero. Los profesores de las escuelas superiores eran favoritos de Ahumada que se presentaban cuando querían “sin plan, ni aliento”. Y en treinta años el Liceo de Varones no tuvo nuevos gabinetes de Física, Química e Historia Natural, ni biblioteca.2

A pesar de las reformas impulsadas en materia educativa en el régimen de Manuel Macario Diéguez y de los lineamientos de la Constitución de 1917 en este rubro, no se lograba darle la importancia que se merecía. Era indicativo del estado de abandono en que se encontraba la instrucción pública, que desde 1918 los oficios del ramo educativo se escribían en papel cebolla de tamaño media carta, en lugar de usar hojas completas, e incluso se encontraban oficios escritos sobre los volantes de publicidad comercial.


Referencias
  1. AHJ , expediente i, P. 919 GUA 2216. ↩︎

  2. AHJ, El Presente, 11 y 15 de julio; 12 y 19 de agosto de 1915. ↩︎