La fundación y la inauguración de la Real universidad de Guadalajara
El apremio del Fraile de la Calavera
En 1778 fray Antonio Alcalde escribió al virrey de la Nueva España, Antonio María de Bucareli, exponiéndole la conveniencia de que el edificio del Seminario Conciliar de San José fuese la sede de la Universidad. Y el 18 de marzo de 1785 hizo la primera dotación de cátedras de Prima de Leyes y de Cánones por un monto de 20,000 pesos, con el fin de que
se facilitara con más abundancia la instrucción de la juventud en las máximas legales necesarias para el gobierno público, como que se proporciona a la Iglesia mayor número de ministros útiles, socorriéndose igualmente algunas familias por medio de los empleados en la cátedras.1
Pero en caso de que no se estableciera la Universidad, en un término de cuatro años a partir de 1784 prorrogables hasta 1790, entonces el dinero pasaría a la administración del Cabildo Eclesiástico, para destinarlo a la formación de las niñas del Colegio de San Diego, y a la Casa de Maestras de Caridad y Enseñanza de Nuestra Señora de Guadalupe.
Referencias
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“Testimonio de la escritura de donación por la cantidad de veinte mil pesos, hecha por el obispo de Guadalajara, Ilustrísimo Don Fray Antonio Alcalde, para dotar dos cátedras en la Universidad que se pretende establecer en dicha capital”, ibid., pp. 16-17. ↩︎