La organización de la Real Universidad

Grado de doctor

El que pretendiera el grado máximo universitario debería presentarse al cancelario con su grado de licenciado, quien mediante edicto comunicaba a todos los que se sintieran con derecho por antigüedad a que se opusieran en un término de nueve días (C. cxlix).

Señalándose el día y la hora para la colación del grado, se celebraba en el aula mayor o general, donde sobre los asientos del cancelario y del rector se colocaban bajo un baldaquín las armas reales, a cuya derecha estaba el escudo universitario y a la izquierda las armas del laureando.

El padrino tomaba asiento después del cancelario y del rector, y los demás doctores por su antigüedad de sus grados. El laureando estaría de pie junto a la mesa o bufete que se pondría frente al cancelario, y rodeado del maestro de ceremonias y los dos bedeles con sus mazas.

Una vez en sus sitiales subía a la cátedra el decano, y hecha la señal por el cancelario propondría una cuestión al doctorando y la disputaría arguyéndola el rector, a cuyo argumento respondería sin que se hiciera réplica ni respuesta. Propondría entonces otros dos argumentos, a los que darían respuesta un doctor y un bachiller, y ya sin esperar respuesta se concluía el acto (C. cli).

Enseguida el maestro de ceremonias y los bedeles iban por el decano a la cátedra, y lo conducían a la mesa donde estaba el laureando, quien era llevado ante el cancelario solicitándole las insignias doctorales con una breve oración latina, a la que respondía remitiéndolo al decano para que se las otorgara, tomándolas de manos del padrino en el siguiente orden: el anillo, el libro, la espada y las espuelas doradas. Luego lo llevaría de la mano para que subiera a la cátedra y se sentara en señal de posesión. Al bajar sería conducido ante el cancelario, para que de rodillas y puestas las manos sobre los evangelios hiciera profesión de fe y el juramento de defender la Inmaculada Concepción de María, y que no promovería ni enseñaría cuestiones que ofendieran a la autoridad civil y las regalías de su majestad.

El cancelario le impondría el bonete diciendo una formula en latín; finalmente el nuevo doctor daba las gracias y un abrazo al cancelario, al rector, a los doctores y maestros y al último al decano, el cual se sentaría en su lugar y el nuevo doctor en el suyo, concluyendo así el acto (C. clii).

De 1792 a 1821 recibieron el grado de doctor 121, de los cuales 66 fueron de Teología, 24 de Cánones, 16 de Filosofía, diez de Medicina y cinco de Leyes.1


Referencias
  1. Ibid., loc. cit. ↩︎