Desarrollo histórico (1925-1934)

Inicio del conflicto estudiantil (1933)

El 4 de octubre de 1933 en un editorial de El Informador titulado “La Universidad Marxista” se calificó de prorruso al Congreso de Universitarios Mexicanos y a la delegación que había participado por Guadalajara; la publicación al final expresaba:

Y lo peor de esa actitud rebelde de los universitarios, es que según lo anuncia un diario de la capital, va a ser nuestra Universidad, es decir, la de Guadalajara, la que dé el primer paso de rebelión contra las instituciones que nos rigen, entrando de lleno en la enseñanza bolsheviki [sic].1

A lo que el rector Enrique Díaz de León contestó:

[…] No es cierto que la Universidad vaya a dar, como lo insinuaba El Informador de ayer, el primer paso de rebelión contra las instituciones que nos rigen, entrando de lleno a la enseñanza bolchevique. Ni la declaratoria del Congreso de Universitarios Mexicanos, ni la ponencia de la Universidad de Guadalajara, tienen ni han tenido nunca, el propósito de convertir a México en una sucursal de Rusia, sería no sólo imbécil, sino ridículo pensarlo siquiera.2

Entonces las posiciones de los estudiantes se polarizaron aún más, entre reformistas y contrarreformistas. Los primeros se aglutinaron en la Federación de Estudiantes de Jalisco, y los segundos se integraron inicialmente en el Comité Pro-Laicismo. La prensa nacional señalaba como autores intelectuales de los contrarreformistas a los estudiantes Alberto Arce y Salvador Torres.

Los desmanes estudiantiles empezaron, y a consecuencia del malestar que se percibía en las escuelas universitarias, el 15 de octubre renunciaron a sus cátedras en la Facultad de Derecho los profesores Efraín González Luna de Derecho Civil, Juan R. Cárdenas de Derecho Romano, Emiliano Robles Gil de Derecho Civil, José Luis Herrera de Derecho Constitucional, José Guadalupe Zuno de Legislación Industrial Obrera, J. Cástulo Topete de Sociología, Arnulfo Villaseñor de Derecho Administrativo, Julio Acero de Procedimientos Penales, Andrés B. Núñez de Derecho Civil, Ignacio Villalobos de Procedimientos Civiles Estatales, Ignacio Padilla de Procedimientos Civiles Federales, J. Santos Mourett de Derecho Civil, entre otros. Luego de unos días, el rector sólo aceptó la renuncia de los licenciados González Luna, Robles León, Mourett y Núñez. 3

Luego de que la Federación de Estudiantes de Jalisco, en sesión extraordinaria, pidió a la rectoría que expulsara a los líderes del movimiento contrarreformista, los acontecimientos se precipitaron.

Así, la mañana del 23 de octubre inició la huelga estudiantil en la Escuela Preparatoria de Jalisco con la divulgación del manifiesto, en el cual se planteaba

que a raíz del Congreso de Universitarios Mexicanos se pretendió implantar el marxismo en la enseñanza superior, lo que ocasionó un debate nacional, en el que toca a los jaliscienses externar su opinión, que en síntesis afirma que mientras la universidad subsista en un régimen capitalista su enseñanzas tendrán que estar acordes al mismo, por lo que consideraban la reforma una farsa y se solidarizaron con el movimiento universitario del Distrito Federal, con la izquierda estudiantil cubana y solicitaron la destitución del licenciado Vicente Lombardo Toledano y el rector Enrique Díaz de León [...]

Sus propuestas concretas eran:

Libertad de cátedra, rebaja de las matrículas en un 75% y en exámenes extraordinarios un 59%, aumento del acervo en la biblioteca, participación del gremio estudiantil en el Consejo Universitario en forma paritaria y en los Consejos de Escuela, desconocimiento de la Federación de Estudiantes Universitarios, autonomía universitaria, establecimiento de la casa del estudiante pobre, creación del Instituto Agropecuario y del Instituto de Cultura y Deporte e incremento de salarios a los profesores para exigir eficiencia de conocimientos. El Informador, 25 de octubre de 1933.4

Una vez dado a conocer el manifiesto, inició una marcha por las principales calles del centro de la ciudad, en la cual participaron los estudiantes de la Preparatoria de Jalisco y de la Facultad de Derecho. La encabezaban los estudiantes Enrique Pardo, Francisco Muñoz, Rodolfo Pérez, Jesús García y Ramón Barba Rubio.5

Al llegar a la rectoría –ubicada entonces en el antiguo edificio de la Real Universidad–, los estudiantes tumultuariamente exigieron la presencia del rector Díaz de León, quien luego se presentó. Entonces el estudiante Enrique Pardo en un discurso le exigió su renuncia, a lo cual se negó y enseguida se dirigió al Palacio de Gobierno.

En tanto los manifestantes ingresaron al edificio de la rectoría, donde quemaron documentos de la Federación de Estudiantes de Jalisco. Más tarde se presentó el secretario general de Gobierno, Carlos Guzmán, quien los conminó a que se portaran con seriedad. A lo que los estudiantes respondieron con la presentación de sus demandas. Como el representante gubernamental no pudo persuadir a los estudiantes de que se retiraran a sus casas, se pidió ayuda a las autoridades militares y se acuartelaron las tropas… Mientras, los estudiantes huelguistas se posesionaron del edificio de la rectoría.

Para entonces se había integrado un Comité General de Huelga, con los estudiantes Enrique Pardo Pulido, Jorge Gómez Collaso, Rodolfo Pérez Plascencia, Alfredo García, Gilberto Arce, Agustín Pineda, Jorge Garabito y José Hernández, entre otros.

El movimiento estudiantil se extendió a las Escuelas Normales de Señoritas y de Varones, a las Facultades de Comercio y de Ingeniería, en tanto los estudiantes de la Facultad de Medicina se mantenían a la expectativa.

Por su parte, el rector Díaz de León dio su versión de los hechos:

Un pequeño grupo de muchachos de Preparatoria, soliviantados por gente de filiación clerical y comunista (curiosa mescolanza), se dedicó hoy a hacer escarceos de rebelión en un motín estéril e intranscendente, recorriendo algunas calles de la ciudad, lanzando gritos y repartiendo un manifiesto anónimo enderezado en contra del suscrito y en el que piden diversas cosas, no sólo inconexas, sino contradictorias. Los manifestantes se dirigieron a la Rectoría, capitaneados por cuatro o cinco agitadores profesionales y seguros de su impunidad (la Rectoría no cuenta, como es natural ni con soldados ni con gendarmes), hicieron la declaratoria de que se posesionaban del edificio en el que cometieron algunos actos de violencia.

El motín, no sólo no ha sido secundado por la mayoría de los estudiantes de la Universidad de Guadalajara, sino condenado expresamente por diversas agrupaciones estudiantiles que integran la masa escolar […]6


Referencias
  1. “La Universidad Marxista”, El Informador, Guadalajara, Sección editorial, 4 de octubre de 1933, p. 3. ↩︎

  2. Alfredo Mendoza Cornejo, La Reforma Universitaria, Guadalajara, Universidad de Guadalajara, 1988, tomo i, p. 148. ↩︎

  3. Enrique Francisco Camarena, La huelga de estudiantes Jaliscienses en Narraciones tapatías de Guadalajara, Jalisco de 1900 a 1958, número 15, s.f., p. 237. ↩︎

  4. Mendoza Cornejo, Organizaciones y movimientos estudiantiles…, pp. 205-206. ↩︎

  5. González Gutiérrez, op. cit., p. 279. ↩︎

  6. “Estalló ayer en esta ciudad la huelga de los estudiantes”, El Informador, Guadalajara, 24 de octubre de 1933, p. 3. ↩︎