Los universitarios sin universidad

Martínez Sotomayor Hernández, José

Nació en Guadalajara, Jalisco, el 25 de enero de 1895. Fueron sus padres la señora Elena Hernández Rentería y el abogado José María Martínez Sotomayor Robles.

La primaria la cursó en la Escuela anexa a la Normal de Profesores. De 1905 a 1910 hizo sus estudios de bachillerato en el Liceo de Varones del Estado de Jalisco y fue miembro del Centro Bohemio.

En 1910 ingresó a la Escuela de Jurisprudencia de Guadalajara, donde realizó sus estudios profesionales, y se tituló de abogado en 1915.

En cuanto concluyó sus estudios profesionales se estableció en la Ciudad de México; él mismo explicó así la decisión de dejar su tierra natal:

La atracción que ejercen las grandes ciudades es un fenómeno universal. La gran ciudad, además de ser una aventura, ofrece múltiples posibilidades para quienes tienen un espíritu firme de empresa y lucha, pues los complejos y variados factores humanos y materiales que en su conjunción integran el ambiente de una metrópoli, permiten virtualmente la adaptación y el acomodo a las específicas capacidades de quienes se agregan a su censo. La ciudad de México atrae por los motivos indicados. 1

En la capital del país, en calidad de estudiante oyente, asistió a las cátedras de Antonio Caso en la Universidad Nacional de México. Más tarde organizó y presidió la Unión Mexicana de Trabajadores Intelectuales, la cual apoyó la candidatura presidencial de Plutarco Elías Calles.

Pero ante todo, con el fin de abrirse a las corrientes vanguardistas de la literatura europea, participó en el grupo literario “Los Contemporáneos”, al cual pertenecían José Gorostiza, Jaime Torres Bodet y Xavier Villaurrutia, entre otros.

En 1930 publicó su primera novela, la cual tituló La rueca de aire, la cual

impresionó a la crítica con recursos literarios muy novedosos […] Lo que hereda el autor del modernismo es el lenguaje pulcro y la veneración por el arte puro que evade la realidad. Esta primera obra es considerada por la crítica como un libro que señala nuevas perspectivas a la novela mexicana. 2

En España la novela fue muy elogiada por Ramón Gómez de la Serna y lo mismo hicieron en México Rubén Salazar Mallén y José Gorostiza. Con anterioridad, Martínez Sotomayor había publicado avances de su novela en las revistas Los Contemporáneos del Distrito Federal y Bandera de Provincias de Guadalajara.

Enseguida publicó sus obras Lentitud –cuentos– (1933); Locura –cuentos– (1939); El reino azul –novela– (1952); El puente –cuentos– (1957); El semáforo –cuentos– (1963); y La mina –novela– (1968).

Algunos críticos consideraron que alcanzó su punto culminante de creación literaria con su libro de cuentos Locura, sobre todo en “El timbalero”, donde

su estilo alcanza un virtuosismo impresionante; el tema que une a todos los cuentos es el desequilibrio mental. No sabemos con seguridad dónde se encuentra la raíz del refinamiento psicológico de sus textos, pero es obvio que hay una relación con las nuevas corrientes psicológicas que surgen, sobre todo en Viena, a principios de nuestro siglo [xx…] 3

Otras de sus obras fueron: Perfil y acento de Guadalajara (1970); Doña Perfecta Longines y otros cuentos (1973); y Trama de vientos. Cuentos y relatos completos (1987), en dos volúmenes, editados en forma póstuma y que reúnen su producción literaria.

Fue colaborador de las revistas Universidad de México, Letras de México, El Hijo Pródigo, América, Ariel y Estaciones, en las cuales se hayan dispersos algunos de sus textos literarios.

El 25 de octubre de 1974 ingresó como académico de número de la Academia Mexicana de la Lengua y tomó posesión como tal el 23 de enero de 1976, su discurso de ingreso versó sobre el poeta colombiano, radicado en México, Porfirio Barba Jacob.

A la par de sus actividades de producción literaria fundó y fue presidente de la Asociación Mexicana de Escritores y ejerció su profesión de abogado.

En la administración pública fue juez de distrito en Tepic, gobernador interino del estado de Nayarit, procurador general de Justicia del Distrito Federal y Territorios, secretario general de Gobierno del Departamento del Distrito Federal y jefe del Departamento Legal del Banco Nacional Agrícola y Ganadero.

En sus últimos años se dedicó a la pintura de aficionado y dejó inéditas unas crónicas de temática taurina tituladas “Lentejuelas”.

Falleció en la Ciudad de México el 18 de marzo de 1980.

Juicios y testimonios

Alberto Ruy Sánchez: “Al leer las primeras páginas de La rueca de aire, hace algunos años, en una biblioteca, tuve la sensación de encontrarme frente a una novela breve digna de ser comparada en calidad con la prosa de El material de los sueños de José Revueltas o con la de Pedro Páramo de Rulfo, aunque se tratara de una obra de otra generación, escrita varias décadas antes. Es decir, una obra cuya prosa está a la altura de las mejores de la literatura mexicana de este siglo, en cuanto a la intensidad poética, la carga vital de la ficción y las técnicas narrativas desarrolladas en ella”.


Referencias
  1. Carballo, Ya nada es igual…, p. 245. ↩︎

  2. Wolfgang Vogt y Celia del Palacio, Jalisco desde la Revolución. Literatura y prensa 1910-1940, Guadalajara, Unidad Editorial del Gobierno del Estado de Jalisco, Universidad de Guadalajara, 1987, tomo VIII , p. 156. ↩︎

  3. Ibid., p. 159. ↩︎