Los primeros universitarios

Mendiola y Velarde, Mariano

Originario de la ciudad de Santiago de Querétaro, Querétaro, recibió el bautizo el 6 de marzo de 1769, de lo cual se infiere que nació una semana antes de esta fecha, pues entonces se bautizaban los niños en su primera semana de vida. Los señores Josefa Rodríguez Velarde y el licenciado Manuel Francisco de Mendiola y Múgica fueron sus padres.

En el Colegio de San Francisco Javier de su ciudad natal realizó sus estudios de Latín y de Filosofía; y el 9 de enero de 1796 se matriculó en el Real Colegio de Abogados de la Ciudad de México; ya para 1801 residía en Guadalajara.

En la Real Universidad de Guadalajara, los días 5 y 26 de noviembre de 1809, recibió los grados de licenciado y doctor en Cánones. Luego fue nombrado oidor de la Real Audiencia de Guadalajara.

En 8 de agosto de 1810 fue electo diputado a las Cortes constituyentes de la monarquía española, por su provincia de Querétaro, por lo cual viajó a Cádiz, donde el 15 de enero de 1811 se aprobaron sus poderes y de inmediato juró y tomó posesión de su curul. Se le nombró miembro de la comisión encargada de elaborar la que fue la Constitución de la Monarquía Española promulgada el 19 de marzo de 1812, y a la cual juró solemnemente.

Además integró la comisión que redactó el proyecto de decreto de la supresión del Tribunal de la Inquisición española, el cual se tituló “Dictamen presentado a las Cortes generales y extraordinarias por la comisión de Constitución con el proyecto de decreto acerca de los tribunales protectores de la religión”, el cual firmó el 13 de noviembre del citado año de 1812. También fue miembro de la comisión permanente de las Cortes.

Se conocen sus discursos antes las Cortes del 10, 14 y 15 de septiembre de 1811, debatiendo sobre los artículos constitucionales 22, 29 y 373. Así, sobre la representación novohispana en Cádiz, escribió Lorenzo de Zavala: “Los Mejías, los Alcoceres, los Duartes, los Mendiolas, y otros insignes americanos, hacían tronar las tribunas con sus voces llenas de razón, de energía y aún de amenazas”.1

Electo nuevamente diputado a las Cortes ordinarias, votó en contra de las posiciones liberales, y ni así se salvó de la malquerencia de los absolutistas.

En 1821 fue nombrado vicedirector de la Sociedad Patriótica de Guadalajara, y presidente de su sección de economía y gobierno. En 1822 fue magistrado de la Audiencia Territorial de México, y diputado a los dos primeros Congresos Nacionales de 1822 y 1823. En junio de 1822 fue presidente del Congreso Nacional.

Sobre su actuación en la política de los primeros años del México independiente, Carlos María Bustamante, su compañero como diputado constituyente, de acuerdo con su ideología contraria a la de Mendiola y con su habitual vehemencia, escribió:

Habría sido uno de los ornamentos del Congreso [de 1822] por su sabiduría, si no se hubiera vendido a Iturbide y aconsejándole para que destruyese el Congreso, siendo éste el maniquí que obró en todo lo que dijo en relación a coronarse, pues fue el comisionado que regenteó la farsa, tanto en el Congreso, como en la Catedral.2

En medio de las grandes tensiones de las sesiones del Congreso, el citado Bustamante narra sus últimas actuaciones:

Asistió Mendiola al Congreso el lunes [22 de abril de 1823], estuvo en la sesión secreta, donde dejó leer la acusación impresa y firmada por un F. Ximénez, contra los diputados serviles y principalmente contra Andrade y Valdés. Allí se afectó su ánimo de pesar, previendo que el rayo caería sobre su cabeza, se sintió atacado del insulto que antes había padecido, y a las cinco de la tarde, su mujer lo encontró tirado en el suelo, caído de la cama; el martes a la una de la tarde expiró sin confesión, aunque sí con conocimiento por el que fue absuelto sacramentalmente y ungido. Murió en tanta pobreza, que su entierro se pagó con siete pesos […]3

Falleció en la Ciudad de México el 22 de abril de 1822.


Referencias
  1. Lorenzo de Zavala, Ensayo histórico de las revoluciones de México desde 1808 hasta 1830, México, Instituto Cultural Helénico, fce, 1985, p. 49. ↩︎

  2. Iguíniz, Catálogo biobibliográfico de los doctores…, p. 211. ↩︎

  3. Ibid., p. 212. ↩︎