Desarrollo histórico (1834-1847) [^1]

Plan de estudios (1835)

El 30 de abril el gobernador del estado José Antonio Romero decretó el plan de estudios de 1835, 1 el cual se dividió en los siguientes títulos: cátedras, oposiciones a las cátedras, lecturas, cursantes, actos públicos, grados menores y mayores.

Cátedras

Se impartirían las siguientes: de Prima de Teología, de Vísperas de Teología –en la que se leerían los Lugares Teológicos–, de Concilio de Trento, de Teología moral, de Sagrada Escritura, de Derecho Canónico, de Derecho Civil, de Derecho Patrio y Principios de Legislación, de Fisiología, Patología General e Higiene, de Anatomía Descriptiva y de Matemáticas; además de Dibujo, Arquitectura y Pintura.

Dotación de las cátedras

Las de Prima y de Vísperas de Teología, las tres de los Derechos y las tres de Medicina se dotarían con 400 pesos anuales; las de Concilio de Trento, de Teología Moral y de Sagrada Escritura las impartirían gratuitamente las Provincias de Santo Domingo, de la Merced de México, de San Francisco de Guadalajara y de San Agustín de Michoacán, al igual que la de Matemáticas a cargo del padre comendador de la Merced. Y en cuanto a la enseñanza de Dibujo, Arquitectura y Pintura serían subsidiadas por el gobierno.

Calendario escolar

Habría lecturas de las cátedras todos los días del 18 de octubre al 7 de septiembre, se exceptuaban los días de precepto de misa, las fiestas políticas nacionales y estatales, las fiestas de los cuatro patronos universitarios –Inmaculada Concepción de María, santo Tomás de Aquino, san Juan Nepomuceno y san Luis Gonzaga–, el 2 de noviembre día del aniversario de los individuos difuntos de la Universidad, desde la vigilia de la Navidad hasta el 1° de enero, desde el Domingo de Ramos hasta el martes de Pascua, el jueves de la octava de Corpus, los jueves de la semana en que no hubiera días de fiesta, los días de acto de estatuto de la respectiva Facultad y los de exequias del gobernador del estado, del obispo diocesano y de los doctores universitarios.

Facultad de Medicina

En la cátedra de Prima de Medicina se enseñará la Fisiología de Richenant y Addelor; la Patología General de Chomel e Higiene de Presarin o Fourtil; en la de Vísperas de Medicina se llevará el texto de Anatomía General de Beclard o de Richart; y en la tercera cátedra de esta Facultad se leerá la Anatomía Descriptiva de Bayle.
La carrera se impartiría en cuatro años y los cursantes estaban obligados a asistir a prácticas al Hospital de San Miguel de Belén.

Facultad de Derecho

En la cátedra de Derecho Canónico se explicaría la obra In ius universarum de Berardi; del mismo autor o de los comentarios del doctor González se valdría el catedrático para explicar en las conferencias a sus discípulos

los lugares comunes del Derecho, haciendo también de la crítica del mismo Berardi sobre los Cánones de Graciano; dándoles a conocer las disposiciones de nuestros Concilios Provinciales y costumbres legítimamente introducidas en nuestros países. 2

En la cátedra de Derecho Civil se impartirían las Instituciones de Justiniano; el Derecho Romano como fuente de todos los demás Derechos, auxiliándose de los comentarios de Vinio. Y para hacer las diferencias entre el Derecho Romano y el Patrio, se auxiliaría tanto el catedrático de Derecho Civil como el de Principios de Legislación de otras obras, que comprendían las entonces novísimas resoluciones nacionales.

Para obtener el grado de bachiller en Derecho los cursantes de esa Facultad habrían de asistir a las tres cátedras durante 32 meses.

Facultad de Teología

El catedrático de Prima leería un curso completo de Teología Escolástica, al que asistirían sin excepción todos los cursantes; el de Vísperas leería los lugares teológicos cursados por los prianistas; el de San Francisco expondría las disposiciones del Concilio de Trento y la bula Autores fidei, asistiendo los secundianistas; el de Santo Domingo impartiría la Teología Moral a los tercianistas; y el de la Merced leería la de Sagrada Escritura a los cuartianistas.

Los textos serían: para el de Prima, los Tratados teológicos de Billuart; para el de Lugares Teológicos, el texto de ilustrísimo Melchor Cano; para el de Sagrada Escritura, el de Becano o el Aparato de Lamy del abate Duclor; y para explicar el Concilio de Trento, las notas y declaraciones de la Sagrada Congregación y la historia del cardenal Palavicini.

Sistema de evaluación

El 18 de junio iniciarían los exámenes, los cuales no podrían durar menos de tres cuartos de hora ni excederse de una. Los examinadores serían tres catedráticos de cada Facultad, y si no los hubiera el rector nombraría a algún doctor. Para calificar se utilizarían las letras “a” (aprobado) y “b” (reprobado), en el primer caso se colocaría la inscripción nemine discrepanti, indicándose si fue suprema, media o ínfima; a los reprobados, se les reconvendría seriamente en presencia de sus condiscípulos.

Actos públicos

Se disponía que no sólo los hubiera en Lógica, Metafísica y Física General y Particular como hasta ahora venía sucediendo, sino que ahora también los hubiera en Moral y Religión.

Grados menores

Para ingresar a las Facultades Mayores sería obligatorio graduarse de bachiller en Artes. Los cursos ganados en cualquiera “casa pública de estudios de la República Mejicana”3 serían admitidos para otorgar el grado menor. Continuaba la norma de que por cada diez grados uno se daría gratuitamente.

Para el grado de Filosofía, el estudiante presentaría doce de las mejores conclusiones de Lógica, Metafísica, Física, Ética y Religión, dos de cada una. Cada examinador debería argüir o hacer preguntas, por lo menos durante un cuarto de hora sobre las materias citadas, sin olvidar las de Aritmética, Álgebra, Geometría y Geografía.

Para los grados en las demás Facultades se darían los puntos –temas– y pasadas veinticuatro horas el estudiante leería durante media hora sobre el punto escogido sin permitirle divagar sobre otros. Enseguida cada examinador argüiría contra su conclusión y haría preguntas sueltas sobre otras temáticas de la Facultad, para cerciorarse de la instrucción del sustentante.

Grados mayores

Los requisitos serían: el grado menor y la pasantía de cuatro años. Si hubiera siempre obtenido calificaciones supremas se le dispensaría un año de pasantía. Continuaban prescriptos los actos de repetición y de quodlibetos para los teólogos y las demás temáticas y formalidades del otorgamiento de los grados.

Este plan de estudios fue en gran parte elaborado y revisado por fray Manuel de San Juan Crisóstomo Nájera, lo que garantizó una gran actualización de calidad dentro de la tradición universitaria.

En cuanto a la reforma de las constituciones, Juan Bautista Iguíniz escribe:


No fueron substanciales, sino más bien se redujeron a ciertos cambios en el régimen interior de la Universidad […] Entre otras se dispuso que se colocara en la puerta del aula mayor la imagen de la Santísima Virgen con esta inscripción Scientiarum Academia Guadalaxarae Data anno mdccxcii ; que el Claustro pleno substituyera en sus funciones al rey y al vicepatrono real; que la edad para obtener los grados académicos fuera de 25 y no de 20 años; que los magistrados del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, asistieran a los actos universitarios como los doctores y tomaran asiento en el lugar que les correspondería por su antigüedad; que las cuestiones escolásticas fueran dieciséis lugares teológicos, tres de otros tantos lugares teológicos y tres sobre la autoridad de la Iglesia; que los derechos asignados se redujesen a la mitad durante cuatro años; que pudiesen incorporarse todos los doctores, maestros y bachilleres graduados en la Universidad de México o en otra de la República que lo pretendiesen: los de la primera sin acto alguno y los de las demás con sólo examen secreto y aprobación de los de la Facultad; y que el Claustro pleno pudiese reformar las Constituciones cuando se ofrecieran graves inconvenientes en su práctica. 4


Para este año de 1835, el Congreso del Estado asignó por primera vez un subsidio presupuestario a la Universidad y al Colegio de San Juan Bautista, por un monto de 7,792 pesos anuales. Para el 28 de abril dispuso que el gobierno nombrara una comisión de “individuos literatos que reconozca la librería del Hospital de San Miguel de esta capital, a fin de que lo precioso y singular de ella se trasladase a la Universidad [...]”. 5
Todo lo anterior significó un resurgimiento de la Universidad de Guadalajara, en consecuencia se dio un periodo prolongado de estabilidad y prestigio académico.


Referencias
  1. “Plan de estudios”, AUG, legajo núm. 106, 10 fojas. ↩︎

  2. Idem ↩︎

  3. Idem ↩︎

  4. Juan Bautista Iguíniz, La Antigua Universidad de Guadalajara, México, UNAM, 1959, pp. 72-74 ↩︎

  5. Congreso del Estado de Jalisco, Colección de los decretos…, tomo VII, pp. 71-113. ↩︎