Desarrollo histórico (1791-1821)

Proclamación de la independencia de la Nueva Galicia

Y así llegó el 13 de junio de 1821:

A las diez de la mañana, mientras las campanas de los templos de Guadalajara eran echadas a vuelo y lanzados al aire millares de cohetes, en demostración de regocijo, porque a esa hora hacía su entrada en la ciudad la Virgen de Zapopan, Patrona de Aguas, que venía de su pueblo a pasar aquí su temporada veraniega, como lo hacía cada año; también en el vecino pueblo de San Pedro Tlaquepaque había repique general en los templos y ermitas del entorno; se hacían salvas de cohetes y las músicas y bandas de la División de Reserva hacían oír sus alegres dianas porque en esos momentos y sobre una mesa puesta a la sombra de un guayabo... todos los jefes y oficiales de la División firmaban secundando el Plan de Iguala y proclamando la independencia nacional, a la cual de hecho se hallaba ya unido el brigadier don Pedro Celestino Negrete, a quien los signatarios del documento dirigieron éste con una representación, tomando como lema y grito de guerra Independencia o muerte.1

En tanto, el último gobernante monárquico, el general José de la Cruz, huyó por Zapopan hacia Aguascalientes. Lo que redituó en que la independencia se consumara sin derramamiento de sangre, lo cual fue considerado por la sociedad de Guadalajara como un favor especial de Nuestra Señora de Zapopan, a la que más tarde proclamaron patrona y generala de armas.

Como autoridad quedó el señor Antonio Basilio Gutiérrez de Ulloa con carácter de intendente y jefe político superior, quien mandó citar a la una de la tarde de ese mismo día 13 de junio a la Diputación Provincial –de la cual era miembro el rector de la Universidad–, participándole la proclamación de la independencia y acordando recibir solemnemente al general Pedro Celestino Negrete, el cual hizo su entrada triunfal a Guadalajara a las seis de la tarde, entre una multitud entusiasmada que salió a aclamarlo.

Al día siguiente a las nueve de la mañana, acudió a la sala principal del ahora Palacio Nacional el Claustro Pleno bajo de mazas y presidido por el vicerrector –ya que el rector asistía como miembro de la Diputación Provincial– a prestar juramento a la independencia nacional, bajo el Plan de las Tres Garantías.


Referencias
  1. Luis M. Rivera, “Cómo se consumó la Independencia en la Nueva Galicia”, citado por José Ignacio Dávila Garibi, Apuntes para la Historia de la Iglesia…, pp. 340-341. ↩︎