Los universitarios sin universidad
Robledo de la Torre, Juan de Dios
Nació en Guadalajara, Jalisco, en 1894. Fue hijo del abogado y juez del fuero común Evaristo Robledo y de la señora María de Jesús de la Torre.
En el Liceo de Varones del Estado de Jalisco cursó sus estudios de preparatoria y fue miembro del Centro Bohemio. Luego ingresó a la Escuela de Jurisprudencia de Guadalajara para realizar sus estudios de abogacía, pero dejó inconclusa su carrera profesional al unirse en 1913 al ejército constitucionalista.
Hacia finales de 1914, con el grado de capitán, se integró al estado mayor del general Manuel Macario Diéguez, donde fue
el intelectual […] Tenía buena preparación y leía mucho. Su cultura, sólida. Su charla interesante y amena. En el estado mayor de Diéguez hacía pandant a Carlos Roel del estado mayor de Obregón. Porque eran tres los estados mayores que convivían entonces, el de Obregón, el de [Benjamín] Hill, el de Diéguez.1
En 1916 fue electo diputado por el ix distrito con cabecera en Arandas, Jalisco, al Congreso Constituyente reunido en Querétaro y que aprobó la Constitución el 5 de febrero de 1917.
De 1922 a 1924 fue diputado al Congreso de la Unión, postulado por el Partido Nacional Cooperativista. En 1925 fue electo senador de la república, por su estado natal, en 1926 nuevamente fue diputado federal y en 1928 también repitió en el Senado.
En pleno conflicto cristero, el 1º de abril de 1927 intervino oportunamente para salvar las vidas de los militantes católicos: su cuñado Antonio Gómez Palomar y su sobrino Antonio Gómez Robledo, quien llegó a ser uno de los grandes humanistas e internacionalistas mexicanos y
[…] que desempeñaría un importante papel en el futuro profesional de su sobrino. De hecho […] a diferencia de la historia oficial que opone el liberalismo laico al conservadurismo católico, en la realidad mexicana ha existido un vivo catolicismo laico –como el del propio Benito Juárez–, e incluso liberal.2
Su actitud frente a la confrontación armada Iglesia-Estado siempre fue conciliadora, como lo manifestó en una entrevista publicada en el Excélsior el 14 de febrero de 1929: “No vamos a matar 30,000 jaliscienses, sino a convencerlos de que la Revolución trata de llevar al mejoramiento material y moral del pueblo”.3
De 1929 a 1931 fue presidente municipal de Guadalajara.
En la disputa por el poder entre el presidente de la república, Pascual Ortiz Rubio, y el jefe máximo de la revolución, Plutarco Elías Calles, al ser destituido el gobernador constitucional Ignacio de la Mora, fue Robledo nombrado gobernador interino, y ejerció como tal del 12 de septiembre al 14 de octubre de 1931. A su vez fue sustituido por José María Ceballos, pero luego de quince días reasumió el poder con el apoyo del general Calles, ejerciéndolo del 17 de octubre de 1931 al 31 de marzo de 1932.
Más acorde con sus inclinaciones intelectuales, colaboró en varios periódicos nacionales y locales, entre ellos El Occidental de Guadalajara, editado por Narciso Valenzuela de 1916 a 1918, y del cual fue secretario.
Falleció en Guadalajara el 11 de marzo de 1941.
Juicios y testimonios
Juan de Dios Bojórquez: “Estuvo a punto de ser diplomático. Cargo que le hubiese venido muy bien. Porque era más diplomático que militar. Mejor historiador que poeta. Más grande amigo que jefe”.
Wolfgang Vogt y Celia del Palacio: “Insigne intelectual mexicano”.
Referencias
-
Juan de Dios Bojórquez, “Juan de Dios Robledo”, Forjadores de la Revolución Mexicana, México, INEHRM, 1960, p. 104. ↩︎
-
Alfonso Francisco Sánchez Múgica, “El pensamiento internacionalista de Antonio Gómez Robledo”, México, tesis para optar por el grado de doctor en Ciencias Políticas y Sociales, 2012, p. 16. ↩︎
-
Jean Meyer, “1.-La guerra de los cristeros”, La Cristiada, México, Siglo XXI, 1979, p. 285. ↩︎