Desarrollo histórico (1951-1975)
Toma de posesión del trigésimo noveno rector y primer acuerdo para la reforma universitaria, 1° de abril de 1971
La ceremonia se verificó en el Paraninfo Enrique Díaz de León, en ella tomó posesión de la rectoría el licenciado José Parres Arias, y asistió como invitado de honor el presidente de la república Luis Echeverría Álvarez, quien fungió como testigo y padrino del primer acuerdo que citaba a todos los directores de las Escuelas y Facultades, a los representantes ante el Consejo General Universitario y al presidente de la feg, Guillermo Alejandro Gómez Reyes, para inmediatamente estudiar, integrar y aprobar la comisión que debería elaborar la reforma al bachillerato.
Se eligieron 16 universitarios para integrar la comisión del caso, que se subdividió en dos subcomisiones, una académica integrada por el doctor Enrique García Ruiz, el ingeniero Edmundo Ponce Adame, el doctor Héctor García Álvarez, el licenciado Juan Solórzano Anguiano, el licenciado José Luis Leal Sanabria, y los estudiantes Ángel Espinosa, Ernesto Gutiérrez Niebla y Ezequiel Pérez Castellanos. Y la segunda subcomisión de carácter técnico, que se integró con el mismo arquitecto Edmundo Ponce Adame, el ingeniero Martín Hernández Carrillo y el profesor Genovevo Sigala Arellano, y los estudiantes Estanislao Amezcua, Alfredo Chavarría Velasco y Arturo Lomelí.
Las bases de la reforma eran la Constitución Política, las orientaciones del presidente de la república y del secretario de Educación Pública, ingeniero Víctor Bravo Ahuja, y los acuerdos de la Asociación Nacional de Universidades e Institutos de Enseñanza Superior, y se tomaron muy en consideración los problemas específicos del estado de Jalisco y su región de influencia.
El acuerdo de Villahermosa de la anuies determinaba:
El nivel superior de la enseñanza media, con duración de tres años, deberá ser formativo en el sentido genérico de la palabra; más que informativo o enciclopédico, se concebirá en su función de ciclo terminal y antecedente propedéutico para los estudios de licenciatura. Incorporará los conocimientos fundamentales tanto de las ciencias como de las humanidades, y en forma paralela capacitará específicamente para la incorporación al trabajo productivo.1
En su intervención, el rector advirtió sobre el sentido que debería tener esta reforma:
Hace mucho tiempo se hacen reformas universitarias de cada una de ellas salimos con una desilusión y con un fracaso en la mente y en el corazón. Sobre los viejos esquemas de Gabino Barreda o del maestro Justo Sierra, quitábamos o poníamos materias; en el mejor de los caso creábamos alguna institución que estuviera acorde con el renacimiento o con el desarrollo de la patria mexicana, pero siempre quedábamos en la misma situación, nuestras universidades han vivido ajenas al desarrollo de la propia patria, y hemos seguido produciendo –digámoslo con verdad– profesionales que ven su interés individual, y que olvidan las angustias de su pueblo y el drama de su patria.