Rectores en la Red Universitaria en Jalisco (1989-2017)
Visita de José Mujica (2014)
El 6 de diciembre de 2014, la Universidad de Guadalajara se honró con la visita del presidente de la República Oriental de Uruguay José Alberto Mujica Cordano, quien vino a recibir el galardón Corazón de León, otorgado por la feu .
El acto académico se celebró en el Auditorio Salvador Allende del cucsh, ante la gran concurrencia mayoritariamente estudiantil. El rector Itzcóatl Tonatiuh Bravo Padilla le dio la bienvenida, y luego el presidente de la feu, José Alberto Galarza Villaseñor, presentó los sobrados argumentos que motivaron la entrega del galardón aludido al presidente latinoamericano.
En su discurso José Mujica correlacionó la espiral de violencia que se vive en nuestros países, con la injusta distribución de la riqueza, y la consecuente concentración del poder, así aseveró: 85 personas tienen lo mismo que casi la mitad de la humanidad pobre.
Ante la tentación de las soluciones fáciles y demagógicas, recordó que si no hay inversión no hay trabajo, y si no hay trabajo no hay oportunidad para nadie. El primer instrumento para asegurar la distribución de la riqueza se llama salario. En Uruguay su gobierno media para ayudar al trabajador, pero no debe pasarse de la raya porque el capital se va a otros países en los que le den mejores condiciones.
Luego advirtió que no venía a ofrecer soluciones
sino a enriquecerles la cabeza, ver al mundo dinámico como se mueve. Porque necesitamos decisiones globales, porque los políticos únicamente ven las próximas elecciones.
Si partimos de que hay una excesiva concentración de la riqueza, y de que la sociedad de consumo, nos lleva a un nivel de compromiso permanente con el trabajo, donde enajenamos completamente nuestra libertad. 1
Ante lo cual cuestionó:
¿Por qué? Por qué estamos enganchados con la idea de que la felicidad es comprar, comprar y comprar. Cuando tú compras algo no lo compras con dinero, lo compras con el tiempo de tu vida que gastaste para obtener ese dinero. Nunca te olvides de esto.
Y el único bien que no se compra es el bien superior: la vida. No puedes decir que con una tarjeta, en un supermercado te vendan cinco años más de vida. Así no funciona esto. Por lo tanto, es la moneda más grandiosa que tenemos: la vida, es casi un milagro, estar vivo es un milagro, los chances en contra son infinitos. De entrada, de cuarenta millones de oportunidades, sólo teníamos una…
Esto significa, que el tiempo de nuestra vida es la riqueza superior que podemos tener, frente a todas las riquezas de este mundo. El cómo gastas el tiempo no comprable de tu vida, es la cuestión fundamental de tu existencia.
En la vida es importante el amor al cual hay que dedicarle mucho tiempo, los hijos y un puñado de amigos. Lo demás es inflación de la vanidad.
Se puede recrear la vida, porque tú deliberadamente tomas un rumbo, y te esfuerzas por sostener ese rumbo. Y eso es muy trascendente, porque eso es la libertad. Y eres libre cuando tienes ese tiempo glorioso, en el que ejecutas las cosas que a ti te motivan.
Pero si tienes una vida material, tan complicada que precisa de tantas cosas, se te va la vida y el tiempo de tu vida, detrás de las cosas, atendiendo esas complejidades y cuando quieres acordarte, te despiertas y ya eres un viejo reumático y ya marchaste.
Por eso, la defensa a las deformaciones del libre consumo están acá [y se tocó la cabeza], el freno… digo que hay límites que cada cual debe pelear acá [nuevamente se tocó la cabeza]… Y no dejarse llevar del hocico, por una campaña de marketing, de compre esto, o de compre aquello y mantenerse en una cola, porque te doy tal o cual oportunidad. Y en el fondo vivís desesperado, porque abandonas las cosas que más quieres.
Y si tienes hijos, como no quieres que les falte nada, terminas faltándole uno. No tienes tiempo de ser amigo de tus hijos, porque estás ocupado con la máquina de hacer cosas.
Y así no funciona la relación familiar. No entendiste que todos los monos, todos los primates, requieren cuidados intensivos, afectivos. Porque así estamos programados. Pero nada vale tanto, como el cariño, el afecto. Estoy diciendo cosas muy, muy elementales, pero eternamente olvidadas.
¿Y por qué las digo? Porque lo único que quiero transmitirles, es que nada más vale que la vida, y lo que hay que cuidar es la vida. Pero la vida, para vivirla con hermosura. Y vivirla con hermosura, es darle contenido y un rumbo.
Y en ese rumbo de la vida, puede estar la preocupación por el mejoramiento de las condiciones humanas de los demás. 2
Al recordar su experiencia como luchador social, afirmó que los únicos derrotados son los que bajan los brazos. Y pidió a los jóvenes que si fracasaban una y otra vez, hasta cincuenta veces o más, valía la pena volver a empezar.
Porque quien quiere la vida, tiene que cultivarla en todos sus frentes.
Finalmente agradeció a México por su solidaridad con la revolución cubana cuando no tenía ni para comer, y con los exiliados de la Guerra Civil Española y de las dictaduras latinoamericanas; expresó: “gracias México porque tus hijos, y los hijos de tus hijos, cuando miran por ahí no renuncian a ser mexicanos, a hablar en castellano, a soñar en castellano y a ser parte de nuestra América y de nuestra gran nación que todavía se está haciendo, todavía se está amasando”.3
Los estudiantes recibieron sus palabras con una gran ovación puestos de pie, y lo despidieron con grandes muestras de simpatía y afecto.