Los universitarios sin universidad

Vizcarra Batres, José Marcelino

Nació en Guadalajara, Jalisco, en 1874. A sus once años inició sus estudios de dibujo y pintura en el Liceo de Varones del Estado de Jalisco, donde fue discípulo del maestro Felipe Castro.

En 1888 obtuvo el primer lugar en la clase de Pintura del Liceo, por lo cual el gobernador de Jalisco, el general Ramón Corona, le entregó una medalla. En 1891, al concluir su formación académica, expuso siete cuadros en la exposición de estudiantes del mismo Liceo, entre los que destacaron Una señorita en una calle de Guadalajara y El voceador de periódicos.

Se trasladó a la Ciudad de México para continuar su formación en la Escuela Nacional de Artes Plásticas –antigua Academia de San Carlos–. En 1892 obtuvo el tercer lugar en la xxii Exposición Nacional, con su cuadro El voceador de periódicos, y en 1894 ganó la medalla de plata en la gran Exposición Colombina de Chicago, Illinois, por sus dibujos y acuarelas.

En septiembre de 1920 presentó “La sala expositora de otoño” con un centenar de sus acuarelas. Ese mismo año en Guadalajara se inauguró la “Fiesta de la raza”, con sesenta de sus óleos. Y en 1932, en el Hotel Embajadores de Los Ángeles, California, expuso con gran éxito veinticinco de sus cuadros con temática mexicana.

En la Escuela Preparatoria de Jalisco de la Universidad de Guadalajara impartió las cátedras de Pintura y Dibujo. También dio clases particulares de Pintura; entre sus discípulos estuvieron: Juan Soriano, Jesús Guerrero, Raúl Anguiano, Javier Arévalo, Guillermo Chávez Vega, Gabriel Flores, entre otros.

Algunas de sus obras son los retratos de Gerardo Suárez, Antonio Zaragoza, Emetrio Robles Gil, José María Vigil y Amado Nervo; además de Retrato de dama, Familia Dávila Garibi-Gónzalez y Chávez (1926); Paisaje con vacas (1899); Paisaje del Lago de Chapala, Paisaje nocturno del Lago de Chapala, Paisaje en la Colonia Seatle, Barranca de OblatosI, Barranca de Oblatos II, Campesino, Paisaje con figura femenina, Casa solariega, Casa del pueblo, Fachada, Sacristía, Coro alto, Palacio de Medrano I, Palacio de Medrano II, Bodegón, El día de la fiesta, Flores del campo (1926); Penitente, Danzante, Mozo tocando la guitarra, Jornalero, Indio serrano (1931); Indio, Retrato de joven, Jicarera, Pareja campesina, A la pasadita, Perfil de anciano, Niño (1953); Herrero, Los enterradores, Caridad (1919); Cristo sumo y eterno sacerdote –o La Institución del Sacerdocio–, Virgen de Guadalupe (1936); y Virgen del Perpetuo Socorro1


De sus retratos, alcanza notoriedad


una obra especial por su estilo y manufactura es el retrato de la familia Dávila Garibi fechado, en 1926, imagen de conjunto señalada por los suaves tonos de verdes y azules que destacan la supremacía femenina del grupo y enmarcan la figura noble del erudito José Ignacio Dávila Garibi; por la holgada disposición entre los personajes así como el fondo en el mismo tono que los vestidos de las niñas ofrecen una atmósfera etérea acentuada por la temporalidad de la moda que visten las mujeres.2


Por lo que respecta a su obra de tema religioso,


entre lo más celebrado está el enorme lienzo La Institución del Sacerdocio, resuelto a la manera de los nazarenos o puristas, corriente puesta en circulación en México por el pintor Pellegrín Clavé, artista formado en Roma y asociado al nazarenismo catalán. Hay en La Institución del Sacerdocio colores azules y rosas suplementarios que lo acerca a un manejo ahora conocido como pop; personajes en posturas estudiadas y acomodados jerárquicamente en el que al pie de Cristo están dos sacerdotes de la ‘tradición judía’. Los colores y formas en este caso sólo reflejan influencias de la publicidad y la fotografía en la recreación del estilo purista.3

En sus últimos años estableció su taller en la calle de Reforma del centro de Guadalajara, donde continuó su obra artística y aconsejaba a los nuevos pintores.
El 8 de octubre de 1956 murió en Guadalajara “olvidado –tal vez por haberse hecho tan cotidiano para Guadalajara, dada su tan prolongada vida– […]”.4

En el año 2005 se presentó una exposición de su obra en el Museo de la Ciudad de Guadalajara.

Juicios y testimonios

Guillermo Ramírez Godoy: “Sobresaliente artista de la plástica y ejemplar maestro de tres generaciones de pintores. Pese a su formación académica supo evolucionar con creatividad a lenguajes expresivos finiseculares, como el impresionismo, y dejar importantes testimonios que sorprenden por su calidad técnica y sentido estético”.


Xavier Torres Ladrón de Guevara: “José Vizcarra marca la transición del academicismo hacia la pintura regionalista, aun cuando parte de su obra conserva los lineamientos tradicionales; fue un pintor de obra prolífica realizada en las últimas décadas del siglo xix y durante la primera mitad del siglo xx. Vizcarra supo plasmar en sus lienzos un arte sobrio y sencillo; fue extraordinario intérprete de la naturaleza y magnífico retratista de los tipos comunes de la ciudad y del campo”.


Referencias
  1. Este catálogo pertenece a la exposición homenaje a José Vizcarra, que tuvo lugar del 17 al 10 de abril de 2005, en el Museo de la Ciudad de Guadalajara ↩︎

  2. Arturo Camacho Becerra, “A la luz del realismo o del realismo a la luz. Antología audaz de un maestro de pintores: José Vizcarra (1874-1956)”. Claudio Jiménez Vizcarra et al., José Vizcarra Batres, Guadalajara, Museo Claudio Jiménez Vizcarra, Ayuntamiento de Guadalajara, Museo de la Ciudad de Guadalajara, 2005, p. 9. ↩︎

  3. Ibid., p. 10. ↩︎

  4. Jiménez Vizcarra, “Presentación”, José Vizcarra…, op. cit., p. 5. ↩︎