Álvarez Ramírez, Arturo
Nació en Zapotlán el Grande, Jalisco –Ciudad Guzmán–, el 8 de mayo de 1935. Fue hijo de los señores María de Jesús Ramírez y de Magdaleno Álvarez, de profesión obrero.
Cursó la primaria en el Colegio México de 1942 a 1948, y de 1948 a 1951 la secundaria en la Secundaria Federal por cooperación, ambas en su ciudad natal.
En 1951 se trasladó a la ciudad de Guadalajara e ingresó a la Escuela Vocacional, donde realizó su bachillerato. De 1953 a 1953 cursó sus estudios profesionales en la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad de Guadalajara, obtuvo el grado de ingeniero químico con la tesis “Estudio de la corrosión causada por el oxígeno en calderas de alta presión”.
Cursó la especialidad en ingeniería industrial en la Universidad de Syracuse, Nueva York, de 1959 a 1960; en ese último año estudió la especialidad en comunicación en la Michigan State University, y en 1968 el curso de actualización química en la Universidad Berkeley, California.
De 1960 hasta su fallecimiento fue catedrático de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad de Guadalajara, donde impartió de 1960 a 1992 el primer curso de Química, de 1965 a 1990 el de Síntesis Orgánica, y a partir de 1983 fue profesor de Química en los cursos de actualización para los profesores del bachillerato universitario.
A lo largo de más de tres décadas hizo “escuela” en un fructífero magisterio pleno en sabiduría, humanismo y exigencia para con sus estudiantes. Hombre de la Universidad de Guadalajara, siempre rechazó los ofrecimientos para irse a trabajar a otras universidades aun con mejores salarios, porque en su Universidad había dado lo mejor de sí.
Las siguientes expresiones del humor estudiantil dan testimonio de su estilo magisterial:
Antes de salir a vacaciones de Navidad y Año Nuevo, el ingeniero Arturo Álvarez generosamente regala[ba] a sus alumnos, año con año, gigantes chupaletas y caramelos. Muy buen detalle sin duda; pero por ahí dicen las malas lenguas que les pone un poco de carbonato, para que él que los coma repita, no del estómago, sino el año […]
Con relación al artículo 108 de la Ley Orgánica de la Universidad, el nombre del elemento # 108 de la tabla periódica: Arturiato […]
El mejor repelente de la Facultad: Arturiato de Reprobamina. 1
Y en una celebración del “Aquelarre” –fiesta tradicional de la Facultad de Ciencias Químicas–, evocando su proverbial puntualidad, se versificó:
La muerte llegó por Arturo
y no se lo pudo llevar,
llegó después de la siete
y ya no la dejó entrar.2
Fue secretario de la Facultad de Ciencias Químicas de 1965 a 1969; de 1965 a 1974 fue miembro del Consejo General Universitario y miembro del Consejo de la Facultad de Ciencias Químicas en veinte ocasiones; de 1967 a 1973 fue secretario de la Sociedad de Profesores de la Facultad de Ciencias Químicas, de 1960 a 1992 ocupó la jefatura del Departamento de Química, y de 1980 a 1990 se le encargaron los laboratorios de Química General y de Química Orgánica.
Fue asesor del proyecto “rest” entre la Universidad de Guadalajara y la Universidad de California de Los Ángeles, y del proyecto “Química Digital” entre la Universidad de Guadalajara y la ibm. Dirigió alrededor de ciento cincuenta tesis profesionales.
Elaboró los textos Experimentos en química general y Experimentos en química del Carbono; asimismo los artículos “Un experimento múltiple” y “Un cromatógrafo de gases, construcción y experimentación, con fines didácticos”. En 1990 impartió la conferencia “La vocación del ingeniero químico”, en la Escuela Preparatoria número 5.
También diseñó un aparato de uso múltiple que simplificó e indujo al mínimo el uso de material de laboratorio al reducir consiguientemente el costo de la experimentación. Además diseñó un sistema de recuperación de agua en el laboratorio de Química Orgánica, que evitaba su consumo excesivo; y un sistema de administración para los laboratorios de Química que optimizó el uso de los materiales de las prácticas de laboratorio.
Falleció en Guadalajara el 28 de noviembre de 1992, y tras recibir el homenaje póstumo de la comunidad universitaria, fue sepultado en el Parque Funeral Colonias.
En el décimo aniversario de su deceso se colocó en el Jardín de la Química del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías un retrato escultórico de bronce, con la siguiente inscripción: “Formador de ingenieros químicos útiles a la sociedad. Maestro íntegro, ejemplo de amistad y servicio”.