Biografías por órden alfabético

Bailón González, Manuel


Nació en San Marcos, Jalisco, el 26 de febrero de 1915. Fueron sus padres los señores Lorenzo Bailón y Leandra González, ambos de origen muy humilde.

Cursó los primeros cuatro años de primaria en la escuela municipal de su pueblo natal. Al ver su talento y su carácter fuerte, su familia lo envió a Guadalajara para concluir su educación elemental en la escuela federal tipo Ramón Corona, que se ubicaba en el edificio que fuera del Beaterio de Santa Clara –en Liceo y Juan Álvarez–.

En 1931 se matriculó en la Escuela Preparatoria de Jalisco, para cursar durante cinco años el equivalente a la secundaria y el bachillerato, y en 1939 inició sus estudios profesionales en la Facultad de Derecho de la Universidad de Guadalajara, donde fue estudiante fundador del Bufete Jurídico de Servicio Social.

Se tituló como abogado el 19 de febrero de 1943, con la tesis “La inconstitucionalidad de la cláusula de exclusión en los contratos de trabajo”, la cual medio siglo más tarde fue aceptada como tesis jurisprudencial por la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

En 1951 fue nombrado profesor de las cátedras de Derecho Civil y de Derecho Constitucional en la Facultad de Derecho de la Universidad de Guadalajara, las cuales impartió hasta su deceso. Sobre su estilo magisterial, Silviano Urzúa Ochoa evocó:

Todavía recuerdo al licenciado Manuel Bailón González en su clase de contratos, que era un maestro rígido, severo, al estilo prusiano –si se quiere–; pero eso solamente dentro [del aula] y con el alto propósito de que los alumnos aprendieran lo que él estaba enseñando; pero fuera de la clase, era el maestro cordial, amable, sencillo, que nos platicaba todas sus anécdotas personales y de quien, obviamente guardamos un magnífico recuerdo. 1

El aprecio de los estudiantes se expresó de muy diversas formas, pero muy especialmente cuando la generación de abogados 1953-1958 escogió su nombre para denominarse y lo eligió como su padrino.

Fue nombrado director de la Facultad de Derecho el 1° de mayo de 1959. Su principal preocupación se centró en la estricta aplicación del reglamento vigente, antes que intentar la elaboración de uno nuevo “con tales principios, sumados a una estricta disciplina y procesos selectivos puestos en vigor, se procuró y se logró detener el adocenamiento y explosión de maestros y alumnos respectivamente”. 2

A pesar de las ampliaciones al entonces edificio de la rectoría, resultaba ya insuficiente para que siguiera funcionando como sede de la Facultad de Derecho, los estudiantes eran más de cuatrocientos, y había alrededor de doscientos aspirantes, por lo cual el licenciado Bailón se dio a la tarea de gestionar un nuevo edificio ante las autoridades universitarias y estatales. Entonces el gobernador del estado de Jalisco Juan Gil Preciado cedió el terreno en las Barranquitas al norte de la ciudad, y con gran entusiasmo con el arquitecto Salvador de Alba estudió y proyectó el edificio.

Como ya se mencionó antes, fue un director enérgico que aplicó las normas disciplinarias del caso, sin favoritismos y sin compromisos políticos, lo cual irremediablemente lo llevó a enfrentar una huelga, promovida por algunos profesores y la representación estudiantil de entonces.

Al ser reelecto director de la Facultad de Derecho, dejó la dirección en 1962 para ocupar una curul en el Congreso del Estado de Jalisco, sin duda contrariado por el movimiento huelguístico. A pesar de esto, desde el Congreso demostró su gran amor por su Alma Mater; como presidente de la Comisión de Hacienda gestionó la ampliación del presupuesto de egresos, para que empezaran los trabajos del proyectado edificio del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades. El gobernador Gil Preciado le había manifestado que no vetaría el decreto de ampliación del presupuesto, siempre y cuando él se hiciera responsable de esa obra, que fue objeto de especial fiscalización por la Comisión de Hacienda en cuanto a la aplicación de gastos y la calidad de la obra. Así, ese edificio fue una obra del gobierno del estado para la Universidad de Guadalajara.

En el ejercicio de su profesión fue agente del ministerio público adscrito a la Cruz Roja, y como tal se caracterizó por su honradez, lo que le valió la confianza de sus superiores. También fue presidente auxiliar de la Junta de Conciliación y Arbitraje en el Departamento del Trabajo del Estado de Jalisco; juez calificador del Ayuntamiento de Guadalajara, director del Registro Público de la Propiedad y presidente del Consejo Local de Tutelas.

Su bufete jurídico, ubicado en el edificio Mercantil de la calle Independencia, mantenía estrechas relaciones con los destacados abogados de entonces: León Aceves, Alberto Orozco y Víctor Manuel Santana, entre otros.

Como litigante uno de los casos más difíciles que postuló fue la defensa de Heliodoro Ruvalcaba González, considerado como enemigo político del gobernador del estado de Jalisco Jesús González Gallo, quien lo acusaba de la muerte de su hermano, por lo que era un caso que ningún abogado quería defender, considerando que arriesgaban la vida; sin embargo el licenciado Bailón lo llevó apegado a Derecho, y ganó el amparo en materia penal hasta la exculpación del acusado.

En 1945 fue notario público adscrito a Arenal, Jalisco. En 1954 litigó y ganó un amparo para ascender a notario supernumerario, ya que se oponía el mismo secretario general de gobierno del estado de Jalisco Alberto Fernández, y finalmente en 1957 obtuvo el fiat de notario titular.

Como antes se mencionó, fue electo diputado en 1962 a la xliii Legislatura del Congreso del Estado de Jalisco, por el distrito número 13 con cabecera en Sayula, y se caracterizó por su permanente contacto con sus electores. Además de presidir la citada Comisión de Hacienda, también fue presidente de la Comisión de Estudios Legislativos, en dos ocasiones fue vicepresidente de la Cámara, y en enero de 1963 presidió la Comisión Permanente.

Durante su periodo de diputado, no dejó de impartir sus clases en la Facultad de Derecho, en la cual en varias ocasiones fue elegido consejero maestro.

Se distinguió como promotor y benefactor de las obras públicas de su pueblo natal, San Marcos. Así gestionó que la escuela primaria fuera construida de concreto y no de materiales prefabricados, como se hacía en todas partes. También promovió el establecimiento del jardín de niños, de la escuela para estudiantes especiales y de la secundaria. Lo cual posibilitó más tarde el establecimiento y el sostenimiento de una preparatoria, a la cual asisten estudiantes de los pueblos aledaños. También gestionó la construcción de una carretera y de un bordo de aguas para la mejora de las cosechas agrícolas, y la edificación de la escuela de Atoyac, Jalisco.

Fue autor de un gran número de documentos como litigante y notario, y de los apuntes de los cursos de Derecho Civil, los cuales planeaba publicar como libro de texto.

El 4 de febrero de 1986, con motivo del Día del Abogado, el Ateneo Mexicano de Jurisprudencia A.C. y el Colegio de Abogados Constituyente Luis Manuel Rojas, le ofrecieron un homenaje.

Luego de haber aplicado los exámenes extraordinarios en la Facultad de Derecho y cuando se disponía a salir de vacaciones al extranjero, falleció en el Aeropuerto de la Ciudad de México el 20 de julio de 1986. Sus restos mortales fueron trasladados a Guadalajara, y fue inhumado en el Parque Funeral Colonias.

El 12 de septiembre del mismo año en que falleció, en emotiva sesión extraordinaria del Consejo de la Facultad de Derecho, se reconocieron sus méritos con la imposición de su nombre a un aula.

El Congreso del Estado de Jalisco, reunido en el antiguo edificio del Templo de Santo Tomás, le confirió post mortem la condecoración Ignacio L. Vallarta el 7 de septiembre de 1993.

Finalmente, el 27 de septiembre de 1999 el Instituto Estatal del Federalismo y el Ayuntamiento Constitucional de San Marcos, en un homenaje conjunto colocaron un monumento en bronce con su efigie en la plaza principal. Además se confiere una presea con su nombre a los habitantes distinguidos de su pueblo natal.

Una cátedra del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades lleva su nombre.

Juicios y testimonios

Daniel Martín González Bernal: “Durante toda su vida dio muestra de esforzado afán de servicio a la comunidad, enalteciendo a las instituciones, dedicándose a la docencia y desempeñándose como excelente notario público de la ciudad de Guadalajara”.


Pedro Vargas Ávalos: “El licenciado Bailón siempre meditaba lo que decía, de allí que no cometiera yerros y normalmente no se buscara adversarios por insensibilidad, salvo cuando se oponían a su vertical conducta. Depositario de muchas virtudes, la honradez y conocimientos eran sus principales dotes. Amigo intachable, se le reconocía por su lealtad y empeños solidarios”.


Referencias
  1. Archivo del Congreso del Estado de Jalisco (acej), Diario de los debates de la liii Legislatura del Estado de Jalisco, 7 de septiembre de 1993, p. 79. ↩︎

  2. Pedro Vargas Ávalos, Breve historia de la Facultad de Derecho de la Universidad de Guadalajara, Guadalajara, Ed. del autor, 1980, p. 57. ↩︎