Barba Adame, Salvador

Nació en Yahualica, Jalisco, el 8 de enero de 1922. Fueron sus padres los señores Paula Adame y Lino Barba de oficio agricultor.

En el Seminario Conciliar de San José de Guadalajara cursó Latín, Filosofía y Teología. El 21 de diciembre de 1946 recibió la ordenación sacerdotal de manos del arzobispo metropolitano de Guadalajara José Garibi Rivera.

Ejerció su ministerio sacerdotal como vicario parroquial en San Pedro y en San Andrés, Tlaquepaque, también fue capellán de la Casa de la Niña Obrera y segundo vicario de la parroquia de la Madre Santísima de la Luz.

El 28 de marzo de 1960 fue nombrado primer cura de la parroquia de la Divina Providencia en el sector Reforma de la ciudad, ya desde 1958 como capellán se había dado a la tarea de construir el templo, y sobre la elección del estilo arquitectónico expresó:

Cuando me destinaron a este lugar presenté un proyecto muy grande al señor Garibi, en ese entonces arzobispo. Él proponía un proyecto más pequeño: del tamaño del templo de San Felipe de Jesús y de ese mismo estilo. Bosquejé ahí mismo, en su oficina, un plano de esta iglesia. Él me objetó que no le gustaba el arte moderno. Pero me dijo, si usted quiere, hágalo. A partir del proyecto original en pocos meses elaboramos el plano formal, hecho por mí, que le presentamos al señor arzobispo. Empezamos sin tener fondos ni posibilidades del barrio, que nos cubriera los gastos tan altos que iba a originar este templo. Fue en realidad una aventura.¹

Con grandes dificultades levantó un enorme templo, con su gran cúpula de color amarillo, y sus enormes vitrales diseñados por él mismo, que representan al sur la Divina Providencia, al norte el Cristo Cósmico, al poniente la creación del hombre y al oriente las tres culturas.

Ciertamente no llegó a concluir el templo, pero sin duda es uno de los edificios característicos del paisaje citadino de Guadalajara, que se puede apreciar desde muy lejos.

En la Universidad de Guadalajara fue nombrado profesor de tiempo completo, e impartió las cátedras de Ética y Filosofía en la Escuela Vocacional y de Composición en el Departamento de Ejercicio Profesional de la Facultad de Ingeniería.

Ante el laicismo e incluso el anticlericalismo de la época, se caracterizó por oficiar los servicios religiosos sin mayores trámites burocráticos y con la mayor discreción posible en la capilla de su parroquia de la Divina Providencia, para los políticos y universitarios de marcada tendencia jacobina.

En los ambientes gubernamentales federales y estatales fue muy apreciado, e incluso el presidente de la república Adolfo López Mateos, con quien tenía relaciones de carácter cultural, le regaló su auto, un Porsche.

Con el fin de prevenir y combatir el consumo de las drogas y otros vicios entre los niños y los adolescentes de su parroquia, en 1975 fundó y dirigió el Coro Xochiquetzalt (pájaro que canta entre flores), el cual llegó a adquirir gran notoriedad artística. El coro realizó varias giras por Europa, interpretando música sacra y vernácula de México, incluso en Roma. Durante la visita del papa Juan Pablo II a Guadalajara el 30 de enero de 1979, interpretó en la Plaza de Armas la marcha pontificia “O Roma Inmortale”. También participó en un gran número de festivales y concursos, e interpretó las partes corales de las funciones de ópera presentadas en el Teatro Degollado. De sus propios recursos, el padre Barba becó por tres años a Pascual González Moreno, para que fuera a estudiar a la Escuela Superior de Música de Viena, Austria, y luego lo sucediera en la dirección coral.

Falleció en Guadalajara el 21 de septiembre de 1991, y fue inhumado en el Panteón Municipal de Mezquitán.

Juicios y testimonios

José Manuel Jurado Parres: “Era una persona muy vertical, igualaba su vida con su pensamiento; a todos daba su lugar, y a su vez lo exigía para sí mismo; era muy humano y muy sensible para las cuestiones artísticas, en especial de la música”.