Carballo Chávez, Emmanuel
Nació en Guadalajara, Jalisco, el 2 de julio de 1929. Fueron sus padres los señores Gertrudis Chávez y Avelino Carballo, español dedicado al comercio.
En los colegios Jalisco y Cervantes de los hermanos maristas cursó su instrucción primaria y la secundaria, y el bachillerato lo realizó en el Instituto de Ciencias de los jesuitas, sobre lo que escribió:
Permanecí con ellos casi cinco años, que fueron los más provechosos y felices de mi vida escolar. Por principio de cuentas sentí que me trataban como adulto y no como niño minusválido. Aceptaban, o mejor fingían aceptar, que cada uno de nosotros era distinto, que tenía sus propios problemas y sus propios proyectos. 1
Por no existir en la ciudad una escuela de letras, ingresó en 1948 a la Facultad de Derecho de la Universidad de Guadalajara, pero en el tercer año lectivo decidió dejar los estudios jurídicos.
A partir de 1947 empezó a escribir en las revistas literarias, y desde 1949 en los periódicos locales. El 15 de enero de 1949 apareció el primer ejemplar de su revista literaria Ariel, y en 1952 publicó la revista Odisea, de la cual sólo salió un número.
El 1° de septiembre de 1950 fue nombrado profesor interino de Literatura cursos I y II en la Escuela Vocacional de la Universidad de Guadalajara. También impartió Relaciones Humanas e Historia Universal, luego adquirió la titularidad de sus cátedras, además fungió como miembro de la Comisión de Admisión de dicha Escuela, y el 16 de julio de 1953 se le nombró secretario de la misma.
El 1° de enero de 1952 fue nombrado profesor de Español IV en la Escuela Politécnica del Instituto Tecnológico de la Universidad de Guadalajara, ahí mismo se instaló la imprenta universitaria, donde se imprimió gratuitamente la revista Ariel y colaboró en la publicación de la colección Biblioteca Jalisciense, para la cual preparó y escribió el prólogo de los Cuentos completos, en dos tomos, de José López Portillo y Rojas.
El 1° de septiembre de 1953 solicitó licencia a sus cátedras universitarias al recibir una beca del Centro Mexicano de Escritores, auspiciado por la Fundación Rockefeller, estableciéndose en la Ciudad de México y donde de 1955 a 1957 fue becario de El Colegio de México. Desde entonces se dedicó prácticamente de tiempo completo a la crítica e investigación de la literatura latinoamericana, española y mexicana de los siglos xix y xx; así explicó su itinerario como crítico de letras:
Comencé a hacer crítica en 1949 con un proyecto muy definido. Me plantee realizar el estudio de quienes entonces eran los protagonistas de la literatura mexicana (los Contemporáneos, Martín Luis Guzmán, Agustín Yáñez, Arreola, Elena Garro, etcétera); luego inicié la revisión de los escritores latinoamericanos como Julio Cortázar y Gabriel García Márquez, entre otros. Mi propósito fue estudiar la literatura mexicana en el amplio contexto de las letras latinoamericanas y eso es lo que está presente en mis libros, pero hoy [2003], no obstante me interesa leer a los nuevos escritores, como crítico ya soy una especie de figura para el museo de cera. 2
Los cargos que ejerció fueron: coordinador de Literatura en la Dirección Cultural de la unam y secretario de redacción de la Revista de la Universidad, de 1954 a 1960; fundador –con Carlos Fuentes– de la Revista Mexicana de Literatura, en 1955; editor de la Gaceta del fce, de 1958 a 1963; miembro del consejo editorial de la revista cubana Casa de las Américas, de 1962 a 1972; director literario de Empresas Editoriales, de 1964 a 1968; director fundador de la Editorial Diógenes, de 1966 a 1988; y director de Difusión Cultural de la Universidad Autónoma de Puebla, de 1973 a 1974.
También fue profesor de Literatura Mexicana, en la Facultad de Filosofía y Letras de la unam.
En el ámbito del periodismo cultural y de la revistas literarias, fue de 1949 a 1952 colaborador de El Occidental de Guadalajara, y a partir de 1953 publicó en los suplementos culturales de los periódicos de la capital de la república: “México en la cultura” de Novedades, “Diorama de la cultura” de Excélsior, “El Sol en la cultura”, “Sábado” de Uno más uno, cofundador de “La cultura en México” de la revista Siempre y coordinador del suplemento “Artes, Letras y Ciencias” de Ovaciones.
De 1974 a 1975 fue director editorial de El Sol de México y de la Organización Editorial Mexicana, de 1975 a 1978 dirigió los Cuadernos de Comunicación, y de 1981 a 1984 fue codirector del suplemento cultural de El Día, “El Gallo Pitagórico”.
En numerosas universidades nacionales y extranjeras dio conferencias. Fue miembro del Sistema Nacional de Investigadores nivel iii, integrante del Consejo de la Crónica de la Ciudad de México, profesor investigador de la Universidad de Guadalajara e integrante de varios jurados en certámenes de literatura nacionales y latinoamericanos.
Sus libros e investigaciones publicadas fueron: Amor se llama (1951); Ramón López Velarde en Guadalajara (1953); Gran estorbo la esperanza (1954); Los dueños del tiempo (1965); Diecinueve protagonistas de la literatura mexicana del siglo xx (1965 –esta obra la completó en 1986–); Agustín Yáñez (1966); Jaime Torres Bodet (1968); Nueve asedios a García Márquez –en colaboración con otros ensayistas– (1969); Panorama de la actual literatura latinoamericana (1969); Y eso es todo (1972); Literatura y comunicación. Encuesta por qué, para qué y cómo escribo. Responden 124 escritores mexicanos (1977); La narrativa mexicana de 1910 a 1969 (1979); Martín Luis Guzmán, escritor de dos épocas (1985); Protagonistas de la literatura hispanoamericana del siglo xx (1987); El periodismo en el siglo xix (1987); Ya nada es igual. Memorias (1929-1953) (1994); Diccionario crítico de las letras mexicanas en el siglo xix (2001); Diario público 1966-1968 (2006); Párrafos para un libro que no escribiré nunca (2013); y Notas de un francotirador.
Su libro los Protagonistas de la literatura mexicana en el siglo xix se considera su obra cumbre, la cual lleva seis ediciones y la última en la Editorial Alfaguara.
También realizó las antologías: Cuentistas mexicanos modernos (1956); El cuento mexicano del siglo xx (1965); Narrativa mexicana de hoy (1969); El cuento mexicano del siglo xix (1981); Las fiestas patrias en la narrativa nacional (1982); La novela mexicana del siglo xix (1982); La poesía mexicana del siglo xix (1984); Testimonios sobre Cuajimalpa (1985); y El periodismo durante la guerra de Independencia (1985).
Escribió el prólogo a las siguientes obras: Trilogía ecuatoriana de Demetrio Aguilera Malta (1959); las Autobiografías de Gustavo Sainz, Salvador Elizondo, Tomás Mojarro, Juan García Ponce, Juan Vicente Melo, José Agustín, Vicente Leñero, Carlos Monsivais, Sergio Pitol, Raúl Navarrete y Marco Antonio Montes de Oca (publicadas de 1966 a 1967); Al filo del agua de Agustín Yáñez (1967); y Viva y muera México de D. H. Lawrence (1972). Presentó los discos de la colección “Voz Viva” de Martín Luis Guzmán, Manuel Rojas, Gabriel García Márquez y Luis Cernuda.
En 1987 se reincorporó como catedrático de la Universidad de Guadalajara, y como profesor investigador participó en la reforma académica de 1992. Por varios años impartió clases dos semanas por semestre, en el Departamento de Letras del cucsh, y colaboró en el programa Señales de humo de Radio Universidad.
Los reconocimientos que recibió fueron: la medalla José María Vigil del gobierno del estado de Jalisco, en 1955; el Premio Jalisco de Letras de 1990; el homenaje nacional en Bellas Artes, en 2003; el nombramiento de maestro emérito de la Universidad de Guadalajara, el 21 de febrero de 2005; el Premio Mazatlán de Literatura de 2006; el Premio Nacional de Ciencias y Artes en Literatura y Lingüística de 2006; el homenaje al Periodismo Cultural Fernando Benítez, de la xx Feria Internacional del Libro de Guadalajara, en 2007; el Premio Elías Sarquís, en 2009; la medalla de Bellas Artes, del Instituto Nacional de Bellas Artes, en 2009; y la Orden de Isabel la Católica en grado de comendador de España, en 2012.
El 20 de abril de 2014 falleció en la Ciudad de México, sus restos mortales fueron trasladados a su ciudad natal, donde el 2 de mayo siguiente recibió el homenaje de la comunidad universitaria en el Paraninfo Enrique Díaz de León.
Juicios y testimonios
Itzcóatl Tonatiuh Bravo Padilla: “[Fue] un sabio y gozoso historiador de nuestro patrimonio literario, el mejor y más acucioso lector, y crítico de la narrativa mexicana de los siglos xix y xx”.
Roberto Estrada: “[…] Carballo da un seminario a alumnos de Letras de la U. de G. Ahí conocimos de primera mano el carácter del crítico que igual podía ser afable, pero también duro, y no se andaba con medias tintas para expresar sus opiniones que, aunque ásperas para los sensibles, no dejaban de ser oportunas, ya que como dijo alguna vez, ‘a los jóvenes hay que inocularlos con la literatura, para que si no son escritores por lo menos son excelentes lectores y que sepan contagiar de literatura a sus alumnos cuando sean maestros. Eso es lo que quiero hacer y a lo que me dedico: fundamentar vocaciones’”.
Humberto Musacchio: “Es nuestro mayor crítico”.