Biografías por órden alfabético

Chávez de la Mora, Gabriel


En Guadalajara, Jalisco, nació el 26 de noviembre de 1929. Sus padres fueron la señora Victoria de la Mora Navarrete, y el doctor e historiador Arturo Chávez Hayhoe.

En el Colegio Cervantes de los maristas cursó la secundaria y la preparatoria, y por esos años trabajó como dibujante y diseñador de maquetas en el taller de los arquitectos Martínez Negrete-De la Peña.

Realizó el primer año de la licenciatura de ingeniería civil en 1947, luego en 1948 ingresó a la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Guadalajara, así fue miembro de su primera generación, lo que le dio la oportunidad de tener como maestros al arquitecto Ignacio Díaz Morales, al canónigo José Ruiz Medrano, al doctor Mathias Goeritz y al arquitecto Eric Coufal, entre otros; así integró la llamada generación “Ignacio Díaz Morales”.

En 1953 por indicaciones de Díaz Morales diseñó el águila de la plaza de la Bandera en el sector Reforma, y ganó el primer lugar del concurso convocado. Y el 20 de febrero de 1955 sustentó su examen profesional con la tesis “Proyecto para el Centro Parroquial de San José de Analco”.

Sobre el origen de su vocación religiosa expresó en una entrevista con el arquitecto Fernando González Gortázar:

Tal vez por familia había el aprecio por la vida religiosa, por algún tío, alguna tía religiosos […] Yo conocí a los benedictinos de Cuernavaca terminando tercero de arquitectura, y tuve un deseo vocacional fuerte, emotivo, de ingreso allí, pero como no me gusta dejar a medias las cosas, quise terminar la carrera […] Por eso […] te decía que le llegué a agradecer a Nacho Díaz Morales. Como que en la Escuela [de Arquitectura] se vivía en ambiente de, ¿qué diría?, la estética, lo bueno y lo verdadero, ¿verdad? Bondad y belleza son términos filosóficos intercambiables, así, lo considero yo. Trabajábamos la estética y se flotaba en un ambiente de estética, evangélicos, ecuménicos, de hombre bueno […] 1

El 5 de mayo de 1955 ingresó al monasterio de los benedictinos de Nuestra Señora de la Resurrección en Cuernavaca, Morelos; el 15 de agosto de 1959 hizo la profesión solemne de votos, y el 1° de mayo de 1965 –memoria de San José artesano– recibió la ordenación sacerdotal de manos del obispo de Cuernavaca Sergio Méndez Arceo.

Se le destinó al monasterio de su orden del Tepeyac, en la jurisdicción del Obispado de Tlalnepantla, Estado de México, el 5 de diciembre de 1967; y desde 1968 empezó a colaborar en la Basílica de Guadalupe.

En su Orden Benedictina en México, al ponerse en contacto con el impulso renovador litúrgico del Concilio Vaticano ii, estableció el Taller Ars Sacra y los talleres de artesanía religiosa.

Entre sus obras de arquitectura religiosa de diseño, renovación, readaptación o de recuperación de espacios, están: la capilla, las dependencias y los anexos del Monasterio Benedictino de Santa María de la Resurrección de Cuernavaca, 1957. En ese mismo año, por indicaciones del obispo Méndez Arceo, intervino la Catedral de Cuernavaca, lo cual causó apasionadas polémicas por el acentuado modernismo que impuso. Luego siguieron la Parroquia de San Diego en Cuautla, 1960; el Monasterio Benedictino del Tepeyac en Lago de Guadalupe, en su primera etapa, 1970; la Capilla Ecuménica de la Paz en Acapulco, en su conjunto, 1971; el Monasterio Benedictino del Tepeyac, en su segunda etapa, y la ampliación del Colegio del Tepeyac del Lago, 1972.

Otros de sus diseños y readaptaciones de los espacios litúrgicos fueron: la capilla del Seminario Conciliar de la Arquidiócesis de México; el estudio, rescate histórico y la adaptación litúrgica del presbiterio y del coro de los canónigos de la Catedral Metropolitana de Guadalajara, por cierto el diseño también provocó otra gran polémica, porque implicaba retirar el ciprés de mármol del siglo xix; los estudios para el Santuario de los Mártires en Jalisco; la Parroquia de la Madre de Dios en Guadalajara; la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe en Monterrey; el Santuario Guadalupano de Zamora; la Parroquia de San Martín de Porres en la colonia Campestre-Aragón de México, Distrito Federal, la capilla universitaria del iteso y el Albergue Trinitario, ambos en Guadalajara; y habría que agregar los múltiples centros parroquiales.

Son también de su autoría las siguientes obras: la remodelación litúrgica de la Parroquia de la Asunción, en la Ciudad de México; el proyecto de remodelación litúrgica de la Parroquia de San Buenaventura, en Maconí, Querétaro; el reacondicionamiento litúrgico de la Catedral de Sisoguichi en la Tarahumara, Chihuahua; el conjunto pastoral y el aprovechamiento de lo existente de la Catedral de San Juan Bautista de Villahermosa, Tabasco; el conjunto pastoral y el proyecto arquitectónico de la Catedral de Mexicali, Baja California; el anteproyecto de la remodelación litúrgica de la Catedral de Mérida, Yucatán; el estudio de la remodelación litúrgica de la capilla de la Nunciatura Apostólica en México, Distrito Federal; el anteproyecto para la casa-habitación del obispo Méndez Arceo; el conjunto pastoral de la Catedral de Nezahualcóyotl, Estado de México; la asesoría y los anteproyectos para la Parroquia Anglicana Christ Church, de la Ciudad de México; el centro parroquial Miguel Agustín Pro, en Torreón, Coahuila; la Capilla de San Cayetano, en Atizapán, Estado de México; las propuestas para un nuevo altar y la adaptación litúrgica del presbiterio de la Catedral Metropolitana de México; la renovación y la imagen titular de la Parroquia de Belén de Jesús, Guadalajara; el conjunto pastoral y el Santuario de Santo Toribio Romo, en Santa Ana, Jalostotitlán, Jalisco, inaugurado el 12 de octubre de 2012; el vitral y el vía crucis de la Catedral de Atlacomulco, Estado de México; la obra de la Parroquia de Nuestra Señora de las Bugambilias, en Guadalajara, entre otras.

A nivel internacional dio asesoría en el diseño o la renovación litúrgica de las siguientes obras: Capilla de la Abadía Benedictina de Santa María en Medellín, Colombia, 1973; Capilla del Priorato Benedictino de Tibatí, Bogotá, Colombia, 1973; Parroquia de Santiago, Atitlán, Guatemala, 1973; Capilla de la Abadía Benedictina de La Pierre Qui Vire, Francia, 1979; Capilla Guadalupana de la Basílica de Nuestra Señora de Lourdes, Francia, 1979; estudio de las modificaciones de la Abadía Benedictina de Monserrat, Barcelona, 1979; Capilla de la Abadía Benedictina de Amplefort, Inglaterra, 1980; estudio de las modificaciones para la Abadía Primicial Benedictina de San Anselmo, Roma, 1980; renovación de la Iglesia de la Abadía de la Asunción, Dakota del Norte, Estados Unidos, 1981; proyecto del nuevo convento benedictino de Santa Escolástica y remodelación de la Parroquia de Humacao, ambas en Puerto Rico, 1987; diseño conceptual de la nueva iglesia de la Abadía Benedictina de Saint Benoit-Du-Lac, Canadá, 1988; remodelación litúrgica de la Basílica de Nuestra Señora de los Ángeles y su atrio, Cartago, Costa Rica, 1992; asesoría y consultas, Holguín, Cuba, 2002;2 y en la Parroquia de Aparecida, Brasil, diseñó 600 m de vitrales con el tema “La historia de la fe en América Latina”.

Se considera su obra cumbre el diseño de la nueva Insigne y Nacional Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe. El abad de la Basílica Guillermo Schulenburg Prado enunció en sus memorias las aportaciones de fray Gabriel: el diseño de una basílica efímera con motivo del 75° aniversario de la coronación pontificia de la imagen guadalupana; los diseños de los requerimientos litúrgicos para la nueva Basílica –altar, sede, ambón, marco del cuadro del ícono mariano, la capilla abierta–, y fue miembro de la comisión encargada de la conservación y protección de la imagen de la Virgen de Guadalupe, y fue experto en el ritual romano para la dedicación litúrgica del edificio, el 12 de octubre de 1976.3

Ante la pregunta de una periodista de El Sol de México, quien le atribuía ser “el diseñador de los detalles” de la nueva Basílica, el propio biografiado contestó:

Usted dice que me ocupo de los detalles. Le puedo decir que he estado en el equipo ocupándome de todo con el arquitecto [Pedro] Ramírez Vázquez que preside el equipo. El es el director de la obra, con el arquitecto José Vivenjure, con Alejandro Shoenhofer y yo, somos este equipo que desde un principio hemos estado analizando el proyecto en su conjunto. O sea que estoy como arquitecto, como sacerdote y como asesor litúrgico de la obra. En cierto sentido si entro más en ciertos detalles, donde la asesoría litúrgica lo requiere.4

De manera posterior a la inauguración de la nueva Basílica, diseñó las ornamentaciones litúrgicas del nuevo baptisterio, de la capilla de los canónigos de San José y de la capilla del Sacramento.

Otras de sus aportaciones artísticas al conjunto arquitectónico del Tepeyac, fueron: el diseño, arte litúrgico –pintura, escultura–, iconografía, orfebrería, ornamentos, medallas, estandartes, logotipo, señalización, mobiliario y ajuar en la antigua Basílica, la Parroquia de las Capuchinas, la antigua Parroquia de Indios, el vía crucis, las capillas de la Casa del Peregrino, las criptas y el carrillón-reloj del atrio.

Además le correspondió diseñar el proyecto litúrgico de la Capilla de la Virgen de Guadalupe, en las grutas de la Basílica de San Pedro en el Vaticano, la cual fue inaugurada el 12 de mayo de 1992 por el papa Juan Pablo II.

Se ha desempeñado como miembro de la Comisión Nacional de Liturgia y de la Comisión Nacional del Arte Sacro, encargado de la sección de Formación y Difusión; secretario del Cabildo de Canónigos de la Basílica de Guadalupe, miembro del Consejo del abad guadalupano y canónigo honorario del mismo Cabildo guadalupano; miembro de las Comisiones de Arte Sacro de las Arquidiócesis de Guadalajara y de México; y socio de la Academia Nacional de Arquitectura y de la Sociedad de Arquitectos Mexicanos.

Ha impartido cursos y conferencias en numerosas instituciones, entre ellas: la unam, la Universidad Iberoamericana, el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey y la Universidad Popular y Autónoma de Puebla.

En otros países participó en el Congreso Internacional de Arquitectura y Artes al servicio de la Liturgia, el Ateneo de San Anselmo, ambos en Roma, Italia; y el vi Encuentro Monástico Latinoamericano, en Córdoba, Argentina. Y en el Primer Encuentro Nacional Guadalupano sustentó el 8 de septiembre de 1976 la conferencia titulada “La nueva Basílica”.

Los reconocimientos que recibió fueron: el segundo Premio Nacional en el diseño de orfebrería, en el concurso convocado por la Cámara Nacional de Fomento Exterior, 1971; el Premio San Benito Abad, por sus cincuenta años como arquitecto; el reconocimiento de la Federación de Colegios de Arquitectos de la República Mexicana, por su destacada participación en el gremio; la medalla Fray Angélico de la Comisión de Liturgia de la Conferencia del Episcopado Mexicano, estos tres últimos en 2005; y el Premio Jalisco en Artes 2010.

Además obtuvo la medalla de oro en la Segunda Bienal de Arquitectura Jalisciense, por el diseño del Teatro de San Benito Abad, del Centro Escolar del Lago en Cuautitlán Izcalli, Estado de México.

El 9 de febrero de 2006 se presentó en la Parroquia de la Madre de Dios de su ciudad natal el libro Gabriel Chávez de la Mora, en la colección “Monografías de arquitectos del siglo xx” de Alberto González Pozo, por lo que recibió el homenaje de las comunidades universitarias del iteso y de la Universidad de Guadalajara; el 2 de junio del mismo 2006, en el Centro Cultural Casa Vallarta se inauguró la exposición-homenaje “50 años de obra”, y también diseñó la custodia monumental del Movimiento Carismático de Guadalajara; de enero a mayo de 2010 se presentó en el Museo Nacional de Arquitectura de Bellas Artes de la Ciudad de México la exposición-homenaje “Fray Gabriel Chávez de la Mora / 55 años de Arquitectura / Mística y Arte”; y en 2011 en el Instituto Cultural Cabañas de Guadalajara se presentó la exposición “Fray Gabriel Chávez de la Mora. Mística y arte contemporáneo”.

En Chávez de la Mora se han conjuntado los vértices del lema benedictino ora et labora: “Algunos arquitectos han dicho que fray Gabriel es como dos personas distintas, un arquitecto y un religioso; él tiene muy clara su identidad y prefiere que le llamen fray Gabriel que arquitecto”.5

Juicios y testimonios

Silvio Alberti: “Tenemos a un Chávez de la Mora… es [de] una categoría superior”.
Fernando González Gortázar: “Fue la estrella indiscutida, universalmente admirado por sus compañeros y maestros. Su reclusión en el monasterio benedictino de Cuernavaca inmediatamente después de concluir su carrera, limitó su labor de arquitecto pero no la canceló; al poco tiempo realizó algunas cosas que parecen verdaderos clásicos”.


Eduardo Ibáñez: “Gabriel era, por su don natural, por tener tantos años trabajando con Julio de la Peña y todo aquello, uno de los alumnos más destacados”.


Marcela Vallecillo: “Ora et labora. No cabe duda que la oración ha potenciado los recursos y cualidades del sacerdote y arquitecto fray Gabriel Chávez de la Mora, multiplicando sus frutos con el binomio arquitectura-liturgia, en el diseño de los espacios adecuados para el encuentro de los hombres con Dios y con sus hermanos. Que mis obras glorifiquen a Dios y santifiquen a mis hermanos, afirma uno de los colaboradores más antiguos de la Basílica”.


Rafael Uribe Pérez: “[Fue] un arquitecto adelantado a su tiempo, ya que fue el primero en diseñar iglesias con un altar para celebrar misas de frente, es decir, ocho años antes de que la Iglesia Católica realizara esas modificaciones”.


Referencias
  1. Federico González Gortázar, “Entrevista a Gabriel Chávez de la Mora”, La fundación de un sueño: la Escuela de Arquitectura de Guadalajara, Guadalajara, Universidad de Guadalajara, 1995, p. 62. ↩︎

  2. Guillermo Plazola Anguiano, Arquitecto fray Gabriel Chávez de la Mora, Tlalnepantla, Plazola, 2006, pp. 133-134. ↩︎

  3. Guillermo Schulenburg Prado, Memorias del último abad de Guadalupe, México, Miguel Ángel Porrúa, 2003, pp. 86, 91, 128 y 161. ↩︎

  4. Centro de Estudios Guadalupanos A. C., Primer Encuentro Nacional Guadalupano, México, Jus, 1976, p. 130. ↩︎

  5. Monserrat Mauleón Lee, “Con obra a la vista de todos. Gabriel Chávez de la Mora”, Público, Guadalajara, 2 de junio de 2006, p. 44. ↩︎