Chávez Vega, Guillermo
Nació en Guadalajara, Jalisco, el 23 de marzo de 1931. Fueron sus padres los señores María Concepción Vega Millán e Ignacio Chávez Sierra, de oficio ferrocarrilero.
Cursó la primaria y la secundaria en el Colegio Unión, y la preparatoria en el Instituto de Ciencias de los jesuitas, donde ilustraba la revista estudiantil Juventud.
Sus primeras enseñanzas en el arte de la pintura las recibió del maestro José Vizcarra y luego se trasladó a la Ciudad de México para continuar su formación artística en la Academia de Bellas Artes de San Carlos.
De regreso en su ciudad natal ingresó a la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Guadalajara, donde estudió de 1951 a 1955.
Sus primeras obras de caballete tuvieron como tema lo relacionado con el oficio de su padre: máquinas de ferrocarril, y los patios y talleres de la estación de la ciudad.
En 1957, bajo el patrocinio de la Comisión de Planeación de la Costa de Jalisco, viajó a esa zona y pintó veinte cuadros temáticos de los paisajes del área de Barra de Navidad, Jalisco. En 1960 inició su obra mural, pintó el tema de Las danzas folclóricas de Jalisco, en la casa de Tequila Sauza en Guadalajara.
Realizó un estudio plástico de Lagos de Moreno en 1962, y la galería de los presidentes del comité regional del pri en Jalisco. En 1964 en el edificio de Tequila San Matías, pintó una Alegoría sobre la mitología náhuatl del agave verde.
En el cubo de la escalera del Palacio de Justicia del Estado de Jalisco, de 1964 a 1966 pintó el mural con el tema Reforma y Constitución, sobre el cual José Rogelio Álvarez escribió:
Sobre una superficie de ciento treinta metros cuadrados aparece la figura de una mujer en velo, alegoría de la justicia que presidió la promulgación de los derechos individuales en 1857 y la incorporación de las garantías sociales, sesenta años después. En torno a este motivo central dispuso a los personajes que inspiraron esas aportaciones legislativas […] De este modo se afilió Chávez Vega a la Escuela Mexicana de Pintura, cuya función es plasmar en los espacios públicos los mensajes de la Independencia, la Reforma y la Revolución. Arte público y monumental, los murales expuestos a la observación general han de contener un mensaje y entrañar una pedagogía.1
Luego produjo los siguientes murales: El hombre y la técnica en el Banco Agrícola de Villa Constitución en Baja California, 1965; la Justicia y los derechos humanos en el edificio de la Procuraduría General de Justicia del Gobierno del Estado de Jalisco, 1967; Emiliano Zapata en la Casa del Campesino, 1968, estas dos últimas en Guadalajara; Juárez y Kosciuszko, paladines de la libertad en la Escuela Benito Juárez de Varsovia, Polonia, 1968; El lago de Chapala en el Club Náutico La Floresta en Ajijic, Jalisco, 1971; Las revoluciones del mundo, en el cubo de la escalera principal del Palacio Municipal de Zapopan, Jalisco; e Historia de la medicina en Jalisco en el edificio de la Asociación Médica de Jalisco, en Guadalajara, estas dos últimas son de 1972.
En 1973 realizó su monumental mural titulado Guadalajara: homenaje a la humanidad en el auditorio de la Casa de la Amistad Internacional, la cual describe el citado José Rogelio Álvarez:
Acaso su obra más ambiciosa, en ésta llegó a su más alto grado el lenguaje plástico libre de la opresión de colonialismos norteamericanos o europeos, según él dijo de su propia obra. Alrededor de un sol orlado por palomas, cinco mujeres, alegóricas de los mayores grupos humanos, presiden un olimpo ecuménico, creativo y libertario: Beethoven, Bolívar, Miguel Ángel, Cervantes, Marie Curie, Gandhi, Ho-Chi-Min, Juan XXIII, Juárez, Martín Luther King, Tadeo Kosciuszko, Lenin, Lincoln, Lumumba, Martí, Marx, Platón, Robespierre, Bertrand Russel y Walt Whitman. Los retratos están hechos con trazos vigorosos, luces fuertes, trapeos de pliegues acentuados y manos en escorzo que reposan sobre símbolos y atributos.2
Luego pintó Las constituciones de México para el edificio que iba a ser la sede del Congreso del Estado de Jalisco, que finalmente se convirtió en el Foro de Arte y Cultura, 1976; Universidad y educación popular en la Escuela Preparatoria de Jalisco, 1978, ambos en Guadalajara; los cuatro murales transportables titulados Historia, Cultura y Actualidad Agropecuaria de Veracruz y Tabasco para el Banco de Crédito Rural del Golfo; Seguridad Social en el edificio sindical de los trabajadores del Instituto Mexicano del Seguro Social, de la Ciudad de México, 1982; Por la paz, en el muro del fondo de la capilla del Centro Cultural El Refugio de San Pedro Tlaquepaque, Jalisco, 1985; y finalmente América Latina revolucionaria en la Escuela Preparatoria núm. 3 de la Universidad de Guadalajara, 1988.
A propósito de esta última obra, cuando su hijo Guillermo Chávez Escobar lo cuestionó por qué no había cobrado nada por su trabajo en la Prepa 3 –sólo se le proporcionó el material–, él contestó: “Recuerda que es la que me dio educación y te la dará a ti”.3
En el catálogo elaborado para su Exposición retrospectiva. Pintura mural, caballete, dibujo, grabados, organizada por el Museo Regional de Guadalajara en septiembre de 1988, el total de sus obras era de 109.
Algunas de sus exposiciones fueron: en el Palacio de Chapultepec, en el Instituto de Arte de México y en 1962 en el Palacio de Bellas Artes; en Moscú, Unión Soviética, y en Sevilla, España, en septiembre de 1987; y en varias exposiciones retrospectivas y de homenaje, en su tierra natal, en total participó en 20 exposiciones colectivas y en 30 individuales.
Recibió el Premio Jalisco en la rama de pintura en 1960, y luego la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y el gobierno del estado de Jalisco lo becó para que estudiara expresión pictórica en Europa.
El 5 de julio de 1990 falleció en Guadalajara y sus restos mortales fueron inhumados en el Templo de San Enrique Emperador.
El gobierno del estado de Jalisco organizó en abril de 1991 una exposición-homenaje en el Instituto Cultural Cabañas. Al ser declarado Benemérito por el Congreso del Estado de Jalisco, sus restos mortales fueron trasladados a la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres el 4 de julio de 2002, tras recibir el homenaje de la comunidad universitaria en el Paraninfo.
Juicios y testimonios
José Rogelio Álvarez: “En resumen, en 35 años de trabajo, Guillermo Chávez Vega ha ido alternando los episodios locales con temas de carácter universal. En aquellos, se manifiesta la devoción por el paisaje y las formas culturales del pueblo; y en éstos privan las ideas que rigen su convicción política. En unos enaltece su circunstancia local, al fin oriundo de la provincia rectora del espíritu nacional; y en los otros exalta la libertad, la justicia, la creación y la paz. Así, es un pintor comprometido con su tierra y con su tiempo, pero sobre todo con la multitud de espectadores a quienes va dirigido el mensaje plástico”.
Guillermo Chávez Vega Escobar: “Su vida fue difícil, más no infeliz. Fue complicado vencer su medio, y a temprana edad, a sus padres que no entendían sus inquietudes. A eso le llamo vocación determinante. Logró comunicar su mensaje siempre humano; soñó con un mundo igualitario y justo; creía en lo que expresaba. Fue un hombre de indeclinables convicciones”.
José Trinidad Padilla López: ”Como todo humanista, consideraba el trabajo libre como símbolo de la abundancia y el bienestar como dignificación humana. Estaba convencido de que la pintura es el mejor medio de enseñanza para el pueblo”.
Referencias
-
José Rogelio Álvarez, “Guillermo Chávez Vega”, Guillermo Chávez Vega. Exposición retrospectiva, Guadalajara, Gobierno del Estado de Jalisco, Ayuntamiento de Guadalajara, Sociedad de Amigos del Museo, 1988, pp. 10-11. ↩︎
-
Ibid., p. 14. ↩︎
-
Carlos Alberto Amaral, “Tapatío, detente, vive Guillermo Chávez Vega”, El Occidental, Guadalajara, 5 de julio de 2002, p. 2. ↩︎