Biografías por órden alfabético

Cornejo Franco, José


Nació en Tepatitlán de Morelos, Jalisco, el 9 de diciembre de 1900. Fueron sus padres los señores María de Jesús Franco Martín y José María Cornejo Venegas.

A sus tres años de edad se trasladó con su familia a Guadalajara, e hizo sus estudios de primaria en el Colegio López Cotilla, y los de preparatoria los inició en el Instituto San José de los jesuitas, para continuarlos luego en la Escuela Preparatoria de Jalisco, donde los concluyó en 1918.

Desde niño fue un ávido lector, autodidacta, renunció a estudiar alguna licenciatura, sobre lo cual Luis Martínez escribió: “Cornejo, como nunca quiso seguir carrera de las clásicas: Medicina, Leyes e Ingeniería, muy tranquilo me manifestó que para ser ‘pen...’ no se necesita tener título. Convincente”. 1

Enseguida se presentan sus principales rasgos biográficos agrupados en su magisterio, los cargos que desempeñó, sus obras históricas y literarias, las sociedades a las que perteneció y las distinciones que recibió.

En 1920 inició su magisterio en la Escuela Preparatoria de Jalisco, como profesor suplente de Historia Patria y Jalisco luego impartió clases en la Facultad de Derecho y en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Guadalajara, en el Colegio Internacional, en el Colegio Italiano y en la Escuela para Guías de Turistas del Comité de Turismo del Estado de Jalisco.

Las clases que impartió fueron: Historia Universal, Historia de México, Historia de Jalisco, Historia General del Arte, Historia del Arte en México, Literatura General, Nociones de Estética, Literatura Española, Literatura Mexicana, Español cursos II y III, Historia de España y el Seminario de Historia del Derecho.

Así caracterizó Francisco Ayón Zester su magisterio:

Enseña a varias generaciones de universitarios y, al tiempo que sabe bien orientarlos, no les escatima ni su sana amistad ni su picante charla. A Cornejo Franco, se le aprende en la cátedra y fuera de ella. Entiende de la trascendencia de su magisterio y como los buenos maestros, habla a sus discípulos siempre con honradez y sinceridad, sin fascinarlos dolosamente. 2

Su magisterio siempre trascendió los límites de las aulas, lo cual redundó en grandes beneficios para los investigadores:

Generoso por naturaleza, tuvo la mano en la bolsa pronta a resolver problemas. Su consejo, siempre fue oportuno y eficaz.
–Mire, usted andaba buscado este dato, aquí lo tiene.
–Gracias Maistro.
–Que gracias ni que gracias, lea y aprenda.
–Sí, Maistro. 3

De 1920 a 1922 fue bibliotecario de la Escuela Preparatoria de Jalisco, “puesto que aceptó con la condición de que solamente se le pagara la primera quincena con el objeto ‘de comprar a mis padres un regalo con mi primer dinero’; las siguientes se debían utilizar para comprar libros para la biblioteca”. 4

Los cargos que ocupó fueron: director de la Biblioteca Pública del Estado de Jalisco, del 16 de julio de 1930 al 19 de marzo de 1931 y del 15 de abril de 1939 al 26 de diciembre de 1977; secretario del Comité de Turismo del Estado de Jalisco de 1932 a 1940; director de la Escuela para Guías de Turistas de 1936 a 1940; director de Cursos de Verano del Colegio Internacional, de 1932 a 1933; subdirector del Museo de Guadalajara, de 1934 a 1947; director del Instituto de Bibliotecas de la Universidad de Guadalajara de 1948 a 1977; regidor del Ayuntamiento de Guadalajara de 1953 a 1955; e inspector de Monumentos Coloniales del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

Su posición como funcionario universitario se caracterizó por su independencia de pensamiento y de acción:

El ‘Maistro’, siempre dijo la verdad, así le pesara a los poderosos. Fue enemigo de cualesquiera mentira. Siempre hizo honor a su apellido. En más de una ocasión hubo de poner en su puesto y marcarle el alto al rector en turno, pero, siempre habló y como él sabía, cuando más de algún gobernador pretendió pisotear la dignidad universitaria. 5

En su responsabilidad como director de la Biblioteca Pública del Estado, hay que señalar cuando menos tres de sus cualidades: celoso guardián del acervo bibliográfico y documental, mecenas generoso de los investigadores y trabajador infatigable. Los siguientes testimonios fundamentan estas aseveraciones.

Al disponerse el traslado de la Biblioteca Pública del antiguo edificio del Seminario Conciliar al ubicado en los terrenos del Agua Azul, él se opuso terminantemente, hasta que el nuevo local ofreciera las suficientes garantías de seguridad para la conservación de los libros:

Cornejo Franco entendió al bibliotecario, no simplemente como un trabajador mecánico y rutinario, para quien los libros sólo representan materiales inertes y números de clasificación, sino pensó que el autor de ellos y su cuidado eran fundamentales. Comprendió como nadie la función social de la cultura contenida en una biblioteca y la puso al servicio de sus semejantes. Testigo presencial de épocas de inseguridad y latrocinio, fue celoso guardián de su tesoro que algunos confundieron con egoísmo. En los últimos años cuando la edad y las enfermedades comenzaron a agobiarle, tuvo los arrestos suficientes para emprender la gigantesca empresa de mudar de sitio cientos de miles de volúmenes, hacia el edificio donde ahora se encuentran, logrando así superar una de sus grandes preocupaciones: cambiar sin interrumpir el servicio público. 6

Su mecenazgo para con los investigadores fue siempre oportuno, el historiador Richard B. Lindley así lo expresó: “Fue lo bastante magnánimo para desentenderse de los insistentes rumores que corrían acerca de gringos ladrones de libros y me permitió consultar [...]” 7

En cuanto a su labor infatigable, habría que recordar lo que decía a los que intentaban entrevistarlo: “Aquí trabajamos mucho, salvo cuando llega alguien como usted a hacernos perder el tiempo”.

Los títulos de sus libros son: Guadalajara Colonial (1938); Testimonios de Guadalajara (1942); Documentos referentes a la fundación, extinción y restablecimiento de la Universidad de Guadalajara (1942); La introducción del agua a la ciudad de Guadalajara (1942); La Calle de San Francisco (1945); Guadalajara, monografía mexicana de arte (1945); Reseña de la Catedral de Guadalajara (1960); “La Revolución 1910-1937”, apéndice al Compendio de Historia de México de Luis Pérez Verdía; y “Notas” a la obra La Catedral de Guadalajara de fray Luis del Refugio Basave de 1948.

Algunos de sus artículos y ensayos fueron: “Datos biográficos y bibliográficos de Amado Nervo” (1919); “Enrique González Martínez” (1919); “Álvaro Leonor Ochoa, Agustín Basave y R. Salazar” (1919); “A Manuel José Othón” (1919); “Amado Nervo” (1920); “Siluetas” (1920); “Juicio acerca de la obra ‘Rosas del sendero’ del poeta Carlos Gutiérrez Cruz” (1920); “La nueva generación literaria de Jalisco” (1921); “Hallazgo” (1929); “Quod capita toto sensus” (1929); “El centenario de Vigil” (1929); “Teatro religioso” (1929); “Para la historia del teatro religioso” (1930); “Para la biobibliografía de fray Servando” (1930); “Las bibliotecas: sepulcros blanqueados” (1930); “Bartolomé de Medina y la minería en la Nueva España” (1934); “El doctor Cos” (1934); “El Palacio de Gobierno” (1934); “El centenario de Altamirano” (1934); “Buzeta y la introducción del agua a Guadalajara” (1935); “Ni el miércoles de ceniza...” (1936); “Aura popu-Larys. Nuevas aventuras de Estebanillo González” (1936); “Los primeros impresos tapatíos” (1937); “En conmemoración del iv Centenario del asiento definitivo de Guadalajara” (1942); “El Palacio de Gobierno” (1942); “No debe destruirse la casa colonial de los Cañedo” (1943); “La demolición de la casa Cañedo” (1943); “Orígenes de Guadalajara” (1945); “Guadalajara” (1956); “Guadalajara Colonial” (1958); “La vida colonial en Nueva Galicia” (1962); “Guadalajara, breve reseña desde su fundación hasta completar un millón de habitantes” (1964); “Don José de Ibarra pintor tapatío” (1964); “Por cuidar el tesoro bibliográfico cuya destrucción sería irreparable, no ha sido utilizado el edificio construido para Biblioteca Pública del Estado” (1970); y “Recuerdo de Ixca Farías” (1972).

Los anteriores artículos fueron publicados en Bohemia, revista estudiantil de la cual fue director de enero de 1920 al 16 de mayo de 1921; Revista Azul, La Gaceta Municipal, Banderas de Provincia, Ecos, Cúspide, Las Noticias, Revista de Revistas, Boletín de la Junta Auxiliar de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, El Occidental, El Informador y El Despertador.

Escribió varias notas, reseñas bibliográficas y monográficas, entre ellas: “Bibliografía de L. M. Rivera”, s. f.; “El grupo juvenil reformista”, 1958; “Relación de méritos y servicios: razón”, 1968.

Entre sus conferencias, discursos y prólogos están: “La literatura en Jalisco” (1936); “Un cronista de Guadalajara” (1952); “Carta sin sobre” (1958); “Enrique Díaz de León maestro y rector de la Universidad de Guadalajara” (1965); “Ex libris” (1969); “A los egresados de la Escuela Secundaria de Tepatitlán de Morelos, Jalisco” (1972); “Intervención del señor profesor vitalicio de la Universidad de Guadalajara” en la Primera Jornada de Ideología Universitaria (1973); “Introducción biobibliográfica a los estudios gramaticales de la lengua cora que se habla en el territorio de Tepic, por el P. Aniceto Gómez” (1935); prólogo a Visita de curioso al Convento de Huexotzinco Cholula- Parangón de fray Luis del Refugio de Palacio y Basave (1937); advertencia a Crónica de la Santa Provincia de Xalisco de fray Francisco Mariano de Torres-1755 (1939); Introducción a la Crónica Miscelánea de la Santa Provincia de Xalisco de fray Antonio Tello (1942); prólogo a Testimonios de Guadalajara (1942); introducción a la Crónica Miscelánea de la Santa Provincia de Xalisco Libro iv (1945); prólogo a la obra Catálogo de incunables de la Biblioteca Pública del Estado de Jalisco (1948); prólogo a Guadalajara de antaño (1960); “Carta al excelentísimo doctor Francisco Javier Nuño, obispo de San Juan de los Lagos en la Región Alteña” (1972); “La Sociedad Patriótica y los Polares” (1977), entre otros.

Las sociedades en las que participó fueron las siguientes: Sociedad literaria Enrique González Martínez; Grupo Sin Número y Sin Nombre; Grupo Índice; Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística; secretario perpetuo de la Junta Auxiliar de Geografía y Estadística; Sociedad de Bibliotecarios Mexicanos; Instituto Mexicano de Investigaciones Lingüísticas; Sociedad Chihuahuense de Estudios Históricos; Academia de Historia de Monterrey; Academy of American Franciscan History, Washington; Academia Mexicana de la Historia, correspondiente a la Real Española, a la cual ingresó el 8 de mayo de 1950 con un discurso que dedicó a la figura y genio de fray Luis del Refugio de Palacio y Basave; Academia Mexicana de la Lengua; Estudios Históricos Genaro Estrada; Comisión Diocesana de Historia del Arzobispado de Guadalajara; y el Seminario Mexicano de Cultura.

En 1949 representó al estado de Jalisco y a la Universidad de Guadalajara en el Congreso Mexicano de Historia; en 1950 integró la Comisión Organizadora de las reuniones para la unificación del bachillerato, convocadas por la Asociación Nacional de Universidades e Institutos de Enseñanza Superior; en 1952 el gobierno del estado de Jalisco le otorgó la medalla al mérito José María Vigil; y el 12 de octubre de 1957 recibió el grado académico de maestro vitalicio en Letras e Historia de la Universidad de Guadalajara.

Falleció el 26 de diciembre de 1977 en Guadalajara.

En Tepatitlán se fundó la Escuela Secundaria José Cornejo Franco en 1958; en 1972 el Ayuntamiento de Guadalajara le dedicó la Biblioteca Municipal Número 1; y en 2009 se dio su nombre a la biblioteca de la Preparatoria número 14 de la Universidad de Guadalajara y al auditorio de la Biblioteca Pública del Estado de Jalisco.

Juicios y testimonios

Luis Martínez López: “Cornejo Franco no fue profesor de karate, pistolero o boxeador. Cualidades físicas ningunas. Sólo templanza y la hombría alteña campearon en los actos de su vida. Quisquilloso, sí, pero en la aceptación más bien escogida, intransigente en el mal trato y la no injusticia, toma como propia la injuria a sus amigos. La defensa del débil y necesitado siempre tuvieron acogida en su amistad o jefatura. Educa con su ejemplo y siempre la cohorte de exdiscípulos lo siguieron [...]”.


Luis Méndez Laureano: “Siempre dispuesto a servir, en forma adecuada, a la cultura y necesidad de quien se acercaba, jamás me sorprendió leer en una tesis norteamericana, en la Biblioteca del Tecnológico de Monterrey, un elogio a Cornejo Franco. No hay tesis sobre el Occidente de nuestra Patria sin que en la lista de créditos se imponga su nombre [...]”.


Raúl Rosas Benítez: “Su cultura y trato lo colocaron muy por encima de ideologías encontradas. A él recurrieron las izquierdas y las derechas; los del centro; los religiosos y los descreídos; los sabios y los ignorantes. Con todos pudo convivir, signo inequívoco de su grandeza”.


Referencias
  1. Luis Martínez López, Cuatro trancos de una vida. Crónica y bocetos,
    Guadalajara, Ed. del autor, 1974, p. 52. ↩︎

  2. Francisco Ayón Zester y Lucía Arévalo Vargas, Obras completas de José Cornejo Franco, Guadalajara, Gobierno del Estado de Jalisco, Departamento de Bellas Artes, tomo i, 1979, p. 9. ↩︎

  3. Juan López Jiménez, “Intervención en la sesión de la Sociedad de Geografía y Estadística del Estado de Jalisco, el 31 de enero de 1978”, A la memoria del maestro José Cornejo Franco, Guadalajara, Colegio Internacional, 1978, pp. 15-16. ↩︎

  4. Mario Aldana Rendón, “Maestro José Cornejo Franco”, Revista de la Universidad de Guadalajara, núm. 5, 15 de marzo de 1978, p. 5. ↩︎

  5. López Jiménez, op. cit., et loc. cit., p. 16. ↩︎

  6. “Intervención en la sesión de la Sociedad de Geografía, op. cit, p. 30. ↩︎

  7. Richard B. Lindley, Las haciendas y el desarrollo económico. Guadalajara, México, en la época de la Independencia, México, fce, 1987, p. 8. ↩︎