Biografías por órden alfabético

Coufal, Erich


Nació en Viena, Austria, en 1926. Como miembro de los Niños Cantores de Viena, estuvo por primera vez a Guadalajara en 1937 para dar un concierto en el Teatro Degollado. En medio de la segunda guerra mundial cursó sus estudios universitarios en la Universidad de Viena y se tituló más tarde de arquitecto. Durante la guerra fue herido y ya en México se rehabilitó.

Aún muy joven conoció en su ciudad natal al arquitecto Ignacio Díaz Morales, quien estaba contratando maestros para la incipiente Escuela de Arquitectura de la Universidad de Guadalajara. El propio Díaz Morales recuerda su encuentro con Coufal:

[Me dijo Sekler] “Oiga, ahí está un joven pasante de arquitectura que quiere irse a México” No, pues no podía. “Pues ahí está, hombre, recíbalo”. Al tercer día, que estaba ya verdaderamente rendido, a las once de la noche, me acuerdo muy bien que me dice Sekler: “Oiga, ahí está este joven”, y entonces yo empecé a hablar con él. Le dije, “Mire, ¿usted ya se recibió?”. “No”. “Entonces, mire, cuando se reciba me avisa. ¿Qué es lo que sabe hacer?”. “Lo que usted me ponga a hacer”, me dijo. “Porque, mire, yo tengo ya completa la planta de maestros, así es que no puedo llevarme a alguien así nomás”.1

Al día siguiente, durante un paseo por los bosques de Viena, continúa relatando Díaz Morales: “Coufal me regaló un precioso angelito de yeso, ¡pero primoroso! […] Entonces le dije, ‘óigame’, ¿dónde compra uno esto?’ ‘No, dice, yo los hago.’ ‘Hombre, entonces me lo llevo a usted a Guadalajara cuando se reciba, para que dé clase de modelado’”.2

Y fue así como llegó a Guadalajara a finales de 1950, por supuesto ya con el título de arquitecto, con un contrato para impartir las clases de Dibujo, Maquetas y Composición. Eduardo Ibáñez narra su encuentro con el joven arquitecto vienés:

Coufal para mí fue un personaje. Te voy a decir por qué: me impresionó mucho la forma en que llegó. Primero, era un hombre con un problema físico terrible, en aquel tiempo estaba más acrecentado que ahora, y en aquel tiempo de nostalgia todo era por que… que la guerra lo dejó así, que participó en una batalla terrible, y bla bla bla. Todo esto nos lo dijo Díaz Morales, así que cuando fuimos a esperarlo a la estación […] Pero en fin se bajó un hombre renqueando con dos muletas, con los pies destrozados en los tobillos; esa fue la primera impresión. Qué bueno que con los años ya se curó todo eso […]3

Se integró a las labores del despacho del arquitecto Díaz Morales y a la docencia en la Escuela de Arquitectura; impartió la cátedra de Composición y ejerció el magisterio universitario hasta 1964.

Sobre su estilo magisterial Carlos Ashida evocó. “Erich era el único que desentonaba: siempre ostentó un gozo, no es que los otros no lo tuvieran, pero su gozo era cifrado. El placer por la belleza. [También elogió su formación musical con el dibujo]. La arquitectura, que es un gran contenedor de las artes, era natural”.4

Las obras que diseño en Guadalajara fueron el Teatro Experimental de Jalisco –considerada su obra más importante–, el edificio original de la Facultad de Contaduría Pública de la Universidad de Guadalajara, la Casa de las Artesanías Jaliscienses, la Torre Minerva y el edificio del Banco Industrial de Jalisco.

También se dedicó a diseñar residencias particulares, en 2005 calculaba que había construido entre ochenta y cien casas, muchas de ellas en la zona de la avenida Américas.

Acerca de los materiales de construcción comentó: “Me sorprendió que nadie utilizara en la construcción materiales tan bellos como el mármol. No sé por qué, si ésta es la cuna del mármol, así que me traje desde Holanda la primera sierra de diamantes para empezar a trabajar con este material”.5

Por sus aportaciones a la arquitectura de Guadalajara, recibió el 2 de diciembre de 2005 el homenaje del Encuentro arpa fil 2005, en la xix Feria Internacional del Libro.

El 22 de septiembre de 2014 se inauguró en su honor en el Museo de la Ciudad la exposición “El Movimiento Moderno en Guadalajara”.

Actualmente está retirado de sus labores profesionales, aunque continúa en la asesoría en temas de diseño y construcción.

Juicios y testimonios

Alejandro Canales: “Es un diseñador muy original: en el manejo del espacio, los volúmenes y las formas. Incorporó a su obra diferentes expresiones artísticas e incluso elementos decorativos como gobelinos, fotografías y escultura de relieve, que conviven de manera muy agradable con el elemento arquitectónico”.


Estanislao Contreras: “Erich es un amante de las artes. La arquitectura con el espacio, la pintura con el color y la escultura con el silencio”.


Gabriel Chávez de la Mora: “Coufal también, espléndido dibujante y para Composición también, más jovial, más joven incluso que los otros [Goeritz, Hartung, etc.], y como buena persona, muy amigable y muy emotivo”.


Guillermo García Oropeza: “Cuidadoso y detallista y buen conocedor de las artes decorativas que complementan la arquitectura”.


Referencias
  1. González Gortázar, La fundación de un sueño…, p. 159 ↩︎

  2. Ibid, pp. 159-160. ↩︎

  3. Ibid., pp. 100-101 ↩︎

  4. “Setenta años de arquitectura de Erich Coufal”, El Informador Guadalajara, 23 de septiembre de 2014, consultado en informador.com.mx ↩︎

  5. Juan Carrillo Armenta, “Desprotegidos valiosos edificios del siglo xx”, La Gaceta, Guadalajara, Universidad de Guadalajara, 28 de septiembre de 2005, p. 11. ↩︎