De la Cueva Brambila, Esteban
Nació en Tecolotlán, Jalisco, el 7 de abril de 1902. Fueron sus padres los señores Esteban de la Cueva y María Concepción de Brambila.
En 1909 inició su educación elemental impartida por su misma madre, de 1910 a 1915 cursó del segundo al cuarto grado de primaria en la escuela de gobierno de niños de su pueblo natal, y concluyó su primaria con la revalidación de estudios en la Escuela de Jocotepec, Jalisco.
A los quince años llegó a Guadalajara, donde ingresó a la Escuela Preparatoria de Jalisco ahí cursó su bachillerato de 1918 a 1921. Durante estos años participó en el Círculo Literario Enrique González Martínez y administró su órgano oficial, la revista Bohemia, en cuya sección “Avisos de ocasión” apareció lo siguiente: “Todo lo veo negro; úrgeme lentes rosa. Pago buen precio. Esteban Cueva Brambila”.1
En 1921 se matriculó en la Escuela de Medicina y Farmacología de Guadalajara, para iniciar su carrera de profesional; de 1922 a 1925 fue practicante en el Hospital Civil y en la Cruz Verde, y en 1924 fue nombrado profesor de la Escuela Normal Libre para Señoritas.
Al concluir su tercer año de Medicina se fue a la Ciudad de México e ingresó a la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional, cursó de 1926 a 1928 los tres últimos años de la carrera. El 3 y 4 de octubre de 1928 sustentó su examen profesional, su tesis versó sobre “Lecomas. Su impregnación por el procedimiento del doctor Paul Knapp, por medio del cloruro de oro”, y el día 30 del citado mes de octubre recibió su título profesional de médico cirujano y partero.
A finales de 1928 regresó a Guadalajara; en diciembre se integró a la Sociedad Mutualista Médico-Farmacéutica de Guadalajara.
Por esos años se reveló como artista al ilustrar tres de los primeros libros de Agustín Yáñez: Llama de amor viva (1925); Mar de mentiras (1928) y Por tierras de Nueva Galicia (1928); además del poemario de Alfonso Gutiérrez Hermosillo Luces de las estrellas (1933). José Guadalupe Cardona lo describió como
un artista del misterio. Hasta en el trazo de una línea hay un valor de estética subjetiva. Y a veces existe en una sola línea más personalidad que en el conjunto de la obra pictórica: el trazo es, entonces, una plena revelación de la espiritualidad del artista y la obra dibujada más explica sus tendencias que su naturaleza estética [...]2
Fue asiduo asistente a las tertulias literarias que organizaba Agustín Yáñez en su casa, y que originaron la revista Banderas de Provincia, en la cual colaboró con artículos de su especialidad y crítica literaria, en la sección “Examen de libros”.
En enero de 1933 se estableció nuevamente en la Ciudad de México, en donde se le nombró médico auxiliar, adscrito al consultorio número 3 de la Beneficencia Pública. El 16 de febrero ingresó a la Secretaria de Educación Pública como redactor en jefe de la Oficina Cultural Radiotelefónica, y también hizo cursos de posgrado en Radiología, Cardiología y Aparato Digestivo.
El 11 de octubre de 1933 regresó a Guadalajara y estableció su consultorio particular.
Al producirse el cisma universitario jalisciense de 1933, fue miembro del comité organizador de la Escuela de Medicina de la Universidad Autónoma de Occidente. También fue secretario de la citada Escuela, jefe del servicio social y profesor titular de la cátedra de Propedéutica. El 1º de diciembre de 1935 fue nombrado inspector de la unam para los exámenes de fin de cursos de las Facultades de Farmacia, Ciencias Químicas y Odontología de la Universidad Autónoma de Guadalajara.
Participó en el curso de posgraduados sobre tuberculosis pulmonar, del 17 al 25 de septiembre de 1937 en Huipulco, Distrito Federal; en el Primer Congreso Nacional sobre la fiebre de Malta, en mayo de 1939; y en el curso de Cardiología en 1940 en la Ciudad de México, el cual impartió el doctor Ignacio Chávez Sánchez.
En Guadalajara participó en el Primer Curso de Sifilología de la Sociedad de Dermatología de Guadalajara, realizado el 10 de octubre de 1944, en el cual sustentó su conferencia “Técnica y problemas del tratado del cáncer”, y en la Tercera Semana Médica de Occidente en enero de 1946.
Desde 1946 prestó sus servicios profesionales en los Hospitales de la Santísima Trinidad y Fray Antonio Alcalde. El 18 de octubre del mismo año fue nombrado profesor titular de la clase de Deontología, en la Escuela de Enfermería del Sanatorio Ayala, y en 1948 publicó sus Apuntes de Deontología para enfermeras.
El 1° de septiembre de 1947 fue nombrado catedrático de Clínica Propedéutica Médica, en la Facultad de Medicina de la Universidad de Guadalajara. Su ingreso al cuerpo docente de la Universidad de Guadalajara se debió a la invitación que le hizo el gobernador del estado de Jalisco Jesús González Gallo y a las serias diferencias que mantenía con la dirigencia de la Universidad Autónoma de Guadalajara.
En la Facultad de Medicina de la Universidad de Guadalajara fue miembro de la Comisión de Reglamento para Exámenes Profesionales, el 14 de enero de 1948; jefe del Departamento de Medicina nombrado el 17 de marzo de 1949; consejero propietario al Consejo de Facultad, electo el 1° de febrero de 1950. También integró las Comisiones de Revalidación de Estudios, Dictaminadora de los planes de estudios y de selección de alumnos de primer ingreso.
Durante 1949 fue nombrado miembro del personal médico consultivo del Sanatorio Guadalajara, miembro del Consejo de la Dirección Técnica Consultiva del Hospital Civil y secretario perpetuo de la Sociedad Médica de Guadalajara.
En 1950 fue nombrado profesor de la clase de Dietética en la Escuela de Enfermería del Sanatorio Ayala, y miembro de la Comisión designada para el estudio y tratamiento de los enfermos con sífilis.
Fue director general de los Servicios Coordinados de Salubridad y Asistencia en el estado de Jalisco de 1953 a 1957; el 13 de octubre de 1953 fue nombrado miembro de la sección de salubridad del Consejo Técnico de la Comisión de Planeación de la Costa de Jalisco; y el 1º de mayo de 1956 se le nombró supernumerario de la Labor Asistencial y de Prevención.
En enero de 1955 la Secretaría de Salubridad y Asistencia le otorgó un diploma por su actuación distinguida en los trabajos tendentes a la prevención de la parálisis infantil en México. En marzo de 1956 el Sindicato Nacional de Trabajadores de Salubridad y Asistencia, sección número 28, le expidió un diploma en reconocimiento a su labor como jefe de la Coordinación en beneficio a los trabajadores, y en 1957 el gobernador del estado, Agustín Yáñez, le otorgó una distinción honorífica por sus actuación al frente de los Servicios Coordinados de Salubridad y Asistencia.
En el citado 1957, obtuvo el Premio Jalisco de Ciencias del Gobierno del Estado por su obra Guía de diagnóstico físico, la cual no alcanzó a ver publicada, ya que se editó hasta 1967.
Algunos de los cargos honoríficos que ocupó fueron la presidencia en dos periodos de la Sociedad Médica de Guadalajara; la membresía de la Comisión de Honor y Justicia del Sindicato Único de Médicos, Cirujanos y Profesantes Conexos del Estado de Jalisco; la secretaría de la Sociedad Médica del Hospital Civil; y la membresía del Consejo de Colaboración Municipal de Guadalajara, entre otros.
Fue integrante de la Sociedad de Dermatología de Guadalajara y de la Sociedad de Profesores de la Facultad de Medicina; miembro honorario de la Unión Regional de Médicos del Oriente de Jalisco y Noroeste de Michoacán; de la Sociedad de Ginecología y Obstetricia de Guadalajara; de la Sociedad Odontológica Jalisciense; y de la Sociedad de Cirugía de Guadalajara.
Además de sus obras ya mencionadas publicó “Estado actual de la dietética y tratamiento de la cirrosis hepática (hepatosis degenerativa progresiva)”, en el Simposium de Terapéutica, y según la relación de su biógrafo Gabriel Agraz escribió treinta artículos.
Falleció el 3 de septiembre de 1960 en Guadalajara.
Juicios y testimonios
Gabriel Agraz García de Alba: “Al servicio del dolor humano dedicó la mayor parte de su vida”.
Alfonso Manuel Castañeda: “Hombre, sereno y exacto; vertical y sincero; justo y sin requiebros; eminente médico e investigador de altos vuelos; pintor y humanista... quien con su jornada de cincuenta y ocho años, iluminó [...] la ciudad nuestra, antañona y de recuerdos que recibió las excelsitudes de su ciencia y de labor asistencial, de salubridad y magisterial en la Universidad de Guadalajara”.
Agustín Yáñez: “Médico insigne, fraternal amigo”.
Referencias
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Luis Martínez López, op. cit., p. 35. ↩︎
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José Guadalupe Cardona Vera, “Un artista del misterio Esteban A. Cueva”, La Época. El Semanario Católico Nacional, Guadalajara, Jalisco, 25 de octubre de 1925, pp. 3-7, reproducido en Gabriel Agraz García de Alba, Esteban de la Cueva de la Brambila, eminente médico y genial artista, México, Ed. del autor, 1986, p. 67. ↩︎