Biografías por órden alfabético

De la Peña Lomelin, Julio Nicolás


Nació en Guadalajara, Jalisco, el 10 de septiembre de 1917. Fueron sus padres los señores Beatriz Lomelín Villaseñor y Julio de la Peña Arias, quien tenía una hacienda azucarera en Amatitán, Jalisco.

Hacia 1923 inició su instrucción elemental en el Colegio de los hermanos maristas, pero en 1926 inició la Cristiada y los colegios católicos suspendieron sus actividades, entonces Julio recibió clases particulares.

Terminó la guerra cristera en 1929 y pudo concluir la primaria en el Colegio Unión, luego cursó la secundaria en el Instituto de Ciencias de los jesuitas. Entre 1933 y 1935 estudió el bachillerato en la Escuela Preparatoria de Jalisco e inició sus estudios profesionales en la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Guadalajara. Ante el conflicto estudiantil originado por la aplicación de la educación socialista en los planes de estudios de la Universidad de Guadalajara, el 25 de mayo de 1935 solicitó su admisión al primer año de la licenciatura de Ingeniería Civil en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Autónoma de Guadalajara.

A la par de sus estudios profesionales empezó a trabajar como ayudante de dibujante de Pedro Castellanos y Enrique Martínez Negrete, pero ya inclinado hacia la arquitectura en forma autodidacta, y también relacionado con Ignacio Díaz Morales.

Concluyó sus estudios profesionales de Ingeniería en 1939, y el 30 de abril de 1941 sustentó su examen profesional con la tesis “Proyecto de una iglesia” –de la Santa Cruz–. Y como la enseñanza de la Universidad Autónoma de Guadalajara estaba incorporada a la unam, esta institución le expidió su título profesional el 24 de septiembre de 1945.

De 1939 a 1941 continuó sus estudios profesionales en la unam, sin embargo en 1943 resolvió suspenderlos. En conversación con Fernando González Gortázar razonaba esta decisión:

Dije, pues mira, ya estoy trabajando como arquitecto; si la hago, pues ya la hice, y sino, bueno, pues ni modo, soy ingenierito y punto, aunque no sé nada. Luego me encontré con Luis Barragán, que no era arquitecto, y luego con Pancho Artigas que no es arquitecto, luego supe de Frank Lloyd Wright que no es arquitecto, y luego de Le Corbusier que no es arquitecto… Dije entonces, por qué yo no, ¿verdad? Si tú quieres un poquito de vanidad, ese sobre apreciarme uno; y me metí a fondo toda mi vida ha sido de arquitectura.1

En 1948, al fundarse la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Guadalajara, fue cofundador y su primer secretario y ejerció como tal hasta 1950.

Las cátedras que impartió en la Escuela de Arquitectura fueron: Historia del Arte, Dibujo al Natural y la de Composición, la cual alternaba con Ignacio Díaz Morales. Sobre su estilo magisterial Humberto Ponce Adame expresó:

Julio impartía dos clases: Dibujo al Natural, que enseñaba magistralmente, sólo que nunca pudo meter al taller a una mujer desnuda porque Nacho [Díaz Morales] no se lo permitía –él era muy observante de su religión y aquello era “pecado”…– y Diseño Arquitectónico, que entonces se llamaba Composición… Julio se entusiasmaba mucho en las clases, aunque siempre llegaba tarde y se retiraba temprano, de modo que una clase de dos horas duraba sólo una y media, pero eran muy intensas y bien aprovechadas.2

En tanto, Eduardo Ibáñez recuerda que “su clase de Dibujo al Natural era de gran amenidad, tomando en cuenta la extraordinaria destreza que siempre ha tenido para el dibujo. Ni qué hablar de las clases vespertinas de Composición, en donde el poder de su crítica orientaba en forma clara y precisa a los alumnos.3

En ausencia del director Díaz Morales autorizó una conferencia que no iba de acuerdo con los criterios del primero, así es que fue destituido como secretario y dejó de dar clases al concluir el ciclo escolar de 1950. Sin embargo, sus antiguos discípulos lo siguieron en su taller de Arquitectura, al grado que uno de ellos –Enrique Aguayo– llegó a expresar: “He borrado de la memoria mis antecedentes escolares, yo soy egresado de la facultad de Julio de la Peña”.4

Así continuó su magisterio fuera de las aulas, aunque participó en la fundación de la Escuela de Arquitectura del iteso, donde impartió un curso de Composición.

La relación cronológica de sus obras y proyectos5 es: la mencionada Iglesia de la Santa Cruz, 1941; Casa Moragrega, Casa Granada, La Copa de Leche, 1944; Edificio Julio, 1948; Edificio Juárez 211, Edificio Sears, 1949; Casa Rivero Verea, Residencia de los padres jesuitas, Casa Arregui Alva, Casa Gutiérrez Levy, Casa Sausa, 1950; Hospital Quirón, la reconstrucción de la Casa de los Perros, 1952; Edificio Nachtingal, Casa Suárez Navarro, Casa De la Peña Ochoa, Casa De la Peña Stetner, 1954; Casa Ramos, Edificio El Nilo, Casa Arregui Mendoza, Instituto de Ciencias, Noviciado de los padres jesuitas, 1955; Casa Alvo, Casa Corcuera, colonia de empleados para la Compañía Minera Autlán, 1956; Fuente Minerva, Centro cívico de Lomas del Valle, 1957; Templo de San Xavier de las Colinas, Casa Sierra, Casa Marbella, Casa Rodríguez, Fraccionamiento Jacarandas, Sanatorio Psiquiátrico San Juan de Dios, 1958; Biblioteca Pública del Estado y Casa de la Cultura Jalisciense, Casa Brean, remodelación del Hospital Infantil, 1959; Hotel Riebeling, Casa Anguiano, Casa Camarena, Casa Medrano, Banco Occidental de México, remodelación Hotel Génova, 1960; Edificio Catalina, S. A., Edificio Comercial en avenida 16 de Septiembre número 520, ampliación Casa Sarquís, Casa Castiello, Bolerama Guadalajara, tres casas para el doctor Salvador Uribe Casillas, 1961; Condominio Olas Altas, Manzanillo, Colima, Edificio La Nacional Plaza Juárez, Condominio Guadalajara, Casa Ramos Ochoa, Boulevard Lafayette, Fuente en avenida Washington, Plaza Langloix y Camarena, imss Unidad Campeche, Campeche, 1962; Casa Tarriba, Nuevo Mercado Corona, Plaza principal de Chilpancingo, Guerrero, 1963; Cine Nonoalco, México, Distrito Federal, Casa Garibay, Las Águilas –puerta a la costa sur de Jalisco–, Cine Diana, Plaza de la Reforma, 1964; Colegio Guadalajara, Convento de las religiosas del Sagrado Corazón de Jesús, Hacienda Riebeling, Sanatorio El Carmen, Restaurante hotel Villa Montecarlo, Chapala, Jalisco, camellón avenida Washington y Niños Héroes, Terminal de autobuses, Tepic, Nayarit, Escuela Preparatoria Irapuato, Guanajuato, 1965; Agencia de autos Volkswagen Albarrán, Club de Industriales de Jalisco, Jardín Buzeta y prolongación de la avenida Lafayette, fuente y plaza principal de ingreso al Aeropuerto de Palm Springs, California, fábrica y tienda de ropa Cadena, Auditorio del Estado Benito Juárez, 1966; Edificio Rosales, Museo de Arte Moderno, Centro Deportivo, Casa Modular, Modistral, S. A., Plaza de la República, 1967; oficinas de Tequila Sauza, glorieta y monumento a Cristóbal Colón, estadio y canchas de tenis en el Guadalajara Country Club, Club de golf Atlas –anteproyecto del campo de golf y proyecto de la casa-club–, Escuela primaria La Paz, 1968; Nuevo cine Colón, Gran Teatro, México, Distrito Federal, 1969; Cine Tonallan –antes Xalisco–, Unidad Habitacional Auditorio, Cine Minerva, 1970; Templo de Santo Domingo de Guzmán, Edificio Pini, Cine Bahía, Manzanillo, Colima, Fraccionamiento Gaviotas y proyecto de 23 casas, Puerto Vallarta, Jalisco, 1971; Condominio Colón, San José Costa Rica, Casa Alfredo Valdez Montoya, Mazatlán, Sinaloa, 1973; Mausoleos del Ángel, rotonda central, México, Distrito Federal, Fraccionamiento Mayorazgo del Bosque, Atizapán, Estado de México, 1974; dos salas cinematográficas para la Compañía Inmobiliaria La Cenicienta, 1975; Cine Puebla, Puebla de los Ángeles, Casa Alatriste, 1977; Cine Fórum, Convento de las religiosas Adoratrices, alberca cubierta del Club Guadalajara, remodelación de la Casa Gustavo Alatriste, 1978; Condominio Torres de Tabachines, Cuernavaca, Morelos, 1979; Sala José Clemente Orozco, 1980; Hacienda San Gaspar –hotel, club de golf y tenis–, Jiutepec, Morelos, Plaza cívica y cultural González Arratia, Club deportivo y estadio de fútbol Neza, Ciudad Netzahualcóyotl, Estado de México, Departamentos Coyoacán, México, Distrito Federal, 1981; Torres Bosques de Reforma, México, Distrito Federal, Casa del Risco, Mazatlán, Sinaloa, 1982; Hotel El Presidente Galerías, México, Distrito Federal, 1983; Residencia De la Peña Rivero y taller arquitecto Julio de la Peña, 1984; Condominio Santa Lucía, Asilo para ancianos Protección del Anciano, A. C., Casa Carmen Sauza, 1985; Condominio Cerritos y Club de Playa, Mazatlán, Sinaloa, Casa Guerra, 1986; remodelación Casa Gómez Ibarra, remodelación Casa Carrillo, 1987; Casa Morales Treviño, Monterrey, Nuevo León, Hotel y suites Real San Miguel, San Miguel Allende, Guanajuato, dos viviendas y cinco departamentos en el Fraccionamiento Los Frailes, San Miguel Allende, Guanajuato, 1988; Edificio Torres Guerra, Parroquia San Xavier de las Colinas, 1989; Edificio de oficinas para la División de Ciencias Económico Administrativas del iteso, Casa Velasco, Teziutlán, Puebla, Condominio horizontal La Cañada, San Miguel Allende, Guanajuato, Casa Carrillo, Tlalnepantla, Estado de México, 1991; Galerías Melchor Ocampo, México, Distrito Federal, Casa Huerta, San Miguel Allende, Guanajuato, Unidad Río Nilo Infonavit, Tonalá, Jalisco, 1992; Gimnasio Gold’s Gym, Cuernavaca, Morelos, 1993; Casa Torres Guerra, Estudios Alatriste, 1994; Fraccionamiento La Azucena, El Salto, Jalisco, Cine Plaza, Video-cine y Cine del Pueblo, León, Guanajuato, Cine del Pueblo, 1995; concha acústica y auditorio en la isla del río Cuale, Puerto Vallarta, Jalisco, 1996; remodelación Hacienda La Aurora, Puente Grande, Jalisco, edifico corporativo Compañía Minerva Autlán, San Pedro Garza García, Nuevo León, cuatro proyectos de vivienda en el centro histórico de la Ciudad de México, 1997; Centro de Formación y Cultura para la Fundación del Espíritu Santo, remodelación de la Parroquia El Calvario, 1998; fraccionamiento en Parras, Coahuila, Bulevar Chapultepec, 1999; Edificio Cámara Minera, México Distrito Federal, Fraccionamiento La Cieneguita, Guanajuato, Guanajuato, residencias en Bosque Real –sección las Pérgolas–, Huixquilucan, Estado de México, Casa Enrique Watanabe, 2000; y la reubicación del monumento a Cristóbal Colón, 2002.6

En 1957 participó en la elaboración de libro Cincuenta años de arquitectura en Guadalajara y en 1992 en Arquitectura contemporánea tapatía. En 1962 escribió una breve historia de la arquitectura en Jalisco publicada en El Occidental, y en 2001 fue director editorial de la obra Jalisco 100 años de arquitectura. Muestra de arquitectos jaliscienses del siglo xx.

De 1995 a 1997 fue presidente de la Academia Mexicana de Arquitectura, luego en 1980 fue nombrado miembro emérito de la misma. En 1997 fundó la Bienal de Arquitectura y también participó en arquitac y promovió el establecimiento del Colegio de Arquitectos Alarife.

Los reconocimientos que recibió fueron: la medalla José Clemente Orozco del gobierno del estado de Jalisco, el Premio de Cementos de Guadalajara, el Premio Anual de Arquitectura 1989, el Gran Premio de la Academia 1992, el Premio Jalisco de Artes 1994, y el homenaje de arpa fil 97 de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, durante el cual Alejandro Zohn pidió que se le declarase “Patrimonio arquitectónico de Guadalajara”.

El 6 de enero de 2002 falleció en su ciudad natal, fue inhumado en el Parque Funeral Colonias, y en forma póstuma recibió el homenaje del cuaad, de la Universidad de Guadalajara.

Juicios y testimonios

Juan José Doñán: “Guardando distancias, el caso de Julio de la Peña tiene cierto parecido con el de Manuel Gómez Ibarra: por lo prolífico, por su eclecticismo, por la calidad dispar de sus obras, por su habilidad para las relaciones públicas porque, a pesar de no ser demasiado original, también le fue concedida, en ciertos momentos, la gracia de la arquitectura”.


Venancio Ordoño: “‘La vida de Nacho [Díaz Morales] fueron vidas paralelas, nunca coincidentes’ –nos ha dicho el arquitecto Eduardo Ibáñez– y en efecto, fueron como los rieles por los que corre el ferrocarril, distintos el uno del otro pero dirigidos hacia el mismo fin; los durmientes sobre los que descansaba su relación y se mantenía su equidistancia –traducida en una amistad de toda la vida– no eran otros que los de la tolerancia y el respeto muto que siempre se guardaron.

Trabajaban con distintos hemisferios cerebrales, dirían los psicólogos contemporáneos; Díaz Morales era casi un asceta, filosofaba y reflexionaba profundamente sobre el corpus de la teoría de la arquitectura acumulada a través de los tiempos desde Vitrubio hasta su amigo Villagrán García y abordaba los problemas de diseño desde una perspectiva racional; De la Peña en cambio, era un hombre práctico, formado empíricamente y dotado de gran sensibilidad artística por lo que sus proyectos nacen más del corazón, de su amor a la vida y de su pasión por la arquitectura”.


Enrique Toussaint: “Con la muerte de Julio de la Peña se acaba una época muy importante de la arquitectura de Guadalajara y se entra a una especie de vacío. Además de ser el primer contacto entre los arquitectos de Jalisco y de la Ciudad de México, fue uno de los máximos exponentes locales del movimiento racionalista europeo […]”


Referencias
  1. González Gortázar, La fundación de un sueño…, p. 229. ↩︎

  2. Venancio Ordoño, Julio de la Peña, Guadalajara, Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado de Jalisco, núm. 22, 2012, Monografías de arquitectos del siglo xx, p. 39. ↩︎

  3. Ibid., loc. cit. ↩︎

  4. Ibid., p. 41 ↩︎

  5. Al no indicarse expresamente la localidad de la obra, entonces la ubicación se refiere a Guadalajara, Jalisco, y a su zona metropolitana. ↩︎

  6. Ordoño, op. cit., pp. 105-112. ↩︎