Biografías por órden alfabético

De Lara Gallardo, Alfonso


En Guadalajara, Jalisco, nació el 27 de agosto de 1922. Fueron sus padres los señores Felícitas Gallardo Esparza y Antonio de Lara Ruiz, de profesión comerciante.

Cursó la primaria en la Escuela Elemental número 33 y la Secundaria en la Escuela Nocturna, junto al Teatro Degollado. Debido al origen católico de su familia y de su propia inclinación religiosa, sufrió grandes contradicciones en la escuela, por ser aquellos los años en que la educación pública se declaraba oficialmente socialista.

Desde pequeño, alentado por sus hermanos Manuel y Ana María, comenzó a dibujar en los trozos de papel que servían para empacar los productos que se vendían en la tienda de abarrotes de su padre. Los personajes Tarzán y El Príncipe Valiente de Harold Foster fueron determinantes en el descubrimiento de su vocación de dibujante; aseguró que “sólo la obra de Van Gogh, aparte de la de Foster, sentí que me tumbaba. Me preguntaba cómo era posible capturar esa inmensa carga de sentimientos y transportarlos a dos dimensiones”.1

A sus nueve años su madre lo llevó al taller de Carlos Stahl, donde permaneció por breve tiempo. A los trece publicó sus primeros dibujos en el semanario parroquial para niños El Amiguito, fundado por el canónigo José Hipólito de Alba, con un tiraje de 100,000 ejemplares. A sus quince años inició una formación más sistemática en el dibujo y en la pintura, al asistir a las clases del maestro Francisco Rodríguez Caracalla.

Para no contrariar a su padre estudió contabilidad, al mismo tiempo que trabajaba como empleado administrativo en Teléfonos de México, lo cual fue para él un verdadero tormento. Luego trabajó como dibujante comercial de la tienda departamental Sears; ahí, en 1952, conoció a don Jesús Álvarez del Castillo, dueño de El Informador, quien lo contrató para hacer ilustraciones del periódico.

Acariciaba la idea de dedicarse a la vida monástica, sin embargo prevaleció en él su vocación artística, e inició su obra como acuarelista. Ya para 1955 se perfilaba como tal, inspirándose en los paisajes de la Barranca de Huentitán y del Bosque de la Primavera. En 1957 realizó su primera exposición, en el mezanine del Teatro Degollado, e invitado por el pintor estadounidense Robert Gartland presentó su obra en el Museo del Río Hudson de Nueva York.

Enseguida participó en varias exposiciones colectivas e individuales. En 1959 recibió el Premio Jalisco en Artes y, deseoso de aprender más, en 1960 solicitó una beca para viajar a España, pero no se la concedieron. Al año siguiente el Instituto de Cultura Hispánica lo becó por dos años y se embarcó hacia Europa.

En Madrid ingresó al taller de pintura de Eduardo Peña, sin embargo su mayor enseñanza la adquirió en el Museo del Prado, al cual acudía a diario para admirar y estudiar las obras de Fray Angélico, El Greco, Tiziano, Rubens, Velázquez y Goya, entre otros.

Además participó en varias exposiciones y concursos, así en 1962 obtuvo el primer lugar de dibujo hispanoamericano en el Colegio Mayor de Guadalupe, el Premio Mariano Fortuny del Instituto de Cultura Hispánica y la tercer medalla en acuarela del Salón de Otoño de Madrid.

En el mismo 1962, en compañía de Robert Gartland, visitó Castilla y el Cantábrico, Francia, Italia, Portugal y Marruecos.

En mayo de 1963 regresó a su ciudad natal, de inmediato Jorge Navarro lo invitó a dar clases de pintura y de dibujo en la Escuela de Artes Padre Miguel Leandro Guerra en Lagos de Moreno, donde estuvo hasta 1965.

Ingresó como catedrático a la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Guadalajara en 1966, e impartió el primer curso de Dibujo Comercial y luego dio las clases de Acuarela y Dibujo en primero y cuarto años respectivamente, en el Taller de Pintura.

Sobre su estilo magisterial, Guillermo García Oropeza escribió:

Alfonso fue pronto uno de los maestros fundamentales [de la Escuela de Artes Plásticas]. No era, por supuesto, un maestro “político” ni fácil. Su natural, casi patológica timidez e introspección, así como su severidad magisterial (hubiera sido un magnífico maestro de novicios) no lo hacían quizá “popular” pero seguramente muy respetado, y gracias a él muchos entraron al mundo líquido, delicuescente y mágico de la acuarela.2

En la misma Universidad de Guadalajara, de 1966 a 1970 fue profesor de Paisaje en los Cursos de Verano, de 1980 a 1983 fue secretario de la Escuela de Artes Plásticas y finalmente en 1988 se jubiló como profesor universitario.

La Universidad de Guadalajara le otorgó en 1983, la presea José Clemente Orozco y el 17 de noviembre de 2005, en el homenaje que le rindió el Sindicato de Trabajadores Académicos (staudeg), fue considerado el “Padre de la acuarela contemporánea en Jalisco”.3

Su vida se dio entre dos grandes vertientes: el artístico y el religioso; tras ejecutar en 1970 el monumental Vía Crucis de la Parroquia de Nuestra Señora del Sagrario, se le presentó la oportunidad de viajar a Israel; él mismo narró así su experiencia:

El padre Benjamín Sánchez me encargó otro Vía Crucis en un formato más amplio. Al término del trabajo me pagó mis honorarios y me dijo: “¿No quiere ir a Tierra Santa?” Y se hizo el viaje a Jerusalén. Fue un viaje muy difícil por mi falta de idiomas, pero fue algo muy importante para mi vida interior. Me hubiera quedado allá […]4

En 1973 se le encargó un mural de 260 m2 con el tema La Pasión de Cristo para el Templo del Calvario de la colonia Jardines del Bosque. Sin embargo su obra magna estaba aún por venir, y así en 1975 el mismo maestro De Lara narró:

El señor cura de la Parroquia de San Bernardo don Pedro Castro me otorgó la tarea de pintar el mural del Plan Salvífico de Dios a través de Cristo. Con penas, pausas y alegrías, concebí desarrollé y realicé el proyecto en un lapso de veinte años. Generosamente, con su entusiasmo, tiempo y sobre todo, talento, se sumaron conmigo para la ejecución: Jesús Carrillo Tornero, Luis Eduardo González, Miguel Ángel Mauleón, Jorge Monroy y Pascual Rodríguez […]5

Él mismo describió su obra:

En este mural se utilizaron acrílicos y es una pintura con mucho dibujo. Hice un boceto a la centésima parte de esta superficie que mide 15 por 40 metros, es decir, 600 metros cuadrados. La superficie es un adherido de tela sobre 221 tableros de 1.22 por 2.44 metros… Yo con esta pintura, trato de gritar mi gozo de sentirme redimido por Cristo, por ser Iglesia; quisiera transmitir esto mismo al que viera esa pintura. Esta pintura es un resumen de la Historia de la Salvación. Se relatan muchos acontecimientos como la expulsión de Adán y Eva del Paraíso Terrenal, la pareja humana, la Anunciación, la Crucifixión, etc. Se representa también la Humanidad caída y la esperanza que nos trae ese niño que es el Salvador. Sería imposible describir la obra en su totalidad por ser la Historia de la Salvación; incluso podría seguir pintándose indefinidamente porque se maneja un tema sumamente grande, y yo diría infinito…6

El mural quedó concluido a finales de 1999 y se inauguró en el año 2000.

Para 1978 había viajado nuevamente a España, en 1979 visitó Rusia y en 1986 estuvo en Bélgica.

Las exposiciones individuales que realizó fueron7: las antes citadas de 1957 en Guadalajara y en Nueva York, de acuarela en la Casa de la Cultura de Guadalajara en 1959, del “Vía Crucis” –en acrílico– en el Teatro Degollado de Guadalajara en 1959, de acuarelas y dibujos en las galerías del Teatro Degollado en 1960, de acuarelas en la Casa de la Cultura Jalisciense en 1961, de acuarelas en el Instituto de Cultura Hispánica en Madrid, de acuarelas, dibujos y óleos en la Casa de la Cultura Jalisciense en 1963, de acuarelas y dibujos en la Escuela de Artes Miguel Leandro Guerra de Lagos de Moreno en 1964, de dibujos en las galerías de la Escuela de Artes Plásticas de Guadalajara, de dibujos en el Instituto México-Americano de Jalisco en 1967, de acuarelas y dibujos en la galería de Artes Plásticas en 1968, de dibujos en la Galería 1728 en 1969, de dibujos en la Escuela de Artes Miguel Leandro Guerra en 1969, de óleos en el Centro de la Amistad Internacional de Guadalajara en 1971, de dibujos en la Casa de la Cultura de Aguascalientes en 1971, “El Grito” –aguadas– en la Galería de Artes Plásticas en 1973, “La tierra nuestra” –acuarelas y óleos– en la Galería de Artes Plásticas en 1973, dibujos tanto en la Casa de la Cultura Jalisciense como en la Galería Municipal de Guadalajara en el mismo 1973, dibujos en el Instituto de la Veracruz de Guadalajara en 1974, acrílicos y dibujos en el antiguo Convento del Carmen en 1976, acuarelas en la Galería Universitaria en 1977, acuarelas en la Galería Municipal en 1979, acuarelas y dibujos en el xxv aniversario de la Galería Municipal en 1980, acuarelas en el Museo Regional de Guadalajara en 1985, exposición-homenaje en la Galería Universitaria en 1991 y 14 acrílicos “Los caminos del Señor” –Vía Crucis– en el Convento de Zapopan en 1993.

De 1953 a 1987 participó en treinta exposiciones colectivas, tanto en su tierra natal, como en la capital del país, Guanajuato, Veracruz, Manzanillo, Colima, Madrid, Phoenix, Arizona; San Mateo y San Francisco, California, y en Bélgica. Con motivo del xlviii Congreso Eucarístico Internacional en Guadalajara, se realizó la más grande exposición de Arte Sacro de la historia de la ciudad en el Instituto Cultural Cabañas, ahí se exhibieron cinco de sus obras del Vía Crucis de la Parroquia de Nuestra Señora del Sagrario. El 12 de septiembre de 2007 se presentó en el Templo de El Calvario un libro-homenaje editado por la Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado de Jalisco.

El catálogo de sus obras por encargo fue: mural de Las Bienaventuranzas para el Templo de El Calvario de Guadalajara (1965); 16 óleos del Vía Crucis de la Parroquia de Nuestra Señora del Sagrario de Guadalajara (1970); óleo para la hospedería franciscana Casa Nova en Jerusalén, Israel, (1971); mural para la hacienda La Mora en Zapopan, Jalisco (1972); mural El Señor de la vida y de la muerte para el Templo de El Calvario (1973-1975); tres óleos para Casa Jalisco (1975); un cartón para gobelino para la misma Casa Jalisco (1975); mural La Crucifixión, para el Templo de Nuestro Señor de la Salud de Guadalajara (1977); mural efímero Genocidio para el Centro de Arte Moderno de Guadalajara (1980); mural efímero Resucitó para el mismo Centro de Arte Moderno (1986); mural El agua viva en Tepatitlán, Jalisco; diez cartones para vitrales del Templo del Padre Galván en Guadalajara; ocho cartones para vitrales de la Parroquia de la Santísima Trinidad de Guadalajara (estas tres últimas obras son de 1988); catorce acrílicos para el Vía Crucis del Convento de Zapopan, Jalisco (1998); vitral La Asunción de María y los apóstoles para el ábside de la Catedral Metropolitana de Guadalajara (1998); el gran mural de la Historia de la Salvación para la Parroquia de San Bernardo de Guadalajara (concluido –como ya se mencionó– en 1999); el Vía Crucis del Templo Expiatorio de Guadalajara (2004) y un mural para el salón de usos múltiples de la univa.

Sus ilustraciones fueron publicadas durante 37 años en la plana literaria y cultural del periódico El Informador y en los siguientes libros: Romancero de la Vía Dolorosa de Fra’Asinello (1960); “Recuerdos de un viaje por España” en El Informador (1961-1963); Bula Romana Ecclesia del canónigo Eucario López, (1964); Los niños, los viajeros y la muerte de Luis Sandoval Godoy (1965); Pajaritas de agua de Ramón Mata (1966); Las tres comadres de Juan López (1968); Las malas lenguas de Luis Sandoval Godoy (1969); El Alcalde de Lagos y otras consejas de Alfonso de Alba Martín (1969); Homenaje a Enrique González Martínez del Ayuntamiento de Guadalajara (1971); Seis espacios poéticos de José Parres Arias (1971); dibujos y apuntes del viaje a Israel en El Informador (1972); Encuentro en Ámsterdam de Guillermo García Oropeza (1973); Vía Crucis de Paul Claudel (1973); Guía informal de Guadalajara de Guillermo García Oropeza (1979); Al filo del Agua de Agustín Yáñez (1979); Pedro Zamora de Ramón Rubín (1981); y Testimonios de Luis Sandoval Godoy (1986).

Las distinciones que recibió fueron: el citado Premio Jalisco en Artes de 1959, el cual refrendó en 1966; el primer Premio de Acuarela del Ayuntamiento de Manzanillo, Colima, en 1968; la presea José Clemente Orozco del Departamento de Bellas Artes del gobierno del estado de Jalisco, en 1983, y la presea Alfredo R. Plascencia del Seminario de Cultura Mexicana, Corresponsalía de Guadalajara, en 1999.

Fue miembro del Seminario de Cultura Mexicana de Guadalajara, 1971, y de la Sociedad de Geografía y Estadística de Jalisco, 1994.

Sus últimos años los pasó en ascético retiro, en el Asilo de la Casa del Adulto Mayor en su ciudad natal, donde falleció el 29 de septiembre de 2013, sus funerales fueron oficiados al día siguiente en el Templo de El Calvario.

Juicios y testimonios

Guillermo García Oropeza: “Alfonso de Lara Gallardo es quizá el último gran artista religioso de México y seguramente uno de los maestros del arte jalisciense del siglo xx y del ominoso principio del tercer milenio. Su vida ha transcurrido en silencio, en la humildad, en la modestia. Esas virtudes tan poco frecuentes en los artistas. Ha sido Alfonso de Lara el peor enemigo de Alfonso de Lara y la frivolidad de Guadalajara, tan indiferente siempre a sus mejores valores, lo ha condenado a un nivel alto de ‘ninguno’. Así que nos surge una profunda preocupación: ¿se perderá en el caos, en el desorden y en el olvido la obra espléndida de Alfonso de Lara Gallardo? La respuesta la tenemos todos nosotros”.


José Luis Meza Inda: “Aparte de ser uno de los dibujantes dotados con la gracia de una extraordinaria certeza, vigor y brillo; aparte de ser un pintor que ha sabido pregonar y plasmar su amor, su fe y su esperanza en Cristo, a través del lenguaje plástico de los grandes murales; Alfonso de Lara Gallardo ha sido y es, sobre todo, un espléndido cultivador, revelador e impulsor, o como dicen algunos padre real o relativo de la acuarela y de los acuarelistas de nuestra ciudad […]”.


Elsa Murillo de Ibarra: ”La barranca inspiradora de una gran serie, viste de distintos colores para agradarlo y recibe arte en reciprocidad. Ella usa sus galas cambiantes, él capta su belleza huraña y pródiga; se niega a muchos pero se da plena a unos cuantos. De Lara la ama y habita a su borde, estoy segura que dialogan y riñen, disfrutan y viven. En su serie progresiva con el tema penetra en la grandeza que la naturaleza ha volcado en ese espacio. Va del realismo sincero hasta lo esencial y poético; de lo superficial a lo íntimo, del detalle a la sugerencia […]”.


Referencias
  1. Javier Ramírez (ed.), Alfonso de Lara Gallardo. El último artista religioso, Guadalajara, Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado de Jalisco, 2004, p. 9. ↩︎

  2. Ibid., pp. 39-40. ↩︎

  3. Mauricio Ferrer, “Reconocen trayectoria de Alfonso de Lara Gallardo”, La Gaceta, Guadalajara, Universidad de Guadalajara, 21 de noviembre de 2005, p. 15. ↩︎

  4. Helia García Pérez y Salvador de la Torre, “Alfonso de Lara Gallardo. La doble soledad del alma y la inteligencia”, Mi Pueblo, núm. 146, abril-mayo de 2003, p. 17. ↩︎

  5. Entrevista de Carlos Octavio, El Semanario, Guadalajara, Arquidiócesis de Guadalajara, 10 de junio de 2001, edición especial, p. 3. ↩︎

  6. Ibid., loc. cit. ↩︎

  7. Los datos de sus obras están tomados del libro-homenaje de Javier Ramírez, Alfonso de Lara Gallardo…, pp. 84-88. ↩︎