Biografías por órden alfabético

Del Río Sánchez, Constantino Rogelio


Nació en 1913 en San Jerónimo, pequeño poblado de la costa del estado de Guerrero. Sus padres fueron los señores Francisca Sánchez y Manuel del Río Otero.

Ante los embates de la revolución, se trasladó con su familia a la ciudad de Colima, donde realizó estudios de preparatoria y de normal.

Luego pasó a radicar a Guadalajara, en donde con grandes esfuerzos revalidó sus estudios de bachillerato, por lo pronto se le admitió sólo como oyente en las cátedras de la Facultad de Derecho y de Economía, de la Universidad de Guadalajara.

Al vencer con entusiasmo sus dificultades de estudiante fuereño y de tan sólo ser un estudiante oyente, fue designado como miembro de la delegación estudiantil al Primer Congreso de Universitarios Mexicanos, celebrado en la Ciudad de México en septiembre de 1933 la delegación de la Universidad de Guadalajara la encabezaba el rector Enrique Díaz de León.

En el Congreso se enfrentaron las posiciones de la libertad de cátedra y del socialismo estatal, entonces al rector Díaz de León le llamó la atención el entusiasmo y las firmes convicciones ideológicas del joven Constantino, por lo que le prometió regularizar su situación a su regreso a Guadalajara como en efecto sucedió. Así, tras presentar varios exámenes a título de suficiencia, los cuales aprobó con calificaciones máximas y mención honorífica, recibió en 1937 su título profesional de abogado.

Para cubrir la licencia del abogado José Luis Herrera, fue nombrado profesor de la cátedra de Derecho Constitucional, y más tarde impartió la de Previsión Social e Instituciones de Seguros.

En 1938 cuando sólo contaba con veinticinco años de edad fue nombrado director de la Facultad de Derecho y Economía, como tal expidió el 1° de octubre de 1940 el primer gran reglamento de la Facultad, el cual constaba de 77 artículos y un transitorio, regulando cuidadosamente los planes de estudio, para garantizar la orientación socialista de la enseñanza, la adecuada seriación de las materias, las reglas para la admisión y los exámenes profesionales. Además estableció la cátedra de Teoría General del Estado y fundó el Bufete Jurídico de Servicio Social.

El 30 de diciembre de 1939 el gobernador del estado, Silvano Barba González, expidió la Ley Orgánica de los Servicios Culturales del estado de Jalisco, por la cual se convertía la Universidad en un simple departamento estatal, entonces la comunidad universitaria consideró que prácticamente desaparecía la Universidad de Guadalajara. Para encabezar la defensa de la institución se nombró al licenciado Del Río, lo cual hizo con acierto y entusiasmo.

Las grajeadas o novatadas estudiantiles y la aplicación del reglamento de la Facultad, que anulaba toda posibilidad de apartarse de los lineamientos de la enseñanza socialista, venían causando molestias a varios catedráticos. Los problemas se agravaron con la renuncia masiva de los catedráticos, que en un acto académico se sintieron agraviados por las palabras del estudiante Rafael Gutiérrez Caloca, interpretándose como que el director de la Facultad promovió el insulto.

Así, en la sesión del Consejo General Universitario del 19 de marzo de 1942, tras un acalorado debate, se aprobó por diez votos a favor contra dos, su destitución como director de la Facultad y catedrático, con el argumento de que era para restablecer la disciplina y el prestigio de la dependencia, en dicha sesión no se le respetó su garantía constitucional de audiencia; ante ello el licenciado Del Río argumentó la violación de sus garantías individuales previstas en los artículos 14 y 16 constitucionales, por lo que se amparó contra dicha medida. El 26 de agosto de 1944 la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación confirmó mediante una ejecutoria la sentencia del juez segundo de distrito de Jalisco, que le concedió el amparo, en consecuencia la Universidad debería restituirlo en sus derechos como director de la Facultad y catedrático.

Sin embargo, el licenciado Del Río envió un oficio al rector Ignacio Jacobo, renunciando a ser reinstalado en su cargo de director y en sus cátedras, y cedía además sus sueldos para la compra de libros de la biblioteca de la Facultad de Derecho; le expresaba: “De todas maneras, al promover [juicio de] amparo contra actos de ese H. Concejo [sic] Universitario, solo me guiaba el deseo, de sentar el saludable precedente de que en la Universidad no deben expedirse ceses con fines netamente políticos”.1

Al dejar la Universidad de Guadalajara, se dedicó al ejercicio libre de su profesión de abogado. En 1965 regresó como profesor titular de la Facultad de Derecho, e impartió la cátedra de Derecho Constitucional, Garantías y Amparo, y finalmente el curso de Contratos.

Fue promotor de la mutualidad de profesores de la Facultad de Derecho, de la cual elaboró su reglamento, y en noviembre de 1967 el Consejo de la Facultad aprobó por unanimidad su designación como padrino de la generación de abogados 1962-1967.

En Guadalajara falleció el 20 de julio de 1999, y según su expreso deseo sus cenizas fueron esparcidas en la playa de la Audiencia de Manzanillo, Colima.

Juicios y testimonios

Marisol del Río González: “Fue un hombre intelectual, dedicado al estudio, no había para él ninguna pregunta que no tuviera respuesta. Enamorado de su profesión, comprometido con las clases sociales mas desprotegidas; primero atendía a los pobres, después a los demás. Para mí fue el mejor padre, el mejor maestro; como amigo me dejó recuerdos preciosos; fue un hombre muy tenaz, muy perseverante, de muy firmes convicciones hasta su muerte”.


Referencias
  1. Archivo particular del licenciado Manuel Bailón Cabrera. Oficio del licenciado Constantino del Río al rector Ignacio Jacobo Magaña, del 18 de septiembre de 1944. ↩︎