Biografías por órden alfabético

Fernández Font, Leopoldo


Nació en México, Distrito Federal, el 14 de septiembre de 1938. Fueron sus padres los señores Manuel Fernández González y Josefina Font Hernández, hija de Leopoldo Font, de origen catalán y fundador de la Librería Font, lugar de reunión de los intelectuales jaliscienses de la época y luego editora de algunas de sus obras.

En 1944 su abuelo materno invitó a radicar a su familia a Guadalajara, ofreciéndole a su padre la imprenta, quien un año después fundó la empresa Artes Gráficas, que llegó a consolidarse como una editorial de prestigio.

Cursó la primaria en el Colegio Unión, la secundaria y la preparatoria en el Instituto de Ciencias de los jesuitas, optando por el bachillerato en Arquitectura. Entonces empezó a trabajar como dibujante con el ingeniero Luis Chávez.

Ingresó en 1956 a la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Guadalajara que dirigía el arquitecto Ignacio Díaz Morales, de lo cual evocó:

Soy de las últimas generaciones que gozamos a los grandes maestros [Hartung, Cadore, Löebs, etc.] y todo ese ambiente de mucha investigación, de mucho estudio, con mucho contacto entre maestros y alumnos. Cuando entré, había el mito de que si no se hablaban en tu casa dos o tres idiomas, si no había una biblioteca de al menos mil volúmenes en tu casa, si tus padres no viajaban alguna vez fuera de México no eras admitido. Dentro del currículo de clase teníamos francés, había una gran tendencia a crear gente con un nivel cultural muy alto. Teníamos clases de filosofía de la estética [que impartía el canónigo Ruiz Medrano], psicología social, clase de música con el maestro Domingo Lobato. Había una mística, en algún momento he dicho que la escuela parecía convento. 1

Durante el transcurso de sus estudios profesionales dio clases de Dibujo Arquitectónico en el Instituto de Ciencias, y trabajó en los despachos de los arquitectos Coufal, Hartung, Cadore y Díaz Morales.

En 1960, en colaboración con Félix Aceves hizo el proyecto de la Plaza Homenaje a la Madre, en La Barca, Jalisco, y empezó a trabajar con el arquitecto Alejandro Zohn, realizando dibujo, cálculo, supervisión de obras y diseño estructural.

Concluyó sus estudios profesionales en junio de 1962, y el 25 de abril de 1963 presentó la tesis “Clínica de especialidades” y el examen profesional, en ambos obtuvo las máximas calificaciones, y finalmente recibió su título de arquitecto.

Viajó a Francia en 1964 y en París ingresó al Centro Científico y Técnico de la Construcción, ahí hizo la especialidad en Técnicas modernas de construcción aplicadas a la arquitectura y estudios arquitectónicos. Además viajó por España, Bélgica, Holanda e Italia. De las obras arquitectónicas europeas que más le impresionaron está la Capilla de Nuestra Señora de las Alturas, en Ronchamp, y el Palacio de los Deportes de Roma, obras de Le Corbusier y de Pier Luigi Nervi, respectivamente.

De regreso en Guadalajara se reintegró a trabajar al despacho del arquitecto Alejandro Zohn, donde elaboró el proyecto del Templo Bautista ubicado en la calzada Independencia y la calle Monte Cáucaso, y también impartió la clase de Composición Arquitectónica en el iteso.

En 1966, en sociedad con Armando Sube, proyectó un hospital privado de ginecoobstetricia, y con Leopoldo Montelongo diseñó la casa en Tequila, Jalisco, del dueño de Tequila Cuervo.

Su trayectoria magisterial en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Guadalajara inició en 1966, impartió las cátedras de Estructuras y Composición. Sobre su estilo magisterial Vicente Pérez Carabias, escribió:

Tuve la oportunidad de constatar el interés y [su] capacidad para la docencia, aunado a una postura sumamente exigente, que correspondía con los sistemas que aprendió. Se puede decir con certeza que, gracias a su capacidad para aprender de la experiencia, Fernández Font pasó con el tiempo de ser muy buen profesor a un excelente maestro. 2

Luego dio los cursos de Teorías y Sistemas Estructurales y de Diseño Intermedio, ejerciendo: “[…] La férrea tradición de la crítica arquitectónica. […] Era muy acucioso en las revisiones y recomendaba determinados trabajos complementarios que permitieran comprender el menor camino para solucionar el problema”. 3

Su labor magisterial se vio truncada en 1979, cuando el director de la Facultad de Arquitectura Serapio Pérez Loza “lo [despidió] como profesor por considerar que sus actividades gremiales [entonces era presidente del Colegio de Arquitectos de Jalisco] no eran congruentes con su cátedra en la Universidad”.

En 1991 regresó a la Facultad de Arquitectura, para impartir Teoría de la Arquitectura, lo cual hizo hasta 1996. Y nuevamente en 2001 fue maestro de Composición, “[la cual] implementó como un taller profesional en su propio despacho, haciendo participar a los alumnos en las sesiones de consultorías técnicas, en entrevistas con los clientes, con base en lo cual desarrollaban sus proyectos”. 4

Esta experiencia magisterial, modelo ideal de la enseñanza superior al combinar armónicamente la teoría con la práctica, la concluyó en 2011.

En la Escuela de Arquitectura del iteso, de 1982 a 1994 impartió la clase de Estructuras Prácticas.

Retornando a su trayectoria profesional, en 1967 dejó el despacho de Alejandro Zohn y se integró como arquitecto de las empresas de Miguel Moragrega Baquer, en la oficina de Proyectos y Construcciones América, S. A. de C. V., entonces empezó a diseñar para la arquitectura comercial. Así se encargó de la nueva imagen corporativa de los supermercados Maxi, asesoró el proyecto de Plaza del Sol y diseñó los interiores de las tiendas La Muñeca y Casa Chalita, entre otras.

Por su profesionalismo los empresarios Moragrega lo recomendaron para que diseñara los Hoteles Aránzazu, el Centro Doméstico en la calle de Esteban Loera y el Hotel Bugambilias [sic] Sheraton en Puerto Vallarta.

En sociedad con su hijo, el arquitecto Fernando Fernández Pérez-Rulfo, fundó la firma Fernández-Arquitectos. De 1978 a 2014 ganó por concurso varios proyectos, entre ellos: el edificio del Banco de México en Guadalajara, 1979; el Club San Javier, 1982; el Plan Maestro de la Universidad del Valle de Atemajac (univa), 1982; el Templo de la Luz del Mundo, 1982; la conclusión de la Torre Tirreno en el Country Club, 1992; el proyecto del Centro de Investigación de Estudios Avanzados (cinvestav), del Instituto Politécnico Nacional, 1999; el edificio del Centro de Tecnologías de Computación e Informática del iteso, 2002; y el nuevo Mercado Corona, 2014.

El arquitecto Vicente Pérez Carabias clasificó sus obras en los siguientes géneros:

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  1. El religioso. Los citados templos Bautista y de la Luz del Mundo, una capilla a Santo Santiago en la ciudad de Colima, el Templo de Cristo Resucitado ubicado frente a Plaza del Sol, el Templo de San Ignacio, un pequeño convento de la Congregación de María Reparadora, un asilo y el Mesón de la Misericordia en la colonia 1º de Mayo; el Templo de Santa Isabel y la Capilla de San Ambrosio en las faldas del Cerro del Cuatro.
  2. Hotelería. El Econhotel Plaza del Sol, Hotel Bugambilias [sic] Sheraton en Puerto Vallarta, los Hoteles Aránzazu –ya mencionados–, la torre ii del Hotel Plaza del Sol, el Hotel Palma Real en Manzanillo y las Torres.
  3. Edificios de oficinas. El ya mencionado edificio del Banco de México; el diseño de las sucursales bancarias en Jalisco, Colima, Michoacán, Guanajuato y la sucursal Insurgentes de la Ciudad de México de Banca promex, al igual del Centro Financiero promex de Puerto Vallarta; el edificio de la Cámara Nacional de Comercio de Guadalajara, las oficinas corporativas del Grupo gosa, el edificio Cantabria, el conjunto arquitectónico Pedro Moreno y el edificio del Corporativo Nike.
  4. Comercial. Las ya mencionadas tiendas de autoservicio Maxi, las ampliaciones y remodelaciones a Plaza del Sol, la Plaza del Country en el fraccionamiento Lagos del Country y el también ya mencionado Centro Doméstico de la calle Esteban Loera. Además de su arquitectura de interiores para El Nuevo París en la avenida Las Américas, Las Fábricas de Francia, las Librerías Gonvill, la matriz y la sucursal de Casa Lemus, los expendios de Donas Dunkin y las zapaterías Dione, entre otros.
  5. Habitacional. La citada Torre Tirreno en el Country Club, el Condominio Las Ilusiones en el fraccionamiento Colonias Providencia, el conjunto habitacional Lomas del Mar en Santiago, Colima; las casas Moragrega y Obelisco, el conjunto habitacional La Giralda y los Departamento Ámbar.
  6. Diseño urbano y arquitectura industrial. El proyecto para la isla del río Cuale y el Malecón-paseo peatonal en Puerto Vallarta, el proyecto del nuevo centro urbano de Saltillo, Coahuila, en sociedad con Roberto Mares Rice; el jardín familiar para la Ciudad de los Niños del Padre Roberto Cuéllar, el fraccionamiento campestre-hípico Hacienda del Oro en Santa Anita, Jalisco; los Laboratorios Kolora, el parque industrial El Bosque ii y la fábrica Redwood Systems.
  7. Educativo. A los ya mencionados campus de la univa, la sede del cinvestav y el Centro de Tecno-logías de Computación e Informática del iteso, hay que agregar el auditorio del Parque de la Solidaridad de Guadalajara.
  8. Hospitalario. La clínica de cirugía plástica del doctor José Guerrero Santos, el centro de atención de la Cruz Roja en Cihuatlán, Jalisco; y la ampliación del Instituto de Cirugía Reconstructiva del mencionado doctor Guerrero Santos, que funciona como sede de los cursos de posgrado de la Secretaría de Salud del gobierno del estado de Jalisco y de la Facultad de Medicina de la Universidad de Guadalajara.


Hay que agregar los proyectos del Conjunto de Artes Escénicas de la Universidad de Guadalajara, el edificio de la Comisión Estatal del Agua y el edificio de posgrados del iteso.

Entre las sociedades a las que pertenece están: el Colegio de Arquitectos de Jalisco, el cual presidió en 1975; y el Colegio de Arquitectos del Estado de Jalisco, A. C. del que fungió como vicepresidente hasta 1979.

En 1975 fue delegado de la Federación de Colegios de Arquitectos de la República Mexicana, A. C., en la Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre el Hábitat, celebrada en Vancouver, Canadá; y también integró el comité mixto de arquitectos y diputados federales para la revisión de la Ley General de Asentamientos Humanos.

En 2001 publicó el libro Tapalpa. Pueblo mágico.
Los reconocimientos y distinciones que ha recibido son: el nombramiento de académico emérito 33 de la Academia Nacional de Arquitectura, 2003; la medalla de plata del Colegio de Arquitectos del Estado de Jalisco, 2004; el galardón Enrique Díaz de León del Sindicato de Trabajadores Académicos de la Universidad de Guadalajara, 2005; la distinción al Diseño Arquitectónico en el xiii Premio de Arquitectura, 2006; la acreditación internacional del Acuerdo Económico de la Cuenca Asia-Pacífico; la placa de honor como reconocimiento nacional a su labor profesional de la Federación de Colegios de Arquitectos de la República Mexicana, 2008; las distinciones Al Mérito Profesional 2008 y 2009, del Colegio de Ingenieros Civiles del Estado de Jalisco; y la Distinción Honoris Causa al Ejercicio Profesional del Premio Anual de Arquitectura Jalisco, 2009.

Juicios y testimonios

José María Murià: “No es pues un tapatío parroquial. A la manera de Rulfo y Orozco, se ha convertido en un jalisciense con una visión mucho más amplia que le ha permitido una rica dialéctica con vivencias y emociones de muchas partes, pero no es el caso, lo cual hubiera hecho de él un arquitecte como tenemos muchos, que no ven más allá de sus narices y, cuantimenos, del dicho valle. Bien clara es la diferencia de gente como Polo que se relacionan con el mundo desde nuestro Valle y de quienes han hecho del valle su único mundo y no alcanzan, por ende, a nutrirse de lo mucho que hay más allá”.


Vicente Pérez Carabias: “Tiene la vivencia del momento histórico, una amplia cultura arquitectónica, una sólida formación práctica en estética y una base lógico-constructiva poco común, pero lo más importante, insistimos, sabe escuchar con claridad las instrucciones que para el diseño emanan del ‘programa arquitectónico’. Sabe escuchar tales instrucciones que ayudan a definir en términos plásticos y expresivos el espacio arquitectónico, no sólo en términos funcionales –como algunos autores pretenden–, pues Leopoldo Fernández usa el ‘programa’ en su debida dimensión, con su máximo potencial y con absoluto respeto”.


Referencias
  1. Karla Bañuelos Sáenz, “Leopoldo Fernández Font, pasión por la arquitectura”, El Informador, Guadalajara, consultado en http://www.informador.com.mx/impresion/136898 ↩︎

  2. Vicente Pérez Carabias, Leopoldo Fernández Font. Monografías de arquitectos del siglo xx, Guadalajara, Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado de Jalisco, Universidad de Guadalajara, iteso, Colegio de Arquitectos del Estado de Jalisco, núm, 23, 2013, p. 31. ↩︎

  3. Ibid., p. 37. ↩︎

  4. Ibid., p. 38. ↩︎

  5. Ibid., pp. 43-165. ↩︎