Biografías por órden alfabético

Flores García, Gabriel


Nació en Guadalajara, Jalisco, el 8 de febrero de 1930. Fueron sus padres los señores María Guadalupe García y Galindo Flores. Sobre sus orígenes familiares su hija Lilia Adriana Flores Casillas escribió:

Mi abuelo, anduvo en la revolución, era pagador y proveedor de las fuerzas revolucionarias del general Manuel M. Diéguez. Durante el reparto de tierras, perdió la suya, pero conservó una hacienda donde se cultivaba agave y se producía tequila. Murió su primera esposa con la que tuvo seis hijos, después se casó con mi abuela con quien tuvieron cuatro hijos, entre ellos mi padre. Debido al asma que le aquejó hasta la adolescencia, realizó sus primeros estudios en casa con una maestra particular. Creció en la casa que se encuentra en la esquina de las calles Progreso y Justo Sierra, aquí en Guadalajara. Por su salud pasaba temporadas en la hacienda y mi abuela que era muy cariñosa le llevaba colores y se sentaba a dibujar, lo cual hacía muy bien.1

En 1938 pudo asistir a la Escuela Práctica anexa a la Escuela Normal de Jalisco donde cursó la primaria y la secundaria, y en 1947 empezó a recibir sus primeras lecciones de pintura:

Asistió por cuatro o cinco meses al taller del maestro José Vizcarra, junto a sus compañeros Rodolfo Peña y David Aguirre. Aquí no permaneció por mucho tiempo, porque se sintió limitado por el academicismo. Mi padre más bien se consideró autodidacta, había demasiadas reglas y siempre quiso explorar solo y experimentar en su obra. En ese tiempo descubrió la obra de José Clemente Orozco, que lo dejó muy impresionado. Admiraba su obra, y dijo sentir un poco la influencia de él y de Goya.2

En 1948 ingresó a la Escuela de Artes y Letras de la Universidad de Guadalajara, ahí obtuvo el primer lugar en la exposición final del ciclo lectivo 1949-1950. Al transformarse la citada dependencia universitaria en la Escuela de Artes Plásticas, en 1950 fue nombrado profesor de Dibujo Artístico y de Pintura. En 1951 realizó su primera exposición en la galería de la Biblioteca Benjamín Franklin de Guadalajara, y por esos años la revista Ariel que dirigían Emmanuel Carballo y Alfredo Leal Cortés, se ocuparon por primera vez de su obra.

En 1952 trabajó como decorador de telas en Cuernavaca, Morelos; luego pasó a Azcapotzalco, Estado de México, como diseñador de vitrales; y finalmente en la Ciudad de México realizó carteles para las películas mexicanas, a la par que colaboró con David Alfaro Siqueiros y Juan O’Gorman en los murales de ciudad universitaria.

En 1955 regresó a Guadalajara y reingresó como catedrático universitario en la Escuela de Artes Plásticas, y empezó a desplegar su obra artística.

Los títulos de sus obras son: La cortina de humo –hoy desaparecida– en la Escuela de Artes Plásticas, 1953; El maíz en la colonia –también desaparecida– en el Palacio de Gobierno del estado de Jalisco, 1955; La novela revolucionaria de Mariano Azuela en la Escuela Mariano Azuela de Lagos de Moreno, 1956; La primera imprenta en Jalisco en el ingreso de la Biblioteca Pública del Estado de Jalisco, 1958; El Parnaso Jalisciense en la sala de lectura de la Biblioteca Pública del Estado de Jalisco, 1958; Historia del teatro en México, en el Teatro Experimental de Jalisco, 1960; La guerra y la paz en el edificio matriz del Banco de Zamora –posteriormente promex–, 1960; La fundación de Guadalajara en el edificio del Ayuntamiento de Guadalajara, 1962-1964; La maternidad en el Hospital Eva Sámano de López Mateos en Guadalajara, 1963; Pedro Moreno en la Escuela Preparatoria de Lagos de Moreno, 1964; La filosofía y la ciencia en el auditorio Salvador Allende del cucsh, de la Universidad de Guadalajara, 1965; Los Niños Héroes en el Castillo de Chapultepec de la Ciudad de México, 1967; Las artesanías en la Casa de las Artesanías del Estado, en Guadalajara, 1968; Tahona y fiesta en Casa Sauza en Tequila, Jalisco, 1969; Mitología e historia del Tequila en las oficinas centrales de la Casa Sauza, en Tequila, Jalisco, 1970; Culto al dinero de la serie Sucesos número 1, gobierno del estado de Jalisco, Guadalajara, 1975; Estampas de la vida de la serie Sucesos número 2, del gobierno del estado de Jalisco, Guadalajara, 1975; Cervantes y su obra en la capilla cervantina del Museo Iconográfico de la ciudad de Guanajuato, 1978; Sin título de la serie Sucesos número 3, en el edificio de la rectoría de la Universidad de Guadalajara, 1978; Sin título de la serie Sucesos número 4, en el edificio Valentín Gómez Farías de la Universidad de Guadalajara, 1979; Sin título de la serie Sucesos número 5 en el anterior edificio universitario, 1980; Sueño de un niño en el edificio del Desarrollo Integral de la Familia (DIF), Jalisco, Guadalajara, 1982; Alegoría de la Justicia i, en el edificio de la Procuraduría General de la Justicia de la República, Ciudad de México, 1988; Alegoría de la Justicia ii en el mismo edificio, 1988; y La historia de la Medicina en México en el Hospital Civil Fray Antonio Alcalde de Guadalajara, 1986-1992.

Sobre su valoración de algunas de sus obras, su esposa Nina Casillas expresó:

[…] Quedó insatisfecho con el mural que realizó en el Palacio Municipal de Guadalajara, pues decía que si pudiera tapar algunos de sus trabajos, elegiría ése, porque no le gustaba. Lo hizo con cierta premura, porque en ese tiempo lo invitaron a exponer en Europa y no quedó conforme con el mismo. Tampoco le agradaba el del Castillo de Chapultepec. [En cambio] Fue el extenso mural del antiguo Hospital Civil el que más satisfacción le dejó, tal vez porque en él sintetizó toda su obra.3

Además realizó un gran número de obras de caballete y dibujos, gran parte fueron exhibidos en una exposición en el Instituto Cultural Cabañas en 1993, en la cual se reunieron

[…] obras que muestran una temática del pintor desconocida para la mayoría del público que conoce sus murales. Presentan una obra íntima con temas preferidos por el maestro, desnudos femeninos en los que apreciamos un dibujo de líneas naturales; caballos en los que el movimiento se expresa con el ritmo de una línea, y Cristos en los que se observa una interpretación expresionista de la pintura. Dibujos en los que la línea busca configurar el carácter y una mancha de tinta proporciona el volumen.4

Se considera que perteneció a la corriente artística de los neorrealistas de Jalisco, la cual impulsó el maestro Jorge Martínez desde la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Guadalajara, y en la que participaron Guillermo Chávez Vega, Javier García Navarro e Ignacio Martínez, entre otros.

Sus obras se expusieron en algunas ciudades de España, Venezuela y Estados Unidos, y en su ciudad natal: la citada de la Biblioteca Franklin, 1951; en la Galería del Teatro Degollado, 1955; en la Galería Municipal Torres Bodet, 1980, 1981, 1982 y 1985; en la Galería de Arte Moderno, 1989; Retrospectiva con doscientas obras, 1989, y Exposición-homenaje, 2003, Museo Regional de Guadalajara; Intensidad y colorido del pincel de Gabriel Flores en el Palacio Municipal de Zapopan, Jalisco; y en 1964 con su mural La Guerra y la Paz participó en la exposición colectiva “Arte en Jalisco” en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México.

Los premios y reconocimientos que recibió fueron: el Premio Jalisco a las Artes Plásticas, 1962; el primer premio del Certamen Internacional convocado para celebrar el primer centenario del natalicio de Nicolás Lenin, Moscú, Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, 1971; la medalla de Artes Plásticas del Gobierno del Estado de Jalisco, 1984; y el reconocimiento por su labor artística en Jalisco por la Cámara Nacional de Comercio de Guadalajara, 1995.

En junio de 1993 recibió el nombramiento de maestro honorario de la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Guadalajara.

Fue miembro de la Sociedad de Geografía y Estadística de Guadalajara, y del Seminario de Cultura Mexicana.

Falleció el 14 de diciembre de 1993 en la ciudad de Guadalajara, sus funerales se oficiaron en el Templo de la Madre de Dios en la colonia Providencia y sus restos fueron inhumados en el cementerio Recinto de la Paz.

En 1994 y en 2005 el Ayuntamiento de Guadalajara le dedicó el xxxiii y el lv Cursos de Información sobre Guadalajara, Tlaquepaque, Tonalá y Zapopan. El 8 de julio de 2004 el Congreso del Estado de Jalisco lo declaró Benemérito Ilustre de Jalisco, y el 19 de julio de 2005 sus restos fueron depositados en la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres, donde se develó su estatua, obra de Miguel Miramontes.

Juicios y testimonios

Lilia Adriana Flores Casillas: “Por su profunda simpatía al socialismo le preocupaban los temas sociales, aspecto que lo hizo parecer pesimista y hasta sufrido ‘pero una vez que plasmaba sus preocupaciones en su arte, eso desaparecía, porque en realidad era alegre y bromista. Parecía dos personas en una’”.

Augusto Orea Marín: “Cuando él entra al terreno del caballete, cuando se mete, de ahí salen sus pigmentaciones para el mural, no es al revés. Creo que Gabriel también tiene un camino que le marca su propia idiosincrasia, que lo aparta también del común de los pintores. La pintura de Gabriel es triste, comprometida con ciertas esferas de nuestra sociedad, el dolor, la pobreza, el hambre, la injusticia, no es demagógico, sino al contrario, es prácticamente taciturno. Pinta callejones tremendos, aparece él mutilado, mutila al hombre y mutila al perro […] Toda su obra se puede decir es oscura, en el sentido del color, es una obra tétrica”.

José Trinidad Padilla López: “Defendió sus ideales y proyectos con limpieza, honestidad, agudeza crítica y lealtad […] Forma parte de una generación de artistas que nunca se apartaron de su arte, ni claudicaron de sus principios ideológicos”.


Referencias
  1. Lilia Adriana Flores Casillas, “Cronología de Gabriel Flores y algunos comentarios”, Guadalajara, colaboración especial para esta Enciclopedia, 1 de junio de 2015, p. 1. ↩︎

  2. Ibid., loc. cit↩︎

  3. “Gabriel Flores, imparable muralista”, La Gaceta, Universidad de Guadalajara, 18 de julio de 2005, p. 18. ↩︎

  4. Arturo Camacho, “El maestro Gabriel Flores”, Siglo 21, Guadalajara, 23 de julio de 1993, Suplemento Tentaciones, p. 13. ↩︎