Biografías por órden alfabético

García Oropeza, José Benjamín Guillermo


Nació en Guadalajara, Jalisco, en 1937. Fueron sus padres los señores Refugio M. Oropeza de García, originaria de Mazatlán, y Benjamín García Macías, comerciante procedente de Michoacán.

Cursó la primaria en el Colegio Cervantes de los maristas. En 1960 ingresó a la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Guadalajara, y el 28 de julio de 1966 recibió su título de arquitecto con la tesis “El problema de la vivienda en Guadalajara”.

Realizó sus estudios de posgrado en urbanismo en las universidades de Yale y de Cincinnati, en Estados Unidos, y en el Bouwcentrum de Rotterdam, Holanda.

En la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Guadalajara y en otras dependencias universitarias, fue profesor de cátedras de Urbanismo, Literatura, e Historia del Arte Mexicano.

Se ha desempeñado en los siguientes cargos: director de Planeación de la Universidad de Guadalajara, donde coordinó las obras Arquitectura para la educación superior y Piensa y trabaja; director de la Galería Municipal de Guadalajara, durante dos trienios; director del Departamento de Bellas Artes del Gobierno del Estado de Jalisco, asesor del subsecretario de Educación Superior, en la Secretaría de Educación Pública y director general de conescal de la Ciudad de México.

Aunque arquitecto y urbanista de manera profesional, se fue perfilando por la literatura, el arte y la cultura mexicana. Así, en 1970 le encargaron un libro sobre Guadalajara, entonces la temática citadina se convirtió en una de sus preocupaciones recurrentes, él mismo se considera de oficio “guadalajarólogo”, el cual describe como: “En contar historias de la ciudad, de su gente, de lo que va pasando […] Lo mío son pequeños temas: el pozole, el Atlas, las maneras de hablar. Me preocupa que muchas cosas de la ciudad se están perdiendo”.1

Los títulos de sus obras son: Encuentro en Ámsterdam (1973); Guía informal de Guadalajara (1974); Murales de Jalisco (1976); La balada de Gary Cooper (1977); Viaje mexicano (1979); Guadalajara, sus plazas, parques y jardines (1980); Luis Barragán (1980); Ignacio Díaz Morales (1980); Facultad de Arquitectura 1948-1983 (1983); Guadalajara y sus caminos al mar en colaboración con José Rogelio Álvarez (1984); Mi estimado y fino amigo (1986); Medias verdades (1987); México city en colaboración con Karl Muller (1987); Deja contarte Guadalajara (1987); Devoción de Arreola (1987); El jardín de la historia (1988); Homenaje a Camilo Cela (1990); Jalisco una invitación a su microhistoria (1990); Un estilo de México: ensayos de Occidente (1998); y Alfonso de Lara Gallardo: el último artista religioso (2004).

En colaboración con otros autores escribió: “Tres hombres míticos del Hospital de Belén” en Memoria del Bicentenario 1792-1992. Historia y medicina en el Hospital Civil de San Miguel de Belén de Guadalajara (1993); “Luis González, sabio de la tribu” en Pueblo en vilo, la fuerza de la costumbre. Homenaje a Luis González y González (1994); “Introducción a Guadalajara” en Guía arquitectónica esencial. Zona Metropolitana de Guadalajara (2005); “La construcción de un arquitecto” en Gonzalo Villa, arquitecto, restaurador, acuarelista (2007), entre otros.

Sus colaboraciones en el periodismo cultural fueron publicadas en El Informador, El Occidental, Siglo 21 y Mural de Guadalajara; Excélsior, El Día, La Jornada y Los Universitarios de la Ciudad de México. Además publicó en las revistas Diálogos de El Colegio de México, en la revista de Bellas Artes y en Proceso; también intervino en los programas de televisión, con temática jalisciense, en la serie “México Siglo xx”, y en Radio Universidad de Guadalajara realizó el programa “Circo, maroma y teatro”.

Como conferencista fue invitado por el British Council, para disertar sobre temas de arte mexicano, en varias universidades británicas, y por el L’Ecole Superieure d’Arquitecture en París, para tratar sobre la obra de Luis Barragán. E igualmente fue invitado por la Universidad de Parson’s de Nueva York, el Instituto Miguel de Cervantes de Atenas y la ciudad de San Antonio, Texas, además impartió una conferencia en el Palacio de la Panadería de Madrid.

En las ciudades de México, Guadalajara, Zacatecas, Morelia, Guanajuato, San Luis Potosí, Mérida y Colima ha impartido un gran número de conferencias, y participó como asesor en varios viajes culturales a Europa, disertando in situ en Praga, Estambul y Viena.

Se ha hecho acreedor de los siguientes reconocimientos: el Premio Jalisco de Literatura de 1964, el Premio Elías Sarquís de 2005, la venera del Seminario de Cultura Mexicana –corresponsalía Guadalajara– en 2006, la medalla José Clemente Orozco; en 2008 se le dedicó la xl Feria Municipal del Libro de Guadalajara; en 2016 recibió el reconocimiento Alfredo R. Plascencia del Seminario de Cultura Mexicana; y en 2017 se le otorgó el Premio Ciudad de Guadalajara y el reconocimiento del Congreso del estado de Jalisco.

Es miembro del Sistema Nacional de Creadores de Artes, del fonca.

Juicios y testimonios

José Rogelio Álvarez: “[…] Arquitecto, escritor, viajero, sibarita y funcionario público en su ratos libres, es dueño y donante de una excelente prosa: docta sin afectación, crítica sin malevolencia, ingeniosa sin complicaciones, irreverente sin agravio, humorística sin vulgaridad, penetrante, definidora de lo obvio que la realidad esconde. Su tono es de templanza, como el clima de la Clara Ciudad. Sus libros de cuentos y viajes, y sus ensayos sobre arte e historia, tienen un trasfondo reservado a quienes han corrido páginas y mundo con el espíritu abierto al alma de las cosas”.

José Trinidad Padilla López: “Guillermo García Oropeza, a quien también conocí muy de cerca, pues él fue uno de los primeros jefes de mi hermano Raúl, cuando dirigía la Galería Municipal Jaime Torres Bodet. Guillermo era también uno de los personajes que participaba con mucha vehemencia [en las tertulias en la casa de Ignacio Arriola], con mucha elocuencia y sobre todo con un enorme sentido del humor […] y un filo crítico para lanzar invectivas entre amigos, muy fuertes, pero que no se tomaban a mal entre ellos y se las contestaban como si fuera un concurso, como si fueran, en esa expresión muy clásica del mexicano, albures. En este caso no eran albures, pero se trataba de ver quien decía el planteamiento más ingenioso para rebatirse las ideas”.


Referencias
  1. Juan Carlos Núñez Bustillos, “Guillermo García Oropeza. Guadalajarólogo”, Público, Guadalajara, 17 de diciembre de 2005, p. 2. ↩︎