González Gutiérrez, José Trinidad
Nació en Guadalajara, Jalisco, el 10 de diciembre de 1914. Fueron sus padres los señores María Felícitas Gutiérrez y Carlos González Peña, quien trabajó en la ferretería “La Palma”.
De 1920 a 1927 realizó su instrucción primaria en los Colegios Balcázar y Jalisco, su niñez la pasó entre las prácticas religiosas católicas y los paseos con su papá, quien lo llevaba con sus hermanos a conocer los lugares históricos de la ciudad y sus alrededores, mientras les contaba hechos y sucedidos.
Cursó la secundaria de 1927 a 1932 y la preparatoria en el Colegio Italiano, y por influencia de sus profesores maristas Marciano, Pablo y Crisólogo Goñi, se aficionó a la geografía y a la historia.
Sobre el origen de su vocación de médico:
Recuerda que a él lo enviaban a hacer todos los mandados, a dar recados, surtir las medicinas para su mamá asmática o ir corriendo por el doctor por el doctor Ochoa. También porque fue monaguillo en el Hospital de la Santísima Trinidad, en donde anunciaban la llegada de cada médico con campanadas. “Eso me impresionaba. Un día me dije: yo quiero que a mí también me toquen la campana. Y estudié medicina”.1
Así, en septiembre de 1932 ingresó a la Facultad de Medicina de la Universidad de Guadalajara, al iniciar su tercer año de la carrera en 1934 estalló la huelga estudiantil, por los disturbios que ocasionó la aplicación de la educación socialista, por lo que se trasladó a la Ciudad de México, ahí se matriculó en la Facultad de Medicina de la unam y se tituló de médico, cirujano y partero el 11 de mayo de 1939, con una tesis que versó sobre la salubridad e higiene del municipio de Angostura, Sinaloa.
Fue médico visitante en el Hospital Sud-Pacífico de 1939 a 1942, y en 1942 realizó su adiestramiento en la especialidad de Ginecología, con el apoyo de la unam y de la Asociación Mexicana de Ginecología y Obstetricia.
Al regresar a su ciudad natal, de 1942 a 1955 fue instructor de Ginecología, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Guadalajara, de 1945 a 1956 fue médico subjefe del servicio primero de Ginecología del Hospital Civil de Guadalajara, y de 1942 a 1962 se le encargó la Policlínica del servicio primero de Ginecología del mismo Hospital Civil.
Fue catedrático de la Facultad de Medicina y de la Escuela de Enfermería de la Universidad de Guadalajara, y de la Escuela de Enfermería del imss. Por ser muy apreciado entre los estudiantes en varias ocasiones fue padrino de generación, y también dirigió un gran número de tesis de licenciatura.
Por los años cincuenta, realizó frecuentes viajes a los hospitales y universidades de Estados Unidos, con el fin de mantenerse siempre actualizado en su especialidad de Ginecología y Obstetricia. También viajó en 35 ocasiones a Europa, visitó el Tíbet por el lado de China e India, y por el Tren Transiberiano subió parte del Monte Everest.
Las asociaciones a las que perteneció fueron: de 1939 a 1951 de la Sociedad Médica de Guadalajara; en 1949 de la Sociedad de Cirugía de Guadalajara; de 1940 a 1954 de la Sociedad Mutualista Médico-farmacéutica de Guadalajara; en 1946 fue socio fundador de la Sociedad de Cancerología de Guadalajara, además fue su vicepresidente y presidente; en 1947 fue socio fundador de la Sociedad de Ginecología y Obstetricia de Guadalajara, en la cual también fue vicepresidente y presidente; desde 1948 fue miembro de la Asociación Mexicana de Ginecología y Obstetricia; desde 1949 de la Asociación Mexicana para el Estudio de la Fertilidad y la Reproducción Humana, y en cuatro ocasiones integró la mesa directiva; en 1951 de la Asociación Médica de Guadalajara y de la Asociación Internacional de Fertilidad, y en 1963 fue delegado por México; en 1957 de la Sociedad Médica de Estados Unidos y México; en 1962 de la Sociedad Colombiana de Obstetricia y Ginecología, en calidad de socio honorario; en 1963 de la Academia de Cirugía correspondiente a la Nacional; en 1964 de la Sociedad Mexicana de Nutrición y Endocrinología; en 1965 de la Sociedad Mexicana de Historia de la Medicina correspondiente a la Nacional; en 1966 del Colegio Americano de Cirujanos y de la Academia Nacional de Medicina correspondiente a la Nacional; en 1970 de la Sociedad Jalisciense de Ciencias Médico-Biológicas como socio fundador; en 1971 de la Sociedad Colombiana de Ginecología Juvenil y Pediátrica como socio honorario; y en 1972 del Colegio Americano de Obstetricia y Ginecología.
Además integró la Asociación Cultural del Hospital Civil Fray Antonio Alcalde, antiguo Patronato de Fomento de la Cultura.
Su otra faceta profesional fue la de microhistoriador, y como quedó antes anotado recibió para ello la influencia de su padre y de los hermanos maristas. Al retirarse del ejercicio profesional de la Medicina en 2001, empezó a escribir porque “necesitábamos hacer la microhistoria, lo pequeñito, lo que nos consta, que no nos lo platicaron sino que lo vivimos, lo disfrutamos, lo saboreamos y por eso podemos dar una idea muy aproximada”.2
Él se autodefinió como “[…] un narrador de lo que a mí me consta, de lo que con seguridad pasó porque lo vi. Quizá estos pequeños detalles llegarán algún día a ser parte de la historia que no existe de Guadalajara”.3
Los títulos de sus libros son Dichos y dicharachos tomos i y ii; Añoranzas de Mexicaltzingo (2001); El Arroyo del Arenal (2003); Las Nueve Esquinas (2005); y La Plazuela de la Universidad (2006).
También impartió varias conferencias y escribió artículos sobre temas históricos.
En su ciudad natal falleció el 4 de mayo de 2007.
Juicios y testimonios
Guillermo García Oropeza: “Era el cronista de una pequeña zona de Guadalajara conocida como las Nueve Esquinas y había escrito un sabroso libro sobre su barrio que en su momento se presentó con gran éxito de público. El doctor era una persona de gran encanto, caballero a la antigua usanza, y un apasionado de la crónica de ese jirón de Guadalajara donde había vivido tantos años”.
Leticia Maldonado: “Yo podría decirles que es un gambusino en eterna búsqueda del tesoro dorado, el alquimista que quiere transformarlo todo en oro puro o el arqueólogo que busca y rebusca tratando de encontrar la esencia de su mundo, de su pueblo, de su barrio. Ese barrio de todos que, por indiferencia o por descuido, hemos ido matando poco a poco privando a los que nos suceden del placer de vivirlo”.