Larios López, Marco Aurelio
Nació en Guadalajara, Jalisco, el 16 de diciembre de 1959. Es hijo de los señores Catalina López Robles y Gabino Larios Estrella.
En la Escuela Parroquial de su barrio de Santa Teresita del Niño Jesús, cursó la primaria, obteniendo su certificado oficial de la Escuela Rural Felipe Carrillo Puerto. Y de 1973 a 1976 realizó la secundaria en el Colegio Cervantes Costa Rica.
En su paso de la secundaria al bachillerato leyó con gran interés la novela Los Miserables de Víctor Hugo, despertándose su vocación literaria, se dijo a sí mismo “yo quiero escribir algo así”,1 aunque entonces se inclinaba por el estudio de la ingeniería química.
De 1976 a 1979 cursó el bachillerato en la Escuela Preparatoria núm. 4 de la Universidad de Guadalajara. Por esos años asistió al Taller Literario del doctor Elías Nandino, y fue impulsado hacia la carrera de las letras por su profesor de Literatura Luis Patiño.
Cursó la licenciatura en la Facultad de Filosofía y Letras de la misma Universidad de Guadalajara de 1979 a 1984, titulándose con una tesis que tuvo como tema “Las políticas culturales del estado de Jalisco”.
De 1984 a 1986, con el apoyo del maestro Adalberto Navarro Sánchez, hizo estudios de maestría en Letras y Literatura Española en la Escuela de Graduados.
Por esos años fue profesor de Español en la secundaria del Colegio Cervantes Costa Rica y en el área de Humanidades del Centro Vocacional de Actividades Humanísticas y Pedagógicas de la Universidad de Guadalajara, impartió clases de Redacción, Etimologías y Periodismo, y en 1980 fue auxiliar de investigación del Centro de Estudios Literarios.
De 1988 a 1989 hizo estudios de investigación y enseñanza cinematográfica en el Centro de Investigación y Enseñanza Cinematográfica (ciec), graduándose en la segunda generación. Y en 1989 hizo un curso de guión, en la Escuela Internacional de Cine y Televisión en San Antonio de los Baños en Cuba.
Luego fue profesor fundador de la Maestría en Estudios Cinematográficos, con la cátedra en Guión Cinematográfico.
El 1º de octubre de 1991 fue nombrado profesor-lector (huésped) de la Universidad de Viena, y pasó a residir al continente europeo, donde impartió cursos de Cultura Mexicana, Literatura Mexicana y Cultura y Literatura de América Latina. En 1991 recibió el grado de magister, con la revalidación de sus estudios profesionales hechos en México.
En tanto cursaba el Doctorado en el Programa de Romanística, obtuvo el grado de doctor en Filosofía el 23 de octubre de 1997, con la tesis que versó sobre el sustrato histórico en la narrativa mexicana durante la intervención francesa y el segundo imperio, en las novelas El Cerro de las Campanas de Juan A. Mateos y Noticias del Imperio de Fernando del Paso.
Como profesor huésped de la Universidad Rennes II de Francia, en 2008 impartió cursos de Literatura Mexicana, al igual que en la Universidad de Zagreb, Croacia.
Al reintegrarse como catedrático de la Universidad de Guadalajara, en 1998 impartió las cátedras de Literatura del siglo xxi y de Literatura Alemana, en la maestría y en el doctorado del Departamento de Estudios Literarios. En 2001 fue coordinador de Investigación y Posgrado del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño. En 2004 atendió la cátedra de Estética en la licenciatura y maestría en Artes y Didáctica de las Artes. En 2006 fue nombrado profesor de la Licenciatura en Letras Hispánicas, lo cual consideró como “lo mejor que me ha ocurrido, pues ahí me siento como pez en el agua”,2 ha impartido las cátedras de Metodología del Análisis Textual y Análisis del Discurso, y en 2010 la de Narrativa en Taller.
Sobre su estilo magisterial escribe Librado López:
La inquietud, durante la espera del inicio de clase, era evidente en los jóvenes que compartíamos la Unidad de Aprendizaje, que entonces se llamaba Análisis del Discurso, la cual sería impartida por el doctor Marco Aurelio Larios. Los motivos se dejaron ver cuando el doctor Marco Aurelio llegó, sacó algunos legajos de su portafolio y los colocó sobre su escritorio. La receta secreta, ante nuestros ojos, al alcance de la mano, en voz del profesor investigador que lejos de todo egoísmo comparte con sus estudiantes los métodos de análisis, sus conocimientos y experiencias en esta fascinante labor.
No sólo compartía con esmerada vocación su labor magistral, entregaba su pasión por el análisis literario, su gusto por los tratados de los grandes teóricos, en especial por las teorías bajtinianas; además de compartir sus estudios personales, sus productos ensayísticos, su narrativa. De esta manera sus estudiantes vimos en él, con gran admiración y bien ganado respeto, al maestro docente, al investigador, al ensayista, al crítico, al escritor de literatura –narrativa– y al amigo.3
En 2014 fue nombrado coordinador del Doctorado en Humanidades, en el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades.
Su obra bibliográfica es la siguiente: La música y otras razones para contar (1994); Erato. Ars amatoria en Guadalajara (1998); El cangrejo de Beethoven (2002); y La oportunidad y otros relatos (2007).
Es autor de los ensayos: “Acercamientos críticos a Yo el supremo, de Augusto Roa Bastos” (1980); y “Acercamiento a Sergio Pitol” (1999); e hizo la traducción de “Catalina dos cabezas: Khatarina Doppoelkop”.
Su producción literaria ha sido publicada en las revistas Campo Abierto, Et Caetera, Diserta, El Cuento, Papel de Literatura, Peñola, Pulso, Signos, Luvina –en la cual integra su consejo editorial–; y Trashumancia. También fue articulista en los periódicos El Informador y *El Occidental, de Guadalajara.
Ha obtenido los siguientes premios: el primer lugar del Concurso de publicación de Obra Literaria de la Universidad de Guadalajara en 1994, por su obra La música y otras razones para contar; el Premio Nacional Juan Rulfo para la Primera Novela de 1998 de Instituto Nacional de Bellas Artes, por El cangrejo de Beethoven; y el Premio literario Edmundo O’Gorman de 2011 a la mejor investigación utilizando la historia en la narrativa, otorgado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Es considerado el autor jalisciense que más ventas de libros tiene en el fce de Guadalajara, en la colección Letras mexicanas.
Juicios y testimonios
Verónica de Santos: “Goza el oficio de escritor y pasar las tardes-noches en La Mutualista, ahí reúne sus pasiones y a sus amigos en un solo lugar y con motivos diferentes cada vez, o sin motivo alguno, según la ocasión”.
Librado López Vega: “Quienes ya conocíamos su carácter magistral siempre aprovechamos la oportunidad de acercarnos, aún después de egresados, a su cátedra o a los talleres de narrativa que impartía en los espacios de promoción cultural del Departamento de Letras; en ellos con su lenguaje sencillo, lejos del rebuscamiento y de la complejidad conceptual, ofrecía bases teóricas como la relación entre el autor, el narrador y el personaje, la cronotopía, la creación de atmósferas, las acciones (cronotopía); después solicitaba que escribiéramos un cuento breve con las bases mencionadas; posteriormente nos pedía que lo leyéramos y nos hacía una breve crítica, no por amable menos firme y objetiva.
Recuerdo que un día nos comentó que para la creación literaria es importante el talento; sin embargo, señaló, el método analítico facilita su desarrollo, incluso es una gran herramienta para quienes no tienen talento. Con este dicho puso a la creación literaria al alcance de todos, desmitifica la creencia que concibe su ejercicio sólo al alcance de unos cuantos privilegiados por las musas, cuando desde su perspectiva cualquiera puede hacer literatura. Una socialización del arte a partir de una crítica firme y objetiva; Marco Aurelio nunca fue un maestro que ‘puliera piedras y opacara diamantes’, siempre hizo brillar las consciencias de sus estudiantes con empatía”.