Biografías por órden alfabético

Lobato Bañales, Juan Domingo


Nació en Morelia, Michoacán el 4 de agosto de 1920. Fueron sus padres los señores Concepción Bañales y Herculano Lobato.

En 1929 ingresó al Colegio de Infantes, de la Catedral Metropolitana de Morelia, luego se matriculó en la Escuela Superior de Música Sacra del Colegio de Las Rosas; en ambas instituciones fue discípulo del canónigo José María Villaseñor, Ignacio Mier Arriaga en Piano y Miguel Bernal Jiménez en Órgano y en Composición. En 1942 recibió el título de maestro en Composición, y en 1946 el de magisterio en Canto Gregoriano.

En 1939 fue nombrado profesor de la Escuela Popular de Bellas Artes en la Universidad de San Nicolás de Hidalgo, en Morelia. En enero de 1943, junto con los maestros Miguel Bernal y Silvino Robles publicó el libro Curso elemental de Canto Gregoriano, el cual alcanzó varias ediciones.

En 1946 el cardenal José Garibi Rivera y el padre Manuel de Jesús Aréchiga, director de la incipiente Escuela de Música Sacra de la Arquidiócesis de Guadalajara, lo invitaron como profesor de Composición de dicha institución, en la cual impartió cátedras hasta su jubilación en 1996. Otras de las materias que impartió fueron Armonía, Contrapunto, Dictado Polifónico, Crítica Musical, Acompañamiento de Canto Gregoriano, Capacitación Parroquial, Fuga, Morfología Musical, Improvisación y Orquestación.

Para los estudiantes de música sacra escribió el libro Elementos de música tonal (1972). Además publicó “Aspectos de la vida musical en México” en la revista Heterofonía de la Ciudad de México (1971); y Cuarteto para cuerdas número 1 en sol mayor (2006).

A partir de 1947 fue profesor de Armonía, Historia de la Música y Solfeo Armónico en la Academia de Música que dirigía la maestra Áurea Corona; también en las academias de las profesoras Dolores Jiménez y Mercedes Berján; y en la escuela del Sindicato de Músicos.

En 1951 fue invitado por el licenciado José Guadalupe Zuno Hernández a integrarse a la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Guadalajara, que entonces funcionaba en las instalaciones del Museo Regional del Estado de Jalisco. Al año siguiente, al fundarse la Escuela de Música de la Universidad de Guadalajara, el director académico Abel Eisenberg le encomendó las clases de Armonía, Composición y Análisis Musical, las cuales atendió hasta su jubilación en 1973. Por invitación del arquitecto Ignacio Díaz Morales dio clases de música en la Escuela de Arquitectura.

De 1956 a 1973 fue director de la Escuela de Música de la Universidad de Guadalajara. Durante su gestión organizó una orquesta de estudiantes, la cual participó activamente en el Teatro Degollado y en las temporadas de ópera de la ciudad. Además se establecieron las carreras de instructor de música, ejecutante profesional de instrumentos y profesor de solfeo y canto superior, lo cual marcó el rumbo y el perfil de la Escuela de Música universitaria.

El gobierno del estado de Jalisco le otorgó una beca para viajar a Italia, Francia y Austria, donde estudió el funcionamiento de las instituciones dedicadas a la enseñanza de la música para luego aplicar esos conocimientos en Guadalajara.

En 1969 viajó a la República Federal de Alemania para impartir una serie de conferencias sobre la música mexicana, patrocinado en intercambio por el Instituto Goethe. Por lo que pudieron estar en Guadalajara el compositor Hans Joachim Koellreuter y el pianista Walter Blankenenheim.

Entre los discípulos del maestro se encuentran los distinguidos músicos: Hermilio Hernández, Víctor Manuel Amaral, José Guadalupe Flores, Francisco Xavier Hernández, Leonor Montijo, Julieta Marón, Gabriel Pareyón, entre otros.

En Guadalajara también se desempeñó como organista del Templo de San Felipe Neri, entonces a cargo de los jesuitas, miembro de Conciertos Guadalajara, A. C., investigador de las obras musicales virreinales de la Catedral Metropolitana y miembro del Sindicato de Músicos.

Como organista, participó en los más importantes festivales de órgano que se celebraban habitualmente en las catedrales de la república, en particular en las de México, Morelia y Guadalajara.

Los títulos de sus composiciones musicales de acuerdo con la clasificación de Gabriel Pareyón1 son las siguientes: Obras para piano: Suite núm. 1, 1945; Seis danzas, 1956; Sonata número 1, 1957; Sonatina, 1960; Sonata número 2, 1961; Cuatro estudios breves atonales, 1975; Once estudios elementales, 1988; Sonata número 3, 1988; y Tres preludios, 1999.

Obras para órgano: Diez estudios atonales para órgano, 1989; y Tres meditaciones, 1989.
Obras para voz y piano: Seis canciones románticas para soprano y piano, texto de Juan José Tablada, 1968; y Seis cantos breves para soprano y piano, 1983.

Dúos instrumentales: Sonata para oboe y piano, 1965; Sonata para violín y piano, 1968; y Sonata para chelo y piano, 1973.

Tríos: Trío para piano, clarinete y fagot, 1970; y Trío para piano, violín y chelo, 1984.

Cuartetos: Cuarteto de cuerdas número 1 en sol mayor dedicado a Agustín Yáñez, 1952; y Cuarteto de cuerdas número 2, 1984.

Quinteto: Sonata para guitarra y cuarteto de cuerdas, 1971.

Obra para orquesta de cuerdas: Desde el mirador de Chicoasén, 1978.

Obra concertante: Los árboles muertos, poema sinfónico para guitarra y orquesta, 1979.

Obra coral instrumental: Cantata Morelos o México creo en ti, 1965; Los peregrinos de Emaús, 1982; La creación, 1988; Cántico Mariano con texto del canónigo Benjamín Sánchez, 1989; Cinco romances con texto de sor Juana Inés de la Cruz, 1992; Homenaje a sor Juana Inés de la Cruz con texto de Ellison, 1995; y Cinco romances-tres canciones con textos de san Juan de la Cruz.

Suite de ballet: In xóchitl in cuicatl poema de Netzahualcóyotl, 1967; fue presentada por el Ballet Folclórico de la Universidad de Guadalajara en la Olimpiada Cultural de México 68.

Ópera: El cantar de los cantares, 1972.
Obra teatral-musical: Pastorela, con texto de José Arriola Adame, 1980.

Misa Gaudeamus. Motete Domine non sum dignus.
Suite orquestal: La muerte de Juárez.
Sobre las fuentes de sus composiciones musicales, expresó:

Usted va a escuchar ahí música religiosa, música profana, mezcla de danzas; porque en todas las fiestas patronales cada pueblo, sobre todo en todos los pueblos ribereños de Pátzcuaro o Zirahuén, en donde se vive un folklore tan vivo, tan característico, tan interesante, de un ritmo que hasta la fecha sigue siendo notable y arrebata.2

Sus obras musicales no sólo se han interpretado en México, sino también en Alemania y en Estados Unidos. Y en su natal Morelia se han organizado semanas de homenaje para interpretar sus obras.

Los reconocimientos que recibió fueron: el Premio Jalisco 1958 por sus investigaciones de música virreinal en la Catedral de Guadalajara; los premios estatales por sus cantatas “Morelos” en 1966 e “In xóchitl in cuicatl” en 1967; el homenaje de la Escuela de Música Sacra por sus bodas de oro magisteriales, que presidió el cardenal Juan Sandoval el 26 de enero de 1997; el homenaje de la Sociedad de Música Contemporánea del 21 de abril de 1998; los tres conciertos-homenaje organizados por la Escuela de Música Sacra, el Departamento de Música de la Universidad de Guadalajara y la Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado de Jalisco del 24 al 27 de junio de 2002; el premio estatal Eréndida del Gobierno del Estado de Michoacán en 2005; el premio de la Fundación Elías Sarquís en 2005; el homenaje de la Sociedad de Geografía y Estadística del Estado de Jalisco en la sede del Heroico Colegio Militar, el 20 de septiembre de 2007; el homenaje en el Paraninfo Enrique Díaz de León el 24 de febrero de 2011, entre otros.

El 14 de septiembre de 2005 recibió el nombramiento de maestro emérito de la Universidad de Guadalajara. El 14 de septiembre de 2006 donó quince de sus partituras originales a la Escuela de Música universitaria.

El 5 de noviembre de 2012 falleció en Guadalajara y recibió el homenaje de la comunidad universitaria en el Paraninfo Enrique Díaz de León; la misa de exequias la presidió el cardenal arzobispo de Guadalajara José Francisco Robles Ortega en el Templo Expiatorio, durante la cual se interpretó su obra la “Misa Gaudeamus” y el “Réquiem” de Lorenzo Perosi.

El 11 de julio de 2013, en la Catedral de Guadalajara, el maestro Héctor Salcedo al órgano y el Colegio de Infantes realizaron el concierto-homenaje con sus obras que se tituló Extractos de la misa con cánticos.

Juicios y testimonios

Vladimir Milchtein: “Ha realizado obras distinguidas, su lenguaje musical es muy amplio, con marcada influencia impresionista y nacionalista. Su música formó escuela para diversas generaciones”.


José Trinidad Padilla López: “Es uno de los maestros de música y compositores de mayor prestigio en nuestro país. Sus obras de música religiosa y profana han mostrado en distintas partes del mundo el genio creativo que lo anima”.


José Francisco Robles Ortega: “Me dijeron que todavía el jueves de la semana pasada asistió a dar sus clases a la Escuela de Música Sacra, a la que sirvió ininterrumpidamente durante buena parte de su vida. Esto habla del amor a su vocación, de la responsabilidad con la que manejó el talento con que Dios lo dotó, no para bien exclusivamente personal, sino para ponerlo al servicio y hacerlo fructificar en bien de tanta gente que recibió sus enseñanzas. Esto nos habla de su rica y profunda personalidad de ser humano, de maestro y de profesional”.


Referencias
  1. Gabriel Pareyón, Diccionario de música en Jalisco, Guadalajara, Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado de Jalisco, 2000, pp. 154-155. ↩︎

  2. Julieta Marón, “Domingo Lobato, el compositor; en plena actividad creadora”, El Informador, Guadalajara, 25 de abril de 1999, Suplemento El Tapatío Cultural, p. 9. ↩︎