Biografías por órden alfabético

Negrete Naranjo, Juan Manuel


Nació en El Grullo, Jalisco el 18 de julio de 1952. Es el noveno de los catorce hijos de Rosario Naranjo Trejo y Manuel Negrete Mancilla, él agricultor y comerciante de granos y abarrotero, ella dedicada a su hogar.

Sus primeros estudios los realizó de manera particular y a la usanza tradicional, como asistente a la casa de la profesora Rebeca, de su tierra natal.1 A la edad de 12 años se trasladó a la ciudad de San Luis Potosí e ingresó al Colegio Occidental, para acreditar el 5º grado de primaria. De allí pasó al Seminario de la Congregación de los Redentoristas –septiembre de 1964– en donde y con la colaboración del Instituto Salesiano Potosino, obtuvo el certificado de sus estudios. Enseguida ingresó al primer año de bachillerato en el Instituto Latinoamericano, incorporado a la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.

De regreso a Guadalajara cursó nuevamente los tres años del bachillerato, concluyéndolo en 1971. Entonces ingresó a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Guadalajara, en la que terminó la licenciatura en Filosofía, obteniendo el grado con la tesis titulada: “El encuentro religioso México-España: ¿una clave antropológica?” (1977), con la asesoría del maestro Pedro Vallín Esparza.

En septiembre de ese mismo año ingresó a los estudios de doctorado en la Universidad de Freiburg i. Br. –Friburgo de Brisgovia–; en donde gozó de una beca del Servicio de Intercambio Académico Alemán (daad) de 1977 a 1980. Optó por la Filosofía como asignatura “principal” (haupt) y por Latín y Romanística –literaturas francesa, hispanoamericana, italiana, etc.– como “colaterales”. Al terminar el tercer año de sus estudios presentó su tesis “La idea de progreso en Hegel”, con la que obtuvo el grado; estuvo dirigida por la doctora Utte Guzzoni –alumna de M. Heidegger y T. Adorno, y diputada verde por el Estado de Baden-Württemberg hacia 1984–.

Su compromiso político es indisociable del académico: se inició en el magisterio durante su etapa de estudiante de la licenciatura, por tres años, en la Escuela Preparatoria de Jalisco, bajo la dirección de Vallín Esparza. Luego tras doctorarse, en 1980 regresó a la misma en donde impartió Lógica, Ética y Filosofía, así como a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Guadalajara, en la cual enseñó Teoría y Métodos de la Historia –materia adscrita a la licenciatura en Historia y parte entonces del tronco común de materias.

Entre 1980 y 1982 colaboró voluntariamente en el área de Cultura del Ayuntamiento Municipal de El Grullo, Jalisco, presidido por su hermano José Negrete Naranjo, quien le reconoció haber aportado recursos económicos incluso, provenientes de funciones teatrales, musicales y otras actividades culturales. Dirigió compañías teatrales en obras como La vida es sueño (Calderón); Las bodas de sangre (García Lorca), El jardín de los cerezos (Chéjov), La pasión de Jesús (anónima, que rescata la tradición grullense de los cuatro evangelios), y las cuales llegaron a presentarse –hasta con 45 actores en escena– en Guadalajara, Colotlán, Unión de Tula, Casimiro Castillo, San Gabriel, Manzanillo, Colima y El Grullo.

Participó desde joven y hasta ser profesional en grupos corales de canto, ocupando plazas tanto en el Coro Profesional de Jalisco, como en el “Bach” de Friburgo.

En 1982 pasó a la plantilla de la licenciatura en Filosofía de la Universidad de Guadalajara –de la que ininterrumpidamente hasta ahora es miembro en servicio y reconocido–, impartiendo las cátedras de Historias de la Filosofía, la Filosofía de la Historia –desde 1983– y destacando en la Historia de la Filosofía griega. Ha sido coordinador –así le gusta decir, en lugar de presidente– de la Academia de Historia de la Filosofía y miembro del Colegio Departamental en la misma carrera.

Al buscar aliviarse de la crisis económica por la que atravesó la sociedad mexicana y académica en 1982, y buscando el obligado sustento de su recién formado matrimonio con María Guadalupe Pineda Rubira, ingresó como profesor del Colegio del Aire –1983-1986–. Asistió todas las mañanas, de lunes a sábado, a impartir cátedras de Filosofía y Literatura en la Base Aérea de Tesistán, Jalisco; esto le ameritó el grado de capitán primero auxiliar.

De 1985 a 1989 fue codirector, con Horacio Cerutti, de la revista latinoamericana Prometeo, coeditada por la unam y la Universidad de Guadalajara.

Fue reconocido en 1986 con el diploma al “Mejor académico” otorgado por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Guadalajara.

A partir de 1988 intensificó su actividad como creador, académico y al servicio del pueblo de Jalisco. Dirigió la revista Praxis de la Preparatoria de Jalisco; publicó su primera novela Amula: la serpiente de mil colores; formó parte del Frente Democrático Nacional y pasó a ser fundador del Partido de la Revolución Democrática (prd) en Jalisco. De mayo a agosto de 1989, bajo la dirección del maestro Jorge Ruiz Rojas, fue secretario de la Preparatoria de Jalisco, cargo al cual renunció en solidaridad con el director, y en protesta ante la manipulación del poder adyacente a la academia.

En congruencia con lo anterior –ya desde estudiante había sido miembro del Frente Estudiantil Revolucionario (fer )– ocupó la Secretaría de Educación del Comité estatal del prd, teniendo a su cargo la ingrata dirección de su Instituto de Estudios y la misión de la formación de los cuadros del partido, como él mismo expresó. Formó parte además de la Comisión Electoral del mismo, y luego de la de Garantías y vigilancia. Fue candidato a diputado federal por el Distrito número 1 de Guadalajara en 1991. Eran los tiempos en que desde la presidencia de la república de Carlos Salinas se estigmatizó como “terroristas” a los militantes del prd –que abandonaría en 1998 tras confrontar a personajes del poder como Guillermo Cosío Vidaurri–, así como a aquellos que se resistieron a su labor de formación.

De forma paralela, fue coordinador general del Movimiento Académico Sindical (mas), que luego derivó en el Sindicato del Personal Académico de la Universidad de Guadalajara, y del que fue su primer secretario general; este sindicato opositor, por razones de su lucha, ocupa un lugar histórico sin precedente y privilegiado al haber “sentado jurisprudencia” ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación en dos ocasiones, en 1994 y en 1997; entonces sintió en carne viva “el peligro de ser expulsado de la Universidad; la pragmática realidad que ya había teorizado”,2 pero sólo padeció –afortunadamente– la poca respuesta a su actividad de los demás universitarios. Acerca del protagonismo político comenta: “no me gusta aparecer –y explica–: he dado la cara porque pocos querían; no me interesa”.3

También en aquel 1991 y en sucesivos periodos que abarcan hasta los días actuales, ha sido reelecto como presidente de la Asociación de Profesionistas Ex-Becarios de la República Federal Alemana, A.C.; y está vinculado con las Asociaciones: de Alumnos en México (exalumnos de Alemania) y Filosofía de México.

En 1990, 1991 y 1992 fue nombrado por los estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras como uno de los “Mejores académicos”. Durante 1994 publicó su Lógica elemental; Política y moral en la filosofía del liberalismo; y La filosofía política de los demócratas atenienses. En 1997 publicó La lucha por la democracia en la filosofía griega (2 volúmenes); y en 1999 apareció El fantasma de Antígona: Fronteras de identidad.

Los años 2002 y 2003 presagiaban buenas cosechas en cuanto a nuevos reconocimientos a su obra, pues ganó los concursos “José Ma. Huerta” y “Prisciliano Sánchez”, convocados por el Instituto de Estudios del Federalismo de Jalisco. En 2003 publicó Canuteros de plomo y en 2004 recibió el Premio Jalisco de Letras por el conjunto de su obra, “premio que4 –apunta– anteriormente se otorgó por una determinada producción y por lo cual ahora tiene carácter de irrepetible”.

En el mismo 2003 se congratuló al ser nombrado “Hijo distinguido” por el Cabildo Municipal de su natal El Grullo, comenta enorgullecido.5 Otros reconocimientos más son los provenientes de la Universidad, por su trayectoria y de parte del estudiantado de la misma institución.

En el ejercicio periodístico participó como columnista del diario El Occidental de 1991 a 1998 por ser militante del prd, compartiendo sección junto con otros militantes de partidos como el pri, pfcrn o pt, y entre los cuales faltaron “[…] los que muy atinadamente Salinas llamó cacha-votos del pan”.6 En el suplemento cultural del mismo rotativo colaboró activamente con su personalísima “Filosofando sin anteojeras”, de cuyas tres series de artículos saldrían sus libros Política y moral… y La filosofía política… Ha sido colaborador en revistas locales como Proceso, Jalisco, Análisis del tiempo –que dirigiera Cresenciano Fonseca– y Nueva Era de Jalisco –que dirigió Cecilia Orozco–.

Participante de numerosos congresos nacionales e internacionales, presume su labor fundacional en el 1er Congreso Bolivariano de Filosofía –Venezuela, 2005–, y su amistad con la Universidad Central “Marta Abreu”, de Las Villas de Santa Clara, Cuba. También en el año mencionado publicó el libro El pensamiento filosófico en Jalisco y otros ensayos.

Como académico privilegió la enseñanza con el ejemplo vivo por encima de la doctrina, y la dialéctica sobre el consenso ingenuo. Sus clases –señala su exalumno Gilberto Magaña– llevaban el signo de la polémica inscrito en la oralidad y en los materiales didácticos mismos. Las ocasiones en que compartimos el café –derivadas o no de aquello– han sido pocas, pero salpicadas de anécdotas que invitan a la tertulia clásica. Esas chispas y otras humorísticas estaban incluso en las sesiones del aula y en las peripatéticas –por las que siempre he sentido su pasión y especial estima–.

Tiene en preparación las siguientes obras: Descartes: la estafa elegante y otros ensayos filosóficos; un libro de cuentos; así como una novela que completa su trilogía sobre la guerra en el México contemporáneo.

Juicios y testimonios

Celia del Palacio Montiel: “[…] No sólo es su carácter histórico lo que me hace considerar que Canuteros de plomo es un libro importante, en el contexto de Guadalajara. Creo que resulta interesante para el lector la presencia de la vida cotidiana de los barrios olvidados de esta ciudad. Y la historia de la vida cotidiana es lo más escurridizo, lo menos frecuentado de la historia”.


Referencias
  1. J. Negrete, Entrevista con Gilberto Magaña Hernández, 13 de junio de 2003 ↩︎

  2. Idem. ↩︎

  3. Idem. ↩︎

  4. Idem. ↩︎

  5. Idem. ↩︎

  6. Idem. ↩︎