Ramírez Esparza, Carlos
Nació en Guadalajara, Jalisco, el 7 de noviembre de 1923. Fue hijo de los señores María Esparza Solórzano y de José Ramírez Cuevas, de oficio ferrocarrilero.
En el Colegio Luis Silva inició su primaria, la cual continuó en la Escuela de San José de Analco y finalmente la concluyó en la Escuela Primaria Superior número 4. De 1937 a 1939 cursó su secundaria en la Escuela Secundaria número 1 para Varones.
De 1939 a 1941 estudió el bachillerato en la Escuela Preparatoria de Jalisco. En 1941 ingresó a la Facultad de Ciencias Médicas y Biológicas de la Universidad de Guadalajara, en 1947 fue practicante de la Sección Médica Municipal y del Instituto Mexicano del Seguro Social, y el 13 de diciembre de 1947 recibió su título de médico, cirujano y partero como miembro de la generación Manuel Reynosa Rubio.
De 1948 a 1949 fue médico residente del Departamento de Obstetricia del Hospital Civil de Guadalajara, y fue miembro de la primera generación de graduados de la Especialidad de Ginecología de la Universidad de Guadalajara.
En 1948 inició su magisterio en la Facultad de Medicina de la Universidad de Guadalajara como profesor de la Clínica Obstétrica; en abril de 1956 recibió el nombramiento de subjefe del Departamento de Ginecología y Obstetricia del Hospital Civil de Guadalajara, a partir de 1966 fue director del mismo Departamento, y en noviembre de 1968 fue nombrado jefe del Departamento de Ginecología y Obstetricia.
En la Escuela de Enfermería de la Universidad de Guadalajara fue profesor interino de Obstetricia, 1950; profesor titular de Obstetricia, 1951; profesor interino de Técnica Obstétrica y de Medina Legal, 1952; profesor titular de Técnica Obstétrica en la carrera de partera y director interino de la Escuela, 1955; director titular, abril de 1956; profesor titular de Medicina Legal en la carrera de partera, 1957; y profesor de Ginecología de la Escuela de Enfermería Fray Antonio Alcalde, incorporada a la Universidad de Guadalajara, 1961.
En septiembre de 1960 enfrentó como director de la Escuela de Enfermería una huelga estudiantil acusándolo de serias irregularidades, que lo obligó a pedir licencia por tiempo indefinido. Luego el Consejo General Universitario lo rehabilitó en su buen nombre, y él finalmente renunció a la dirección de la Escuela.
En la Escuela Preparatoria de Jalisco fue profesor adjunto de Anatomía, adjunto de Fisiología Humana y extraordinario de Biología, 1951; profesor titular de Anatomía, 1955; y extraordinario de Anatomía, 1956.
A partir de julio de 1951 fue miembro de la Sociedad de Ginecología y Obstetricia del Hospital Civil de Guadalajara, y coordinador de la especialidad de Gineco-Obstetricia en la Escuela de Graduados de la Universidad de Guadalajara.
Algunos de sus trabajos sobre la disciplina obstétrica fueron: El ejercicio empírico de la obstetricia en Guadalajara (1950); El uso adecuado de los oxitotóxicos (1950); Infiltración de los nervios pudendos, con novo-cocaína ye hialorunidasa en obstetricia (1951); Diagnóstico de muerte fetal intrauterina (1961); Pronóstico obstétrico de la mujer con cesárea previa por medio de la histerografía, s.f.; Tratamiento de edemas de embarazo con triclorometiazida (1962); Manejo de las posiciones O. P. (1963); Responsabilidad civil en el uso de los fórceps, s.f., entre otros.1
A la par de la Ginecología y de la Obstetricia cultivó con gran pasión la historia de la medicina en Guadalajara, los títulos de sus libros son: Relatos del Hospital Civil, Sucedió hace tiempo, Tiempo de Aguas (1792), Contribución para la historia del Servicio de Obstetricia del Hospital Civil, El trazado original del Hospital Civil comparado con el de nuestros días, Bibliografía para historiar el Hospital de Belén, su señoría ilustrísima fray Antonio Alcalde y otros sucesos, tomos I y II; La venerable Orden de Belén; Árbol genealógico del doctor Carlos Ramírez Esparza, El padre Calvillo, caudillo de la Guerra de Independencia, Noticias bibliográficas del Hospital de San Miguel de Belén de Guadalajara de Indias, entre la muerte del ilustrísimo señor fray Antonio Alcalde (7 de octubre [sic] de 1792) y la iniciación de labores del mismo Hospital (3 de mayo de 1794); Mi tránsito por la Universidad de Guadalajara en el siglo pasado, de 1948 a 1991. Un antihéroe, 2003; y Apuntes y recopilaciones biobibliográficas para la historia del Hospital Civil, de 1791 a 1950 en dos tomos, el primero dedicado a la medicina no quirúrgica, y el segundo aborda la medicina quirúrgica.
Su obra histórica la llevó adelante teniendo en contra todos los obstáculos que enfrenta un historiador en Guadalajara, así son
memorables [sus] encontronazos con los historiadores de escuela, su desencuentro con el Patronato Cultural del Hospital Civil, el odio para aquellos que considera saqueadores de su Hospital y mucho otros puntos de choque se le podrían achacar pero nunca serán suficientes para opacar el acucioso y largo trabajo memorioso médico.2
Gracias a sus acciones y gestiones, se restituyó a su sitio original el ático de entrada al antiguo Hospital Civil, la estatua que representa al dolor humano y las lápidas inaugurales del Hospital, y también promovió la erección del busto de la imagen del doctor Fortunato G. Arce, como protocirujano del Hospital Civil.
Los reconocimientos que recibió fueron: las preseas por su magisterio universitario Jesús Delgadillo Araujo, Pablo Gutiérrez, Roberto Mendiola y 12 de Octubre; las designaciones de padrino de generación 1951-1957 y 1955-1961 de la Facultad de Medicina, y 1956-1959 y 1957-1960 de la Escuela de Enfermería; además de más de setenta diplomas y reconocimientos por sus conferencias de temas médicos e históricos.
Juicios y testimonios
Rafael Medina: “Otra cosa que tengo muy presente de aquella entrevista es el temor que me embargaba previo al encuentro. Y es que había tenido muchas advertencias sobre el difícil carácter del viejo ginecólogo: Es como los chayotes, de donde lo quieras agarrar te espina. Sin embargo, bastó que cruzara el umbral de la puerta del Dr. Ramírez Esparza y que me invitara a sentarme en el patio central de su casa para darme cuenta de que las cosas no tenían que salir tan mal. Que debajo de ese infundado traje de ogro había un gran hombre, un hombre en verdad apasionado por la historia de la medicina de Jalisco, por la historia del Hospital Civil, que a fin de cuentas es lo mismo […] Es muy probable que ni siquiera recuerde nuestro encuentro, pero eso no tiene importancia: esa tarde no salí espinado, descubrí que ese chayote tiene muchas áreas libres de espinas”.
Horacio Padilla Muñoz et al.: “Conocido por su admirable memoria y grata conversación, es un orgullo contar con él como amigo, médico y universitario, que ha exaltado no solo la grandeza de nuestro querido Hospital Civil de Guadalajara, en su aspecto arquitectónico, médico y social, sino también la de sus grandes personajes, especialmente a fray Antonio Alcalde”.
Referencias
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Carlos Ramírez Esparza, Mi tránsito por la Universidad de Guadalajara en el siglo pasado, de 1948 a 1991. Un antihéroe, Guadalajara, Amate Editorial, 2003, pp.141- 142. ↩︎
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Rafael Medina, Los nuevos apuntes de un maestro tozudo y memorioso. En Tapatío Cultural de El Informador de Guadalajara, 17 de junio de 2005, p. 7. ↩︎