Biografías por órden alfabético

Villarreal Millán de Puga, Luz María


Nació en México, Distrito Federal, el 8 de marzo de 1913. Fueron sus padres los señores Herminia Millán y Enrique Villarreal Segura, quien fue tenedor de libros de la Compañía Minera de Real del Monte.

Al fallecer su padre cuando ella tenía 5 años, su progenitora se hizo cargo de la manutención y educación de los tres hermanos.

Hizo sus estudios en el Colegio de las Vizcaínas de la Ciudad de México, donde se graduó de profesora normalista en 1928, ahí la profesora Irene Baeza de Puga le transmitió el gusto por la Botánica, por lo que más tarde se especializó en Biología en la Universidad Veracruzana.

Al concluir sus estudios de normalista, no encontró trabajo de profesora, por lo cual se vio obligada a trabajar de secretaria en varias empresas, una de ellas fue la Central de Publicaciones que editaba la revista Síntesis del pensamiento mundial, lo que le dio la oportunidad de tratar al doctor Francisco Monterde, futuro presidente de la Academia Mexicana de la Lengua.

Al contraer nupcias con el ingeniero tapatío Luis Puga Robles Gil, vino a residir a Guadalajara, donde en 1960 se incorporó al cuerpo docente de la Universidad de Guadalajara; dio la clase de Botánica en la Escuela Preparatoria de Jalisco y en la Facultad de Agricultura. Enseguida impartió las cátedras de Economía, Biología, Botánica y Zoología en el Instituto de Botánica, en la Facultad de Agronomía y en el Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias.

Sobre su labor magisterial consideró que se convirtió en la prolongación de su vida familiar: “Como maestra –expresó– es continuar con el papel de madre, educar a los cientos de hijos –como cariñosamente nombra a sus alumnos–, que durante los treinta años que llevo conviviendo con la juventud, que en ocasiones me dicen mamá”.1

Sus principales aportaciones en el campo de la investigación de las Ciencias Naturales fueron: en 1960 fundó el herbario del Instituto de Botánica de la Universidad de Guadalajara, el cual por la gran variedad de flora que posee representa un valioso recurso para los investigadores nacionales y extranjeros; en 1977 descubrió los maíces silvestres –teosíntesis– zea perennis en la sierra de Manantlán; en 1984 obtuvo de las autoridades estatales y más tarde de las federales para la Universidad de Guadalajara la primera reserva de la biosfera en el estado de Jalisco, para la protección del bosque de la sierra de Manantlán y del maíz perenne; y en los inicios del siglo xxi trabajó por la protección de San Sebastián del Oeste, como un bastión de la biodiversidad.

Los títulos de sus ensayos publicados son: “La vegetación en la Zona del Silencio en Durango” (1965); “La vegetación de las islas Socorro y San Benedicto del archipiélago Revillagigedo” (1965); “La vegetación de la isla de Pascua, Chile” (1972); y “Las ericáceas de Jalisco, México” (1990).

Sus investigaciones contribuyeron al conocimiento de la flora del Valle de Atemajac, de la cuenca Zacoalco-Sayula y de la sierra del Tecuán.

En la década de los setenta representó a la Asociación Cristiana Femenina en Ghana, África, y en algunos países de América del Sur. En sus viajes siempre recolectó diversas especies de plantas. Así, fue colectora para la Universidad de Guadalajara, la unam y el Instituto Politécnico Nacional.

Ingresó a la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística de Jalisco en 1973 y se convirtió en la primera mujer que integró dicha Sociedad. Desde 1981 fue miembro de la International Association for Plant Taxonomy, con sede en Utrecht, Holanda, y del Fondo Internacional de Vida Silvestre, World Wildlife Fund, Estados Unidos, y también integró el Grupo Democrático Xalisco.

Fue nombrada directora del Instituto de Botánica de la Universidad de Guadalajara en 1983.
La asociación ciudadana comprometida en la defensa y la preservación del patrimonio cultural y entorno ecológico de Jalisco Pro-Hábitat, la eligió Personaje del Año en 1985, por el estudio y la difusión de la flora jalisciense y por haber logrado la protección de la sierra de Manantlán.

La Sociedad Mexicana de Botánica le otorgó la litografía “Castilla elástica” en 1989, por considerarla entre quienes más han contribuido al conocimiento de la flora mexicana.

El 28 de septiembre de 1990, en sesión solemne del Consejo General Universitario, se le otorgó el nombramiento de maestra emérita de la Universidad de Guadalajara. En ese mismo año recibió la presea Miguel Ángel de Quevedo por sus 30 años de magisterio universitario y la Federación de Profesores Universitarios dio su nombre a la sala de rehabilitación de la Casa del Trabajador Académico.

Recibió el nombramiento de directora honoraria del Instituto de Botánica de la Universidad de Guadalajara el 8 de septiembre de 1992.

Se le adjudicó en 1994 el Premio al Mérito Nacional Forestal y de la Vida Silvestre; el 6 de septiembre de 1997 recibió de manos del presidente de la república Ernesto Zedillo el Premio Jalisco en Ciencias de 1996; el 22 de octubre de 1998 recibió el primer Premio Nacional de Botánica de la Sociedad de Botánica de México; y el 14 de febrero de 1999 el Ayuntamiento de la ciudad le entregó el Premio Ciudad de Guadalajara.

Se le confirió el doctorado honoris causa de la Universidad de Guadalajara el 14 de mayo de 2004.

El 11 de marzo de 2013 el rector general de la Universidad de Guadalajara, Marco Antonio Cortés Guardado, le entregó la medalla conmemorativa para celebrar sus cien años de vida, y en la toma de posesión del nuevo rector general Itzcóatl Tonatiuh Bravo Padilla integró el presídium de la ceremonia.

Falleció el 11 de noviembre de 2013 en Guadalajara. Al día siguiente recibió el homenaje de la comunidad universitaria en el Paraninfo Enrique Díaz de León.

Juicios y testimonios

Itzcóatl Tonatiuh Bravo Padilla: “Nos reconforta el hecho de que la doctora Villarreal de Puga nos deja su gran legado de rectitud, dedicación y compromiso en la enseñanza y el desarrollo del conocimiento científico. Nos hereda también su gran obra y ejemplar trayectoria, confeccionada desde sus años de estudiante […] para inspiración de las nuevas generaciones de estudiantes, profesores, investigadores y divulgadores científicos”.


ESE: “Todo viene aquí, maestra Villarreal, para evocar los acentos de su vida en el culto a la naturaleza, amor al reino vegetal, insaciable recolección de plantas en que ha caminado por la vida. Para recordar también su devoción por lugares donde la naturaleza prodigó sus dones y donde usted desborda entusiasmo buscando aquí, observando allá, reteniendo de esta hierba su tallo, sus hojas, sus flores o su fruto, para aprisionarlos en los métodos de la deshidratación que emplean los botánicos, y así enriquecer el acervo de nuestros vegetales que dan cuenta de la flora jalisciense”.


Juan Carlos Núñez: “La maestra Puga tiene 93 años [en 2006], la fragilidad de una orquídea y la consistencia de un roble. Lleva en la sangre la frescura de la hierbabuena y la picardía de un chile cascabel. Es recia como el nopal, generosa como la sombra de un laurel y dulce como una pitahaya de Techaluta”


Referencias
  1. Maestra Luz María Villarreal de Puga. Directora del Instituto de Botánica de la Universidad de Guadalajara”, Avance, Órgano de la Federación de Profesores Universitarios, 15 de septiembre de 1990, p. 4. ↩︎