Villaseñor y Villaseñor, Ignacio
Nació en Guadalajara, Jalisco, el 22 de diciembre de 1920. Fueron sus padres la señora Josefina Villaseñor Gómez y el doctor y político Carlos Villaseñor Gutiérrez.
Hizo la primaria en el antiguo Colegio del profesor Zavala, enseguida cursó la secundaria en el Colegio Internacional.
En la Escuela Preparatoria de Jalisco hizo su bachillerato, en 1940 ingresó a la Facultad de Medicina de la Universidad de Guadalajara. Durante su vida estudiantil militó en el feso y el 5 de mayo de 1946 recibió su título profesional de médico, cirujano y partero.
Inició su vida profesional como practicante y después fue adscrito al Servicio de Medicina Interna del Hospital Civil de Guadalajara; enseguida, y hasta 1946, fue jefe del Banco de Sangre de los Servicios Médicos Municipales –Cruz Verde–.
Hizo el posgrado en Nutrición en la Ciudad de México, en el Hospital de la respectiva especialidad, bajo la dirección del doctor Quintín Olascoaga, y regresó a su ciudad natal para ser consejero en su especialidad del Sanatorio Guadalajara.
Fundó y ejerció como titular la cátedra de Nutrición en las Escuelas de Enfermería y Trabajo Social de la Universidad de Guadalajara, la cual atendió hasta su fallecimiento.
En 1956, junto con varios egresados del Colegio Internacional, reabrió dicha institución con la secundaria y el bachillerato incorporado a la Universidad de Guadalajara, con el lema “Todo por amor, nada por la fuerza”.
En el Colegio Internacional estableció la editorial que publicó más de cincuenta libros, con autores como Pedro Garfias, Elías Nandino, Agustín de la Rosa, Raúl Quintero, entre otros. Y también dio a conocer textos inéditos como el primer libro de medicina escrito en la Nueva España, y partes de la Crónica Miscelánea de la Santa Provincia de Xalisco de fray Antonio Tello.
Los títulos de sus libros son: Tratado de Nutrición, que llegó alcanzar hasta diecisiete ediciones; Los maestros, dedicado a sus admirados gatos; Gastrosofía, Algo de la historia de la comida mexicana y Los portales de Guadalajara, sobre el cual opinó José Trinidad González Gutiérrez: “Obra extraordinaria de aquellos ayeres que lleva ya varias ediciones y en la cual heredó para la posterioridad una de las costumbres más propias y singulares de la capital de Jalisco”.1
Para agrupar y organizar a quienes estaban preocupados por la preservación de la cultura tapatía, fundó el Círculo de Estudios Culturales Jacobo Gálvez.
En su consultorio particular atendió a sus pacientes hasta sus últimos días.
Falleció en su ciudad natal el 14 de septiembre de 1983 y fue inhumado en el Cementerio Municipal de Mezquitán.
Referencias
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José Trinidad González Gutiérrez, La Plazuela de la Aduana, Guadalajara, Ed. del autor, 2000, p. 81. ↩︎