Desarrollo histórico (1834-1847) 1
Claustro de Doctoresdel 4 de septiembre de 1834 2
Ante la ausencia del rector titular, fue convocado y presidido por el doctor José María Hidalgo, en su calidad de catedrático más antiguo y con el fin de dar cumplimiento al decreto del día 1° de los corrientes, “por el que felizmente quedaba restablecida ésta Universidad”.
Se integró una diputación para agradecer al señor gobernador José Antonio Romero que restaurara la institución, la cual fue integrada por los doctores José Miguel Ramírez, Joaquín Medina, Lázaro Negrete y Pedro Espinosa. Una vez que la diputación realizó su cometido, dando cuenta de la contestación honrosa y satisfactoria del señor gobernador, se convino enviar la misma diputación con el mismo fin al señor gobernador de la Mitra, doctor Diego Aranda.
Enseguida se leyó el artículo 3º del decreto de restauración y se acordó nombrar una comisión que formulara el plan de estudios y propusiera las reformas a las constituciones universitarias. Dicha comisión quedó integrada por los doctores Pedro Espinosa, Ignacio García, Francisco Arroyo y José María Cano, luego se asoció a la misma el doctor Domingo Sánchez. En lo concerniente a la iglesia de la Universidad se comisionó para ejecutar todo lo necesario a los doctores Rafael Murguía, Ignacio Negrete y Manuel Covarrubias. Con el fin de manifestar la gratitud de la Universidad al señor gobernador por la restauración de la institución, se acordó otorgarle una borla doctoral en su Facultad de Derecho y un retrato; se comisionó para hacerle el ofrecimiento al doctor Lázaro Negrete.
Claustro de Doctores del 9 de septiembre de 1834
Presidido por el rector titular José Cesáreo de la Rosa. Se procedió a la elección de vicecancelario, cuya votación resultó así: doctor José María Hidalgo con trece votos; doctor Miguel Ramírez con seis y con la misma cantidad el doctor Domingo Sánchez Reza. En virtud de lo cual esta terna se envió al señor gobernador en su calidad no tanto de vicepatrono, sino de restaurador benefactor.
Enseguida se eligieron como diputados de Hacienda a los doctores Pedro Ocampo, Manuel Covarrubias y Lázaro Negrete, y como consiliarios a los doctores Miguel Cerviño, Juan María Vélez, Pedro Espinosa, Lázaro Negrete, Ignacio García, Ignacio Negrete, José María Cano y Manuel Moreno. Para arreglo –revisión– de los libros se nombró al doctor Covarrubias, para la sindicatura a don Miguel Hernández y para la sacristía al señor Antonio Aguilar.
También se acordó trasladar la imagen de Nuestra Señora de Loreto del Colegio Clerical a su antigua capilla universitaria el día 20 por la tarde, por lo que se celebraría una misa oficiada por el gobernador de la Mitra, pidiéndole licencia para la bendición de la iglesia de la Universidad. De igual forma se apeló a su celo y caridad hacia las necesidades de paramentos para el culto y se hizo lo mismo mediante carteles, se avisaría que los señores curas del Sagrario y de Analco, el padre prepósito de San Felipe Neri y don Manuel Covarrubias, quedaron encargados de recibir lo colectado para este fin.
Y se concluyó con el acuerdo de comunicar al gobernador del estado que a la Universidad, por falta de fondos, no le era posible a pesar de sus deseos tener otra participación en la academia de dibujo, que la de franquear el local para su establecimiento.
Claustro de Doctores del 15 de septiembre de 1834
Presidido por el rector. Se dio a conocer la contestación del gobernador del estado, nombrando vicecancelario al doctor José María Hidalgo, a quien enseguida el rector tomó el juramento. Se acordó demoler las piezas que se encuentran en el tramo que ocupaba la casa de Loreto y la sala de exámenes.
Se comisionó al doctor Lázaro Negrete para que se pusiera de acuerdo con los prelados de las órdenes religiosas, sobre los lugares de preferencia en las procesiones de los días 21 y 22. También se acordó dar las gracias al Ayuntamiento de la ciudad por la cooperación que tuvo en el restablecimiento de la Universidad y al canónigo José de Goya, por la donación de varios paramentos litúrgicos para la Iglesia de Santo Tomás. Y finalmente se dio cuenta de la contestación del capellán Ignacio Ortega, que ofreció sus servicios y aun gratuitos por el tiempo que fuera necesario.
Claustro de Doctores del 18 de septiembre de 1834
Presidido por el rector. Se acordó que la bendición del templo universitario –ya concedida la licencia por el gobernador de la Mitra– fuera el 20, la procesión el 21 y la función el 22. Se dispuso que asistiera el Claustro y que se imprimieran los convites. Que al gobernador del estado, al gobernador de la Mitra y al comandante general se les invitaría por diputación y a las demás autoridades, Ayuntamiento, capitulares y prelados de las órdenes religiosas por oficio, y finalmente que todo se hiciere con la mayor solemnidad posible.
Se concluyó con los siguientes nombramientos: don Santiago Alcocer como maestro de ceremonias, don Tomás Rodríguez como bedel y don Narciso Becerra como portero.
Claustro de Doctores del 27 de septiembre de 1834
Presidido por el rector. Tras escuchar la comisión, se acordó unánimemente la reforma de todas las constituciones que lo exijan y hacer una reimpresión de ellas. También se aprobó enviar al papa Gregorio XVI un ocurso para que la Universidad fuera declarada pontificia; se comisionó la redacción al doctor Pedro Espinosa. Se procedió finalmente a la lectura de las constituciones y al cotejo de éstas, con las reformas y modificaciones propuestas, hasta la constitución número 89.
Claustro de Doctores del 30 de septiembre de 1834
Presidido por el rector. Continuó la lectura y aprobación de las constituciones. Enseguida se leyó y aprobó el plan de estudios que pasó al rector, quien a su vez lo enviaría al gobernador del estado y él a su vez lo remitiría al Congreso.
Se recibió el ofrecimiento del reverendo padre comendador de la Merced, Antonio González Plata, para leer gratuitamente la cátedra de Matemáticas por el tiempo que permaneciera en la ciudad, lo cual se admitió; se le ofreció una borla de su Facultad para propiciar su estancia en la ciudad.
El 7 de octubre, el secretario de la Universidad Santiago Alcocer certificó que al no completarse el número de miembros del Claustro y habiendo urgencia de ver los oficios pendientes, se acordó ver los del presidente de la república, del ministro de Justicia y Negocios Eclesiásticos, del padre provincial de Santo Domingo y del padre comendador de la Merced de esta ciudad. Al tercero de ellos se le notificaba estar de acuerdo el Claustro en dar los grados mayores al religioso que representase su Provincia como catedrático.
El 18 de octubre se celebró la solemne función inaugural de las cátedras con misa y la oración latina a cargo del catedrático de Artes, fuese del Seminario Conciliar o del Colegio de San Juan Bautista, los cuales se alternarían anualmente. Al día siguiente se reanudaron las lecturas de las cátedras.
Claustro de Doctores del 30 de octubre de 1834
Presidido por el rector. Se dio cuenta de un oficio del padre provincial de la Orden de San Agustín con motivo de dudar en qué términos deberá dar su Provincia el servicio de la cátedra que se le ofrece. Se acordó que se le conteste que con igualdad a las demás órdenes religiosas y con la gratificación de dar los grados mayores y con percepción de propinas.
Enseguida se acordó publicar los edictos convocatorios para la provisión de las cátedras. Luego se dio cuenta de un oficio del canónigo Francisco Espinosa, por el cual solicitaba la incorporación del grado de licenciado en Sagradas Escrituras que recibió en la Universidad de México; se aprobó la petición, debiendo pagar únicamente los derechos de los oficiales universitarios. Y se concluyó con el acuerdo de que el antiguo compromiso de misas por los universitarios difuntos afiliados quedaba a conciencia de cada compromisionario.
Claustro de Doctores del 20 de noviembre de 1834
Presidido por el rector y con la asistencia de ocho doctores. Se manifestó que dificultándose la asistencia a las sesiones, por las ocupaciones que implicaban las comisiones y siendo los asuntos urgentes a resolver se deberían proceder a ellos. Y así se tomó en consideración la solicitud del licenciado Camacho para incorporar gratuitamente su grado, pagaría sólo los gastos de los oficiales e iglesia.
Se admitieron las renuncias de los catedráticos sustitutos Medina y Escoto, quedando al cuidado del señor rector, proveer las sustituciones de las cátedras de Anatomía y de Derecho Patrio, y finalmente se acordó mandar hacer las mazas y gramallas para las solemnidades universitarias.
Claustro de Doctores del 4 de diciembre de 1834
Presidido por el rector y con la asistencia del vicecancelario y ocho doctores. Se dio cuenta de un expediente sobre las antigüedades universitarias de los doctores Miguel Cerviño y Victoriano Ortega, para efectos de precedencia. Tras la discusión se acordó que el Claustro no debería resolver, sino el vicecancelario. Enseguida se vio un oficio del padre provincial de San Agustín por lo que manifiestó que no habría religioso a quién nombrar para que desempeñara la cátedra. Se acordó que siendo ésta una contestación política al aviso que se le dio del restablecimiento de la Universidad y no una renuncia, que se archivara. Y se concluyó dando cuenta de un oficio del doctor Ignacio Moreno, para hacer oposición a la cátedra de Cirugía.
Claustro de Doctores de 11 de febrero de 1835
Presidido por el rector. Se manifestó que habiéndose observado en la reforma a las constituciones y al plan de estudios, la prevención de que a todo cursante se le concediera atravesar matrícula para abreviar su carrera. Se acordó que se nombraría una comisión revisora, dando aviso al gobierno, dicha comisión la integraron los doctores Manuel Covarrubias, Domingo Cumplido y Francisco Espinosa.
Con la presencia de los consiliarios, se abrió la discusión sobre cerrar o prorrogar el término de los edictos convocatorios para la oposición a las cátedras vacantes, y dado que sólo se habían presentado
como opositores únicamente bachilleres, se acordó dar sin oposición las cátedras de Teología, Derecho
Canónico y Derecho Patrio a personas condecoradas, calificadas y con experiencia en las lecturas, prorrogar por ocho días los edictos a las de Leyes, Vísperas
de Medicina y Cirugía y admitir como opositores a los bachilleres Ignacio Moreno y Pedro García. En votación se asignaron las cátedras mencionadas a los doctores
Roque Torrescano, Ignacio García y José Domingo Sánchez Reza. La de Derecho Patrio se impartiría de diez a once de la mañana y la de Leyes de siete a ocho.
Se dio a conocer enseguida la escritura de fianza y escrito del licenciado Vergara en que hacía varias propuestas sobre el aseguramiento de un capital universitario de 10,000 pesos, que reconocía de su difunto padre. Se pasó el asunto al doctor Francisco Murillo. Luego el rector informó que el padre Ignacio Ortega no había cumplido con las condiciones para ocupar nuevamente la capellanía de la Universidad, ya que tenía dos capellanías, por lo que se nombraba en su lugar al presbítero Antonio Vélez Valle.
A continuación el rector señaló la necesidad de habilitar el auditorio general como escuela. Recordó los continuos reclamos del Ayuntamiento sobre el blanqueo de los edificios universitarios y la compostura de las banquetas. También informó haber conseguido que se devuelvan las campanas de la iglesia que se encontraban en Mexicaltzingo y que por lo mismo era necesario habilitar el campanario, e insistió en el atraso de misas que en más de ocho años no se habían aplicado a sus correspondientes dotaciones. A todo lo anterior se resolvió el arreglo continuo de las obras y recurrir al gobierno eclesiástico, haciéndole presente la escasez de fondos para el cumplimiento de las misas.Finalmente se aprobó la admisión de títulos de grados supletorios de bachiller.
Toma de posesión de los catedráticos (1835)
El 19 de febrero, a las 4 de la tarde, tomaron posesión los catedráticos: Roque Torrescano de Prima de Teología, Ignacio García de Prima de Cánones y José Domingo Sánchez Reza de Derecho Patrio y Principios de Legislación.
Claustro de Doctores del 19 de febrero de 1835
Presidido por el rector. Se recibió un escrito del doctor Nicolás Pérez solicitando que se le adjudicara la cátedra de Vísperas de Medicina o se le esperara hasta la conclusión de las sesiones del Congreso, por tener que asistir a ellas como diputado. Se acordó no acceder a sus peticiones.
Luego se acordó que el catedrático de Derecho Patrio recibiese la borla de Leyes y percibiera propinas, y que impartiera su cátedra de 10 a 11 de la mañana, mientras las de Cánones y Teología se impartirían de 4:30 a 5:30 de la tarde.
A continuación se acordó fijar un aviso dirigido a los estudiantes del extinguido Instituto para admitir a los que tengan Latinidad, pasándoles los semestres que acreditaran haber ganado y a todos los que quisieran cursar Álgebra sin condición de saber Latín. Concluyó el rector informando de su entrevista con el gobernador, quien dio su permiso para la revisión y reforma a las constituciones y al plan de estudios.
Claustro de Doctores del 27 de abril de 1835
Presidido por el rector. La comisión revisora de las constituciones y del plan de estudios dio cuenta de su trabajo, se dio lectura al dictamen y se procedió a su aprobación, que se dio sin discrepancia de votos, por lo que se acordó que el rector lo remitiera al Supremo Gobierno para la aprobación del Congreso del Estado.
Plan de estudios (1835)
El 30 de abril el gobernador del estado José Antonio Romero decretó el plan de estudios de 1835, 3 el cual se dividió en los siguientes títulos: cátedras, oposiciones a las cátedras, lecturas, cursantes, actos públicos, grados menores y mayores.
Cátedras
Se impartirían las siguientes: de Prima de Teología, de Vísperas de Teología –en la que se leerían los Lugares Teológicos–, de Concilio de Trento, de Teología moral, de Sagrada Escritura, de Derecho Canónico, de Derecho Civil, de Derecho Patrio y Principios de Legislación, de Fisiología, Patología General e Higiene, de Anatomía Descriptiva y de Matemáticas; además de Dibujo, Arquitectura y Pintura.
Dotación de las cátedras
Las de Prima y de Vísperas de Teología, las tres de los Derechos y las tres de Medicina se dotarían con 400 pesos anuales; las de Concilio de Trento, de Teología Moral y de Sagrada Escritura las impartirían gratuitamente las Provincias de Santo Domingo, de la Merced de México, de San Francisco de Guadalajara y de San Agustín de Michoacán, al igual que la de Matemáticas a cargo del padre comendador de la Merced. Y en cuanto a la enseñanza de Dibujo, Arquitectura y Pintura serían subsidiadas por el gobierno.
Calendario escolar
Habría lecturas de las cátedras todos los días del 18 de octubre al 7 de septiembre, se exceptuaban los días de precepto de misa, las fiestas políticas nacionales y estatales, las fiestas de los cuatro patronos universitarios –Inmaculada Concepción de María, santo Tomás de Aquino, san Juan Nepomuceno y san Luis Gonzaga–, el 2 de noviembre día del aniversario de los individuos difuntos de la Universidad, desde la vigilia de la Navidad hasta el 1° de enero, desde el Domingo de Ramos hasta el martes de Pascua, el jueves de la octava de Corpus, los jueves de la semana en que no hubiera días de fiesta, los días de acto de estatuto de la respectiva Facultad y los de exequias del gobernador del estado, del obispo diocesano y de los doctores universitarios.
Facultad de Medicina
En la cátedra de Prima de Medicina se enseñará la Fisiología de Richenant y Addelor; la Patología General de Chomel e Higiene de Presarin o Fourtil; en la de Vísperas de Medicina se llevará el texto de Anatomía General de Beclard o de Richart; y en la tercera cátedra de esta Facultad se leerá la Anatomía Descriptiva de Bayle.
La carrera se impartiría en cuatro años y los cursantes estaban obligados a asistir a prácticas al Hospital de San Miguel de Belén.
Facultad de Derecho
En la cátedra de Derecho Canónico se explicaría la obra In ius universarum de Berardi; del mismo autor o de los comentarios del doctor González se valdría el catedrático para explicar en las conferencias a sus discípulos
los lugares comunes del Derecho, haciendo también de la crítica del mismo Berardi sobre los Cánones de Graciano; dándoles a conocer las disposiciones de nuestros Concilios Provinciales y costumbres legítimamente introducidas en nuestros países. 4
En la cátedra de Derecho Civil se impartirían las Instituciones de Justiniano; el Derecho Romano como fuente de todos los demás Derechos, auxiliándose de los comentarios de Vinio. Y para hacer las diferencias entre el Derecho Romano y el Patrio, se auxiliaría tanto el catedrático de Derecho Civil como el de Principios de Legislación de otras obras, que comprendían las entonces novísimas resoluciones nacionales.
Para obtener el grado de bachiller en Derecho los cursantes de esa Facultad habrían de asistir a las tres cátedras durante 32 meses.
Facultad de Teología
El catedrático de Prima leería un curso completo de Teología Escolástica, al que asistirían sin excepción todos los cursantes; el de Vísperas leería los lugares teológicos cursados por los prianistas; el de San Francisco expondría las disposiciones del Concilio de Trento y la bula Autores fidei, asistiendo los secundianistas; el de Santo Domingo impartiría la Teología Moral a los tercianistas; y el de la Merced leería la de Sagrada Escritura a los cuartianistas.
Los textos serían: para el de Prima, los Tratados teológicos de Billuart; para el de Lugares Teológicos, el texto de ilustrísimo Melchor Cano; para el de Sagrada Escritura, el de Becano o el Aparato de Lamy del abate Duclor; y para explicar el Concilio de Trento, las notas y declaraciones de la Sagrada Congregación y la historia del cardenal Palavicini.
Sistema de evaluación
El 18 de junio iniciarían los exámenes, los cuales no podrían durar menos de tres cuartos de hora ni excederse de una. Los examinadores serían tres catedráticos de cada Facultad, y si no los hubiera el rector nombraría a algún doctor. Para calificar se utilizarían las letras “a” (aprobado) y “b” (reprobado), en el primer caso se colocaría la inscripción nemine discrepanti, indicándose si fue suprema, media o ínfima; a los reprobados, se les reconvendría seriamente en presencia de sus condiscípulos.
Actos públicos
Se disponía que no sólo los hubiera en Lógica, Metafísica y Física General y Particular como hasta ahora venía sucediendo, sino que ahora también los hubiera en Moral y Religión.
Grados menores
Para ingresar a las Facultades Mayores sería obligatorio graduarse de bachiller en Artes. Los cursos ganados en cualquiera “casa pública de estudios de la República Mejicana”5 serían admitidos para otorgar el grado menor. Continuaba la norma de que por cada diez grados uno se daría gratuitamente.
Para el grado de Filosofía, el estudiante presentaría doce de las mejores conclusiones de Lógica, Metafísica, Física, Ética y Religión, dos de cada una. Cada examinador debería argüir o hacer preguntas, por lo menos durante un cuarto de hora sobre las materias citadas, sin olvidar las de Aritmética, Álgebra, Geometría y Geografía.
Para los grados en las demás Facultades se darían los puntos –temas– y pasadas veinticuatro horas el estudiante leería durante media hora sobre el punto escogido sin permitirle divagar sobre otros. Enseguida cada examinador argüiría contra su conclusión y haría preguntas sueltas sobre otras temáticas de la Facultad, para cerciorarse de la instrucción del sustentante.
Grados mayores
Los requisitos serían: el grado menor y la pasantía de cuatro años. Si hubiera siempre obtenido calificaciones supremas se le dispensaría un año de pasantía. Continuaban prescriptos los actos de repetición y de quodlibetos para los teólogos y las demás temáticas y formalidades del otorgamiento de los grados.
Este plan de estudios fue en gran parte elaborado y revisado por fray Manuel de San Juan Crisóstomo Nájera, lo que garantizó una gran actualización de calidad dentro de la tradición universitaria.
En cuanto a la reforma de las constituciones, Juan Bautista Iguíniz escribe:
No fueron substanciales, sino más bien se redujeron a ciertos cambios en el régimen interior de la Universidad […] Entre otras se dispuso que se colocara en la puerta del aula mayor la imagen de la Santísima Virgen con esta inscripción Scientiarum Academia Guadalaxarae Data anno mdccxcii ; que el Claustro pleno substituyera en sus funciones al rey y al vicepatrono real; que la edad para obtener los grados académicos fuera de 25 y no de 20 años; que los magistrados del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, asistieran a los actos universitarios como los doctores y tomaran asiento en el lugar que les correspondería por su antigüedad; que las cuestiones escolásticas fueran dieciséis lugares teológicos, tres de otros tantos lugares teológicos y tres sobre la autoridad de la Iglesia; que los derechos asignados se redujesen a la mitad durante cuatro años; que pudiesen incorporarse todos los doctores, maestros y bachilleres graduados en la Universidad de México o en otra de la República que lo pretendiesen: los de la primera sin acto alguno y los de las demás con sólo examen secreto y aprobación de los de la Facultad; y que el Claustro pleno pudiese reformar las Constituciones cuando se ofrecieran graves inconvenientes en su práctica. 6
Para este año de 1835, el Congreso del Estado asignó por primera vez un subsidio presupuestario a la Universidad y al Colegio de San Juan Bautista, por un monto de 7,792 pesos anuales. Para el 28 de abril dispuso que el gobierno nombrara una comisión de “individuos literatos que reconozca la librería del Hospital de San Miguel de esta capital, a fin de que lo precioso y singular de ella se trasladase a la Universidad [...]”. 7
Todo lo anterior significó un resurgimiento de la Universidad de Guadalajara, en consecuencia se dio un periodo prolongado de estabilidad y prestigio académico.
Claustro de Doctores del 12 de mayo de 1835
Presidido por el rector. Se trató sobre la forma de la publicación solemne de las constituciones y del Plan de estudios, aprobados por el Honorable Congreso del Estado y por decreto del 30 de abril y remitidas el 9 de mayo. Se acordó que se arregle este acto en cuanto sea posible, a los practicados en igual caso según consta en el acta del 17 de agosto de 1817. Se nombró para pronunciar la oración castellana a los señores Francisco Espinosa –y si éste estuviere impedido– y Juan Nepomuceno Camacho.
Enseguida se nombraron consiliarios a los doctores Juan María Vélez, Miguel Cerviño, reverendo padre Ignacio Dávalos, Lázaro Negrete, José María Cano y Manuel Moreno. Y como diputados de hacienda a los catedráticos Roque Torrescano, Juan María Vélez, Domingo Sánchez Reza, Francisco Murillo y José María Cano. Luego se aprobó la propuesta del catedrático de Derecho Patrio para que se matricularan los cursantes en esa cátedra. Se concluyó con el informe del citado catedrático de Derecho Patrio sobre el libro de texto y se acordó que en los dos primeros meses del curso se enseñara Legislación y en los restantes seis el Derecho Patrio.
Claustro de Doctores del 25 de mayo de 1835
Presidido por el rector, quien expresó la inminencia de la llegada a esta capital del excelentísimo general presidente de la Federación Antonio López de Santa Anna y que por tal motivo las corporaciones se prevenían para contribuir con obsequios, y dados los escasos fondos de la Universidad, se acordó dar una aportación voluntaria, quedando así las cantidades en pesos: doctor García, 50; doctor Torrescano, 25; doctor Vélez, 25; doctor Cano, 10; y las demás cantidades colectadas se unirían a las de otras corporaciones para los gastos de refresco, banquete o lo que conveniera. Se nombró en comisión para cumplimentar al presidente de la república a los doctores José Manuel Ramírez, Juan José Caserta, reverendo padre Antonio González Plata y al secretario Santiago Alcocer, quienes unidos al señor rector lo recibirían en la garita de San Pedro, esperándolos los demás miembros del Claustro en la iglesia de San Francisco, para integrarse a la comitiva y de ahí pasar a la Catedral y finalmente a Palacio.
Y se concluyó informándose que el deudor licenciado Vergara, ofrecía pagar a la Universidad con arrobas de azúcar, así se acordó.
Primera visita de un jefe de estado a la Universidad (1835)
El 6 de junio llegó a Guadalajara, procedente de Zacatecas donde había derrotado a los federalistas, el general Antonio López de Santa Anna, quien fue recibido como estaba previsto en la villa de San Pedro Tlaquepaque para trasladarse luego a la ciudad, la cual recorrió entre arcos triunfales, que tenían colocados carteles con salutaciones en verso, hasta la Catedral donde se cantó un Te Deum a toda orquesta.
Los festejos continuaron durante varios días, a cargo de las corporaciones de la ciudad, entre ellos:
La comunidad de colegios ofreció un baile en la Universidad [...] con abundantes manjares y bebidas. La juventud gozó danzando de punta y talón. Se cubrieron con madera los arcos del patio, posiblemente para ocultar los manjares. Los corredores fueron adornados con cañoncitos, decorativas pirámides de balas de cañón que simulaban bancos de campaña, las armas con la culata hacia abajo por base y los cañones hacia arriba. 8
Además la Universidad ofreció al presidente de la república una función literaria que desempeñó el doctor Ignacio Mateo Guerra:
Por muchos años se conservó un recuerdo interesante de las funciones literarias desempeñadas en esa vez por el señor Guerra; y muy especialmente de un trabajo oratorio que satisfizo los deseos del Claustro y que llenó plenamente su objeto de hacer brillante alarde del estado de la enseñanza universitaria ante el gran hombre de aquella época. 9
El presidente de la república permaneció algunos días más en Guadalajara para enseguida retornar a la Ciudad de México.
Reformas a la enseñanza media (1835)
El 9 de julio el Congreso del Estado aprobó la iniciativa del gobernador para reformar la instrucción impartida a la juventud en el Colegio de San Juan Bautista. Esta institución, al igual que el Seminario Conciliar, impartía el bachillerato que integraba la Facultad Menor de Artes.
Claustro de Consiliarios del 17 de julio de 1835 10
Presidido por el rector. Se dio cuenta de haber concluido el término de la prórroga de los edictos convocatorios, a la oposición a las cátedras de Prima de Leyes, Vísperas de Medicina y Cirugía. Se presentaron como opositores para la primera, José Manuel Ramírez y Francisco Murillo; para la segunda, Nicolás Pérez, José Antonio López y Rafael Becerra; y para la tercera, Ignacio Moreno. Se concluyó con la aprobación de que el catedrático de Vísperas de Medicina debería leer Patología General y Especial.
Claustro de Doctores del 23 de julio de 1835
Presidido por el rector. Se dio cuenta de un oficio del Ayuntamiento en que se solicitaba al Claustro que se prestaran las piezas que en otro tiempo sirvieron para la Escuela de la Compañía Lancasteriana, con el fin de establecer en ellas una de las escuelas que en virtud del decreto número 601 irían a plantearse. Se acordó acceder a la solicitud manifestándose que “el Ilustre Claustro se ha llenado de la más dulce satisfacción al dar esta resolución, tanto porque se halla penetrado de los mismos sentimientos de beneficencia y deseos de los mayores aprovechamientos en la instrucción de la juventud”. 11
Claustro de Doctores del 13 de agosto de 1835
Presidido por el rector. Se inició con los asuntos relativos al patrimonio universitario. Luego se trató sobre algunas irregularidades en el procedimiento del examen secreto del bachiller Francisco de Paula Verea.
Enseguida se dio de baja a un bedel por incumplimiento en sus deberes. Se concluyó dando licencia por dos meses al rector para que se ausentara de la ciudad, en consecuencia se nombró vicerrector al doctor Juan María Vélez en su calidad de consiliario más antiguo.
Claustro de Doctores del 10 de septiembre de 1835
Presidido por el vicerrector. Se hizo presente que el padre capellán salió de la ciudad sin dar aviso y dejando desatendida la iglesia se acordó encargarla al vicerrector mientras regresaba el capellán, para que luego se justificara. Enseguida informó el secretario que aún no se habían encargado los catedráticos del aseo y mejor servicio de la iglesia, por lo que se encomendó la responsabilidad a los de Prima de Teología y al de Medicina.
Luego se acordaron las compensaciones al sacristán y lo relativo a la gran cantidad de misas de sufragios por los doctores fallecidos durante la extinción de la Universidad, por ello se dispuso que por la falta de recursos las misas fueran rezadas. Se acordó enviar a impresión el plan de estudios y demás documentos. Ante la conclusión del bienio rectoral, se acordó según las constituciones dejar el paso expedito al Claustro de Consiliarios.
Claustro de Doctores del 17 de septiembre de 1835
Presidido por el vicerrector, quien expresó haber reducido el plan de estudios, omitiendo la impresión de las constituciones reformadas y vigentes para economizar en los gastos, en lugar de ellas hizo un reclamo exacto para verlas a la vez en las que ya se tenían impresas y sería muy difícil anotar las derogadas y las reformadas, pues imprimirlas todas pasaba su costo de 200 pesos, que se resolvió la reimpresión y usar un solo volumen; por esta razón difiere la ceremonia de la publicación hasta la función de san Lucas –18 de octubre–.
En vista de que el vicerrector se ausentaría de la ciudad durante una semana, se nombró para sustituirlo al doctor Rafael Murguía.
Solemne publicación del nuevo plan de estudios y de la reforma de las constituciones (1835)
El 18 de octubre, concluida la misa de función de san Lucas con la que anualmente daban inicio las lecturas de las cátedras –a la que asistió el Claustro adornado en forma–, con los colegios y los cursantes de esta Universidad Nacional se dirigió con este acompañamiento al aula general que nuevamente remodelada y paramentada debía estrenarse con la cátedra del día. Y recibiendo en sus puertas a las autoridades civiles, eclesiásticas y militares, prelados de las órdenes monásticas y particulares invitados, para solemnizar con su asistencia la publicación del plan de estudios y la reforma de varias constituciones. Y habiendo entrado y colocándose por orden en sus respectivos asientos, hecha la señal subió a la cátedra el doctor Juan María Vélez, quien leyó en voz alta el decreto del 30 de abril del presente año, por el que se sirvió el Honorable Congreso conferir la aprobación del plan de estudios, el oficio de remisión del excelentísimo señor gobernador José Antonio Romero fechado el 9 de mayo, el plan de estudios y las constituciones reformadas.
Enseguida al nuevo toque de la campanilla ocupó la cátedra el doctor Francisco Espinosa, encargado de pronunciar la oración castellana, misma que desempeñó con aplauso general. Se continuó con la intervención de la orquesta, con lo que concluyó la solemne función, de la cual dio fe el secretario Santiago Alcocer.
Al día siguiente se puso en vigor la ley que convertía al país en República Centralista, que dividía el país en departamentos y en virtud de lo cual se suprimía el Congreso del Estado, el cual fue sustituido por la Junta Departamental de Jalisco.
Claustro de Consiliarios del 30 de octubre de 1835
Presidido por el rector y con la asistencia de cinco doctores. Se recibió la renuncia a la cátedra de Derecho Patrio, al doctor José Domingo Sánchez Reza por motivos de salud y para atender sus deberes en el coro catedralicio y en la Junta Departamental, por ello se acordó fijar los edictos convocatorios para la provisión de la referida cátedra. También se acordó consultar al Claustro Pleno sobre el autor, del cual se han de dar puntos –temas– y otros asuntos relativos a la misma cátedra.
Claustro de Consiliarios del 7 de noviembre de 1835
Presidido por el rector y con la asistencia de seis doctores. Reunidos en la Capilla de Nuestra Señora de Loreto, para conferenciar y deliberar sobre las personas idóneas para ocupar la rectoría para el próximo bienio. Resultaron electos el doctor Pedro Ocampo con seis votos, el doctor Rafael Murguía con cinco, el doctor Rafael Arroyo con cuatro, el doctor Domingo Cumplido con tres, y los doctores Pedro Espinosa y Domingo Sánchez con uno cada uno. Al día siguiente se integró la terna con los doctores Ocampo, Cumplido y Murguía.
Claustro de Doctores del 9 de noviembre de 1835
Congregados el rector, los doctores, licenciados, catedráticos, bachilleres, cursantes, oficiales y dependientes universitarios, para prestar juramento prevenido por el excelentísimo presidente interino de la república Miguel Barragán, en atención del artículo 3º del soberano decreto del Congreso General, publicado por otro igual del excelentísimo gobernador del Departamento con fecha del 6 del corriente. El rector procedió a recibir el juramento por categorías a través de sus más dignos representantes, quienes tocando los santos evangelios dijeron la fórmula prescripta.
Claustro de Consiliarios del 10 de noviembre de 1835
Presidido por el rector y con la asistencia de cinco doctores. Para realizar el tercer escrutinio de la elección rectoral. Celebrada la misa del Espíritu Santo se acordó que debían entrar en urna los doctores Ocampo, Cumplido y Murguía. Repartidas por el secretario las 24 cédulas, dando tres a cada uno de los vocales, se encontraron seis por el doctor Ocampo y dos por el doctor Cumplido, así quedó canónicamente electo el primero de ellos.
Se procedió luego a la elección de los consiliarios para el próximo bienio, resultando: por Teología Rafael Murguía, Juan Nepomuceno Camacho y José Antonio González Plata; por Cánones Francisco de Sales Murillo e Ignacio Mateo Guerra; por Leyes Francisco de Paula Verea; por Medicina José María Cano; y por Filosofía José Manuel Covarrubias.
Enseguida pasó el secretario a la casa del rector electo para comunicarle su designación y haciéndose presente ante el Claustro, prestó juramento en manos de su antecesor, quien le cedió su lugar. Y se concluyó con el juramento de los nuevos consiliarios.
Claustro de Doctores del 14 de noviembre de 1835
Se prestó el juramento al nuevo rector, a nombre de los doctores lo hizo el señor Juan María Vélez, por los catedráticos que aún no recibían el grado de licenciado el bachiller Antonio López y por los dependientes universitarios, el capellán Antonio Vélez Valle. Luego se procedió a nombrar diputados de Hacienda y examinadores. Y se oyó finalmente la argumentación del capellán en la cual justificaba su ausencia, eximiéndosele de responsabilidad.
Claustro de Consiliarios del 20 de noviembre de 1835
Presidido por el rector y con la asistencia de seis doctores. Se dio cuenta de un escrito del vicecancelario pidiendo licencia para salir de la ciudad y dejar en su lugar al doctor Rafael Murguía y dado que la petición suscitó dudas sobre si era procedente, se acordó consultarlo con el Claustro Pleno.
Se acordó la visita del rector a la lectura de las cátedras, quien debería ser acompañado a la Facultad de Teología por el catedrático de Vísperas, a las de Derecho por el de Cánones, a las de Medicina por el de Prima y a la de Matemáticas por el decano, en todas las visitas habría de estar presente el secretario y también se inspeccionaría el archivo.
Claustro de Doctores del 24 de noviembre de 1835
Presidido por el rector. Se inició concediendo licencia al vicecancelario para ausentarse de la ciudad, se nombró interino al doctor Murguía. Se rechazó la renuncia del doctor Cerviño como multador, se le facultó para rebajar las multas de las propinas de los doctores faltistas y luego el doctor De la Rosa informó sobre su administración rectoral.
Enseguida se resolvió fundar la cátedra de Filosofía Moral. Se facultó al señor rector para que nombrara a un pasante para que la desempeñara, y se resolvió que fuera así sólo durante el transcurso de un año, y se concluyó a petición del doctor Domingo Cumplido, con el reconocimiento de la firma del doctor Gordoa quien le libró ordenándole como cura del Sagrario que era entonces, que procediera según las prevenciones canónicas ante la profanación de la iglesia de la Universidad y la exhumación de cadáveres, se hizo como lo solicitó.
Claustro de Consiliarios del 2 de diciembre de 1835
Presidido por el rector. Se acordó solicitar licencia al vicario capitular de la Diócesis para las procesiones de la imagen de la Purísima Concepción los días 8 y 9 del citado mes; también se acordó consultar al Claustro Pleno sobre la prórroga en el término a la oposición a la cátedra de Derecho Patrio.
Claustro de Doctores del 16 de diciembre de 1835
Presidido por el rector. Se inició resolviendo continuar la sustitución de la cátedra de Derecho Patrio. No se aprobó la solicitud de los catedráticos de Vísperas de Medicina y de Cirugía, de que en vista de haber servido las cátedras durante un cuadrienio se les otorguen gratuitamente los grados.
Y se concluyó facultando al rector para que sin arreglarse el plan de estudios pueda habilitar para grados y cursos a todos los jóvenes que se hubieran presentado hasta el 18 de octubre anterior.
Claustro de Consiliarios del 22 de diciembre de 1835
Presidido por el rector y con la asistencia de ocho doctores. Se trató sobre el modo de ir a saludar con motivo de las pascuas navideñas al excelentísimo señor gobernador y se acordó que iría el señor rector, acompañado de tres doctores consiliarios en forma de Claustro. También se acordó que por convenir al honor universitario, que se hiciere el menor uso de las ínfulas. Se concluyó con el acuerdo de seguir otorgando la renta de la casa contigua al edificio universitario al secretario, como lo había dispuesto el doctor De la Rosa.
Claustro de Consiliarios del 5 de enero de 1836
Presidido por el rector y con la asistencia de cuatro doctores. Se abrió la discusión sobre si los grados supletorios para bachilleres, que están admitidos en lo general por el Ilustre Claustro, se deberían pasar para recibir los grados mayores. Se acordó que debían ser igualmente útiles para éstos, como para los grados menores, con la declaración de que una vez elegidos a la Facultad por el interesado y graduado en ella, no le valga para las otras en que formen serie, sino cursados dos años más en Cánones, si su grado fuera de Leyes y a la inversa. Luego el rector trató sobre las irregularidades que se fueron dando por los cursantes acerca de las matrículas.
Claustro de Consiliarios del 19 de enero de 1836
Presidido por el rector y con la asistencia de seis doctores. Por la escasez de fondos ante el fallecimiento de dos doctores de la Universidad y debido al atraso de honras fúnebres, se acordó seguir suprimida la vigilia y decir la misa rezada.
Claustro de Consiliarios del 17 de junio de 1836
Presidido por el rector y con la asistencia de cinco doctores. Al inicio el rector manifestó que los catedráticos bachilleres Antonio López e Ignacio Moreno comunicaban que no pueden graduarse de licenciados por carecer de recursos económicos y en tal caso perderían el ejercicio de sus cátedras, por lo que se acordó dar cuenta al Claustro Pleno. Luego comunicó que varios de los catedráticos pretendían retirarse al concluir el curso, por lo que se acordó nombrar sustitutos.
El rector continuó tratando sobre el sistema de calificaciones y distinciones. Enseguida se acordó que no era necesario dar aviso oficial a los catedráticos del Seminario y del Colegio de San Juan Bautista de que deberían alternarse en la oración inaugural, y dado que el
año pasado había tocado el turno al Seminario, debía notificarse sobre su deber al rector del Colegio de San Juan Bautista.
De nuevo manifestó el rector que la mayor parte de los estudiantes ni abrían ni cerraban matrícula y que reconvenidos por esta falta tan notable, que refluía en el valor o la nulidad de sus cursos, respondían algunos malamente y, los más, que no teniendo recursos ni aun para las necesidades más urgentes de manutención, menos tenían para pagar derechos de matrículas y que, alegando la misma causa, no se graduaban de bachilleres en Filosofía, ni aun aquellos que estaban cursando Teología o Medicina, contrariando el artículo 23 del plan de estudios y exponiéndose a la nulidad sus cursos si no les revalidan. Que por las mismas causas no había actos en ninguna de las cátedras en el año escolar que ya terminaba, a pesar de los desvelos de los catedráticos; que algunos de los mencionados jóvenes, en su opinión estaban cursando segundo o tercer año sin matrículas ni actos ni grados de Filosofía, y trataban de continuar así hasta completar su cuarto curso. Que no muy pocos atravesaban matrícula con claridad de su flojera, dedicándose a otras atenciones, poco apreciaban su carrera literaria, sus cátedras y aun la Universidad; que habían cursado con interpolación de meses y aun de años algunos cursos, y sin acordarse del artículo 10º del plan de estudios que disponía la prescripción del curso a quien hayan faltado treinta días sin causa justificada, tratando luego de exigir a sus respectivos catedráticos los certificados de los cursos que creían haber ganado a pesar de las interrupciones. Que sea cual fuera la causa de estos males, lo cierto es que crecían y no había esperanza de que se calmaran por sí solos, y que en consecuencia, eran necesarias medidas de energía para remediarlos.
Ante ello, el Claustro de Consiliarios expresó que no estaba facultado para condonar los derechos de las matrículas y de los grados de Filosofía. Se acordó entonces pasar la cuestión al Claustro Pleno, suplicándole moderar y aun extinguir todos los desórdenes y si fuera necesario facultar al rector para que revalidara todos los cursos que están plagados de nulidad, desentendiéndose de las constituciones y del plan de estudios, así como condonar todo o parte de los derechos y propinas.
La exposición del rector reflejaba claramente la penuria que vivía el país por la guerra de la separación de Texas y en particular la difícil situación de los estudiantes cuya pobreza llegó a ser proverbial, ya la describían en versos los de Salamanca en 1581:
[...]
Disputaban mucho los filosofantes
que vacuo no se da; más si es posible,
hase de predicar este imposible
de las tierras y vientres de estudiantes.
No quiero decir más, que me es horrible
cargo tratar de cosas semejantes;
juzgue el discreto si el vivir presente
es más de camaleón que no de gente. 12
¡Hasta dónde llegaría la desesperación de la corporación universitaria, siempre tan puntillosa en la aplicación de los derechos, que de lleno proponía pasar por alto todas las disposiciones vigentes, para tratar
de poner remedio a la precaria situación de la mayoría de los estudiantes!
Claustro Pleno del 6 de julio de 1836
Presidido por el rector y con la asistencia de once doctores. Se inició multando al secretario, porque en el acta anterior faltaban algunos asuntos por mencionar. Enseguida se dio cuenta de una solicitud del doctor Andrés López, catedrático del Seminario Conciliar, de que a sus discípulos se les dispensara el curso de Filosofía Moral, para que habilitados puedan graduarse este mes. La solicitud del doctor López dio pie para que el Claustro tomara seis importantes acuerdos, con el fin de afrontar la difícil situación de la mayoría de los estudiantes universitarios:
- Primero, facultar al rector para que concediera a los jóvenes que viven en los colegios –Seminario de San José y San Juan Bautista– la gracia solicitada por el doctor López.
- Segundo, se hacía extensiva dicha gracia a todos los cursantes de la Universidad y demás jóvenes que no viven en los colegios, pero que demostraran que eran probos y dedicados al estudio.
- Tercero, los cursantes universitarios que estaban graduados de bachilleres en Artes, que habían cursado Filosofía Moral o les faltara alguno de esos dos requisitos, quedaban agraciados para ganar los cursos que habían corrido con estas faltas, pero no podrían ganar el cuarto curso de la Facultad Mayor sin acreditar antes que cursaron la mencionada cátedra de Filosofía Moral, que tuvieron acto y que ya estaban graduados.
- Cuarto, las propinas de los grados menores de Filosofía quedaban reducidas a la cuarta parte de lo que se pagaba anteriormente, sin que se cobraran derechos de exámenes, de matrículas anteriores ni algún otro derecho, esto para grados menores en Artes y no para Facultad Mayor, cuyos derechos quedaban en vigor y la duración de ésta y las anteriores gracias sería sólo por cuatro años.
- Quinto, no se cobrarían en la secretaría más que dos reales por abrir matrícula y otros dos por cerrar, quedando revalidados los cursos que hasta ahora tengan los cursantes de todas las Facultades, aunque no hayan abierto o cerrado las matrículas correspondientes.
- Y sexto, se previno a los estudiantes de que a partir de entonces sólo se presentaran a la Universidad con vestimenta color negro, como estaba mandado desde la erección de la Universidad.
Debido a que los estudiantes de Medicina y Cirugía no se habían graduado, se les prorrogó el término para hacerlo en un año más.
Luego se jubiló al secretario Santiago Alcocer por su edad avanzada y falta de vista; se nombró prosecretario, contador y amanuense a su hijo Antonio con un sueldo de 200 pesos anuales, sin perjuicio de la renta de su padre.
Tomándose en consideración el mérito, atenciones y protección que había tenido para la Universidad, el excelentísimo señor gobernador del Departamento de Jalisco, licenciado José Antonio Romero, se le adjudicó que ganara la antigüedad en su Facultad, a los licenciados y doctores graduados en ella, sin depositar derecho alguno.
El rector expresó que del préstamo forzoso impuesto al Departamento de Jalisco, le había tocado aportar a la Universidad 100 pesos, y teniendo en consideración la escasez de fondos, se comisionó a los doctores Vélez y Guerra para que los colectaran. Y finalmente se comisionó al reverendo padre José Antonio González Plata, para que revisara las cuentas de la gestión rectoral del doctor Cesáreo de la Rosa.
Claustro de Consiliarios del 20 de agosto de 1836
Presidió el rector a cinco doctores. Se acordó dar licencia por dos meses al capellán, quien sería sustituido por el presbítero Benigno Herce e igual gracia se concedió al consiliario Francisco de Paula Verea.
Claustro de Consiliarios del 20 de octubre de 1836
Presidido por el rector y con la asistencia de cinco doctores. Se recibió la renuncia del canónigo Ignacio García a la cátedra de Cánones, la cual se turnó al Claustro Pleno. Ante las constantes equivocaciones de los cursantes que asistían a cátedras que no les correspondían y dejaban de cursar las que sí debían, se acordó enviar un ejemplar del plan de estudios a cada catedrático para que advirtieran a los estudiantes.
Luego el rector dio a conocer que los catedráticos manifestaban algunos inconvenientes para cumplir con los actos de estatuto. Tras analizarse el asunto, se acordó que los inconvenientes en realidad no existían. Respecto de los cursantes que no usaban las vestiduras ordenadas y teniendo en consideración la suma pobreza de la mayor parte de ellos y los funestos resultados que traería a esta corporación cualquier medida que tomara para obligarlos a cumplir, se acordó dejar en suspenso el asunto.
Claustro de Doctores del 25 de octubre de 1836
Presidido por el rector y con la asistencia de quince doctores. Se inició con la admisión de la renuncia del canónigo Ignacio García a la cátedra de Cánones, la cual se declaró vacante y abriéndola a la oposición. Luego se nombró secretario de la Universidad a don Antonio Alcocer.
Enseguida el rector propuso que como la constitución 159 previene que en la venida de los señores obispos a la Universidad para recibirlos se disponga un acto que deberán presidir por turno los catedráticos, y como se haya próxima la consagración del doctor Diego Aranda como obispo de Guadalajara, cuyos servicios son bien notorios a la Universidad, le parecería mejor que se le dedicasen unas funciones de licenciatura y de borla doctoral. Se votó por la suspensiva, considerando el gravamen a los que tenían que argüir. Finalmente, considerando las molestias que ha causado la Academia que se encuentra dentro de las instalaciones universitarias, se acordó comunicarlo al Supremo Gobierno.
Claustro de Consiliarios del 3 de noviembre de 1836
Presidido por el rector y con la asistencia de cinco doctores. Se le recibió el juramento de estatuto al nuevo secretario de la Universidad, Antonio Alcocer. Se siguió la regla de que los estudiantes al recibir el grado de bachiller de Artes se limitaran a ingresar solamente a una Facultad. Se acordó enviar un oficio al catedrático de Cirugía Ignacio Moreno, para que los estudiantes asistan a las prácticas operatorias. Y ante la proximidad de la solemnidad de la Inmaculada Concepción, se acordó dar aviso al rector del Colegio que por turno le toca pronunciar la oración latina.
Claustro de Consiliarios del 26 de noviembre de 1836
Presidido por el rector y con la asistencia de seis doctores. Se trató de que ante la próxima consagración episcopal del doctor Diego Aranda y dado que el Claustro de Consiliarios fue convidado, y en vista de que varios de sus miembros asistirían con otro título quedando sólo tres, se acordó que el rector invitaría algunos otros doctores a que asistieran.
Claustro de Consiliarios del 29 de noviembre de 1836
Presidido por el rector y con la asistencia de cinco doctores. Se admitieron como opositores a la cátedra de Cánones, a los doctores Juan María Vélez y Francisco de Paula Verea. A moción del rector se discutió sobre quién habría de presidir los ejercicios literarios, que con arreglo a las constituciones debían hacer los opositores. Se resolvió por unanimidad de votos que el rector era el presidente nato y que quedaba a su juicio ceder políticamente el uso de la campanilla, en el caso de que asistiera alguna persona de alta investidura.
El 30 de noviembre recibió la consagración episcopal el doctor Diego Aranda, quien fuera rector de la Universidad, haciéndose presente en la Catedral la corporación universitaria, como se había acordado. Y un mes después, el gobernador Antonio Escobedo –quien sustituyó al licenciado José Antonio Romero– proclamó en Jalisco las “Siete Leyes Constitucionales”.
Claustro de Consiliarios del 10 de enero de 1837
Presidido por el rector y con la asistencia de cuatro doctores. Se tomaron los siguientes acuerdos: prorrogar la fecha para la oposición a la cátedra de Cánones; que los opositores a las cátedras sólo ratificaran el juramento, ya que como egresados de la Universidad, ya lo habían hecho; que en caso de no asistir el obispo o el provisor de la Diócesis a los ejercicios de las cátedras, quien presidiera la junta de votos fuera el rector, y que ante la ausencia del decano fuera el doctor más antiguo el que tuviera derecho a voto.
El 16 de enero, en cumplimiento de las prevenciones del Supremo Gobierno del Departamento de Jalisco del 12 anterior, bajo la fórmula prevenida en el artículo 9º del decreto del Congreso General de la Nación, el señor rector recibió de los doctores, catedráticos y demás dependientes universitarios, el juramento de guardar las nuevas leyes constitucionales.
Claustro de Doctores del 14 de febrero de 1837
Presidido por el rector y con la asistencia de once doctores. Inicialmente se aprobó que el acto de graduación de doctor en Derecho Canónico del catedrático de Prima de Cánones, doctor Juan María Vélez, a quien la constitución 83 le concede los grados mayores sin exhibir propinas, se dedique al nuevo obispo de Guadalajara doctor Diego Aranda, y que así no resulte ningún gravamen a la institución universitaria.
Enseguida se recibió la renuncia a la cátedra de Matemáticas del reverendo padre mercedario José Antonio González Plata, quien partía a la capital del país a organizar el capítulo de su Orden, en su lugar quedaba como sustituto el doctor Manuel Gómez. Se declaró vacante la cátedra y dado que no había fondos para dotarla, se optó por la sustitución.
Luego se presentaron y aprobaron las cuentas de la gestión rectoral del doctor De la Rosa. A continuación se leyó un oficio del Ayuntamiento, dirigido al rector de Escuelas, reclamándole por no haberse blanqueado los edificios universitarios. Tomando la palabra el doctor José María Cano, opinó que la Academia de Ciencias Médicas, Quirúrgicas y Farmacéuticas debería establecerse en el edificio de la Universidad. Se acordó que en cuanto se conociera su reglamento, entonces el Claustro resolvería. Y finalmente se pasó al aula general, para dar posesión de su cátedra al doctor Juan María Vélez.
Claustro de Doctores del 8 de abril de 1837
Presidido por el rector y con la asistencia de ocho doctores. Informó el rector que habiéndose aprobado el reglamento de la Academia de Ciencias Médicas, Quirúrgicas y Farmacéuticas y dado que el edificio estaba ocupado con la Academia de Bellas Artes y sus cátedras, se les prestaron las aulas de Claustros y de Leyes.
Ante la imposibilidad de reunir el Claustro de Consiliarios y a los diputados de Hacienda, ya que varios de sus miembros se encontraban enfermos, se convocó al Claustro Pleno a pesar de que hay asuntos que no son de su competencia. Se aprobó la medida tomada por el rector. Se trataron enseguida varios asuntos relativos a las finanzas de la institución. Se aprobó la solicitud del secretario de la Universidad para ser admitido en el compromiso de las misas de difuntos. Se nombraron diputados de Hacienda a los doctores Juan María Vélez y Francisco Luis Martínez. Y finalmente se declararon vacantes las cátedras de Prima y de Vísperas de Teología. El doctor Cano opinó que se suprimiera la de Vísperas y así que se pudiera dotar la de Matemáticas. Se acordó fijar edictos convocatorios para la oposición a la de Prima y dejar en suspenso la de Vísperas, que seguiría en sustitución.
Claustro de Doctores del 26 de abril de 1837
Presidido por el rector y con la asistencia de doce doctores. Ante la insistencia de la Academia de Ciencias Médicas, Quirúrgicas y Farmacéuticas de que se les facilitara una pieza más para celebrar sus sesiones, así se concedió. Se dio cuenta de un oficio del canónigo maestrescuelas doctor Francisco Arroyo, comunicando su toma de posesión de la dignidad catedralicia, para que el Claustro le admitiera en el ejercicio de cancelario. Se acordó recibirlo el siguiente domingo con todas las solemnidades del caso, se nombró para ir hasta su casa a los doctores Miguel Cerviño y José María Cano.
Se suspendió momentáneamente la sesión para que el rector recibiera una comisión del señor gobernador del Departamento, el alcalde constitucional Nicolás Pérez. Una vez reanudada la sesión el rector informó que la comisión estaba reducida a solicitar los corredores y las piezas necesarias de este edificio para acuartelar la ronda de capa, por el tiempo que lo exijan las circunstancias, y dado que está bastante ocupado el edificio, le prestó la pieza del zaguán para el oficial de guardia, con lo cual se conformó; se acordó también prestar el corredor y el cuarto del portero. Y se concluyó con el acuerdo de que en el compromiso de misas por los doctores difuntos, no se encontraban los licenciados.
Claustro de Consiliarios del 10 de mayo de 1837 13
Presidió el rector y con la asistencia de cuatro doctores. Prestó juramento como consiliario fray Miguel Díaz de Vivar. Ante el retraso en la entrega de documentos para la oposición de la cátedra de Prima de Teología, se acordó consultar al Claustro Pleno si procedía una prórroga. El rector preguntó sobre si deben hacerse honras fúnebres al secretario de la Universidad, ya que las constituciones no dicen nada, se optó por la negativa.
Claustro de Doctores del 16 de junio de 1837
Presidido por el rector y con la asistencia de doce doctores. Concluido el plazo de los edictos convocatorios a la cátedra de Prima de Teología y dado que los opositores no llenaron los requisitos, se prorrogó el plazo.
Ante la llegada del maestro Antonio Pacheco Leal de la Ciudad de México, se acordó citarlo a las sesiones de claustros. A propuesta del doctor Francisco Espinosa, se acordó hacer una representación al secretario de Hacienda Pública sobre la cantidad que se debe a la Universidad, en razón de 400 pesos, que por decreto del Congreso del Estado le corresponden. También se acordó reclamar los adeudos de la negociación “Minería de Méjico”, ya que ha empezado a pagar a otros de sus acreedores. Y finalmente el rector manifestó el perjuicio que resulta de la permanencia de la tropa en el edificio universitario, por lo que se comisionó al doctor Juan Nepomuceno Camacho para que se entreviste y trate el asunto con el gobernador del Departamento.
Claustro de Consiliarios del 4 de julio de 1837
Presidido por el rector y con la asistencia de cinco doctores. Ante el desistimiento de fray Félix Rosa Ángel por carecer del grado de bachiller en Teología, se admitió como opositor a la cátedra de Prima de Teología al doctor Mariano Guerra. Se comunicaron las solicitudes de los cursantes de Medicina Oliva y Topete, para ser examinados con dispensa de lo que les falta para concluir el cuarto curso y recibir el grado, pero dado que el plan de estudios dispone que deben ser examinados por maestros distintos de los que hay en la Facultad, y en vista de que no los había, se acordó que el rector podía nombrar para el examen a los mismos catedráticos de la Facultad.
Claustro de Doctores del 24 de julio de 1837
Presidido por el rector y con la asistencia de nueve doctores. Se informó que tras la conclusión de los ejercicios literarios y la presentación de la relación de méritos, se asignó día y hora para la reunión de la junta de votos presidida por el obispo diocesano, y así proceder al nombramiento del catedrático de Prima de Teología en la persona del doctor Mariano Guerra, la cual se hizo por aclamación. Luego se aprobó que los individuos que tuvieran actos no quedaran exentos de examen y que se exigiera a todos el acto para recibir el grado menor.
En el Claustro de Consiliarios del 2 de septiembre, se dio licencia para ausentarse de la ciudad al capellán Antonio Vélez Valle, en su lugar quedaría el presbítero Benigno Herce.
Claustro de Doctores del 25 de octubre de 1837
Presidido por el rector y con la asistencia de once doctores. Se recibió el juramento del catedrático de Prima de Teología, doctor Mariano Guerra. Dado que los catedráticos de Medicina y de Cirugía no recibieron los grados mayores, se declararon vacantes las cátedras. Ante las reflexiones del doctor José María Cano en torno de la reforma de la enseñanza de la Teología, se le comisionó para que presentara un estudio.
Claustro de Consiliarios del 6 de noviembre de 1837
Presidido por el rector y con la asistencia de siete doctores. Congregados para celebrar el primer escrutinio de la elección rectoral. Se propusieron al rector actual y a los doctores Domingo Cumplido, Juan Nepomuceno Camacho, Juan José Caserta, José Domingo Sánchez e Ignacio Negrete. Al día siguiente se reunió el mismo Claustro con el fin de solicitar al Claustro Pleno la dispensa para poder considerar la reelección del rector actual.
Claustro de Doctores del 8 de noviembre de 1837
Presidido por el doctor José Manuel Covarrubias como graduado más antiguo, y con la asistencia de doce doctores. En vista de que el Claustro de Consiliarios, de conformidad con la constitución 9ª, requería los votos de este Claustro para que se dispensara al rector vigente, el impedimento que de serlo le resultaba para entrar en la votación con los demás, que dicho Claustro Menor había propuesto, nombraron a los doctores José Manuel Covarrubias y José María Cano para que llevaran la palabra del mismo Claustro de Consiliarios.
Así tomó la palabra el doctor José Manuel Covarrubias, quien hizo ver los motivos que movieron al Claustro, más poderosos sin duda que los que hubo para reelegir varias veces al doctor José María Gómez y Villaseñor, con la diferencia tan notable de tiempo y circunstancias; las fundó sólidamente con una reseña del estado actual de la Universidad, de tal modo que el señor rector vigente, a pesar de la escasez de fondos, había gobernado la institución, cualidades y virtudes que posee y ventajas conocidas a toda luz que resultaron de que continuara su gestión. Por su parte el doctor Cano expresó que muy poco tenía ya que añadir a lo expresado por el señor Covarrubias, tan sólo hablaría de la dulzura y afabilidad con que el rector trataba a la juventud y que las razones que había para reelegirlo eran más fuertes que las que se tuvieron para prolongar por muchos años el rectorado del señor Gómez y Villaseñor. Así pues, se acordó la dispensa solicitada.
Luego presentó el señor Covarrubias el nuevo plan de estudios de la Facultad de Teología para leer el texto de Charmes, conformándolo con el pensamiento de santo Tomás de Aquino; se aprobó. Se concluyó con el nombramiento de una comisión para seguir estudiando el plan de estudios de Teología, que integraron los doctores Juan Nepomuceno Camacho, Francisco Luis Martínez y Mariano Guerra.
Claustro de Consiliarios del 10 de noviembre de 1837
Presidido por el rector y con la asistencia de siete doctores. Reunidos en la Capilla de Nuestra Señora de Loreto, asistieron a la misa del Espíritu Santo. Enseguida el doctor José Manuel Covarrubias comunicó que el Claustro Pleno concedía la dispensa solicitada, para que el rector vigente pudiera entrar en urna.
Luego se verificó la votación, la cual resultó: siete votos por el rector Ocampo y uno para el señor cura Ignacio Negrete, por lo que el primero quedó canónicamente reelecto, prestó inmediatamente el juramento en manos del consiliario más antiguo. Se procedió luego a la elección de consiliarios, resultando: por Teología, Juan José Caserta y Mariano Guerra; por Cánones, Juan María Vélez e Ignacio García; por Leyes, Francisco de Paula Verea; por Medicina, José María Cano y por Filosofía, José Manuel Covarrubias.
Claustro de Doctores del 13 de noviembre de 1837
Presidido por el rector y con la asistencia de nueve doctores. Se prestó juramento al rector hecho a nombre de todos los doctores, por el señor Ignacio Medina como doctor más antiguo, y por los dependientes universitarios el capellán José Benigno Herce. Enseguida se nombraron examinadores y diputados de Hacienda, y concluyó el rector expresando que no había cosa que notar respecto de la conducta de los dependientes universitarios.
Claustro de Consiliarios del 19 de enero de 1838
Presidido por el rector y con la asistencia de cuatro doctores. Se pidió a los doctores Martín Calvillo y Pablo Gutiérrez, que en vista de que no se presentaron los catedráticos sustitutos de Vísperas de Medicina y de Cirugía continuaran en las lecturas de las cátedras, a lo que respondió el segundo de ellos afirmativamente y solicitó, para el mejor desempeño de su cátedra, el acceso a enfermos y cadáveres; se acordó solicitarlos al Supremo Gobierno del Departamento, para lo cual se integró una comisión con los doctores Juan Nepomuceno Camacho y José María Cano.
Claustro de Consiliarios del 7 de febrero de 1838
Presidido por el rector y con la asistencia de cuatro doctores. El doctor Juan Nepomuceno Camacho dio a conocer el resultado de la comisión encomendada y tras haberse entrevistado con el gobernador del Departamento Antonio Escobedo, en unión del doctor José María Cano, dijo que el excelentísimo señor gobernador les manifestó muy buena disposición hacia la corporación y que por lo que toca a la petición, les aseguró que libraría sus órdenes al padre administrador del Hospital de Belén, para que en los términos reglamentarios se proporcionen al doctor Pablo Gutiérrez los cadáveres para las operaciones correspondientes. Y finalmente se acordó enviar oficio al capellán universitario, tras vencer su licencia, para que se presente o renuncie.
Claustro de Doctores del 29 de marzo de 1838
Presidido por el rector y con la asistencia de diez doctores. El rector consultó sobre la separación de fondos de la Iglesia de Santo Tomás y de la Universidad, recordando que desde la época del primer rector se gastaba indistintamente el dinero de dichos fondos, como la Universidad tenía que cubrir todos sus gastos y le sobraba mucho, las obras pías no dejaban de cumplirse, ni la iglesia carecía de lo necesario para el culto. Después ya no fue así por no alcanzar las rentas, con sólo cuatro cátedras de paga y los legados que no se cumplían. Se acordó enviar el estado financiero a una comisión que integrarían el reverendo padre Francisco Luis Martínez y el doctor Francisco Murillo. Y por comisión de la rectoría, se accedió a la petición del cursante José Damián Souza que no había podido asistir a las cátedras de Derecho para acceder al siguiente curso.
Claustro de Consiliarios del 14 de julio de 1838
Presidido por el rector y con la asistencia de cuatro doctores. El rector comunicó que la oración inaugural tocaría al Colegio de San Juan Bautista, pero que este establecimiento se hallaba imposibilitado y que encomendaría el compromiso a los cursantes de la Universidad, pero que como no había sino uno que otro que podía hacerlo con decoro y que aún en éstos encontraba resistencia, en consecuencia opinaba que no quedaba más remedio que pagar al orador, así se acordó dando aviso al Claustro de Hacienda. Luego el rector comunicó que tenía la necesidad de ausentarse de la ciudad por dos meses, por lo cual se nombró vicerrector al doctor Mariano Guerra.
Claustro de Doctores del 20 de julio de 1838
Presidido por el rector y con la asistencia de diez doctores. Se dio cuenta de un oficio del señor José Justo Corro, por el cual comunicaba al rector que el Supremo Gobierno de ese Departamento, por orden presidencial, demandaba todos los datos necesarios para el arreglo de la instrucción pública, y para ello se presentaría una comisión integrada por el mismo señor Corro, el doctor José Domingo Sánchez Reza, fray Manuel de San Juan Crisóstomo Nájera y el licenciado Antonio Escoto, y los puntos a tratar serían:
- Las ciencias, facultades e idiomas que en cada una se enseña, advirtiendo los autores de los libros de texto.
- El número de las cátedras, el tiempo en que se cursan y las horas de las lecciones.
- La asignación que disfrutan los catedráticos.
- El número de estudiantes con distinción de los lugares que haya de gracia.
- Los fondos con que se sostienen y el origen de su dotación.
- El número, la dotación y calidades de superiores y demás dependientes.
- El sistema de contabilidad y el responsable de los fondos.
- El número y clasificación en general de los libros de la biblioteca.
Y que siendo esta Universidad uno de los principales establecimientos literarios del país, tuvo el honor de hacerlo del conocimiento del señor rector, para que se siviera tomar las providencias que estimara convenientes. A continuación se acordó el protocolo de la visita.
Luego se discutió sobre si debía continuar la costumbre de invertir los productos de los legados en gastos urgentes de la Universidad. Se dijo que estas decisiones correspondía tomarlas al obispo diocesano, para que se aplicaran aquellas capellanías, además se solicitaría el apoyo financiero de la Junta Departamental. El doctor José María Cano propuso que los fondos de la Universidad se usaran exclusivamente para la enseñanza, omitiendo los gastos del culto y reduciendo la Iglesia de Santo Tomás a una capellanía privada. Se integró una comisión para el estudio de la anterior propuesta, con los doctores Juan Nepomuceno Camacho, Francisco Arroyo y fray Miguel Díaz de Vivar.
Claustro de Consiliarios del 28 de julio de 1838
Presidido por el rector y con la asistencia de cuatro doctores. El rector avisó que se retiraría el próximo lunes 30, en virtud de lo cual iniciaría a gobernar el vicerrector Mariano Guerra, a quien se le tomó el juramento. El reverendo padre Isidro Gazcón solicitó permiso para que los actos de su Orden de Nuestra Señora de la Merced, de la que era lector, pudieran tener lugar en el aula general universitaria, a lo que se accedió. Y finalmente se resolvió que un cursante cuya calificación fue “a” y “r” por los dos examinadores, quedaba aprobado.
Claustro de Doctores del 12 de septiembre de 1838
Presidido por el vicerrector y con la asistencia de nueve doctores. Se recibió oficio del presidente de la república José Justo Corro, pidiendo que el Claustro solicitara lo que estimara conveniente para la mayor formación de la juventud. Para cumplimentar lo anterior se acordó integrar una comisión con los doctores Ignacio García, Francisco Espinosa y José María Cano.
Claustro de Doctores del 14 de noviembre de 1838
Presidido por el rector y con la asistencia de nueve doctores. Se dio cuenta de las propuestas hechas por la comisión a las reformas necesarias al plan de estudios y a las constituciones, las cuales se aprobaron y se enviaron a la comisión visitadora.
Luego se conoció el informe de la comisión, para estudiar la propuesta de dedicar exclusivamente los fondos universitarios a la enseñanza, se acordó: suprimir las funciones de Semana Santa, que no venga el jubileo circular a la iglesia de Santo Tomás y quitar el Santo Depósito en caso de que no haya dotación y continuar las funciones de los santos patronos de la Universidad.
Claustro de Consiliarios del 28 de noviembre de 1838
Presidido por el rector y con la asistencia de seis doctores. Se trataron asuntos relativos a las dispensas de cursos y matrículas.
Claustro de Doctores del 13 de diciembre de 1838
Presidido por el rector y con la asistencia de nueve doctores. Se recibió un oficio del obispo diocesano, por el cual comunicaba que se hiciera un tercer novenario a Nuestra Señora de Guadalupe en las iglesias, siendo el correspondiente a la de la Universidad el día 21, en que llegaría la imagen de la Virgen y que luego pasaría a la Iglesia de San Francisco. A la función asistiría el Claustro con sus ínfulas y para costear los gastos se haría una colecta entre sus miembros; se comisionó para tal efecto a los doctores Mariano Guerra y José María Cano.
Se recibió oficio de la Sociedad Médica de Emulación, por el cual participaba del inicio de sus actividades el día 19. Se acordó que asistieran los tres doctores consiliarios, con traje corriente.
Claustro de Consiliarios del 14 de febrero de 1839
Presidido por el rector y con la asistencia de cinco doctores. Se rechazó la solicitud de don Joaquín de la Fuente para que se le admitiera su grado menor de Derecho Civil sin certificación de haber cursado seis semestres de Filosofía, por no haberse localizado en la Ciudad de México al catedrático que debió impartirlo; pasó el asunto al Claustro Pleno.
Claustro de Doctores del 4 de abril de 1839 14
Presidido por el rector y con la asistencia de once doctores. Se vio la solicitud del presbítero Carlos María Colina para que se le rebajaran las propinas y derechos a la mitad y así poder recibir los grados; se resolvió como lo solicita. Ante la crítica situación financiera de la Universidad, se acordó pedir al tesorero síndico un estado de cuentas, en el que se detallaran los capitales y sus réditos y el número de casas propiedad de la Universidad y sus respectivas rentas mensuales.
Sobre lo que conviniera hacer, cuando ocurriera algún negocio ejecutivo y no pudiera reunirse oportunamente el Claustro, el doctor José María Cano propuso posponer este asunto, así se acordó. Se trató la solicitud del secretario de la Universidad sobre sus sueldos atrasados, el rector esperaba que al rematarse la casa rentada al señor Mota Velazco y de conformidad al Claustro de Hacienda, se harían cinco porciones, de las cuales cuatro serían para los sueldos que se debían a los catedráticos, y de la quinta porción la mitad sería para el secretario y la otra para los gastos de la Universidad y su iglesia. Ante la inconformidad que causó la propuesta del rector, se votó en contra y se decidió que la cantidad de 2,000 pesos debería prorratearse entre los interesados.
Se dio cuenta de un oficio del catedrático de sustituto de Cirugía, bachiller Pablo Gutiérrez, donde manifestaba que en el tiempo que llevaba de servir la cátedra, no había recibido un solo real de gratificación, ni los cuarenta pesos prometidos para la compra de instrumentos anatómicos. El rector manifestó que sin negar los méritos del señor Gutiérrez, en esos momentos la Universidad se encontraba en una situación económica que le impedía acceder a sus peticiones. Ante ello el doctor Covarrubias hizo la donación de la mitad de lo que le tocaba del prorrateo mencionado anteriormente. Y se concluyó con la aprobación de la dispensa a don Joaquín de la Fuente de cursar seis meses de Filosofía para recibir el grado de bachiller en Derecho Civil.
Claustro de Doctores del 17 de abril de 1839
Presidido por el rector y con la asistencia de nueve doctores. Ante las dificultades que causaría realizar el prorrateo aprobado en la sesión anterior, el Claustro de Hacienda propuso dividir la cantidad en seis porciones, de las cuales cuatro serían para los catedráticos, una para el secretario y una más para los gastos de la institución, así se aprobó. En cuanto a lo que debía hacerse cuando ocurriera algún negocio ejecutivo, se acordó nombrar una comisión, para que hiciera las propuestas en la siguiente reunión.
Claustro de Consiliarios del 20 de junio de 1839
Presidido por el rector y con la asistencia de cuatro doctores. Solicitó el rector que se nombrara a un vicerrector, dado que se ausentaría de la ciudad entre quince y veinte días. Se nombró como tal nuevamente al doctor Mariano Guerra, dado que el consiliario más antiguo, el doctor Juan José Caserta, se encontraba ausente. Se analizó el caso del bachiller Pablo Gordoa, quien resultó en un examen con las calificaciones “s” y “m”, se decidió otorgarle la “s” y se acordó que en caso de empate, siempre se diera la calificación más alta.
Claustro de Consiliarios del 3 de septiembre de 1839
Presidido por el rector y con la asistencia de cuatro doctores. Se rechazó la solicitud del bachiller José Domingo Souza de dispensa del cuarto curso, por no estar facultado el Claustro para concederla.
Reforma al plan de estudios de la Facultad de Medicina (1839)
El 9 de octubre, el gobernador Antonio Escobedo decretó el plan que arregla la enseñanza de la Medicina y Cirugía en esta capital 15. La enseñanza de las ciencias médicas se impartiría en la Facultad de Medicina, Cirugía y Farmacia de la Universidad Nacional de Guadalajara, la cual se compondría de las siguientes cátedras:
- Anatomía Humana General y Descriptiva
- Fisiología, Higiene y Medicina Legal
- Patología General y Materia Médica
- Elementos de Botánica, Química y Farmacia
- Patología y Clínica Interna o Instituciones Médicas
- Patología y Clínica externa o Instituciones Quirúr-gicas y Obstetricia
Las cuatro primeras materias se impartirían en la Universidad y las dos restantes en el Hospital de San Miguel de Belén. Los estudios de Medicina y Cirugía durarían seis años, mientras que los de Farmacia sólo cuatro.
Esta reforma trascendental a la enseñanza médica se debió fundamentalmente a los esfuerzos del doctor Pablo Gutiérrez, quien había hecho los estudios de especialización en Europa, y del doctor de origen belga Pedro Van der Linden.
Reformas a la enseñanza de la Jurisprudencia y de la Teología (1839)
Ese mismo día también se decretó el plan que arreglaba en la Universidad de Guadalajara los estudios de Teología y Jurisprudencia. 16
En cuanto a la Facultad de Teología, quedaba reducida a sólo las tres cátedras que servían los Conventos de Santo Domingo, San Francisco y de Nuestra Señora de la Merced, y se conservaba la de Prima de Teología mientras la impartiera el actual catedrático propietario.
Referente a la Facultad de Jurisprudencia, continuarían las cátedras de Derecho Canónico y de Derecho Civil y se establecía la Academia de Jurisprudencia Teórico-Práctica, la cual quedaba inserta en las cátedras de Derecho Patrio y de Principios de Legislación.
El establecimiento de la Academia de Jurisprudencia se debió a los esfuerzos del doctor Crispiniano del Castillo, quien el 10 del citado mes de octubre fue nombrado su primer presidente.
Claustro de Doctores del 16 de octubre de 1839
Presidido por el rector y con la asistencia de catorce doctores. Se pusieron a discusión los planes de enseñanza de Teología, de Jurisprudencia y de Medicina, que habían sido remitidos al rector por la secretaría del Superior Gobierno Departamental.
El cancelario Francisco Arroyo expresó que había que reflexionar sobre las cátedras de Teología que se suprimían, ya que estaban dotadas por el ilustrísimo fray Antonio Alcalde con 40,000 pesos, por consiguiente opinó que debería hacerse esto presente a la Junta Departamental. El rector señaló que según los nuevos planes de estudios, había un aumento de catedráticos, lo que, dada la situación financiera de la Universidad, dificultaba el pago de sus sueldos, de por sí ya era difícil pagarles a los cuatro catedráticos en funciones. En consecuencia la Universidad no se obligaba al pago de los nuevos catedráticos, a los que recibiría y daría posesión, pero no les pagaría al menos que lo hiciera el Supremo Gobierno. En cuanto a la forma de nombrar a los catedráticos el mismo rector expresó: que según los nuevos planes de estudios el nombramiento correspondía a la Excelentísima Junta Departamental, lo cual tomaría a mal la Junta Proveedora de Cátedras, presidida por el obispo diocesano.
Enseguida el doctor Francisco Espinosa dio lectura a la minuta que sería enviada al gobernador, en la cual se le expresaba satisfacción por su preocupación por la enseñanza secundaria de la juventud del Departamento y se le pidieron recursos para dotar las cátedras. Se acordó que antes de que tomaran posesión los nuevos catedráticos se les advertiría que no sería la Universidad quien les pagara sus sueldos. Se nombró al doctor Francisco Espinosa para que defendiera las cátedras de Teología dotadas por el ilustrísimo fray Antonio Alcalde y que se pretendían suprimir.
Ante la escasa asistencia a las honras fúnebres de los doctores a las que obligaban las constituciones, bajo pena de pagar una multa de cuatro pesos y ante la objeción de que sólo obligaba la asistencia si el rector lo ordenaba, se declaró que estaban obligados a aplicar cuatro misas o a pagar cuatro pesos todos los que faltaban sin causa justificada.
Reglamento Provisional para el Gobierno de la Universidad (1839)
El 17 de octubre se expidió el Reglamento Provisional para el Gobierno Interior de la Universidad literaria de Guadalajara 17, el cual se dividía en los siguientes capítulos: de la admisión de los estudiantes, lecciones, obligaciones de los catedráticos, obligaciones de los estudiantes, exámenes, diplomas, penas, sueldos de los catedráticos y empleados, y de la Hacienda universitaria.
Los requisitos para ingresar a la Universidad serían: grado de bachiller en Artes y además los documentos que prescribían las constituciones; había que agregar un certificado de conducta y buenas costumbres, y de que los padres de familia o tutores de los estudiantes se comprometerían a cuidar de sus comportamientos.
El calendario escolar continuaría iniciando el 18 de octubre y concluiría el 18 de julio, el mes siguiente sería de exámenes y el 18 de agosto se cerrarían las aulas.
Los catedráticos estarían obligados a dar sus lecciones personalmente, todo el año escolar; asistir puntualmente, seguir los autores de los libros de texto aprobados por el Claustro; cuidar de la conducta y buen comportamiento de sus discípulos; llevar registro de asistencia y aplicación; mensualmente deberían interrogar a los estudiantes sobre los temas impartidos y darles los certificados que demostraran su aplicación y aprovechamiento.
Los estudiantes estarían obligados a presentarse con aseo y compostura, vestidos de hábitos los que cursaran carrera eclesiástica y los demás de frac o de levita, cabeza descubierta y sin fumar; se les prohibiría portar armas; debían asistir a las lecciones con modestia, silencio y atención; poseer los libros de texto; y se les prohibía toda reunión estrepitosa en los corredores, aulas y puerta del edificio universitario.
Cada dos años, al día siguiente de la elección rectoral, se nombraría entre los doctores del Claustro un regente por cada Facultad, y sus atribuciones serían: cuidar que los catedráticos cumplieran con sus deberes, la puntual asistencia de los cursantes, nombrar sustitutos cuando no lo hicieren los catedráticos y el buen orden del establecimiento.
Se reglamentaron en general los exámenes para grados menores y los anuales, y se ordenó que se formaran los reglamentos respectivos de cada Facultad.
A los graduados la Universidad les expediría un título en forma, que hiciere fe en todo el país.
El patrimonio universitario quedaría integrado por: los réditos del capital de los 43,969 pesos, en que consistía su fondo dotal; los arrendamientos de las casas de la Universidad; el sobrante de los capitales piadosos; los derechos de matrículas, grados y exámenes; y los 4,800 pesos del subsidio del gobierno departamental.
Los sueldos anuales serían: 600 pesos a los catedráticos, exceptuando al de Elementos de Botánica, Química y Farmacia, que sólo percibiría la mitad; 400 pesos al secretario y al bibliotecario, respectivamente; 300 pesos al tesorero síndico y a cada bedel, respectivamente, y 100 pesos al portero.
Claustro de Doctores del 19 de octubre de 1839
Presidido por el rector y con la asistencia del cancelario y de nueve doctores. Se citó a esta sesión para ver los nombramientos de los nuevos catedráticos y darles posesión. El rector recordó que la Universidad no se había comprometido al pago de sus sueldos, como lo comunicó al gobierno, quien contestó que en el reglamento provisional se allanaba la dificultad.
Enseguida se dieron a conocer los nombramientos para las cátedras: para la Academia Teórico-Práctica, el licenciado Crispiniano del Castillo; para la de Anatomía Humana General y Descriptiva, el doctor Pablo Gutiérrez; para la de Fisiología, Higiene y Medicina Legal, no se hizo el nombramiento por seguir como catedrático propietario el doctor José María Cano; para la de Patología General y Materia Médica, el doctor Luis Portugal; para la de Elementos de Botánica, de Química y de Farmacia, a don Joaquín Martínez; para la de Patología y Clínica Internas o Instituciones Médicas, a don Ignacio Moreno; y para la de Patología y Clínica Externa o Instituciones Quirúrgicas y Obstetricia, al doctor Pedro Van der Linden quien tiene títulos de bachiller, licenciado y doctor de la Universidad Pontificia de Bolonia. El rector les expreso que los recibía y les daba posesión de sus cátedras.
Finalmente, el mismo rector hizo notar que la cátedra de Filosofía Moral estaba suprimida en el nuevo plan de estudios y que dada su importancia se comisionaba al doctor Francisco Espinosa para que llamara la atención al gobierno sobre dicha cuestión.
Claustro de Consiliarios del 23 de octubre de 1839
Presidido por el rector y con la asistencia de cuatro doctores. Trataron sobre las nuevas disposiciones relativas a los exámenes de grados.
Claustro de Consiliarios del 6 de noviembre de 1839
Presidido por el rector y con la asistencia de cinco doctores. Para celebrar el primer escrutinio de la elección rectoral, quedando propuestos los doctores Domingo Cumplido, Francisco Espinosa, Juan Nepomuceno Camacho y Salvador Apodaca. Al día siguiente se ratificó la lista precedente.
Claustro de Consiliarios del 10 de noviembre de 1839
Presidido por el rector y con la asistencia de cinco doctores. Celebrada la misa del Espíritu Santo en la Capilla de Nuestra Señora de Loreto, se procedió a efectuar la elección rectoral; tras la votación se abrió la urna y se encontraron cinco votos por doctor Juan Nepomuceno Camacho y uno por el doctor Domingo Cumplido, por lo que quedó canónicamente electo el primero de ellos.
Enseguida se eligieron los nuevos consiliarios, a saber: por Teología, Juan José Román y Salvador Apodaca; por Cánones, Ignacio Negrete y José Manuel Ramírez; por Leyes, Francisco Murillo; como religioso, Francisco Martínez; por Medicina, Pablo Gutiérrez; y por Filosofía, Manuel Moreno.
El secretario pasó a informar de su elección al doctor Juan Nepomuceno Camacho, quien contestó con un oficio en que renunciaba a la rectoría, por lo que de acuerdo con la constitución 7ª se dio cuenta al Claustro Pleno.
Claustro de Doctores del 11 de noviembre de 1839
Presidido por el rector y con la asistencia de 22 doctores. Se citó para tratar la renuncia del doctor Juan Nepomuceno Camacho a la rectoría, electo un día antes. Como asisten por primera vez los doctores Orozco, Del Castillo, Gutiérrez, Portugal, Moreno y Van der Linden se les tomó el juramento de estatuto. Por veinte votos en contra y tres a favor, se acordó rechazar la renuncia del rector electo.
Ya en la sesión del Claustro de Consiliarios, se acordó que hoy mismo se diera posesión al doctor Juan Nepomuceno Camacho. Y habiendo el secretario pasado a la casa del electo, puso en sus manos la nota en que el rector Pedro Ocampo le comunicaba el acuerdo del Claustro Pleno y el llamado del Claustro Menor, que lo esperaba para que prestara juramento, lo cual hizo una vez que se presentó, en manos de su predecesor, quien le dio posesión de su asiento y recibió enseguida el juramento de los doctores Ramírez y Gutiérrez, como consiliarios electos.
Claustro de Consiliarios del 12 de noviembre de 1839
Presidido por el rector, quien recibió el juramento de los consiliarios y de los cursantes, a quienes exhortó al respeto debido a los autoridades de la Universidad y a las disposiciones legales vigentes, a observar buena moral y aplicación en los estudios, y habiéndose retirado los cursantes, el rector trató sobre qué Claustro habría de nombrar a los regentes; tras la discusión se acordó que se consultara a la Junta Departamental.
Claustro de Doctores del 14 de noviembre de 1839
Presidido por el rector y con la asistencia de 16 doctores. Rindieron juramento de obediencia al rector los doctores, oficiales y demás dependientes universitarios, se nombraron enseguida examinadores y diputados de Hacienda y se admitió la renuncia del doctor Francisco Murillo como consiliario.
Se expresó que había quejas sobre la conducta y exactitud en sus deberes de los bedeles para con los catedráticos, el rector dijo que más bien había algún descomedimiento, por lo que serían corregidos.
Claustro de Consiliarios del 3 de diciembre de 1839
Presidido por el rector y con la asistencia de seis doctores. Prestó juramento el doctor Ignacio Medina. Se recibió la respuesta a la consulta hecha a la Junta Departamental sobre quién debería elegir a los regentes, se contestó que el presente Claustro, por lo que se procedió a la elección, resultando: por Teología, Pedro Espinosa; por Jurisprudencia, José Manuel Ramírez; y por Medicina, José María Cano. Se comisionó al doctor Manuel Moreno para que comunicara al obispo diocesano, de las procesiones en honor a la Patrona de la Universidad los días 7 y 9 del presente mes.
Claustro de Doctores del 23 de diciembre de 1839
Presidido por el rector y con la asistencia de trece doctores. Se le tomó juramento al doctor Colina; el rector informó que había pedido las cuentas de la Universidad a su predecesor, quien le habría contestado que las estaba formando y en cuanto terminara se las remitiría. Luego el doctor Cano propuso que las réplicas en los grados de Artes fueran contestadas por todos los catedráticos de todas las Facultades; tras discusión se acordó que en los grados de Artes serían examinadores un catedrático de Teología, otro de Jurisprudencia y uno más de Medicina.
Ante las renuncias del bedel Manuel Figueroa y del maestro de ceremonias Francisco Terco, se nombró para el primer cargo a Félix Ulloa y para el segundo al secretario Antonio Alcocer.
Claustro de Consiliarios del 30 de diciembre de 1839
Presidido por el rector y con la asistencia de cuatro doctores. Se dio como legítimo opositor a la cátedra de Prima de Leyes al licenciado Plutarco García Diego, y se dio cuenta de un oficio del catedrático de Prima de Cánones, pidiendo que se le declare jubilado; se le pidió que siguiera sirviendo su cátedra, mientras su salud se lo permitiera.
Claustro de Doctores del 13 de enero de 1840
Presidido por el rector y con la asistencia de ocho doctores. A solicitud del tesorero síndico, se le prorrogó el plazo para que presentara las cuentas.
La cuestión de las cátedras de Teología en 1840
El 27 de enero, la Junta Departamental dio a conocer un acuerdo dirigido al gobernador del Departamento de Jalisco, con motivo de la exposición del rector contraída al restablecimiento de las cátedras de Prima y de Vísperas de Teología 18. Expresan los miembros de la Junta Departamental que más bien se ha malinterpretado y exagerado la medida de suprimir las cátedras de Teología, la cual estuvo motivada por el lamentable estado financiero de la Universidad, además tenía el carácter de provisional.
En cuanto a que fray Antonio Alcalde dotó las referidas cátedras de Teología Escolástica, de Moral, de Sagrada Escritura y de Lengua Mexicana del Seminario Conciliar, pero que luego retiró el ofrecimiento y que a manera de compensación ofreció 40,000 pesos, para que con sus réditos se dotaran las cátedras universitarias sin enunciarlas expresamente y que posteriormente el
rey Carlos IV ordenó que hubiera dos cátedras de Teología, dos de Jurisprudencia y dos de Medicina, las cuales serían dotadas con los capitales donados por el benemérito obispo. Y concluían que los citados fondos, al menos en su mayor parte, no tenían por objeto la exclusiva dotación de las cátedras teológicas.
El 28 de enero los catedráticos de la Facultad de Medicina propusieron las adiciones al reglamento de enseñanza, sobre los ejercicios literarios que los opositores debían hacer, en concurso a las cátedras de dicha Facultad. 19
Claustro de Consiliarios del 17 de febrero de 1840
Presidido por el rector y con la asistencia de cinco doctores. Se recibió y aprobó la solicitud de jubilación del doctor Juan María Vélez.
Claustro de Doctores del 18 de febrero de 1840
Presidido por el rector y con la asistencia de nueve doctores. Se dio cuenta de una comunicación de la Junta Departamental al rector, en contestación a la exhortación que hizo el Claustro el 16 de noviembre de 1839, contraído al restablecimiento de las cátedras de Prima y de Vísperas de Teología y de Filosofía Moral, en los términos del plan de estudios del 30 de abril de 1835. El doctor Mariano Guerra propuso que el regente de la Facultad de Teología y los catedráticos formaran el respectivo reglamento, así se aprobó.
Se concluyó con la observación del doctor Crispiniano del Castillo, en el sentido de que el nuevo reglamento acabó con la distinción que había entre catedráticos, lo cual hacía presente para que se tomara en consideración y se evitaran situaciones embarazosas.
Claustro de Doctores del 26 de marzo de 1840
Presidido por el rector y con la asistencia de ocho doctores. Se aprobó la solicitud del presbítero Juan Nepomuceno Camarena, para que se le rebajaran los derechos para grados mayores. Se accedió a la petición del doctor Del Castillo para que los magistrados del Supremo Tribunal asistieran a los actos que sustentarían algunos de sus discípulos.
El 2 de junio, el gobernador del Departamento de Jalisco, Antonio Escobedo, expidió el decreto que establecía el Protomedicato o Junta Superior de Salud Pública, cuyas funciones deberían de desempeñar una sección de la Facultad de Medicina de la Universidad. 20
Claustro de Doctores del 5 de junio de 1840
Presidido por el rector y con la asistencia de diez doctores. Se dio por terminada la gracia del 6 de junio de 1836, por la cual se dispensaba cursar Filosofía Moral a los que pretendían ser admitidos al grado menor de Filosofía, ya que el estudio de dicha materia es incompatible con el actual plan de estudios.
Se dio lectura al reglamento de la Facultad de Medicina, se le adicionaron algunas propuestas y finalmente se aprobó.
Claustro de Doctores del 30 de julio de 1840
Presidido por el rector y con la asistencia de ocho doctores y dos catedráticos. Se trató sobre las obras de texto a seguir en todas las Facultades. Se aprobó que la Facultad de Teología fuera comisionada para nombrar orador en la función inaugural del ciclo escolar.
El 1° de agosto, a consulta del rector sobre si podía la Universidad hacer uso de los instrumentos del laboratorio de Física, del extinguido Instituto, la Junta Departamental dispuso que el instrumental continuara custodiado por el secretario de la Universidad, hasta que se establecieran las cátedras respectivas y se formara el gabinete de Física. 21
Claustro de Consiliarios del 3 de agosto de 1840
Presidido por el rector y con la asistencia de cinco doctores. Se recibió la comunicación del rector para ausentarse de la ciudad por motivos familiares, por lo cual se nombró vicerrector al doctor Juan José Román, como consiliario más antiguo.
El 26 de agosto, la Junta Departamental aprobó el Reglamento particular de la enseñanza médica, formado por el Claustro de acuerdo con los profesores de la Facultad. 22
Claustro de Consiliarios del 1° de octubre de 1840
Presidido por el vicerrector y con la asistencia de cuatro doctores. Se declaró vacante la cátedra de Patología y Clínica Interna, por el fallecimiento del doctor Ignacio Moreno.
Claustro de Doctores del 4 de noviembre de 1840
Presidido por el vicerrector y con la asistencia de doce doctores. Ante la enfermedad del secretario Antonio Alcocer, se nombró prosecretario al doctor Pablo Gutiérrez como doctor menos antiguo y que como tal, autorizara el edicto convocatorio a oposiciones para la provisión de la cátedra de Patología y Clínica Interna.
Se analizaron algunas cuestiones de procedimiento, que habían encontrado dificultades al entrar en discordancia las disposiciones de las *constituciones *y el reglamento, en cuanto a las funciones del secretario. Entre otros asuntos, se trató el oficio del rector por el cual comunicaba que no estaría al inicio de los cursos. Luego el doctor Pedro Espinosa como miembro de la comisión respectiva, expresó que el cabalario propuesto por el doctor Del Castillo, como autor elemental no obtuvo la aprobación debida. Y a propuesta del señor Portugal, se trató lo relativo a las misas que debían aplicarse por los doctores universitarios difuntos.
Claustro de Doctores del 6 de noviembre de 1840
Presidido por el vicerrector y con la asistencia de cinco doctores. Se declararon extinguidos los términos de los edictos convocatorios a la oposición a la cátedra de Patología y Clínica Interna; se presentaron como opositores los bachilleres Antonio López y Leonardo Oliva; se votó por admitir las solicitudes, acompañadas de los títulos de bachiller.
Claustro de Doctores del 17 de noviembre de 1840
Presidido por el vicerrector y con la asistencia de doce doctores y catedráticos. Se leyó una comunicación del rector fechada en Etzatlán el 18 de octubre, por la cual informaba que prolongaría su ausencia un mes más, por lo que se le amplió la licencia.
Se trató el asunto sobre qué catedrático debe ser considerado de Prima y, en consecuencia, con derecho a votar en las oposiciones de las cátedras. El señor Del Castillo propuso que fuera el más antiguo en el grado de doctor, lo cual se aprobó. El señor Van der Linden reclamó porque el Claustro estaba tomando su antigüedad no a partir de su expedición de su título por la Universidad de Bolonia en 1827, sino a partir de la lista nominal que envió la Junta Departamental.
El señor Covarrubias pidió que se retiraran del recinto los doctores Van der Linden, Gutiérrez y Portugal por ser asunto que les concernía en lo particular, entonces se pusieron a votación las propuestas:
- Se debía tomar como fecha de antigüedad de los citados doctores el 12 de octubre de 1839, y
- la antigüedad se consideraría al doctor Van der Linden por ser el primero en recibir el grado mayor y los demás le seguirían de acuerdo a su grado menor.
Se optó por la segunda propuesta y nuevamente se hicieron presentes los referidos doctores. Y finalmente se trató sobre la provisión de la cátedra vacante de la Facultad de Medicina y sobre quién debía tener el voto en lugar del regente, si el catedrático más antiguo o el doctor más antiguo, se resolvió por el primero.
Claustro de Doctores del 13 de noviembre de 1840
Presidido por el vicerrector y con la asistencia de doce doctores y catedráticos. Se discutió sobre quién debía de presidir el acto de oposición a la cátedra de Patología, ante la ausencia del obispo diocesano, si el catedrático de Leyes o el vicario general de la Diócesis, se decidió que este último. Se ordenó a los estudiantes de Medicina que no lo hubieran hecho, renovar matrícula, y a solicitud del bachiller Leonardo Oliva, se decidió rebajarle los derechos a la mitad para obtener los grados mayores.
Claustro de Doctores del 23 de noviembre de 1840
Presidido por el vicerrector y con la asistencia de once doctores. Se recibió el acta consultiva de la junta de votos, que propuso para la cátedra de Patología y Clínica Interna a los bachilleres Antonio López y Leonardo Oliva, se nombró por unanimidad al primero de ellos.
El señor Del Castillo informó que por insinuación del Muy Ilustre Claustro y para mantener la armonía del excelentísimo señor gobernador, había tenido una entrevista con él, en la cual le había hecho presentes las constituciones que tratan del vicepatronato. Y a pesar de haber quedado conforme su excelencia con las atribuciones del Claustro en particular, sin embargo estimaba conveniente comunicarle por oficio el nombramiento del nuevo catedrático, así se aprobó.
Se trató enseguida de una circular del ministro del Interior del 27 de octubre, relativa a los autores que deben cursarse en la enseñanza de la Jurisprudencia. El señor Del Castillo propuso que se integrara una comisión por los juristas, para estudiar el asunto, lo cual también se aprobó y se nombró para dicha comisión a los señores Sánchez, García y al mismo Del Castillo.
Claustro de Doctores del 4 de enero de 1841
Presidido por el rector y con la asistencia del cancelario Ignacio García Castellanos y nueve doctores. Habiendo recibido puntos de examen el bachiller Leonardo Oliva para sustentar examen en Medicina, el cual según las constituciones deberían replicar los tres doctores de la Facultad menos antiguos y un filósofo, y dado que no había quien desempeñara esta réplica, se acordó que la hiciera el bachiller José Antonio López. El cancelario consultó sobre qué se haría si faltara alguno de los replicantes, puesto que no había a quien nombrar ya que el doctor Portugal se encontraba enfermo; se le facultó para nombrar a un profesor de Medicina.
El rector llamó la atención sobre la excesiva carga de trabajo de los doctores filósofos para presidir los grados en Artes, por lo que pidió que se facultara para presidirlos a los doctores en Medicina; se aprobó la propuesta con dos votos en contra. El doctor Van der Linden propuso que los catedráticos de todas las Facultades presidieran por turno los actos de grados de Filosofía, también se aprobó con dos votos en contra. Y finalmente el señor Del Castillo informó que aún no había concluido el proyecto de diseño de diplomas.
Claustro de Doctores del 22 de enero de 1841
Presidido por el rector y con la asistencia de nueve doctores. Se dio cuenta del nombramiento del señor Ignacio García Castellanos como canónigo maestrescuelas de la Catedral, por lo que de acuerdo con las constituciones se le dio posesión del oficio de cancelario, el siguiente día 24 a las diez de la mañana.
Decreto de reapertura del Colegio de San Juan Bautista (1841)
El 27 de enero, la Junta Departamental decretó la reapertura del Colegio de San Juan Bautista para atender los ramos de instrucción primaria y secundaria. Tocante a esta última, se impartirían las cátedras de Gramática Latina y Retórica, Lógica, Metafísica y Filosofía Moral, y de Matemáticas puras y mixtas.23 Sin embargo no se ejecutó de inmediato el decreto.
Claustro de Doctores del 17 de marzo de 1841
Presidido por el rector y con la asistencia de nueve doctores. Por nueve votos se negó la solicitud del señor Joaquín Martínez para que se le dispensaran los cursos de Medicina y Cirugía, y así poder presentar examen de profesor.
Se aprobó por ocho a dos votos, que los catedráticos quedaran dispensados de asistir a los funerales, honras y aniversarios de los doctores, cuando se dieran en días festivos. Se derogó el acuerdo del 30 de octubre de 1834, en el cual se disponía que no era obligatorio certificar el compromiso de misas por los doctores difuntos. Y se leyó el proyecto del reglamento para exámenes de los estudiantes de la Academia Teórico-Práctica de Jurisprudencia, presentado por su presidente el doctor Crispiniano del Castillo. Se integró una comisión revisora del mismo, con los señores José Domingo Sánchez y José Manuel Ramírez.
Claustro de Doctores del 22 de abril de 1841
Presidido por el rector y con la asistencia de ocho doctores. Se aprobó el reglamento de exámenes de los estudiantes de la Academia Teórico-Práctica de Juris-
prudencia.
Luego el rector dio a conocer una comunicación del secretario del Supremo Gobierno y otra de la Junta Departamental, participándole que la Junta determinó que los cursantes que estaban atravesando matrícula al tiempo de expedir el reglamento, no están comprendido en términos del artículo 6º del citado reglamento.
Ese mismo día se reunió nuevamente el Claustro bajo la misma presidencia y con la asistencia de un doctor más. Se negó la solicitud del catedrático Plutarco García Diego para prorrogar por un año más el término para recibir el grado de licenciado. Se acordó que el nuevo término sería sólo por seis meses.
Claustro de Doctores del 11 de mayo de 1841
Presidido por el rector y con la asistencia de once doctores. Se dio a conocer un acuerdo de la Junta Departamental, sobre el mejor desempeño de las cátedras, con la proposición de que se observara y si hubiera algo que representar, que se hiciera. Se nombró a los señores Mariano Guerra, Francisco de Paula Verea y José María Cano para que examinen el acuerdo.
Luego se dio a conocer una solicitud del catedrático José Antonio López, para suplir las cantidades que deben pagarse por los grados mayores por su sueldo de catedrático, lo cual se aprobó.
Claustro de Doctores del 18 de mayo de 1841
Presidido por el rector y con la asistencia de once doctores. Se dio a conocer el dictamen de la comisión que estudió el acuerdo de la Junta Departamental, en el cual se recomienda que se guarden, cumplan y ejecuten las disposiciones sin pérdida de tiempo –las cuales no se especifican en el acta–, así se aprobó.
Claustro de Doctores del 26 de mayo de 1841
Presidido por el rector y con la asistencia de nueve doctores. Se nombraron catedráticos sustitutos por Teología a Juan Gutiérrez y Candelario Aristoarena; por Jurisprudencia a Urbano Tovar; y por Medicina a Leonardo Oliva e Ildefonso Lazo. El doctor Pablo Gutiérrez expresó que no habiendo para los exámenes de los cursantes de quinto año más que los catedráticos, propuso que también votara el regente de la Facultad, lo cual se aprobó.
Claustro de Doctores del 11 de junio de 1841
Presidido por el rector y con la asistencia de nueve doctores. Se presentaron y aprobaron los diseños de los diplomas, en cuanto a los de Farmacia serían en idioma vulgar y los demás en latín. Se le dio licencia para ausentarse de su cátedra por 40 días, al catedrático de Farmacia, Joaquín Martínez.
Claustro de Doctores del 5 de julio de 1841
Presidido por el rector y con la asistencia de nueve doctores. Se dio cuenta de un oficio de la Suprema Junta de Gobierno, por el cual aprobaba el reglamento para los exámenes de los estudiantes de Jurisprudencia. Se aprobaron los diplomas de doctor, catedrático, licenciado, profesor, practicante y bachiller. El rector informó que los sellos de la Universidad ya estaban aprobados por la Junta Departamental. Se trató sobre las faltas a clases de los catedráticos y se acordó consultar con la Junta Departamental.
Claustro de Doctores del 10 de julio de 1841
Ante la ausencia del rector por enfermedad, presidió el doctor Ignacio Pérez. Se dio cuenta de un oficio del doctor Pedro Van der Linden, en el cual explicaba por qué no se pudo regresar de la capital del país, excediéndose en su licencia, se le justificó y haciéndose presente en el Claustro, se le dio a conocer la resolución.
Claustro de Doctores del 14 de julio de 1841
Presidido por el doctor Salvador Apodaca y con la asistencia de nueve doctores. Se dio a conocer una comunicación del cancelario al rector, por la cual le hacía saber que habiendo solicitado examen secreto el bachiller José Antonio López, teme que dado lo reducido del número de doctores de la Facultad de Medicina, no hubiera suficientes para replicar, dado que los señores Cano y Portugal se encontraban enfermos, por lo que se resolvió habilitar al licenciado Leonardo Oliva y al profesor Fernando Serrano para que examinen, voten y perciban propinas. Y también se facultó al cancelario para que nombrara a uno o dos catedráticos para replicar.
Claustro de Consiliarios del 18 de agosto de 1841
Presidido por el rector y con la asistencia de seis doctores. El rector manifestó que tenía necesidad de ausentarse de la ciudad durante dos meses, en virtud de lo cual se nombró vicerrector al doctor Juan José Román quien se excusó por enfermedad, se nombró en consecuencia al doctor Salvador Apodaca.
Claustro de Doctores del 21 de octubre de 1841
Presidido por el rector y con la asistencia de nueve doctores. El señor Crispiniano del Castillo solicitó prorrogar su licencia por estar desempeñándose como auditor de guerra, lo cual se le concedió. Se acordó felicitar al licenciado Crispiniano del Castillo por haber sido designado ministro de Justicia e Instrucción Pública. También se le dio licencia al doctor Pedro Van der Linden por estar en ejercicio de funciones de gobierno.
Se le prorrogó el término para graduarse al catedrático Plutarco García Diego por seis meses más, ya que estaba atendiendo varios expedientes de deudores de la Universidad, y se le concedió la sustitución al señor Urbano Tovar, de la Academia de Jurisprudencia Teórico-Práctica.
Claustro de Doctores del 3 de noviembre de 1841
Presidido por el rector y con la asistencia de ocho doctores. Se dio cuenta de un oficio del Supremo Gobierno dirigido al rector, transmitiéndole una circular del ministro de Justicia e Instrucción Pública, con el objeto de que propusiera un plan general de estudios para toda la república y pudiendo recabar para la perfección de sus trabajos algunos informes, noticias o documentos que crea convenientes sobre este ramo, por lo que dispuso el presidente provisional de la república Antonio López de Santa Anna, que el gobernador se sirviera librar las órdenes correspondientes para que se rindieran los informes. El Claustro, por ocho votos a favor y uno en contra, decidió que se enviaran sólo los documentos que hubiera sobre enseñanza. Y se aprobó licencia al catedrático de Farmacia, Joaquín Martínez.
Claustro de Consiliarios del 6 de noviembre de 1841
Presidido por el rector y con la asistencia de seis doctores. Para celebrar el primer escrutinio de la elección rectoral. El rector comunicó que recibió una nota del excelentísimo señor ministro de Justicia e Instrucción Pública, Crispiniano del Castillo, del 30 de octubre último, comunicándole que el excelentísimo señor presidente provisional de la república dispuso que la elección del rector de la Universidad, desde ese momento y en lo sucesivo, se hiciera libremente en el Claustro Pleno, sin atender a la tradición y a las disposiciones vigentes, por lo que se acordó comunicar la anterior orden al Claustro Pleno.
Claustro de Doctores del 8 de noviembre de 1841
Presidido por el rector y con la asistencia de 17 doctores. El rector informó que dos horas antes de reunirse el Claustro de Consiliarios el día 6 de los corrientes, con el objeto de celebrar el primer escrutinio de la elección rectoral, recibió la comunicación del ministro de Justicia e Instrucción Pública del 30 de octubre, en la que se disponía que el nombramiento del rector se hiciera por el Claustro Pleno. Luego se leyó la comunicación y se procedió a celebrar el primer escrutinio, resultado: tres votos para el rector vigente, nueve para el doctor Francisco Espinosa, dos para el doctor Ignacio Negrete y uno para los doctores Francisco Martínez, José Ignacio Pérez, Pedro Espinosa y José María Cano, respectivamente.
En la segunda votación se obtuvo: un voto para el rector actual, seis para el doctor Negrete, cuatro para el doctor Pedro Espinosa, dos para el doctor Domingo Cumplido y uno para cada uno de los doctores Pérez, Gutiérrez y Cano. Y en la última votación recibieron: cinco votos el doctor Pedro Espinosa, cuatro el doctor Cano, dos el doctor Salvador Apodaca y el doctor Ramírez, y uno respectivamente los doctores Pérez, Vélez, Portugal y Orozco.
Se presentó duda sobre si el Claustro de Consiliarios habría de elegir a sus miembros o el de Doctores, lo cual quedó pendiente. Y se concluyó con la lectura del oficio del ministro de Justicia e Instrucción Pública, en el cual agradeció la felicitación del Claustro, por su designación como tal.
Claustro de Doctores del 9 de noviembre de 1841
Presidido por el rector y con la asistencia de trece doctores. Para celebrar el segundo escrutinio de la elección rectoral. En la primera votación el doctor Francisco Espinosa obtuvo nueve votos, el doctor Negrete, dos, y los doctores Ramírez, Arroyo y Cano, uno cada uno. Entonces quedó propuesto en primer lugar el doctor Francisco Espinosa.
En la segunda votación el doctor Negrete recibió ocho votos, los doctores Pedro Espinosa y Arroyo, dos, y los doctores Vélez y Cano uno, quedó propuesto en segundo lugar el doctor Negrete. En la tercera votación los doctores Pedro Espinosa y Ramírez recibieron cinco votos cada uno, el doctor Arroyo tres y los doctores Camacho, Vélez, Cano, Gazcón, Apodaca y Pérez, uno, quedó propuesto para el tercer lugar el doctor Pedro Espinosa.
Enseguida se hizo la siguiente propuesta: “El Claustro de Consiliarios continuará eligiendo a sus sucesores”. La cual fue aceptada por todos a excepción del doctor Vivar, quien objetó:
- Que siendo la mente del legislador variar la elección del rector, que todos los estatutos y constituciones particulares de los establecimientos literarios, guarden la posible concordancia y analogía con los principios liberales de nuestro sistema político. Conforme a éstos, deben hacerse las elecciones en la Universidad por el Claustro Pleno, así como las de la nación las hace el pueblo.
- Que aunque la suprema disposición no dice expresamente que se haga la elección de los consiliarios por el Claustro Pleno, debería entenderse así, atendiendo al principio de que quitado lo principal se quita lo accesorio. Y finalmente, que no le parecía decoroso para el Claustro Pleno que suspendiera sus actos, para darle su lugar a un Claustro inferior.
Y por último el doctor Francisco Espinosa propuso que se derogara la constitución sobre el juramento de obediencia al rector y que sólo se le reconociera por todos, lo cual no se aceptó.
Claustro de Doctores del 10 de noviembre de 1841
Presidido por el rector y con la asistencia de dieciséis doctores. Reunidos en la Capilla de Nuestra Señora de Loreto y previa la celebración de la misa del Espíritu Santo, se tuvo la elección rectoral; se sufragó por orden de antigüedad y por medio de cédulas, y la votación resultó así: trece votos por el doctor Francisco Espinosa y uno por cada uno de los doctores Pedro Espinosa, Ignacio Negrete, José María Cano y Luis Portugal. Se proclamó electo al primero de ellos, quien una vez aceptado el cargo, prestó juramento en manos de su predecesor, quien le cedió su lugar.
El mismo día se reunió el Claustro de Consiliarios, el cual eligió como a sus nuevos miembros a los doctores Pedro Espinosa y José María Orozco, por Teología; Francisco de Paula Verea, por Leyes; fray Miguel Díaz de Vivar, como religioso; Luis Portugal, por Medicina; y Leonardo Oliva, dado que los graduados en Artes se encontraban enfermos.
Claustro de Consiliarios del 11 de noviembre de 1841
Presidido por el rector y con la asistencia de seis doctores. Se procedió al juramento de los cursantes y luego el rector los exhortó al debido respeto a las autoridades, al cumplimiento de los estatutos, a la buena moral y a la aplicación en los estudios. Enseguida se recibió el juramento del doctor Juan María Vélez y se nombraron regentes a los doctores fray Francisco Negrete por Teología, Ignacio Negrete por Jurisprudencia y Pablo Gutiérrez por Medicina.
Claustro de Doctores del 15 de noviembre de 1841
Presidido por el rector y con la asistencia de catorce doctores y un licenciado. Se procedió al juramento al rector, hecho a nombre del Claustro por el doctor Ignacio Negrete y por los oficiales y dependientes universitarios, el secretario. Tras retirarse los oficiales, dependientes y el licenciado López, se procedió a la elección de los catedráticos sustitutos y diputados de Hacienda. Y por último, el señor Juan Nepomuceno Camarena informó no haber fallado en su gestión de secretario, por lo que pidió aumento de sueldo, al igual que los bedeles, a los que se les habían quitado las propinas por los grados de bachilleres, lo cual se aprobó como se solicitó.
Claustro de Consiliarios del 7 de diciembre de 1841
Presidido por el rector y con la asistencia de cinco doctores. Pidió licencia para ausentarse de la ciudad el rector, por lo que se nombró vicerrector al doctor Pedro Espinosa, como consiliario más antiguo, prestando juramento el siguiente día 9.
Luego propuso el rector que se hiciera una representación al Supremo Gobierno, sobre que se le pagaran a la Universidad los réditos del capital de 1,000 pesos que le reconoce la Hacienda pública, y que se le aseguraran con hipoteca especial del ramo del tabaco, así se acordó. Y se finalizó con el rechazo de la renuncia del doctor Francisco de Paula Verea como consiliario.
Claustro de Doctores del 17 de enero de 1842
Presidido por el rector y con la asistencia de diez doctores. Se revisaron las cuentas de los dos rectorados precedentes, ante algunas irregularidades como la omisión de partidas de gastos, nuevamente regresaron a la comisión. Se aprobó que las deudas pendientes a favor de la Universidad pasaran al licenciado Plutarco García Diego, quien las cobraría por vía judicial. Y se concluyó ampliando el término de la licencia del catedrático de Farmacia Joaquín Martínez.
El 25 de enero, la Junta Departamental dispuso que cualquier individuo podría asistir como espectador a las cátedras universitarias, sin más obligación que observar las reglas de urbanidad y decencia. 24
Claustro de Doctores del 31 de marzo de 1842
Presidido por el rector y con la asistencia del cancelario y once doctores. Se aprobaron las cuentas de la gestión rectoral del doctor Juan Nepomuceno Camacho, dándosele las gracias por el exacto desempeño de su cargo. Se leyó luego la contestación del exrector Pedro Ocampo, respecto de la partida de 800 pesos que se gastaron en la secretaría y el escritorio, se aprobó la citada partida por nueve votos a favor contra cuatro.
Enseguida se presentó un oficio del ministro de Justicia e Instrucción Pública, acompañado de una solicitud hecha al presidente de la república por la cual el licenciado Plutarco García Diego pidió que se le concedieran dos años para recibir los grados mayores, se comisionó a los doctores Gazcón y Gutiérrez para estudiar la solicitud.
Claustro de Doctores
Claustro de Doctores del 21 de abril de 1842
Presidido por el rector y con la asistencia de nueve doctores. Se concedió la ampliación del término, para recibir los grados mayores al licenciado Plutarco García Diego. Enseguida el señor Del Castillo –quien se había reintegrado al Claustro– pidió la reforma a las constituciones, en lo relativo a la recepción de grados mayores en la Facultad de Jurisprudencia; el doctor Pedro Espinosa pidió ampliarla a todas las Facultades. Se acordó tratar el asunto en una sesión posterior.
Claustro de Consiliarios del 12 de mayo de 1842
Presidido por el rector y con la asistencia de cuatro doctores. Se recibió el juramento del señor Juan Nepomuceno Camarena como consiliario. Se trató lo relativo a la solicitud de un estudiante proveniente del establecimiento Literario de Morelia, para cursar las prácticas de medicina; se acordó exigirle los documentos debidos.
En tanto se habían derogado las “Siete Leyes” y el 31 de mayo se efectuaron elecciones en Jalisco, para la integración de un nuevo Congreso Nacional Constituyente.
Claustro de Doctores del 4 de julio de 1842
Presidido por el rector y con la asistencia de nueve doctores y el catedrático de Farmacia. Se concedió licencia por dos meses para ausentarse de la ciudad al catedrático Luis de Portugal. Se aprobaron enseguida los nuevos libros de texto de las cátedras. Y finalmente se aprobaron las cuentas del rectorado del doctor Pedro Ocampo, aunque con objeciones sobre los 800 pesos de gastos de escritorio.
Claustro de Doctores del 28 de octubre de 1842 25
Presidido por el rector y con la asistencia de ocho doctores. Ante la solicitud del reverendo padre Félix Rosa Ángel, para que se le concediera la gracia de rebajarle a la mitad de los derechos de los grados mayores, se acordó no acceder, por tener dos votos en contra y dado que la constitución 43 prevenía que en los asuntos de gracia, con la contradicción de un sólo voto, no tendría efecto lo resuelto.
Claustro de Consiliarios del 28 de noviembre de 1842
Presidido por el rector y con la asistencia de cinco doctores. El rector solicitó licencia para ausentarse por quince días. Se le admitió el grado de bachiller en Filosofía, al señor José María Méndez, que cursó Filosofía y Matemáticas en Morelia. Se recibió la solicitud de jubilación del doctor José María Cano a la cátedra de Medicina, por lo que se integró por los doctores Ignacio Negrete y José Manuel Ramírez una comisión para el estudio de la misma.
Luego se acordó a moción del rector, variar la fórmula de juramento para los grados de bachiller, la cual quedó de la siguiente forma: “Autoritate quia funger in hac porte concedo tibi gradum baccalauretur, et do tibi licentiam tu posis cathedram ascendere, et uti frui et gaudere omnibus privilegiis, quibus gaudent, simili gradu condecorati in hac universitate in nomine patri”. 26
El 30 de noviembre, el gobernador de Jalisco Mariano Paredes y Arrillaga dio a conocer el informe que le rindió por su encargo el prior del Convento del Carmen de la ciudad, fray Manuel de San Juan Crisóstomo, sobre la situación y la propuesta de reestructuración del Colegio de San Juan Bautista. 27
Claustro de Consiliarios del 5 de diciembre de 1842
Presidido por el rector y con la asistencia de cinco doctores. Se recibió la nota del ministro de Justicia e Instrucción Pública, acompañando la solicitud del catedrático licenciado Antonio López para que se le prorrogara el término que conceden las constituciones, con el fin de que reciba la borla doctoral por hallarse enfermo; se pasó el asunto al regente de la Facultad de Medicina, para que emitiera su opinión.
Se suspendió la resolución de la jubilación del doctor José María Cano, porque el interesado la había retirado y se admitió la solicitud del bachiller José Padilla, para presentar nuevo examen, ya que había reprobado en el anterior.
Claustro de Doctores del 14 de marzo de 1843
Presidido por el rector y con la asistencia de quince doctores. Con motivo de la enfermedad del obispo de Valladolid, Juan Cayetano Gómez y Portugal, el doctor Luis de Portugal solicitó prorrogar su licencia para estar ausente de la ciudad.
Se discutió sobre el orden que había de observarse para replicar en los exámenes secretos de Filosofía, se acordó que había de hacerse conforme a la antigüedad del grado en el respectivo Claustro, sin distinción de Facultad. Se aprobó que las réplicas en los exámenes de noche triste fueran en latín, y se facultó al cancelario para en caso de que no hubiera ningún doctor que arguyera en los exámenes secretos, nombrara a algunos para completar el número necesario.
El 15 de marzo, el gobernador del Departamento, José María Jarero, decretó la ejecución de la reapertura del Colegio de San Juan Bautista, y declaró catedráticos beneméritos al deán de la Catedral Domingo Sánchez Reza, al canónigo José Luis Verdía, a fray Francisco Martínez, al doctor Pedro Van der Linden, a Nicolás Banda y por supuesto a fray Manuel de San Juan de Crisóstomo, 28 insigne promotor de la institución.
Claustro de Doctores del 30 de mayo de 1843
Presidido por el rector y con la asistencia de once doctores. Siendo la primera sesión a la que asistían los señores Romero y López, prestaron juramento. Se dio cuenta de un oficio del ministro de Justicia e Instrucción Pública Pedro Vélez, acompañado de una orden del presidente de la república, con la solicitud del reverendo padre licenciado Félix Rosa Ángel para que el Supremo Gobierno le concediera obtener en esta Universidad la cátedra de Vísperas de Teología, en los mismos términos en que se obtuvieron las de Jurisprudencia Teórico-Práctica y las de Medicina por los señores Del Castillo, Van der Linden, Portugal, Gutiérrez y Moreno, es decir sin examen de oposición, sin examen para los grados mayores y sin pago de derechos.
Vistas ambas cuestiones, así como el decreto del ministro del Interior, se acordó informar al ministro para que se sirviera hacerlo al presidente de la república, que la cátedra de Vísperas de Teología no estaba suprimida sino suspendida por no ser en este momento necesaria, pues había cuatro catedráticos que no sólo daban el curso completo de la Facultad, sino además los de Sagrada Escritura e Historia Eclesiástica, que dicha cátedra debía obtenerse según las constituciones. Además que el servir la cátedra por cuatro años era muy poco tiempo para obtener los grados mayores, pues en las provincias regulares se hacía por veinte años. También, por las circunstancias de la época, no se podían comparar con las que movieron a la Junta Departamental para incorporar a los citados doctores, ya que era de absoluta necesidad; en conclusión, la solicitud no sólo no estaba acreditada, sino que tenía en contra muchos testimonios por la medianía que manifestó el solicitante en sus funciones, para otorgarle los grados de Filosofía y también en algunos sermones que había predicado, en los que comprobaba no tener bastantes conocimientos, que sus méritos en la carrera literaria eran desconocidos y que no tenía aptitud necesaria para el desempeño de la cátedra, suplicando al ministro que se dignara poner todo esto en conocimiento del presidente de la república, con el fin de que no accediera a la petición del solicitante, ya que se afectaría muy inmediatamente a la opinión del establecimiento.
En junio se puso en vigor una nueva Constitución centralista que se denominó Bases de Organización Política de la República Mexicana, o mejor conocida como de Las Bases Orgánicas.
Solemne reinauguración del Colegio de San Juan Bautista (1843)
El 22 de octubre se verificó la solemne reinauguración de los cursos del Colegio de San Juan Bautista, en la cual pronunció el discurso de apertura fray Manuel de San Juan Crisóstomo Nájera, quien definió como objetivos de la institución:
El llenar el hueco que había en la educación secundaria en nuestro Departamento, el formar un sistema que amalgamando los antiguos y nuevos elementos que tenemos, diera por resultado una dotación, digamos así, se hallase la juventud en aptitud de enriquecer su entendimiento con los principios de todas las facultades, que son los troncos de donde nacen los vástagos particulares de las ciencias, perfeccionar el entendimiento y rectificar el corazón de la juventud con el conocimiento de la verdad y su amor, presentándosela como el bien único digno del hombre. 29
Y enseguida hizo un elocuente elogio de la formación humanística, científica y artística.
Claustro de Consiliarios del 24 de octubre de 1843
Presidido por el rector y con la asistencia de cinco doctores. Con motivo del nuevo Plan General de Estudios, decretado por el presidente de la república Antonio López de Santa Anna y que abroga el de 1835, el rector comunicó que elevó al Supremo Gobierno del Departamento de Jalisco una consulta el 9 de septiembre y como no obtuvo respuesta hasta el 7 de octubre, se dirigió al excelentísimo gobernador José Antonio Mozo acompañándole copia del documento de consulta, diciéndole que deseaba que le expresara si debía continuar en el estado en que hasta entonces se hallaba la Universidad, esperando contestación del Supremo Gobierno, o debería actuar de otra manera, que en respuesta a esta comunicación dejó el gobernador que se conformaba con lo que le consultó a la Junta Departamental, que no había inconveniente en que se abrieran los cursos el 18 de octubre hasta que se resolvieran las dudas, por lo que así abrieron las cátedras.
Que el 21 de los corrientes recibió contestación del Supremo Gobierno diciendo que en virtud de las dudas que han ocurrido en este establecimiento literario, ha tenido a bien acordar el excelentísimo señor presidente de la república que esta Universidad continúe en los términos que existe, supuesto que las cátedras que desempeña no las hay en el colegio de la capital de la república.
Luego consultó el rector al claustro, si la contestación se refería a todo el plan de estudios o sólo a las dudas que planteó y la respuesta fue que sólo a sus dudas. Por último se acordó lo referente a la reforma de los títulos de bachiller, se comisionó para ello al doctor Pedro Espinosa.
Claustro de Doctores del 6 de noviembre de 1843
Presidido por el rector y con la asistencia de catorce doctores. Reunidos para celebrar el primer escrutinio de la elección rectoral. El rector inició refiriéndose a la comunicación del ministro de Justicia e Instrucción Pública del 30 de noviembre de 1841, por la cual era atribución del Claustro Pleno la elección rectoral, y al acuerdo de la última elección referente a que los escrutinios se hicieran formando una terna mediante votación secreta, para los primeros lugares, sin que ésta privara de la libertad a los electores el día de la elección, para sufragar por quien lo creyeran más conveniente.
Se procedió a elegir el primer lugar, quedó el rector vigente con cinco votos, mientras los señores Domingo Cumplido, Negrete y Pedro Espinosa obtuvieron dos y los doctores Camacho, Ramírez y Cano, uno cada uno. En la segunda votación obtuvieron los señores Pedro Espinosa cuatro, Negrete, Camacho y Ramírez uno, quedando para el segundo el primero de ellos. Y en la tercera votación el señor Negrete obtuvo cinco votos y los señores Cumplido, Ramírez y Orozco obtuvieron dos, y los señores Pedro Espinosa, Ocampo y Camacho resultaron con uno, quedó para el tercer lugar el doctor Negrete.
Claustro de Doctores del 7 de noviembre de 1843
Presidido por el rector y con la asistencia de diez doctores. A moción del señor Portugal el rector informó sobre el estado actual de la Universidad. Y luego se procedió al segundo escrutinio, quedó la terna integrada: para el primer lugar el doctor Pedro Espinosa, para el segundo el doctor Domingo Cumplido y para el tercero el doctor Lázaro Negrete.
Claustro de Doctores del 10 de noviembre de 1843
Presidido por el rector y con la asistencia de doce doctores. Reunidos en la Capilla de Nuestra Señora de Loreto para asistir a la misa del Espíritu Santo, y celebrar la elección rectoral y habiendo votado previo juramento, y computados los votos por el mismo rector, resultaron: diez para el doctor José Manuel Ramírez, uno para el rector vigente, otro para el doctor Domingo Cumplido y uno más para el doctor Pedro Espinosa, quedó canónicamente electo el primero de ellos, quien prestó juramento de estatuto en manos de su predecesor, tomando enseguida posesión de su asiento.
Ese mismo día se reunió el Claustro de Consiliarios para la elección de sus nuevos miembros, resultando electos por Teología los doctores Francisco Martínez, Fernando Díaz y Mariano Guerra; por Cánones, los doctores Ignacio Negrete y Francisco Murillo; por Leyes, el doctor Crispiniano del Castillo; por Medicina, el doctor José María Cano; y por Filosofía, el doctor Domingo Cumplido.
Claustro de Consiliarios del 13 de noviembre de 1843
Presidido por el rector y con la asistencia de siete doctores. Se procedió al juramento de los cursantes, a quienes el rector les dirigió una exhortación por la superación. Por estar dos consiliarios enfermos y tres habían presentado su renuncia, se eligió viceconsiliario al doctor Juan María Vélez. Luego se eligieron consiliarios por Cánones al mismo doctor Juan María Vélez y Juan Nepomuceno Camarena; y por Filosofía al doctor Antonio Pacheco Leal. Y se concluyó con el nombramiento de regentes: por Teología, al doctor Juan Nepomuceno Camacho; por Jurisprudencia, al doctor Juan María Vélez; y por Medicina, al doctor Luis de Portugal.
Claustro de Doctores del 14 de noviembre de 1843
Presidido por el rector y con la asistencia de doce doctores. Se procedió al juramento de los miembros del Claustro, el cual fue hecho a nombre de todos por el doctor Francisco Espinosa y por los oficiales y dependientes universitarios el capellán Benigno Herce. Enseguida el rector pronunció un discurso de agradecimiento por su elección. Luego se eligieron catedráticos sustitutos y diputados de Hacienda, y se concluyó con el llamado de atención sobre algunas faltas a los bedeles.
Claustro de Consiliarios del 14 de diciembre de 1843
Presidido por el rector y con la asistencia de cuatro doctores. Se admitió la renuncia como regente del doctor Luis de Portugal, se nombró para sustituirlo al doctor José María Cano, de quien se autorizó su jubilación como catedrático. Se recibió oficio del Supremo Gobierno, por el cual autoriza que se le expida título de bachiller en Derecho Civil al señor Ramón Luna, así se acordó.
Claustro de Doctores del 10 de abril de 1844
Presidido por el rector y con la asistencia de nueve doctores. Se revisaron y aprobaron las cuentas de la gestión rectoral del doctor Francisco Espinosa. Ante el fallecimiento del señor Juan Nepomuceno Calvillo, se acordó que el rector nombrara interinamente al sustituto de Medicina, mientras se reunía el claustro de Medicina.
Claustro de Doctores del 19 de mayo de 1844
Presidido por el rector y con la asistencia de diez doctores. Para presentar iniciativas a las reformas convenientes al plan de estudios, y sobre las dispensas que suele dar el Supremo Gobierno. El señor Del Castillo hizo la siguiente propuesta: pidió al Claustro que se nombrara una comisión que informara sobre los puntos a tratar en la sesión, lo anterior así se acordó, por siete votos contra cuatro, y se nombró finalmente catedrático sustituto al señor Eufemio Alonso.
Claustro de Doctores del 29 de julio de 1844
Presidido por el rector y con la asistencia de nueve doctores. Se dio a conocer el informe de la comisión:
- Elevar una respetuosa exposición a la Junta Departamental, solicitando fondos para la Universidad.
- Indicar que uno de los arbitrios que podría adoptar sería gravar todos los fondos municipales del Departamento con 5% de sus ingresos.
- Aumentar las dotaciones de los catedráticos, en proporción al aumento que se consiga de las rentas.
- Se aprobaron las anteriores propuestas, por unanimidad de votos.
Luego se dio cuenta de un oficio del Supremo Gobierno, insertando otro del Ministerio de Justicia e Instrucción Pública, y acompañando una comunicación dirigida al mismo Ministerio por la Junta Directora General de Estudios y un impreso relativo al mal estado en que se suponía se encontraba la Universidad, con el fin de que el señor rector se sirviera informar al respecto. Para cumplimentar la orden se nombró una comisión que integraron los doctores Francisco Espinosa y Fernando Díaz.
Se vio otro oficio del Supremo Gobierno, insertando una comisión de la Asamblea Departamental, que contenía las medidas consultadas relativas al Hospital de San Miguel de Belén, siendo una de ellas que se excite al Claustro para que tomando en consideración el número de faltas de los catedráticos de Clínica, que pone en claro el informe del Protomedicato, obre según sus facultades. Por estar afectados por el asunto se retiraron de la sala los doctores Van der Linden y López. El señor rector expresó que el administrador del Hospital debería pasar una nota de las faltas de los catedráticos y como no la ha pasado no estaba al tanto. El doctor Pedro Espinosa propuso que se pidiera al Supremo Gobierno el informe del Protomedicato, al administrador del Hospital el informe de las faltas de los catedráticos, e igualmente que informe el regente de Medicina y que con los tres informes se diera cuenta al Claustro, así se aprobó.
Claustro de Doctores del 12 de agosto de 1844
Presidido por el rector y con la asistencia de doce doctores. Se dio cuenta del informe de la comisión sobre el estado que guarda la Universidad, el cual se aprobó y se le dieron las gracias a los que lo elaboraron. Se acordó hacer una representación al Supremo Gobierno sobre lo que se debe a los fondos universitarios por réditos al capital que la Hacienda pública le reconoce.
Se leyó luego un oficio del Supremo Gobierno sobre las vacaciones, solicitando que fueran del 19 de noviembre al 31 de diciembre; se acordó contestar que no se podía cumplir esa orden en el año en curso porque la mayor parte de los estudiantes ya se había ido.
Habiéndose retirado el doctor Van der Linden, se vio otro oficio del Supremo Gobierno acompañando una copia certificada del informe del Protomedicato sobre el Hospital de San Miguel de Belén, y una comunicación del administrador del mismo. Vistos los anteriores documentos, se hizo la siguiente proposición: que el rector levantara una información de las asistencias de los catedráticos de Clínica Interna y Externa, lo cual se aprobó, por ocho votos contra cuatro.
Claustro de Consiliarios del 17 de agosto de 1844
Presidido por el rector y con la asistencia de cinco doctores. Se dio licencia para vacaciones a los señores Díaz y Camarena. El rector dio a conocer una disposición de la secretaría de la Junta General de Estudios, ordenando que las vacaciones serían del 19 de noviembre al 2 de enero, a lo cual el Claustro Pleno respondió que estando ya los cursantes en vacaciones no era posible acceder al cambio, además se daban varios inconvenientes especialmente en la cátedra de Anatomía, porque se perdería el tiempo más apropiado para las disecciones anatómicas, que por el clima no podían verificarse sin grave peligro para los estudiantes, sino hasta febrero, así se acordó contestar el oficio.
La Universidad se debatió por esos meses entre las asonadas y los pronunciamientos militares, entrando en franca decadencia: “De admirar es que haya podido subsistir desafiando a tantos elementos contrarios, que constantemente tramaron contra su existencia”. 30
En agosto de 1844, el presidente de la república Antonio López de Santa Anna, impuso a Jalisco una contribución extraordinaria por 150,000 pesos, provocando enorme malestar, el cual sería capitalizado por el general Mariano Paredes Arrillaga. Y a finales de año, las tropas gobiernistas fueron rumbo a Guadalajara a someter a los rebeldes.
El 21 de enero de 1845 se celebró en la Catedral una solemne acción de gracias por el triunfo del movimiento que encabezaba el general Mariano Paredes Arrillaga, el cual había culminado con la prisión del presidente Antonio López de Santa Anna.
Claustro de Doctores del 18 de febrero de 1845
Presidido por el rector y con la asistencia de nueve doctores. Se recibió oficio del Supremo Gobierno, insertando una comunicación del ministro de Justicia e Instrucción Pública, Mariano Riva Palacio, para que se acordaran las vacaciones del 15 de noviembre al 31 de diciembre.
También se recibió otro oficio de la secretaría de la Junta Directora General de Estudios, disponiendo que las matrículas se asentaran en la secretaría de la Junta Subdirectora, o ante la persona que esta corporación designara, las cuales sólo se podían asentar del 2 al 15 de enero. Y un tercer oficio de la misma secretaría, en que se comunicó que el Supremo Gobierno dispuso que no se cobrara nada por las matrículas. Ante los oficios anteriores se acordó hacer constar, exponiendo las dificultades que había para observar en este establecimiento, las anteriores disposiciones. Y por último, se vio un oficio más del Supremo Gobierno, por el cual se levantaba la suspensión a los catedráticos Antonio López y Pedro Van der Linden.
Claustro de Doctores del 13 de mayo de 1845
Presidido por el rector y con la asistencia de nueve doctores. Se recibió oficio del doctor Pedro Espinosa acompañado del testimonio de su toma de posesión, de la dignidad catedralicia de maestrescuelas, verificada el 9 de los corrientes y suplicando al Claustro que se sirva admitirlo en el oficio de cancelario, se aprobó la comunicación por unanimidad, asignándose el día 19 para que a las diez de la mañana tomara posesión, y se nombró a los doctores Ignacio Medina y Fernando Díaz para que lo acompañaran a su casa.
Claustro de Doctores del 10 de octubre de 1845
Presidido por el vicerrector Fernando Díaz y con la asistencia del cancelario y ocho doctores. Expresó el vicerrector que dada la escasez de fondos que padecía la Universidad, y mientras la comisión visitadora trataba de proporcionárselos, creía que era un deber del Claustro hacer cuanto estuviera de su parte para coadyuvar a tal objeto. Enseguida se trataron algunos asuntos del patrimonio universitario y se finalizó señalando un plazo de cuarenta días para que el doctor Van der Linden se presentara a su cátedra de Clínica Externa.
Claustro de Doctores del 6 de noviembre de 1845
Presidido por el rector y con la asistencia de nueve doctores. Reunidos para celebrar el primer escrutinio de la elección rectoral, la cual por acuerdo del mismo Claustro podría recaer sobre algún individuo ausente de la ciudad. Realizadas las tres votaciones, la terna quedó integrada por los doctores Juan José Caserta, Francisco Espinosa y Fernando Díaz.
Claustro de Doctores del 7 de noviembre de 1845
Presidido por el rector y con la asistencia de nueve doctores. Se celebró el segundo escrutinio de la elección rectoral y tras las votaciones se integró la terna con los doctores Fernando Díaz, Francisco Espinosa y García.
Claustro de Doctores del 10 de noviembre de 1845
Presidido por el rector y con la asistencia de diez doctores. Congregados en la Capilla de Nuestra Señora de Loreto se celebró la misa del Espíritu Santo, y se procedió a la elección rectoral y computados los votos resultaron: seis por el doctor Fernando Díaz, cuatro por el doctor Juan José Caserta y uno por el doctor Juan Nepomuceno Cumplido, quedó canónicamente electo el primero de ellos, quien habiendo tomado la palabra se excusó de admitir el nombramiento por considerarse sin la suficiencia para desempeñarlo y sin mérito para obtenerlo, suplicando al Muy Ilustre Claustro se sirviese tomar su excusa en consideración, y nombrar a uno de los muchos individuos que eran dignos del cargo.
No se tomó en consideración la excusa del doctor Díaz, en virtud de lo cual dijo: que admitía el expresado nombramiento con la condición de que todos los señores doctores lo habrían de auxiliar con sus luces para poder obrar con acierto. Así se le ofreció, y enseguida prestó el juramento de estatuto en manos de su predecesor, quien le dio posesión de su asiento.
El mismo día se reunió el Claustro de Consiliarios, bajo la presidencia del nuevo rector y habiendo sólo tres de sus miembros, se procedió a nombrar viceconsiliario al doctor Juan Nepomuceno Camacho, y luego se eligieron los consiliarios para el próximo bienio, resultando por Teología los doctores Juan Nepomuceno Camacho y Jesús Ortiz, por Cánones los doctores Ignacio Medina y José Manuel Ramírez, por Leyes el doctor Francisco de Paula Verea, como religioso fray Miguel Díaz de Vivar, por Medicina el doctor Leonardo Oliva, y dada la ausencia de los catedráticos de Filosofía, quedó el doctor Pablo Gutiérrez.
Tras el juramento de estatuto, se dirigieron al Palacio del excelentísimo señor gobernador del Departamento Antonio Escobedo, para enterarlo de la elección del rector, a quien luego acompañaron hasta su casa.
Claustro de Consiliarios del 11 de noviembre de 1845
Presidido por el rector y con la asistencia de seis consiliarios. Se procedió al juramento de los cursantes, y luego el señor rector les dirigió la palabra exhortándolos al respeto debido a las autoridades, a la observancia de las constituciones y reglamentos, a la buena moral y a la aplicación en los estudios. Habiéndose retirado del recinto del Claustro los cursantes, se procedió al nombramiento de los regentes: para Teología, el doctor Francisco Espinosa; para Jurisprudencia, el doctor José Manuel Ramírez; y para Medicina, el doctor Pablo Gutiérrez.
Claustro de Doctores del 13 de noviembre de 1845
Presidido por el rector y con la asistencia del cancelario, ocho doctores y el licenciado Ramón Camacho. Se prestó el juramento al rector hecho a nombre de todos los miembros del Claustro por el cancelario, y por los oficiales y dependientes universitarios el capellán Benigno Herce, enseguida se nombraron catedráticos sustitutos y diputados de Hacienda.
Se procedió luego a analizar el desempeño de la Universidad, haciendo uso de la palabra el rector saliente expresó que el secretario Antonio Alcocer había cumplido perfectamente y que era digno de elogio, que el síndico tesorero era también muy exacto, que el portero don Narciso cumplía en cuanto se lo permitía su edad, pero que de los bedeles informaba que Ulloa sólo necesitaba alguna reconvención y que a don Julián el rector actual cuando por su ausencia lo sustituyó, se vio obligado a despedirlo por sus muchas y graves faltas, por lo que proponía poner en su lugar a don Vicente Huerta. Se acordó finalmente rebajar a la mitad los derechos para las funciones de grados mayores, por el tiempo de cuatro años, dadas las actuales situaciones difíciles.
Claustro de Doctores del 17 de noviembre de 1845
Presidido por el rector y con la asistencia de nueve doctores. Se nombraron catedráticos sustitutos para las Facultades de Jurisprudencia y Medicina, y se accedió gustosamente a que el doctor Juan María Vélez, a pesar de estar ya jubilado, reanudara el ejercicio de su cátedra.
Claustro de Consiliarios del 29 de diciembre de 1845
Presidido por el rector y con la asistencia de seis consiliarios. Se acordó enviar un oficio al doctor Pedro Van der Linden, cuya cátedra se declararía vacante si al término de su licencia no se presentaba.
Claustro de Doctores del 16 de febrero de 1846
Presidido por el rector y con la asistencia del cancelario y ocho doctores. Se recibió la comunicación del ministro de Justicia e Instrucción Pública, Luciano Becerra, del 24 de enero de ese año, transcribiendo otra comunicación del ministro de Guerra Juan Nepomuceno Almonte, en la cual se dice que el doctor Pedro Van der Linden se encontraba en la capital de la república empleado en una comisión, por disposición del excelentísimo presidente interino Mariano Paredes Arrillaga, razón por la cual permanecía en la capital, y que el mismo presidente de cuya superior orden se pasó esta comunicación al Claustro, esperaba que se le ampliara la licencia, por el tiempo que fuera necesario, así se aprobó.
Restauración del federalismo y la invasión norteamericana
El 20 de mayo el coronel Felipe Xicoténcatl, al frente de una parte del batallón de Lagos, se apoderó del Palacio de Gobierno y aprehendió al gobernador Antonio Escobedo. En tanto el general José María Yáñez, jefe de la guarnición de la ciudad, nombró gobernador al doctor Juan Nepomuceno Cumplido. Enseguida el presidente de la república Mariano Paredes Arrillaga envió un ejército de 3,000 hombres para someter a los rebeldes jaliscienses, quienes resistieron; “sin embargo el 4 de agosto, se alzó Mariano Salas y Paredes cayó en sus manos, dando lugar a que se reimplantara con facilidad el federalismo a partir del 22 de agosto de 1846”.31 Por lo que Jalisco de nuevo se convirtió en Estado Libre y Soberano, y se reinstaló el Congreso.
Si bien la paz interna de la nación apenas se restableció precariamente, muy pronto inició la invasión estadounidense, llegando sus efectos hasta el territorio jalisciense. El 2 de septiembre la corbeta de guerra Cyane ancló en San Blas y bloqueó el puerto.
Claustro de Doctores del 12 de noviembre de 1846
Presidido por el rector y con la asistencia de nueve doctores. Se recibió el juramento de los doctores González y Reynoso, por ser la primera vez que asisten. Se presentaron las solicitudes de las jubilaciones a sus cátedras de los reverendos padres fray Miguel Díaz de Vivar, fray Francisco Martínez y fray Isidro Gazcón. Se suscitó la duda si era conceder las jubilaciones un acto de justicia o de gracia, se aprobó que fuera de justicia y se aprobaron las jubilaciones por unanimidad de votos.
También el catedrático de Medicina Luis de Portugal solicitó su jubilación por causas de salud, a lo que se acordó que se estudiase si la enfermedad era perpetua, para proceder se encomendó el estudio del caso a los doctores Cano y Gutiérrez, y como tercero en discordia, al doctor Oliva.
La Universidad en estado de guerra (1846-1848)
El 23 de noviembre el Congreso del Estado eligió como gobernador al licenciado Joaquín Angulo. Durante 1846 y 1847 el país vivió conmocionado por la guerra contra Estados Unidos, la cual incluso fue considerada por el mismo Ulysses S. Grant como
una de las más injustas que jamás haya librado una nación fuerte contra una débil [nuestras tropas] cometieron atrocidades que hicieron llorar al cielo [...] el asesinato, el robo y la violación de madres e hijas en presencia de los atados varones de las familias, han sido comunes a lo largo del río grande […] 32
El gobernador de Jalisco hizo grandes esfuerzos para contribuir a contener la invasión estadounidense; envió tropas y materiales bélicos y formó el batallón de San Blas, al frente de cual murió heroicamente en la batalla de Chapultepec, el teniente coronel Felipe Santiago Xicoténcatl.
En medio de tantas calamidades y atrocidades, la actividad universitaria se pudo desarrollar con enormes dificultades y a duras penas, y así en la sesión del Claustro de Consiliarios del 28 de julio de 1847, se declaró vacante la cátedra de Patología General y Materia Médica por el fallecimiento del doctor Luis de Portugal, y se mandaron fijar los edictos convocatorios para proveerla por oposición.
Referencias
-
Reanudación del periodo rectoral del doctor José Cesáreo de la Rosa y García (1834-1835). ↩︎
-
AUG. Se continúa utilizando como fuente principal cuando se hace referencia a las sesiones del máximo órgano de gobierno universitario el “Libro segundo de Claustros de Doctores, que comienza el 3 de abril de 1810”. ↩︎
-
“Plan de estudios”, AUG, legajo núm. 106, 10 fojas. ↩︎
-
Idem ↩︎
-
Idem ↩︎
-
Juan Bautista Iguíniz, La Antigua Universidad de Guadalajara, México, UNAM, 1959, pp. 72-74 ↩︎
-
Congreso del Estado de Jalisco, Colección de los decretos…, tomo VII, pp. 71-113. ↩︎
-
José Ramírez Flores, El general don Antonio López de Santa Anna vista Guadalajara (1835), Jalisco, Guadalajara, Gobierno del Estado de Jalisco, núm. 4, vol. II, 1982, p. 8. ↩︎
-
Bautista Iguíniz, La antigua Universidad…, pp. 85-86, cita un opúsculo titulado “El Ilustrísimo Señor Doctor Don Ignacio Mateo Guerra y Alva *[sic], dignísimo primer Obispo de la Iglesia de Zacatecas” de Remigio Tovar. ↩︎
-
“Libro segundo de Claustros de Consiliarios. Año de 1834”, AUG, es la fuente que se citará cuando se haga referencia a éste órgano de gobierno universitario ↩︎
-
Acta de la sesión del Claustro. ↩︎
-
Luis de León, Poesías Completas y Antología de la Escuela Salmantina, Madrid, Espasa-Calpe, 1988, pp. 180-183. ↩︎
-
“Libro tercero de Claustros de Consiliarios, que comienza el día 10 de mayo de 1837”, AUG. ↩︎
-
“Libro tercero de Claustros Mayores que comienza el día cuatro de abril de 1839 años”, AUG. ↩︎
-
Congreso del Estado de Jalisco, Colección de los decretos…, tomo vii, pp. 372-378. ↩︎
-
Ibid., pp. 378-381. ↩︎
-
Ibid., pp. 383-394. ↩︎
-
Congreso del Estado de Jalisco, Colección de los decretos…, tomo vii, pp. 465-475. ↩︎
-
AUG, legajo núm. 107. ↩︎
-
Congreso del Estado de Jalisco, Colección de los decretos…, tomo viii, pp. 29-34. ↩︎
-
Ibid., p. 52. ↩︎
-
Ibid., pp. 111-112. ↩︎
-
Ibid., p. 315. ↩︎
-
Ibid., p. 315. ↩︎
-
“Libro [cuarto] de Claustros Mayores que comienza el 28 de octubre de 1842”, AUG. ↩︎
-
En el acta de la sesión del Claustro. ↩︎
-
Congreso del Estado de Jalisco, Colección de los decretos …, tomo viii, pp. 375-393. ↩︎
-
Pérez Verdía, Historia particular de Jalisco, tomo ii, p. 301. ↩︎
-
Discurso que en la solemne apertura de los estudios en el nuevo año escolar dijo en el Colegio de San Juan Bautista de Guadalajara Fray Manuel de San Juan Crisóstomo el día 22 de octubre de 1843. Publicase de orden del Excmo. Señor D. José Antonio Mozo, presidente de la Junta Gubernativa de dicho establecimiento”, BPEJ, Miscelánea núm. 141-2, pp. 7-8. ↩︎
-
Bautista Iguíniz, La antigua Universidad…, pp. 97-98. ↩︎
-
José María Murià, Breve historia de Jalisco, Guadalajara, SEP, Universidad de Guadalajara, 1988, pp. 245-246. ↩︎
-
“Memorias de Ulysses S. Grant”, citadas por Grace Halsell, Los ilegales. Vida y drama del bracero indocumentado, México, Diana, 1979, pp. 18-19. ↩︎