Desarrollo histórico (1847-1853)[^1]
El inicio de la coexistencia Universidad-Instituto
La Universidad fue despojada de sus históricas instalaciones del edificio del antiguo Colegio de Santo Tomás, y pasó a las del Colegio de San Juan Bautista, aunque continuó con la posesión tanto de la iglesia como de la Capilla de Nuestra Señora de Loreto y de algunas piezas de la planta baja del edificio, las cuales se arrendaban a particulares.
La presidencia de la Junta Directora de Estudios del Estado de Jalisco y del Instituto de Ciencias se le encomendó al canónigo José Luis Verdía, quien muy pronto la dejó sustituyéndole el licenciado Jesús López Portillo.
Claustro de Doctores del 14 de octubre de 1847 1
Presidido por el rector y con la asistencia de nueve doctores. Se trató inicialmente sobre los asuntos del patrimonio universitario. Enseguida se aprobó el proyecto del doctor Pablo Gutiérrez para la provisión de las cátedras de Medicina por oposición, en el cual destacaba la introducción de exámenes de práctica de las distintas ramas de la Medicina. Y finalmente el rector expresó las dificultades para abrir las oposiciones a la cátedra vacante de Patología General y Materia Médica, por las cuales se resolvió ampliar el plazo hasta la siguiente semana.
Claustro de Consiliarios del 25 de octubre de 1847 2
Presidido por el rector y con la asistencia de tres doctores. Al no darse el quorum para integrar el Claustro, dado que el doctor Leonardo Oliva era opositor a la cátedra de Patología General y Materia Médica, se nombró viceconsiliario al doctor José María Cano y en su ausencia al doctor Mariano González.
Al día siguiente sesionó de nuevo el Claustro de Consiliarios. Se tomó juramento como viceconsiliario al doctor Mariano González. Informó el rector que se presentaron como opositores a la mencionada cátedra: Leonardo Oliva, Eufemio Alonso, Joaquín Ocampo, José María López, Primitivo Aristoarena y Julián Herrera, por lo cual se cerró el plazo.
El doctor Pablo Gutiérrez habló de la necesidad de elaborar un nuevo reglamento para las oposiciones a las cátedras, la propuesta se turnó al Claustro Pleno. El rector comunicó que en virtud del nuevo plan de estudios se determinó que se abrieran las cátedras de Derecho Natural y de Gentes, de Derecho Político Constitucional e Historia Eclesiástica, y se había encargado para impartirlas a los catedráticos José María Ortiz, Crispiniano del Castillo y Tomás Ignacio Guzmán, respectivamente. Quienes aceptaron gustosos y aun se ofrecieron a dar las respectivas lecciones sin perjuicio a sus actuales cátedras.
De acuerdo con las nuevas disposiciones vigentes, el 1º de noviembre fue la solemne apertura de las cátedras.
Claustro de Doctores del 6 de noviembre de 1847
Presidido por el rector y con la asistencia de nueve doctores. Reunidos para celebrar el primer escrutinio de la elección rectoral. Expresó el doctor Crispiniano del Castillo: “Propongo que se declare que la constitución que previene los escrutinios que deben preceder a la elección del rector, ha caducado”. Lo cual fue apoyado por el doctor Juan Nepomuceno Camacho, y no habiendo quien pidiese la palabra, se aprobó la propuesta por unanimidad de votos.
Claustro de Doctores del 10 de noviembre de 1847
Presidido por el rector y con la asistencia del cancelario y nueve doctores. Celebrada la misa del Espíritu Santo en la Capilla de Nuestra Señora de Loreto, se procedió a la votación para elegir rector, la cual resultó: diez votos por el rector vigente y uno por el doctor Crispiniano del Castillo, así quedó reelecto el primero de ellos, quien luego tomó la palabra dando las gracias al Claustro por haberse dignado reelegirlo, y manifestó que si no renunciaba, era porque en las actuales circunstancias nada apetecible resultaba el nombramiento, y por no desairar a una corporación tan respetable. Pero que si aceptaba era con la precisa condición de que los señores doctores habrían de cooperar auxiliándolo con sus luces. Enseguida prestó juramento en manos del doctor Ignacio Pérez en su calidad de decano, quien le dio posesión.
Claustro de Consiliarios del 10 de noviembre de 1847
Presidido por el rector y con la asistencia de tres doctores. Se nombraron nuevos consiliarios a los doctores Francisco Espinosa y Jacinto Reynoso, por Teología; Ignacio Mateo Guerra y Juan Nepomuceno Camarena, por Cánones; Crispiniano del Castillo, por Leyes; fray Francisco Martínez, como religioso; José María Cano, por Medicina; y Antonio Pacheco Leal, por Filosofía. Enseguida prestaron juramento los doctores Ignacio Mateo Guerra y Jacinto Reynoso.
Claustro de Consiliarios del 11 de noviembre de 1847
Presidido por el rector y con la asistencia de cinco doctores. Se procedió al juramento de los cursantes al rector, quien luego les dirigió la palabra. Al retirarse los cursantes del recinto, prestaron juramento los consiliarios y se nombraron regentes a los doctores Juan Nepomuceno Camacho para Teología, Ignacio Mateo Guerra para Jurisprudencia y José María Cano para Medicina.
Claustro de Doctores del 15 de noviembre de 1847
Presidido por el rector y con la asistencia de nueve doctores. Se procedió al juramento al rector, hecho por los doctores por el decano Ignacio Pérez y por los oficiales y dependientes universitarios el secretario Antonio Alcocer. Se eligieron diputados de Hacienda y catedráticos sustitutos, y se concluyó con el análisis de la situación de la Universidad.
Claustro de Doctores del 29 de diciembre de 1847
Presidido por el rector y con la asistencia de nueve doctores. Se dio lectura al acta de la junta proveedora de cátedras, la cual propuso como catedrático de Patología General y Materia Médica en primer lugar al doctor Leonardo Oliva, en segundo al profesor Eufemio Alonso y en tercero al profesor José María López. Se votó y fue nombrado por unanimidad el doctor Leonardo Oliva.
El 2 de febrero de 1848 finalizó la trágica invasión estadounidense a México con la firma del Tratado Guadalupe-Hidalgo, por el cual se perdía poco más de la mitad del territorio nacional, lo que causó en el país un ambiente de gran desánimo y desconfianza, que así describió un poeta:
¿Para la guerra? no somos.
¿Para gobernar? no sabemos.
¿Luego para qué seremos? 3
Lo que por supuesto impactaba el desarrollo de la Universidad, claramente expresado en las palabras del rector al ser reelecto.
Claustro de Doctores del 21 de febrero de 1848
Presidido por el rector y con la asistencia de ocho doctores. Se trató sobre la visita hecha por el rector, el doctor Pablo Gutiérrez y el secretario Alcocer a la cátedra de Patología y Clínica Interna. Y cuestionado el doctor José Antonio López sobre qué materia estaba explicando actualmente, a lo que contestó que todavía estaba en los preliminares. Que con respecto a la clínica, cuestionados los estudiantes sobre cuántas historias habían recogido en ella y en qué enfermedades, contestaron que sólo una historia tenían de un enfermo de fiebre.
Además se informó que en los años anteriores no enseñó el citado catedrático más que el ramo de fiebre y que las faltas a la cátedra fueron frecuentes. Ante la gravedad del caso en perjuicio de los cursantes, dado que no se les enseñaba más que los aforismos de Hipócrates y algunos pasajes del texto de Boerhaave y muchas veces ni eso, si no que se pasaba el tiempo en conversaciones que ninguna relación tenían con la cátedra, que se les gravaba pidiéndoles dinero, que se les ponía difícil sino lo facilitaban, o porque no sabían los aforismos o las declinaciones de un nombre, habiendo sucedido ya que a algunos cursantes se les negaba el certificado de fin de año porque no habían aprendido los referidos aforismos, o porque no sabían latín, que por tales motivos la mayor parte de los estudiantes habían desertado y que sólo concurrían a la Universidad cuatro o cinco veces y al Hospital de Belén una o dos. Y finalmente se dijo que de lo referido se les daba a los jóvenes ejemplo de inmoralidad.
Se preguntó luego qué prevenían en tal caso las constituciones, a lo que se respondió que nada. Por lo que se acordó no levantar informaciones, ya que los estudiantes nada dicen por temor y prefieren desertar de las cátedras desesperados de que no se ponga remedio. Se acordó oír en descargo al doctor López y se propuso: “Se suspende sin sueldo al señor López del ejercicio de su cátedra”, lo cual se aprobó por todos, menos un voto.
Se concluyó tratando la reforma a la constitución 41, que exigía celebrar Claustro Pleno con la asistencia mínima de diez doctores, y dadas las muchas ocupaciones de los doctores se aprobó por unanimidad: “Pasada media hora a la señalada por cédula de citación, puede celebrarse el Claustro Pleno con cinco señores doctores, exceptuándose solamente el Claustro para la elección del rector”.
Claustro de Doctores del 2 de junio de 1848
Presidido por el rector y con la asistencia de cuatro doctores. Se recibió comunicación del canónigo Domingo Cumplido participando que el 29 de mayo anterior fue elevado a la dignidad catedralicia de maestrescuelas, lo cual informaba para hacerse cargo del oficio de cancelario de la Universidad; se acordó que tomara posesión el 4 de junio a las diez de la mañana.
Claustro de Doctores del 3 de agosto de 1848
Presidido por el rector y con la asistencia de cinco doctores. Se dio cuenta de una exposición del doctor José Antonio López contestando a los cargos que se le hicieron. Tras discutirse el caso, se hizo notar que no acompañaba documento alguno según se le había prevenido, luego se votó y aprobó la siguiente propuesta: “El señor doctor López no ha satisfecho debidamente y en los términos que se le previno por el Muy Ilustre Claustro, los cargos que se le hicieron”. Se trató luego de los sueldos para los catedráticos sustitutos.
Claustro de Doctores del 16 de agosto de 1848
Presidido por el rector y con la asistencia de cuatro doctores. Se dio cuenta de un oficio del doctor José Antonio López acompañando documentos para justificar su exposición del pasado 4 de marzo, se hizo luego la siguiente proposición: “Los documentos no son suficientes para satisfacer los cargos que se le hicieron”, la cual fue aprobada por unanimidad, luego se declaró vacante su cátedra. Y se finalizó tratando los asuntos relativos al patrimonio universitario.
Claustro de Consiliarios del 3 de octubre de 1848
Presidido por el rector y con la asistencia de dos doctores. Por la enfermedad de los consiliarios titulares, se nombraron viceconsiliarios a los doctores Mariano González y Leonardo Oliva. Se declaró vacante la cátedra de Fisiología, Higiene y Medicina Legal por el fallecimiento del doctor José María Cano. Y se nombró consiliario por el tiempo que faltaba del bienio al doctor Leonardo Oliva.
Luego el rector leyó un oficio del Supremo Gobierno del Estado de Jalisco, fechado el 23 del mes de septiembre, insertándole una comunicación de la Junta Directora de Estudios, en que se quejaba de que no había entregado el rector al Instituto, las casas y sus arrendamientos y la biblioteca, a pesar de haberlo pedido varias veces, y que sólo había entregado el archivo. En virtud de lo cual el Supremo Gobierno dijo al rector que esperaba se sirviera entregar todo lo que reclamaba la referida Junta, en un término perentorio de quince días.
El rector informó que en el momento que la Junta pidió el archivo del Instituto se lo entregó. Que, respecto de lo demás, ya había recibido varias comunicaciones y contestado que estaba presto a entregar aquellas casas que eran propias del Instituto, pero que siendo éstas y la biblioteca de la Universidad, creía que la solicitud de la Junta no se entendería con aquella comunicación que acababa de leer, que aunque con fecha del 23 de septiembre no la recibió hasta un día anterior y que el término que fijó estaba por concluir y que lo comunicaba al Claustro para que dijera qué había de hacerse. Se acordó contestar al Supremo Gobierno lo mismo que ya había contestado el rector, y que se integrara una comisión que llevara el oficio e hiciera presente al gobernador los derechos de la Universidad y en caso de que se insistiera en que se entregaran las fincas, se reclamara el derecho de propiedad, presentándose ante las autoridades competentes el catedrático defensor, licenciado Plutarco García Diego.
Claustro de Consiliarios del 27 de noviembre de 1848
Presidido por el rector y con la asistencia de cuatro consiliarios. Se declararon legítimos opositores a la cátedra de Patología al doctor Pablo Gutiérrez y al profesor Rafael Camarena, y a la de Clínica Externa al doctor Antonio Pacheco y a los profesores Eufemio Alonso, Joaquín Ocampo y José María López.
Claustro de Doctores del 30 de enero de 1849 4
Presidido por el rector y con la asistencia de cinco doctores. Se le dio posesión de la cátedra de Fisiología, Higiene y Medicina Legal al doctor Antonio Pacheco Leal, quien prestó juramento, tras haber pronunciado la disertación de estilo.
Claustro de Doctores del 29 de marzo de 1849
Presidido por el rector y con la asistencia de nueve doctores. El rector hizo del conocimiento del Claustro que el Congreso del Estado había decretado que se ocuparan los fondos de la Universidad, exceptuando los 20,000 pesos de la segunda donación del ilustrísimo fray Antonio Alcalde y que se aplicaran al Instituto. Que inmediatamente se hizo al Supremo Gobierno del Estado la representación que los señores doctores firmaron, pidiéndole que se sirviera devolver dicho decreto con observaciones, pero en el caso de que no fuera así y que el respectivo decreto se publicara, su señoría el rector, deseaba que el Claustro le dijera la conducta que habría de seguir. Discutido el asunto, se aprobó por unanimidad de votos la siguiente proposición: “Se faculta al señor rector para que por sí o por apoderado ejecute todos los pasos que estime necesarios, haciendo los gastos correspondientes a efecto de sostener y defender los derechos, prerrogativas, fondos y capitales pertenecientes a ésta Universidad”.
Claustro de Doctores del 15 de junio de 1849
Presidido por el rector y con la asistencia de siete doctores. Se leyó un oficio del canónigo maestrescuelas doctor Francisco Espinosa, acompañado del testimonio del acto de toma de posesión de dicha dignidad catedralicia, que recibió el pasado 28 de mayo y, de acuerdo con la constitución 23, se acordó darle posesión del oficio de cancelario de esta Universidad Nacional, el próximo día 17 de los corrientes.
Claustro de Doctores del 5 de noviembre de 1849
Presidido por el rector y con la asistencia de once doctores. Se recibió el juramento del doctor José María Nieto, por ser el primer Claustro al que asistía. Se examinó y aprobó una exposición sobre el augusto misterio de la Inmaculada Concepción de María, presentada al ilustrísimo obispo diocesano, la cual se propuso imprimirla, pero dada la escasez de fondos se abrió una suscripción entre los señores doctores.
Claustro de Doctores del 10 de noviembre de 1849
Presidido por el rector y con la asistencia del cancelario y nueve doctores. Celebrada la misa del Espíritu Santo en la Capilla de Nuestra Señora de Loreto, se leyó la constitución 3ª y la suprema orden del 30 de octubre de 1841 relativa al modo en que debía hacerse la elección, habiendo prestado juramento los presentes ante el secretario, se procedió a la elección rectoral, depuesto todo afecto bastardo y sin otro interés que el de mayor esplendor y ventaja de la Universidad, se votó secretamente por medio de cédulas.
Concluida la votación se computaron los votos por el mismo rector en presencia de todos, y resultaron siete por el mismo señor rector, tres por el doctor Ignacio Mateo Guerra y uno por el doctor Carlos María Colina, quedando reelecto el señor rector vigente, quien al tomar la palabra dio al Muy Ilustre Claustro las gracias por la reelección, manifestando que si admite este nombramiento es solamente por ser una carga pesada y llena de compromisos, y por no desairar a la respetable corporación. Luego prestó el juramento de estatuto en manos del doctor Pedro Espinosa en su calidad de doctor más antiguo, quien le dio posesión.
Claustro de Consiliarios del 10 de noviembre de 1849
Presidido por el rector y con la asistencia de cuatro doctores. Se procedió a nombrar a los nuevos consiliarios, quedando los doctores José María Nieto y Mariano González, por Teología; Ignacio García y José Manuel Ramírez, por Cánones; Pedro Covieya, por los religiosos; Pablo Gutiérrez, por Medicina, y dado que no hay en quien recayera la elección por Filosofía, se nombró al doctor Leonardo Oliva.
Claustro de Consiliarios del 13 de noviembre de 1849
Presidido por el rector y con la asistencia de siete consiliarios. Se recibieron los juramentos de los cursantes y de los consiliarios, y se nombraron regentes a los doctores José María Nieto por Teología, Ignacio García por Jurisprudencia y Leonardo Oliva por Medicina.
Ese mismo día también sesionó el Claustro de Doctores con la asistencia de diez de sus miembros. Se procedió al juramento hecho a nombre de todos por el doctor Ignacio García, y por los oficiales y dependientes universitarios el tesorero síndico Miguel Hernández Rojas. Luego se eligieron diputados de Hacienda y catedráticos sustitutos, y se concluyó con el análisis de la conducta de los empleados de la Universidad.
Claustro de Doctores del 26 de abril de 1850
Presidido por el rector y con la asistencia de seis doctores. El rector comunicó que ya se había cumplido el término de los cuatro años por el que se concedió la rebaja a la mitad de los derechos a grados mayores, y que opinaba que dada las circunstancias actuales se debería prorrogar el término por igual tiempo, lo cual se aprobó, exceptuándose la rebaja de las propinas correspondientes a los bedeles y mozos.
Claustro de Doctores del 27 de junio de 1850
Presidido por el rector y con la asistencia del cancelario y nueve doctores. Prestaron juramento los doctores Barajas y Ávila, luego se dio cuenta de un oficio de la Junta Directora de Estudios del Estado, en el cual manifestaba la necesidad que tenía del local que la Universidad ocupaba en el Colegio de San Juan Bautista y pidiéndole que lo desocupara, teniendo en consideración que el referido local lo recibió del Supremo Gobierno. Se acordó que por medio de una comisión se notificara al gobernador Joaquín Angulo la reclamación de la Junta Directora de Estudios para que resolviera lo que considerara conveniente, haciéndole presente el derecho que tenía respecto del edificio que ocupaba el Instituto, y se nombró para desempeñar tal comisión al cancelario y al doctor Crispiniano del Castillo.
Se acordó además que se recabara permiso del ilustrísimo obispo diocesano para consultar el archivo del Obispado, sobre algunos datos relativos a la aplicación que el rey hizo a la Universidad del mencionado edificio del Colegio de San Juan Bautista; se nombró para tal efecto a los doctores Espinosa y Aristoarena, y para que ejecutara la investigación al reverendo padre Isidro Gazcón, quien ofreció generosamente para que en caso de ser necesario, se instalara la Universidad en su Convento de Nuestra Señora de la Merced, haciendo esto del conocimiento de su prelado. Y por último el doctor Crispiniano del Castillo comunicó que había sido electo senador, por lo que tenía necesidad de separarse de sus actividades universitarias.
Claustro de Doctores del 30 de julio de 1850
Presidido por el rector y con la asistencia de siete doctores. Se dio cuenta de un oficio del Supremo Gobierno del Estado, previniendo que se desalojara el local que la Universidad ocupaba en el Colegio de San Juan Bautista, por estar éste destinado para el Liceo del Estado. Y se acordó por unanimidad de votos que se obsequiara esta prevención y que al comunicar al mismo gobierno la desocupación, se le indicara que respetuosamente la Universidad hiciera presente por las vías legales el derecho que le asistía, respecto del edificio que el rey le donó. Enseguida se admitió el ofrecimiento que hizo el reverendo padre Isidro Gazcón de su Convento de Nuestra Señora de la Merced, para que ahí se trasladara la Universidad.
Finalmente el señor rector propuso que el Muy Ilustre Claustro felicitara a su santidad Pío IX, por haber sido restituido a la cátedra y trono pontificio en Roma, y se nombró para redactar la felicitación a los doctores Juan Nepomuceno Camacho y Crispiniano del Castillo.
Así, la Universidad se vio obligada a dejar las instalaciones del antiguo Colegio de San Juan Bautista, y se continuaron las sesiones de los Claustros y las demás ceremonias protocolarias y académicas en el Templo de la Universidad y en la Capilla de Nuestra Señora de Loreto. Y el 1° de noviembre reanudó la lectura de las cátedras, en las instalaciones del Convento de Nuestra Señora de la Merced.
Claustro de Doctores del 12 de marzo de 1851
Presidido por el rector y con la asistencia de siete doctores. Se dio cuenta de una solicitud de don Martín Román quien pretendía comprar una finca a la Universidad, se acordó que a sus expensas la evaluara y que se le vendería si la oferta era muy notoria. Y se dio también cuenta de una solicitud del señor Benito Verea, por el cual propuso redimir un capital sustituyendo su valor con una finca de su propiedad; se comisionó al síndico tesorero para que etudiara el caso.
Claustro de Doctores del 21 de marzo de 1851
Presidido por el rector y con la asistencia de cinco doctores. Se dio cuenta del informe de la finca que pretendía adquirir el señor Benito Verea, se aprobó la venta, en cambio se rechazó el ofrecimiento del señor Martín Román, se señaló que la finca rendía más rentándola que vendiéndola.
Claustro de Doctores del 30 de abril de 1851
Presidido por el rector y con la asistencia de ocho doctores. Se dio cuenta de una carta del papa Pío IX, en la cual contestaba a la felicitación que le envió al Muy Ilustre Claustro. Enseguida el rector dio cuenta del decreto número 200 del Congreso del Estado, extinguiendo los derechos y los grados de bachiller, se acordó su cumplimiento y observancia, se comisionó al mismo rector a efecto de que se acercara al Supremo Gobierno del Estado, para que le hiciera presente cuanto disminuyera el haber de la Universidad, siendo el ingreso de los grados de bachiller el ramo principal para proveer en propiedad las cátedras vacantes.
Luego se acordó, por iniciativa del cancelario, que al expedir la secretaría universitaria el certificado que debía servir de título conforme al referido decreto, que los estudiantes hicieran profesión de fe. Y finalmente se acordó solicitar al romano pontífice, que dicho establecimiento de enseñanza pública fuera declarado pontificio, por lo que se le enviaría la solicitud respectiva.
Reglamento del Liceo de Varones de 1851
El 26 de octubre el rector del Liceo del Estado, Jesús Ortiz, dio a conocer el proyecto de Reglamento del Liceo Literario del Estado de Jalisco, presentado por el señor rector al Instituto y aprobado por la Junta Directora de Instrucción,5 en el cual señalaba como objetivos del Liceo:
- Inspirar a la juventud sentimientos religiosos
- Dedicarla a los estudios con que se ha de preparar para las ciencias profesionales
- Y enseñarle las reglas de urbanidad.
El año escolar iniciaría el 18 de octubre y concluiría el 31 de agosto. Los cursos se impartirían con la siguiente distribución por anualidades:
- Primero: Latín
- Segundo: Francés y Estudios Ideológicos
- Tercero: Inglés y Religión Natural y Revelada
- Cuarto: Matemáticas
- Quinto: Física General y Especial, Química y Geografía
- Sexto: Literatura
Claustro de Doctores del 7 de noviembre de 1851
Presidido por el rector y con la asistencia del cancelario y seis doctores. Se aprobaron las solicitudes de los presbíteros Manuel Escobedo y Rafael Camacho para que se les dispensara el tiempo de pasantía y pudieran presentarse a recibir los grados mayores.
Enseguida el rector hizo del conocimiento del Claustro que la oficina recaudadora, exigía contribuciones directas por las fincas propiedad de la Universidad, cuya cantidad ascendía a cerca de mil pesos. Su señoría hizo un exhorto al señor gobernador, quien pasó el negocio al Congreso del Estado y habiendo sido este cuerpo del parecer que las expresadas fincas no debían pagar dicha contribución por estar exceptuados los edificios destinados a la educación, el señor gobernador se conformó con este parecer, y declaró que las fincas de la Universidad no habían causado contribución, ni aún en el tiempo del régimen centralista, mas habiendo hecho las observaciones al dictamen del Congreso, la oficina recaudadora reformó su parecer, por lo que resultó que las fincas de la Universidad no estaban exentas de la contribución del cuatro y medio el millar.
Luego el señor rector leyó un oficio del Supremo Gobierno en que se le comunicó el nuevo dictamen del Congreso, con el cual se conformó el señor gobernador y declaró que no debían estar exentas de contribución las citadas fincas, por lo que pasó a entrevistarse con el señor gobernador y habiéndole dicho la preocupante imposibilidad en que se encontraba la Universidad para pagar a causa de la escasez de sus fondos, pidió que se sirviera disponer se otorgaran a la Universidad 400 pesos anuales que dispuso para ella la Legislatura el 18 de marzo de 1835. A ello el señor gobernador contestó que no podía dar tal disposición por no estar presupuestada, pero que prometía que en las próximas sesiones del Congreso quedaría arreglado este negocio, por lo que ponía del conocimiento del Claustro el asunto, ya que el jefe de la oficina recaudadora ha oficiado al síndico tesorero requiriéndolo ejecutivamente del pago de contribuciones.
Y finalmente su señoría dijo que en cumplimiento de la comisión que el Claustro le encomendó, se entrevistó con el señor gobernador e hizo presente lo mucho que disminuyó el haber universitario, por la falta de ingresos por los derechos de los grados de bachiller que la priva el artículo 16 de decreto número 200 del Congreso del Estado, y del inconveniente de no poder proveer las cátedras vacantes en propiedad.
Claustro de Doctores del 10 de noviembre de 1851
Presidido por el rector y con la asistencia del cancelario y 18 doctores. Celebrada la misa del Espíritu Santo en la Capilla de Nuestra Señora de Loreto, se procedió a la elección rectoral y habiéndose computado los votos, resultaron dieciséis por el doctor José María Nieto, tres para el doctor Francisco de Paula Verea y uno para el doctor Antonio Pacheco, por lo que quedó electo el primero de ellos, quien habiendo pedido la palabra suplicó al Claustro que lo exonerara del cargo, a lo que contestó el rector Fernando Díaz que pasara a prestar el juramento de estatuto, y así se procedió en sus manos, dándole posesión.
Ese mismo día se reunió el Claustro de Consiliarios, con cinco de sus miembros para nombrar a los nuevos consiliarios, quedaron electos los doctores José María Orozco y Casiano Espinosa, por Teología; Ignacio Mateo Guerra y Juan Nepomuceno Camarena, por Cánones; Francisco de Paula Verea, por Leyes; Isidro Gazcón, por los religiosos; Antonio Pacheco, por Medicina; y Pablo Gutiérrez, por Filosofía, quienes luego prestaron juramento.
Claustro de Consiliarios del 11 de noviembre de 1851
Presidido por el rector y con la asistencia de siete consiliarios. Prestaron juramento los cursantes y los consiliarios que faltaban de hacerlo y luego se eligieron regentes a los doctores Isidro Gazcón por Teología, Ignacio Mateo Guerra por Jurisprudencia y Antonio Pacheco Leal por Medicina.
Claustro de Doctores del 15 de noviembre de 1851
Presidido por el rector y con la asistencia de diez doctores. Se procedió al juramento de los doctores, hecho a nombre de todos por el doctor Juan Nepomuceno Camacho, y por los oficiales y dependientes universitarios el capellán Benigno Herce. Luego se nombraron diputados de Hacienda y catedráticos sustitutos, y se analizó el desempeño de los empleados universitarios, se dijo que todos eran honrados y cumplidos en sus deberes, siendo muy recomendables los servicios del secretario Antonio Alcocer y del síndico Felipe Hernández, por lo que se les hacía un reconocimiento.
Claustro de Doctores del 25 de noviembre de 1851
Presidido por el rector y con la asistencia de diez doctores. Por ser el primer Claustro al que asistía el doctor Agustín de la Rosa, prestó juramento. Se recibió la solicitud del señor José Palomar para la venta de una finca propiedad de la Universidad, se acordó ordenar el avalúo por cuenta del solicitante. Se aprobaron las solicitudes de los practicantes de medicina Francisco Manrique y Luis Cervantes, para dispensa de los últimos cursos ya que obtuvieron calificaciones supremas.
El señor rector hizo del conocimiento del Muy Ilustre Claustro una carta fechada el día 20 de los señores Jesús López Portillo y Cosme Torres, diciéndole que la Junta Directora de Estudios tuvo a bien comisionarlos para que procuraran devolver al Instituto las piezas pertenecientes al edificio en que estaba establecido y que continuaban arrendadas a particulares por cuenta de la Universidad, por haber acordado dicha Junta Directora ocupar algunas de ellas para biblioteca, por no tener otras de las cuales disponer, para que se entendieran con el señor Manuel Ocampo, tesorero del Instituto. A lo que el rector expresó que lo comunicaba al Claustro para que resolviera; se acordó facultarlo para que solucionara discrecionalmente el asunto.
Situación de la enseñanza del Instituto
En el informe de labores de 1851 que rindió al gobernador del estado la Junta Directora de Instrucción Pública del Estado de Jalisco, 6 pidieron sus miembros:
Para que la Instrucción Pública del Estado sea positivamente ilustrada y progresiva, y por consiguiente realmente fructuosa, es del todo necesario y absolutamente indispensable el que una sola mano, sabia y feliz a la verdad la impulse, y un solo móvil la dirija, para que convergiendo a un centro único el todo y las partes, exista aquel concierto y uniformidad que la consolide y de esta manera fomentada y arreglada se esclarezca y perfeccione en cuanto fuere posible, reconociendo así mismo un principio y un fin, principio que ordene y fin que perfeccione [...]
En cuanto a la instrucción secundaria, señalaron que de las seis clases que el decreto número 66 ordenaba que se impartieran en el Liceo, solamente se enseñaban Francés, Inglés y Literatura. En cuanto a la Física se empezaría a impartir desde el 1º de febrero, ya que no había llegado el instrumental, y las restantes no se habían establecido por falta de fondos.
En lo relativo a la instrucción profesional encargada al Instituto del Estado informan que no se estaba impartiendo ni Matemáticas ni Química, porque no habían encontrado “profesores que poseídos de un legítimo patriotismo y por excelencia filantrópicos, se sometan a su desempeño con toda aquella dedicación y desinterés que caracteriza muy especialmente a los profesores beneméritos que dirigen las secciones restantes [...]”.
En cuanto al método de enseñanza adoptado por la Junta Directora “ha sido el más expedito y filosófico: la libertad de discusión ha sustituido a aquel pesado yugo de la autoridad, el estudio analítico ha reemplazado al fastidio y vano escolasticismo y el examen imparcial de las cosas ha ocupado el lugar de las disputas estériles de los gimnasios”.
En el capítulo de los fondos se quejan de que aún no han conseguido de la Universidad la entrega de los locales de la planta baja del edificio del Instituto.
Claustro de Doctoresdel 9 de marzo de 1852
Presidido por el rector y con la asistencia de siete doctores. Se recibió escrito del señor José Palomar objetando que el precio de 3,000 pesos por la casa propiedad universitaria que pretendía comprar era excesivo, se ratificó el precio. Se dio cuenta de un oficio del señor Jesús López Portillo, en el cual participaba que acababa de tomar posesión como gobernador del estado el pasado día 1º de marzo, y que al emprender la dirección de los pueblos que le habían confiado a su suerte, quería contar con todos los buenos jaliscienses, particularmente con aquellos que ocupando un lugar en la administración pública, debían ser sus colaboradores, manifestándole así al señor rector y al Claustro, para que por su parte se sirvieran prestarle su cooperación.
El anterior oficio venía acompañado del decreto que daba posesión del gobierno del estado de Jalisco al señor Jesús López Portillo, y dando al señor rector y al Muy Ilustre Claustro a nombre del señor Joaquín Angulo, las más cumplidas gracias por la fidelidad y exactitud con lo que se le ayudó a la buena marcha de su gestión.
Se acordó enviarle felicitación al señor Jesús López Portillo, expresándole que el Claustro estaba dispuesto a prestarle los servicios que considerara le pudieran ser útiles, y al señor Joaquín Angulo que por medio de una comisión integrada por los doctores Fernando Díaz e Ignacio Mateo Guerra, se le dieran las gracias a nombre del Claustro por la protección que se sirvió darle y por las consideraciones que siempre le tuvo.
Sin embargo, el camino iniciado hacia una auténtica colaboración entre el gobierno del estado y la Universidad, más allá de la retórica de las cortesías de estilo, fue truncado el 26 de julio por el jefe de la guarnición de la ciudad, José María Blancarte, quien aprovechó algunas inconformidades de los tapatíos por las medidas de seguridad adoptadas por el gobernador Jesús López Portillo, a quien derrocó, sustituyéndolo el licenciado Gregorio Dávila como gobernador y con carácter provisional.
El 13 de septiembre Blancarte proclamó el Plan Jalisco por el cual se manifestaba a favor del centralismo, desconociendo al presidente de la república Mariano Arista, e invitando al general Antonio López de Santa Anna a reasumir el mando de la nación.
Un grupo de hacendados y comerciantes y los canónigos de la Catedral –a excepción de los doctores Pedro Espinosa, Fernando Díaz y el licenciado José Luis Verdía– proclamaron el 20 de octubre el Plan del Hospicio, mediante el cual básicamente se ratificaban las demandas del Plan Jalisco, y se nombraba gobernador del estado al general José María Yáñez. Las tropas federales al mando del general Vicente Miñón atacaron Guadalajara y la sitiaron; sin embargo, los seguidores del Plan del Hospicio ya se habían expandido por todo el país y triunfaron en los últimos días del año. 7
Referencias
-
“Libro [cuarto] de Claustros mayores que comienza el 28 de octubre de 1842”, AUG. ↩︎
-
“Libro segundo de Claustros de Consiliarios, Año de 1834”, AUG. ↩︎
-
Alfonso de Alba Martín, Mariano Otero, su pensamiento precursor, Guadalajara, Instituto Cultural Ignacio Dávila Garibi de la Cámara de Comercio de Guadalajara, 1984, Temas Jaliscienses 3, p. 37. ↩︎
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“Actas de Claustros de 1849 a febrero de 1860”, AUG, legajo núm. 124. ↩︎
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bpej, Miscelánea núm. 781. ↩︎
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AHJ, Instrucción Pública 8-851; GUA./545. ↩︎
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Páez Brotchie, op. cit., pp. 243- 244. ↩︎