Educación media y superior en Jalisco (1861-1867)

Panorama de Guadalajara (1861)

Tras la Guerra de Reforma, Guadalajara estaba prácticamente en ruinas: el Palacio de Gobierno semidestruido por la explosión de 1859, el edificio de la Universidad muy dañado, el convento de Santo Domingo totalmente derruido y los de San Francisco y de El Carmen irremediablemente mutilados, a lo que había que agregar los daños a las casas particulares y a los demás establecimientos escolares. Si así se encontraban los edificios, ¿cómo podría estar el ánimo de los pobladores? La ciudad contaba con menos de 65,000 habitantes1 y el total de la población de Jalisco era de 815,752.2

Aplicación de las Leyes de Reforma en Jalisco

Las labores ingentes del gobernador Pedro Ogazón fueron la pacificación del territorio jalisciense, asediado por la rebelión de Manuel Lozada, y la aplicación de las Leyes de Reforma, hasta sus últimas consecuencias. Así, el 29 de abril de 1861 expidió el decreto por el cual ordenaba que los bienes inmuebles que pertenecieron al convento de El Carmen, a los extinguidos Seminario y Universidad, a los hospitales de San Miguel de Belén y de San Juan de Dios, a los Colegios de San Diego y de Santa Clara y a las escuelas pías y los que no estuvieren legalmente enajenados conforme a las leyes del 25 de junio de 1856 y del 12 y 13 de julio de 1859, se vendieran al mejor postor en almoneda pública.3

Inventarios de los bienes de las instituciones educativas

Para cumplimentar lo anterior, se ordenó levantar un inventario riguroso de los bienes de la extinguida Universidad y del Colegio Seminario de San José,4 el cual elaboró el tesorero de la Junta Directiva de Estudios, Onofre Reyes, quien lo presentó el 20 de julio, en los siguientes apartados:

  1. El edificio material en que se hallaba la Universidad, y hoy ha quedado establecido el Instituto de Ciencias del Estado.
  2. Los capitales que se reconocen a favor de la Universidad: suman el total de 126, 497 pesos 39 centavos.
  3. Las doce fincas que daban un rendimiento mensual, por concepto de arrendamientos de 82 pesos y 50 centavos.
  4. La biblioteca que constaba de: 17 armazones, 988 volúmenes empastados, 2,245 volúmenes de pergamino, 6 cuadernos del texto “América Septentrional”, 330 manuales de aritmética y 300 manuales del primer tomo de “Filosofía” de Martínez de Romero. Suman un total de 3,869 textos.
  5. Las 120 máquinas y los aparatos de las cátedras de Física, entre los cuales se encontraban un telescopio, un calorímetro de Gay Lussac, máquinas eléctricas, un teodolito, mapas en relieve, balanza hidrostática, etc., los cuales fueron entregados al profesor Lázaro Pérez.
  6. Los 477 productos vegetales y animales de la cátedra de Farmacia, los cuales fueron entregados al catedrático José María Delgado.
  7. Los 18 aparatos e instrumentos de la cátedra de Obstetricia, los cuales fueron entregados al doctor Ramón Ochoa.
  8. Los útiles pertenecientes a la cátedra de Dibujo, los cuales fueron entregados al catedrático Jacobo Gálvez.
  9. De la iglesia de la Universidad no se consignó en este inventario nada, porque el gobernador del estado comisionó para tal objeto al presidente de la Junta Directiva de Estudios.
  10. El mobiliario integrado por 194 objetos.
  11. El archivo, el cual se encontraba dividido en los siguientes ramos: hacienda, instrucción profesional, instrucción secundaria, instrucción primaria, asuntos diversos, impresos y libros.

El Instituto de Ciencias del Estado recibió objetos de culto, tales como pinturas, ornamentos para las celebraciones litúrgicas, cálices, custodias, etc., los cuales a su vez fueron vendidos a los particulares. Se tiene el registro de un total de treinta y cinco de estas transacciones, pero no se consignó el monto de las mismas.

  1. En cuanto al Colegio Seminario de San José, se inventariaron los siguientes objetos:
  2. El edificio en el cual ha quedado instalado el Liceo del Estado.
  3. Los capitales que se reconocían a favor del Seminario, que sumaban el total de 119,233 pesos 69 centavos.
  4. Las fincas que daban un rendimiento mensual de 193 pesos 81 centavos por concepto de arrendamiento.
  5. Los créditos pasivos por 18, 613 pesos 42 centavos y los pasivos por 573 pesos 42 centavos.
  6. La biblioteca que constaba de 4,359 volúmenes empastados; 3,123 volúmenes en pergamino; 5. 198 volúmenes sin forro y 135 folletos. En total 12,815 obras que fueron entregadas al bibliotecario Ignacio Acal.
  7. Las máquinas y los aparatos sumaban 91, entre los cuales se encontraban una máquina electromagnética de inducción, un microscopio doble, una esfera de Copérnico, dos cañones de Volta, 12 tubos centellantes, una batería voltaica, 15 campanas para máquina neumática, dos máquinas neumáticas, etc., además de 57 mapas. Lo anterior fue entregado al profesor Lázaro Pérez.
  8. En la capilla del Seminario se encontraban 169 objetos litúrgicos; el mobiliario era de 238 muebles, había 28 pinturas y tres campanas.
  9. El archivo.5

Reanudación de las clases y el nombramiento de las nuevas autoridades de enseñanza

El 1° de enero de 1861 se reiniciaron las clases en el Instituto de Ciencias del Estado en las instalaciones del antiguo Seminario Conciliar, dado que el edificio de la Universidad se encontraba muy deteriorado al servir en los últimos cinco años como cuartel.

A los diez días de iniciadas las clases tuvo lugar la solemne inauguración de los cursos. A la ceremonia asistió el gobernador del estado Pedro Ogazón, quien nombró al doctor Juan José Caserta como presidente de la Junta Directiva de Estudios del Estado de Jalisco y al licenciado Andrés Terán como rector del Liceo del Estado.

Plan de enseñanza estatal (1861)

El 24 de julio se promulgó el nuevo Plan de enseñanza del estado de Jalisco,6 el cual fue elaborado por el canónigo Juan José Caserta, el licenciado Jesús López Portillo, el ingeniero Juan Ignacio Matute y los señores Mariano Ornelas, Ignacio Acal, Longinos Banda, Sotero Prieto, Ignacio Cañedo y Juan Bautista Híjar.

Bases

La enseñanza pública será costeada por el Estado y se dividirá en primaria, secundaria y profesional.
Para garantizar la unidad en la impartición de la enseñanza, se confiará su dirección a la Junta Directiva de Instrucción Pública del Estado.

La enseñanza secundaria

Se continuará impartiendo en los liceos y se ordenaba que en cuanto los fondos públicos lo permitieran habría uno en cada una de las cabeceras del cantón.

El plan de estudios para el Liceo de Varones se dividirá en dos periodos de tres años cada uno, distribuidos de la siguiente forma:
Primer periodo

  • Primer año. Gramática General y repetición de la Castellana, Gramática Latina, Geografía, Dibujo y Gimnasia. Clases principales: Matemáticas, Aritmética, Geometría, Trigonometría plana y Álgebra. Clases secundarias: Astronomía teórica después del estudio de la Geometría, Dibujo natural y Francés.
  • Segundo año. Gramática Latina, Principios de Literatura, Ejercicios de composición y análisis latinos y españoles, Dibujo natural y de perspectiva y Gimnasia. Clases principales: Matemáticas, Trigonometría esférica, Aplicación del Álgebra a la Geometría, Geometría analítica de dos y tres dimensiones, Geometría descriptiva y Cálculo infinitesimal. Clases secundarias: Geografía, Topografía y ordenanzas de tierras y aguas, Dibujo lineal, Prácticas de topografía y Francés.

Para continuar al segundo periodo, los cursantes presentarían un examen general, independientemente de los exámenes particulares de cada año, y en cada una de las materias.

Segundo periodo

  • Primer año. Psicología, Lógica y Teodicea, Teneduría de Libros, Esgrima, equitación y natación. Clases principales: Física experimental y Observaciones meteorológicas. Clases secundarias: Astronomía práctica e Inglés.
  • Segundo año. Filosofía, Moral, Religión e Historia de la Filosofía, Aritmética, Álgebra y Geometría, Esgrima, equitación y natación. Clases principales: Química orgánica y análisis químico por la vía húmeda. Clases secundarias: Zoología, Botánica y Alemán.
  • Tercer año. Física, Elementos de Química y Cosmografía, Elementos de Estadística y de Economía Política, repetición de Geografía, Esgrima, equitación y natación. Clases principales: Mineralogía y análisis químico por la vía seca. Clases secundarias: Geología, Paleontología y Alemán.

En el Liceo de Niñas se impartirían los siguientes ramos:

  1. Religión y moral cristianas, conforme a las máximas del evangelio y a las doctrinas de los autores más acreditados en estas materias.
  2. Gramática Castellana, Poesía y Literatura.
  3. Música, Dibujo y nociones de pintura, de bordado, de construcción de flores artificiales y de jardinería.
  4. Historia General Antigua y Moderna, Historia Particular del País y Principios Generales de Botánica.
  5. Geografía, Física y Política.
  6. Aritmética y Teneduría de Libros.
  7. Idiomas: Francés, Inglés e Italiano.
  8. Elementos de Higiene y Medicina Doméstica, Urbanidad y Economía Doméstica.
  9. Educación Física.
Fondos de los liceos

Se destinaban para el Liceo de Varones los que correspondían al antiguo Colegio de San Juan Bautista; las fincas, capitales y muebles del extinguido Seminario y las pensiones que debían pagar los estudiantes internos.

Para el Liceo de Niñas se destinaban las fincas, capitales y muebles de los Colegios de Santa Clara y de San Diego y las pensiones que debían pagar las estudiantes internas.

La enseñanza superior

Se le encomendaba al Instituto del Estado la preparación de los escolares para el ejercicio de la Medicina y la Cirugía, de la Jurisprudencia, de las Matemáticas y de las Ciencias Físico-Matemáticas.

La enseñanza de la Medicina

Se cursará en dos periodos de tres años cada uno.

  • Primer año. Historia Natural Médica, Fisiología, Anatomía Descriptiva y Anatomía General.
  • Segundo año. Historia Natural Médica, Fisiología, Anatomía Descriptiva y Patología General.
  • Tercer año. Historia de la Medicina, Anatomía Descriptiva y Patología General.
  • Cuarto año. Terapéutica y Materia Médica, Patología y Clínica Interna, y Patología y Clínica Externa.
  • Quinto año. Terapéutica y Materia Médica, Operaciones, Aparatos y Anatomía Patológica, Patología y Clínica Interna, Patología y Clínica Externa, y partos.
  • Sexto año. Medicina Legal, Operaciones, Aparatos y Anatomía Patológica, Patología y Clínica Interna, Patología y Clínica Externa, y Clínica de partos.
La enseñanza de la Farmacia y otras profesiones análogas a la Medicina y cirugía
  • Primer año. Primer semestre: Química Inorgánica e Historia Natural Médica (Botánica). Segundo semestre: Química Inorgánica e Historia Natural Médica (Mineralogía).
  • Segundo año. Primer semestre: Química Orgánica e Historia Natural Médica (Zoología). Segundo semestre: Química Orgánica y Farmacia.
  • Tercer año. Primer semestre: Farmacia y Materia Médica. Segundo semestre: Farmacia y Toxicología.

Las otras profesiones análogas a la Medicina eran la Flebotomía y el ejercicio relativo a las parteras o comadronas.

La enseñanza del Derecho

Se cursará en dos periodos, de tres años cada uno, distribuidos de la siguiente forma:

  • Primer periodo. Introducción al Estudio del Derecho, Derecho Natural, Historia del Derecho, Derecho Civil y Penal; Legislación de la Iglesia con el fin de dar a conocer esa parte de la historia del Derecho y de comprender la influencia que tiene con la legislación vigente; Derecho Público General, Derecho Constitucional de México y Derecho Administrativo.
  • Segundo Periodo. Procedimientos Judiciales, con ejercicio de aplicación a los ramos civil y criminal; Derecho Internacional Público y Privado, y Medicina Legal.
Fondos comunes de los Liceos y del Instituto

Serán la parte correspondiente al fisco en los intestados; la mitad del importe de las fincas, capitales y demás bienes del extinguido convento de El Carmen; los fondos de la Universidad; el fondo de todos los establecimientos que administraba el clero y que tenían por objeto la instrucción secundaria y profesional, con excepción de los que correspondían al Seminario y a los Colegios de Santa Clara y San Diego, destinados, como ya se señaló, exclusivamente a la enseñanza secundaria.

Además del impuesto sobre la harina y el azúcar, se impuso por decreto del 8 de agosto de 1857: 5% del producto líquido de todas las contribuciones directas que se cobran en el estado y los derechos que deben pagar los profesionistas al recibir sus títulos.

Los profesores

Serán nombrados por oposición por el gobierno del estado, de una terna que le presentará la Junta Directiva de Estudios; el sueldo de los profesores de los Liceos oscilará de quinientos a mil pesos anuales; en tanto los profesores del Instituto percibirán de seiscientos a mil doscientos pesos anuales.

Organización de la Junta Directiva de Estudios del Estado

Se integrará por el presidente y los profesores del Instituto, el rector del Liceo de Varones y el inspector general de Instrucción Primaria.

Sus atribuciones serán: nombrar a los preceptores de las primarias; presentar la terna al gobierno para el nombramiento del inspector general de instrucción primaria; proponer la terna para el nombramiento de los profesores interinos de enseñanza secundaria y profesional; formar su reglamento interior y el de los Liceos y el Instituto; formar la matrícula de todos los establecimientos de enseñanza; nombrar el secretario de la Junta; examinar a todos los profesores de ciencias y artes, que para ejercer necesiten diploma del gobierno; exigir en los municipios la cooperación de los jefes políticos para que cumplan sus deberes en cuanto a la enseñanza pública; introducir en toda la enseñanza un sistema de distribución del tiempo, que alterne placenteramente el ejercicio de las facultades intelectuales y las corporales; aplicar los premios remuneratorios de modo que estimulen la competencia, aviven el pundonor y dejen gratos y constantes testimonios de una distinción y mérito; y adoptar tal método de penas que evite o castigue con decoro y prudencia las faltas de los estudiantes.

El presidente de la Junta Directiva de Estudios

Será nombrado por el gobierno del estado y tendrá un sueldo anual de mil quinientos a tres mil pesos anuales.

Sus atribuciones serán: cuidar del gobierno interior y económico del Instituto; hacer que los estudiantes guarden la disciplina en el establecimiento; velar que los profesores asistan con puntualidad a sus cátedras y cumplan sus demás deberes; cuidar que en la secretaría y en la tesorería se desempeñen sus respectivas labores; presidir con voz y voto las sesiones de la Junta; expedir en nombre de la Junta los despachos y títulos de los profesores o empleados; cuidar que se cumplan el plan de estudios y los reglamentos interiores y hacer que se cumplan con exactitud los acuerdos que dictare la Junta.

La biblioteca

Se dispuso el establecimiento de la Biblioteca Pública del Estado, la cual se integrará con las obras que pertenecieron al Instituto, al Seminario y a los conventos extinguidos. También se ordenó que cada Liceo tuviera su propio acervo bibliográfico.

Funcionarios y catedráticos

Ejercieron las principales funciones de la enseñanza media y superior por estos años: el canónigo Juan José Caserta, presidente de la Junta Directiva de Estudios del Estado; el licenciado Andrés Terán, rector del Liceo de Varones; e Ignacio Alcal, secretario de la Junta y director de la Biblioteca Pública.

Los catedráticos fueron: el licenciado Antonio Pérez Verdía, en Introducción al Estudio del Derecho, Derecho Natural e Historia del Derecho; el licenciado Andrés Terán en Derecho Civil y Penal; el licenciado José María Ortiz en Derecho Canónico y Romano; el licenciado Emeterio Robles Gil en Derecho Público General, Derecho Constitucional y Derecho Administrativo; el licenciado Jesús López Portillo en Derecho Internacional Público y Privado y Procedimientos Judiciales; el doctor Rafael Jiménez Castro en Medicina Legal;7 el profesor Lázaro Pérez en Física; el profesor José María Delgado en Patología General, Terapéutica y Farmacología; el doctor Ramón Ochoa en Obstetricia y Medicina Legal y Operatoria; el profesor Jacobo Gálvez en Dibujo; el profesor José María Vigil en Latín y Lógica; el doctor Leonardo Oliva en Química; y el profesor Eleuterio Méndez en Geometría Descriptiva, Dibujo lineal y de ornato, entre otros.

Municipalización de la enseñanza primaria

El 3 de diciembre de 1861 se ordenó separar la instrucción primaria de la jurisdicción de la Junta Directiva de Estudios, la cual ahora se encomendaba a los ayuntamientos.

Situación de la enseñanza media y superior (1861)

En la “Memoria de la Junta Directiva de Enseñanza Pública, sobre el estado que guarda este ramo en fin del año de 1861”8, se informó lo que se anota enseguida.

En el Liceo de Varones se inició con las lecciones de Francés, de Dibujo natural y de perspectiva, del primer curso de Matemáticas, de Lógica, Metafísica y Moral, de Física, Química Elemental y Botánica. Las lecciones de Latinidad se interrumpieron y no continuaron, sino ya estando muy próxima la clausura de cursos. En el transcurso del año se establecieron las cátedras de Inglés, del segundo curso de Matemáticas y de Historia. Asimismo, que para ese momento prácticamente todas las cátedras se encontraban provistas; también se anunció que se activó la formación de un observatorio astronómico y que se reunía una colección de minerales.

El Liceo de Niñas a partir de agosto ocupó el edificio del Colegio de San Diego, el cual se fue acondicionando a sus nuevas funciones. El 1° de diciembre inició la enseñanza de la Música; el 15 inmediato se abrieron las clases de Francés y Dibujo; y las de Gramática Castellana, Moral, Economía Doméstica y Geografía ya estarían impartiéndose de no haberse enfermado el profesor designado.

En lo referente a la instrucción profesional, a partir del 18 de octubre se empezó a observar el nuevo plan de estudios, por lo que las cátedras de Medicina se aumentaron de seis a ocho, las de Jurisprudencia pasaron de tres a seis; se le dio mayor desarrollo a las matemáticas superiores y a las ciencias naturales, lo que en un futuro inmediato daría la posibilidad de cursar las carreras de Geología, Mineralogía e Ingeniería Civil y Militar.

La matrícula de los estudiantes del Instituto y del Liceo de Varones que se habían examinado durante 1861, era numéricamente la siguiente:

Tabla 1. Instituto
Carreras Estudiantes
jurisprudencia 17
Medicina 60
Farmacia 8
Total 85


Tabla 2. Liceo de Varones
Cátedras Estudiantes
Física 23
Lógica y Metafísica 9
Inglés 4
Francés 19
Latín 6
Matemáticas 13
Total 74

La academia conmemorativa de la fundación del Instituto

El 4 de enero de 1862 se celebró en el salón principal del Instituto del Estado la solemne academia de aniversario de la apertura del Liceo y del Instituto, en la cual se presentó la memoria de la Junta Directiva del año escolar, que incluía la lista de las calificaciones de los estudiantes; se entregaron los premios a los estudiantes distinguidos y se leyeron los poemas “A la Ciencia” del profesor José María Delgado y “Guerra a España” de Aurelio Luis Gallardo.

Intervención francesa y sus repercusiones en las actividades escolares

A consecuencia de la suspensión por dos años de los pagos por las deudas del país a los gobiernos extranjeros, se firmó la Convención de Londres con Inglaterra, Francia y España, quienes integraron la Alianza Tripartita para venir a reclamar a México el pago de las deudas, lo que sucedió en enero de 1862 al llegar los buques de la Alianza al puerto de Veracruz.

Ante la promesa del presidente de la república Benito Juárez de liquidar más adelante las deudas, España e Inglaterra retiraron sus buques, en cambio Francia no respetó la Convención de la Soledad e inició la invasión del país. A pesar de la victoria del 5 de mayo de 1862 del ejército republicano sobre los franceses, el 10 de junio el general Philipe Ellie Forey tomó la capital de la república.

Entonces en Guadalajara, el 13 de mayo, el Cabildo de Canónigos de la Catedral protestó contra la intervención francesa, lo que le valió el reconocimiento del mismo presidente Benito Juárez, quien al suprimir todos los Cabildos Eclesiásticos del país exceptuó al tapatío “por su patriótico comportamiento”. 9

Por su parte, los estudiantes se organizaron en una falange para defender la independencia nacional. Y nuevamente las acciones militares afectaron seriamente las actividades académicas.

Situación de la enseñanza media y superior (1862)

En la “Memoria de la Junta Directiva de Enseñanza Pública, sobre el estado que guarda en fin del año de 1862”10, se señaló que a pesar de los notorios avances en las labores académicas tanto del Instituto como de los Liceos

no cesa de repetirse con un tono sentencioso, que fuera de los seminarios, no hay enseñanza posible. He aquí el tema de los enemigos de la emancipación de la enseñanza. Tal proposición está contradicha prácticamente. Los hechos la desmienten, y sin embargo, los amigos de lo antiguo, o más claro, los amantes de que se conserve la influencia clerical en la juventud y en toda la sociedad, no cesan de repetir su tema favorito: sólo en el Seminario hay enseñanza.11

Lo anterior se atribuía en gran medida a que tanto los liceos como el Instituto no se veían tan concurridos como era de esperarse, además del desaliento que provocaba en los jóvenes estudiantes una nueva guerra de invasión; aunado a que desde 1862 los sueldos de los empleados administrativos y académicos no se pagaban. Los distintos establecimientos escolares –a excepción del Instituto– trabajaban con déficit, lo que obligó al canónigo Juan José Caserta a pedir préstamos a la tesorería de instrucción para cubrir los gastos más elementales.

En cuanto a las actividades del Liceo de Varones, se informó que sus cátedras se habían impartido con regularidad, a las cuales asistieron cuarenta estudiantes matriculados, doce de los cuales son internos, y unos sesenta oyentes.

En el Liceo de Niñas se impartieron las cátedras de Francés, Dibujo, Gramática Castellana, Moral, Economía Doméstica, Geografía y Música y las labores de aguja, bordado, tejido y formación de flores artificiales, a las cuales asistieron alrededor de trescientas estudiantes. Con el fin de que no se obstaculizaran las mejoras al edificio del antiguo Colegio de San Diego, el presidente de la Junta prestó los fondos necesarios y animó a la institución con sus frecuentes visitas.

En el Instituto de Ciencias quedaron establecidas las cátedras de Historia Natural Médica y de Patología General y Especial; se cambiaron en las cátedras de Fisiología y Patología los libros de texto, se sustituyó el de Magendie por el de Beclard y el de Chomel por el de Bosus. En la enseñanza del Derecho se enfatizó que los estudiantes tuvieran principios de Derecho Natural, Constitucional e Internacional Público y Privado y que no se limitaran sólo a saber Derecho Civil y Criminal; y dado que no se tenían los libros elementales para las lecciones de Derecho Administrativo, éstas se suspendieron hasta que se formulara un manual de dicha materia. Finalmente se señaló que surgía la necesidad de establecer una cátedra de práctica de las matemáticas para atender la rama de ingeniería.

En los primeros meses de 1863, el pago de los sueldos de los profesores siguió atrasándose, por lo que el 16 de febrero el canónigo Caserta se quejó ante el secretario general de Gobierno de la escasez de fondos para cubrir los gastos de los Liceos.12

Fundación de la Academia Pontificia de Teología de Guadalajara

En tanto, el 26 de enero de 1863, el papa Pío IX –mediante la bula Romana Ecclesia– elevó a la sede episcopal de Guadalajara al rango de arzobispal. Y el 14 de marzo inmediato, por un breve concedió al primer arzobispo de Guadalajara, Pedro Espinosa y Dávalos, la facultad para otorgar los grados académicos en Teología y en Derecho Canónico, fundándose así la Academia Pontificia de Teología de la Arquidiócesis de Guadalajara.13

Suspensión de la enseñanza media y superior (1863)

Ante la situación de emergencia que provocaron los avances de las tropas francesas, el 28 de mayo de 1863 el gobernador del estado Pedro Ogazón decretó las siguientes medidas:14

  1. Suspender la enseñanza en el Instituto y en el Liceo de Varones;
  2. suprimir el presupuesto destinado a la enseñanza pública; todos los fondos del Instituto y del Liceo se aplicarían a los gastos militares;
  3. el Liceo de Niñas quedaría bajo la dirección y vigilancia del presidente del Instituto;
  4. y los estudiantes del Instituto y del Liceo ganarían sus cursos presentándose a examen dentro de un mes.



Ese mismo día el gobernador del estado expidió otro decreto,15 en el cual señalaba “que el clero, abusando de la libertad en que se le dejó para enseñar única y exclusivamente las ciencias eclesiásticas, ha organizado de nuevo el establecimiento suprimido [el Seminario Conciliar], encargándose de la dirección de la juventud contra las terminantes prescripciones de la ley”.

En consecuencia, disponía: “No puede el clero tener a su cargo ni dirigir ningún establecimiento de enseñanza, sea público o privado, sin licencia expresa del Gobierno. En consecuencia, queda suprimido el establecimiento que existe en el Clerical de esta ciudad”, cuya finca se nacionalizaba.

Hipoteca de los bienes del Liceo y del Instituto

El 28 de junio tomó posesión como gobernador del estado el general José María Arteaga, quien para cubrir los gastos militares, el 31 de agosto impuso a los habitantes de la entidad préstamos forzosos, dando como garantía el capital con hipoteca especial de los bienes del Instituto y del Liceo, valuados en más de trescientos cincuenta mil pesos. 16

Instauración del régimen imperial francés en Jalisco (1864)

Tras la salida de las autoridades republicanas, el 6 de enero de 1864 tomó Guadalajara el ejército francés al mando del general Aquiles Bazaine, a quien ninguna comisión oficial acudió a recibirlo, e incluso el canónigo José Luis Verdía se negó ordenar que repicaran las campanas de la Catedral en señal de júbilo, porque “veía con dolor profanar el suelo mexicano”. 17

Al día siguiente fue instalado como prefecto del Departamento de Jalisco el general Rómulo Díaz de la Vega, y se declaró a la ciudad en estado de sitio. El 25 inmediato, el Tribunal de Justicia del Departamento de Jalisco en sesión extraordinaria levantó el acta de adhesión al imperio mexicano.

El intento de restauración de la Universidad con el carácter de imperial (1864)

Ante las nuevas circunstancias políticas, el último rector de la Universidad Nacional de Guadalajara, el canónigo Juan Nepomuceno Camarena, y algunos doctores universitarios, decidieron darse a la tarea de restaurar la Universidad, a la cual se le daría el título de imperial.

En concordancia con lo anterior, el 21 de marzo la Prefectura Política Superior del Departamento de Jalisco comunicó al antiguo rector de la Universidad que

deseosa de que la enseñanza profesional que se da a la juventud en la Universidad Nacional de Guadalajara reciba de parte del Gobierno Superior del Departamento toda aquella protección que justamente merece, expresa que a la mayor posible brevedad proceda usted a arreglar dicho establecimiento, poniendo en corriente sus cátedras y organizando todo lo demás que conduzca a ese noble e importante objeto.18

Enseguida se le comunicó al rector Camarena que el licenciado Dionisio Rodríguez le entregaría de inmediato el edificio universitario, al mismo tiempo que se le solicitaban informes sobre los fondos de la institución

con objeto de que si estuviere en las facultades del Superior Gobierno del Departamento, contribuya éste por su parte a fomentar el interesante ramo de la instrucción pública; y de no, recabar de la Excelentísima Regencia todo lo que pueda engrandecer tan importante establecimiento por que en esto se interesa el buen nombre de la Nación y el particular de este Departamento, cuyos hijos ilustrados han ocupado siempre un lugar distinguido dentro y fuera del país.19

En consecuencia, el rector de la Universidad se dedicó a recibir los documentos de la instrucción pública profesional, y a tratar de restablecer las cátedras universitarias.

La oposición francesa a la restauración de la Universidad

Sin embargo, el 3 de mayo el jefe de la guarnición francesa, general Félix Douay, ante la renuncia del licenciado Dionisio Rodríguez, nombró como administrador del Colegio de San Diego y de la Universidad al general Mariano Morett, por lo que quedaba encargado de la instrucción pública del Departamento de Jalisco. Así, el militar francés eludió cuidadosamente nombrar para tal cargo al antiguo rector de la Universidad, como era de esperarse.

Lo anterior evidenciaba que las ideas de reorganización del país de los conservadores mexicanos no coincidían con las de los invasores, más afines al liberalismo juarista; ciertamente “los franceses eran anticlericales, pero no anticatólicos”.20

En cuanto a la Junta Directiva de Estudios, a pesar de haber salido de Guadalajara trató de continuar sus funciones, aunque dividida por los territorios del sur de Jalisco y de Colima, como lo demuestran los documentos fechados en Colima, Sayula y Zapotlán el Grande.

Llegada de los emperadores y el fin de toda posibilidad de restauración

El 29 de mayo los emperadores Maximiliano I y Carlota desembarcaron en Veracruz; fueron recibidos en la Ciudad de México el 12 de junio. En los meses siguientes prácticamente todo el país se encontraba en poder de las tropas invasoras. En tanto, el presidente de la república Benito Juárez se instaló en Paso del Norte.

Como ya se señalaba antes, contra todos los pronósticos de los conservadores, el proyecto del emperador Maximiliano I y de los franceses era de carácter liberal, lo que hizo que la Universidad Imperial de Guadalajara fuera inviable muy pronto. Así, el 3 de septiembre el rector Juan Nepomuceno Camarena, en respuesta a la orden en que el prefecto político Domingo Llamas por medio de su secretario le pidió remitir al Tribunal Superior de Justicia los expedientes de recepción de los abogados que existan en la secretaría de la Universidad, contestó:

Celebro esta oportunidad para rogar a usted señor secretario se sirva instruir e informar al señor prefecto político actual de los motivos de hallarse cerrado dicho establecimiento [la Universidad] por orden del excelentísimo señor general Douay, motivo que me embaraza para registrar la secretaría a mi cargo, porque todo está a disposición del señor Morett como depositario nombrado por el mismo excelentísimo señor Douay.21

Hasta aquí ya no hay más indicios de que la Universidad tuviera la mínima oportunidad de su restauración.

Situación del Liceo de Niñas (1864)

En tanto, el Liceo de Niñas continuaba sus labores con la asistencia de:

Tabla 3. Asistencia en el Liceo de Niñas
Estudiantes Total
Internas pensionistas 23
Internas de merced 66
Externas pensionistas 13
Externas de merced 57
Estudiantes de escuela pública 128
Total 287

Sus fondos eran administrados por el general Mariano Morett, los cuales tuvieron decremento por la supuesta ocupación arbitraria de algunas fincas por las beatas y por la devolución de otras al arzobispo Pedro Espinosa. 22Para noviembre de 1864, los fondos de esta institución eran de 267,877.37 pesos que tan sólo generaban ingresos por 1,527.71 pesos.23

Gestión directiva de Juan José Caserta durante el segundo imperio

A mediados de 1864 e inicios del siguiente año, varios liberales jaliscienses, al considerar que era inútil seguir resistiendo en condiciones tan desventajosas a las fuerzas invasoras francesas, aceptaron colaborar con el imperio. Entre ellos se encontraban el canónigo Juan José Caserta, el licenciado Jesús López Portillo y el científico Vicente Ortigosa, entre otros.

El 11 de enero de 1865, algunos estudiantes pidieron la reapertura del Instituto de Ciencias y del Liceo de Varones, bajo los lineamientos del Plan de Estudios de 1861. El 13 de mayo, el canónigo Juan José Caserta nuevamente fue nombrado presidente de la Junta Directiva de Estudios, ahora del Departamento de Jalisco, y administrador de los fondos de instrucción pública. Sin embargo no fue posible reanudar inmediatamente las actividades académicas, ya que el edificio del Liceo de Varones –antiguo Seminario Conciliar– había regresado, al igual que los fondos, a la Iglesia tapatía.

Informe sobre el estado de la instrucción pública (1865)

El 7 de julio, el canónigo Juan José Caserta elaboró un informe sobre el estado lamentable que guardaba la actividad educativa en Jalisco, en él señalaba que el edificio del Liceo de Varones había sido ocupado nuevamente por el clero; que el edificio del antiguo Colegio de San Juan Bautista casi siempre ha estado ocupado por las tropas, como hasta la fecha, y que se encuentra inservible; al igual que el Convento del Carmen, que está en ruinas y sirve de almacén para los pertrechos de guerra. Por lo tanto no había edificios para impartirse la enseñanza secundaria.24

Petición para que continúe la educación superior en Guadalajara

Ante el proyecto imperial de concentrar toda la impartición de enseñanza superior en la Ciudad de México, el 17 de agosto el presidente de la Junta Directiva de Estudios Juan José Caserta, y los profesores de Clínica Interna, Pascual Agraz; de Clínica Externa, Rafael Jiménez Castro; de Obstetricia y Medicina Legal, Ramón Ochoa; de Patología, Ignacio Fuentes; de Farmacología, Leonardo Oliva; de Anatomía, José María Camarena; de Química y Farmacia, Lázaro Pérez; de Derecho Civil y Penal, Ignacio González Estévez; de Derecho Canónico, José María Ortiz; de Jurisprudencia teórico-práctica, José María Verea; del primer curso de Matemáticas, Ignacio Verea; del segundo curso de Matemáticas, Longinos Banda; y el inspector de Instrucción Primaria, José Velázquez, presentaron al Ministro de Instrucción Pública y Cultos la “Manifestación que hace la Junta Directiva de Estudios del Departamento de Jalisco a S. M. el Emperador, por conducto del Ministerio de Instrucción Pública y Cultos, pidiendo la continuación de los estudios profesionales en Guadalajara cuando se publique el nuevo plan de enseñanza”. 25

Argumentaban que ciertamente no estaban abiertas todas las cátedras, pero que se impartían las más esenciales: dos de Matemáticas, una de Química, otra de Farmacia, siete de Medicina y tres de Leyes, siendo concurridas por ciento cincuenta estudiantes, los cuales si se suprimía la enseñanza profesional en Guadalajara “acaso no habría [ni] doce que puedan ir a México a continuar sus estudios, quedando los demás, y los que intentasen hacerlo en lo sucesivo, obligados a buscar su subsistencia en profesiones u oficios a que se dedicarían por necesidad, más bien que por inclinación”.26

Las dificultades y las gestiones del presidente de la Junta de Estudios

El 3 de enero de 1866, el canónigo Juan José Caserta le notificó al ministro de Instrucción Pública y de Cultos que “la instrucción secundaria se halla reducida únicamente al Liceo de Niñas de la capital, que sólo cuenta con muy pocos arbitrios; y por último, la instrucción profesional se halla desempeñando [de] gratis por los profesores [...] en obsequio de la juventud”. 27

Para octubre se presentaron serias diferencias entre el canónigo Juan José Caserta y el general Mariano Morett, jefe político del Departamento de Jalisco, por la administración de los fondos del Liceo de Niñas, ya que había un débito de 213 pesos.

Dicha deuda se originó por la adquisición de un piano, de libros no autorizados y de la renta por cien pesos de una casa del mismo canónigo Caserta, contigua al edificio del Liceo, por lo cual se le acusó de malversar los fondos públicos. Ante esto el general Morett pidió ser él mismo el presidente nato de la Instrucción Pública del Departamento de Jalisco.

El 8 de marzo de 1866 el canónigo Juan José Caserta viajó a la Ciudad de México para rendir un informe sobre la instrucción pública en Jalisco. Y el 25 de mayo comunicó que el emperador Maximiliano I le había aprobado el presupuesto del Instituto de Ciencias de Jalisco para el año en curso.

Ley imperial de instrucción pública

De acuerdo con la Ley de Instrucción de 1866, expedida por el gobierno imperial, se sustituiría el Liceo de Varones –que de hecho ya no existía– por un colegio literario. Dicho ordenamiento dividía la enseñanza en cuatro clases: primaria, secundaria, superior de facultad y superior de estudios especiales.

Con respecto a la secundaria, se disponía que se impartiera en establecimientos públicos, en privados incorporados y en privados no incorporados.

Los establecimientos públicos serían los liceos, en los que se cursarían cuatro años; después estarían los colegios literarios, en que cursarían cuatro años más, preparando para las facultades; existirían los colegios de artes, donde después del liceo se cursarían tres años, para preparar en las llamadas carreras prácticas; el liceo y el colegio serían indivisibles, no existiría colegio sin liceo, pero sí liceo sin colegio.
En el liceo se impartiría:

  • Primer año. Latín, Castellano, Geografía e Historia, Matemáticas, Historia Natural y Física, Dibujo, Caligrafía y Religión.
  • Segundo año. Continuarían las anteriores materias, además del Francés.
  • Tercer año. Continuarían las anteriores materias, excepto Caligrafía, y se añadirían Griego y Taquigrafía.
  • Cuarto año. Seguirían las anteriores materias y se agregaría el Inglés.

En el colegio literario se cursaría:

  • Primer año. Continuarían las materias del liceo a excepción de Dibujo y Taquigrafía.
  • Segundo año. Seguirían las anteriores materias y nuevamente Taquigrafía.
  • Tercer año. Seguirían las anteriores materias, suprimiéndose Religión y se añadía Filosofía.
  • Cuarto año. Se continuaba con las anteriores materias, suprimiéndose Matemáticas y Taquigrafía, y se agregaba Historia de la Literatura y de las Artes.

En el colegio de artes se impartirían:

  • Primer año. Las materias del Liceo, exceptuándose Latín, Griego y Taquigrafía y añadiéndose Teneduría de Libros.
  • Segundo año. Igual al año anterior.
  • Tercer año. Igual al anterior, suprimiéndose Religión, Historia Natural y Teneduría de Libros; se añadía Tecnología.

Con base en el artículo 157 de la Ley de instrucción pública del Imperio Mexicano, la instrucción profesional sólo podría ser cursada en la Ciudad de México. Las carreras serían por el momento: de Derecho para preparar abogados, agentes y notarios; de Medicina para médicos y farmacéuticos; y de Filosofía para profesores de primaria y para los que aspiraran a colocaciones facultativas en la administración.

Las carreras prácticas se impartirían en las Escuelas Militar, de Minas y la Politécnica.
Los acontecimientos político-militares evitaron que dicha ley fuera puesta en vigor en Guadalajara.

El final del segundo imperio mexicano (1867)

El 31 de mayo de 1866, el emperador Napoleón III le comunicó a Maximiliano I que comenzaría a retirar las tropas francesas, con lo cual inició la debacle del segundo imperio mexicano.

El 31 de julio, en vista de que en el Departamento de Jalisco no se expedían títulos profesionales, se facultó para ello al comisario imperial Jesús López Portillo.

El 18 de diciembre, los generales Eulogio Parra, Donato Guerra y Amado A. Guadarrama derrotaron a los franceses en La Coronilla. Al día siguiente el gobierno imperial evacuó Guadalajara. El 21 inmediato la ciudad fue ocupada por los liberales y fue nombrado comandante militar el general Donato Guerra.

El 16 de enero de 1867 se designó gobernador del estado de Jalisco a Antonio Gómez Cuervo, quien el 6 de febrero inmediato decretó que atendiendo a que por la falta de fondos necesarios no podía impulsarse la instrucción impartida en el Instituto de Ciencias y en el Liceo de Varones, se les seguiría aplicando a sus fondos el derecho de dos reales por tercio de azúcar y de harina, de acuerdo con el decreto del Congreso del Estado del 8 de agosto de 185728. El 25 de abril ordenó que se devolvieran al Instituto de Ciencias los derechos impuestos por la ley del 10 de agosto de 1857, sobre las herencias transversales.29

El 15 de mayo fueron hechos prisioneros en Santiago de Querétaro el emperador Maximiliano I y los generales Miguel Miramón y Tomás Mejía, quienes fueron fusilados el 19 de junio, concluyendo así el segundo imperio. En tanto, el 15 de julio llegó a la Ciudad de México el presidente Benito Juárez, con lo cual se restauró el régimen republicano.


Referencias
  1. Longinos Banda, Estadística de Jalisco, (1854-1863), Guadalajara, Unidad Editorial del Estado de Jalisco, 1982, p. 43. ↩︎

  2. Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática de México, Estadísticas históricas de México, tomo II, México, INEGI, 1985, p. 15 ↩︎

  3. Congreso del Estado de Jalisco, “Colección de los decretos, circulares y órdenes de los Poderes Legislativo y Ejecutivo del Estado de Jalisco”, Guadalajara, Congreso del Estado de Jalisco, tomo VI, pp. 61-64. ↩︎

  4. Archivo Histórico de Jalisco (AHJ) , expediente i , P.-1-861 GUA/1330. ↩︎

  5. Archivo de la Universidad de Guadalajara (AUG), “Libro de matrículas para las cátedras del Instituto y del Liceo y Escuelas de Guadalajara que inicia en 1861”. ↩︎

  6. Congreso del Estado de Jalisco, “Colección de los decretos…”, tomo i, pp. 231-273. ↩︎

  7. Biblioteca Pública del Estado de Jalisco (BPEJ) , Cuadro sinóptico de las asignaturas y profesores de la Escuela de Jurisprudencia, desde que fue organizada por la Ley de 24 de julio de 1861. ↩︎

  8. BPEJ, Miscelánea, núm. 73-8. ↩︎

  9. José María Murià et al., Historia de Jalisco, Guadalajara, Unidad Editorial del Gobierno del Estado de Jalisco, 1982, tomo III, p. 242. ↩︎

  10. BPEJ , Miscelánea, núm. 73-11. ↩︎

  11. BPEJ , Miscelánea, núm. 73-11. ↩︎

  12. AHJ , expediente i, P. GUA 1784. ↩︎

  13. Alberto Santoscoy, “La Academia Pontificia de esta Arquidiócesis”, Obras completas, Guadalajara, Unidad Editorial del Gobierno del Estado de Jalisco, 1986, tomo II, pp. 711-713. ↩︎

  14. Congreso del Estado de Jalisco, “Colección de los decretos…”, tomo II, pp. 58-59. ↩︎

  15. Ibid., pp. 59-60. ↩︎

  16. Ibid., p. 101. ↩︎

  17. Luis Pérez Verdía, Historia particular del Estado de Jalisco, Guadalajara, Universidad de Guadalajara, 1989, tomo III, p. 221. ↩︎

  18. AHJ, expediente i, P. 6-864. ↩︎

  19. AHJ , loc. cit. ↩︎

  20. Jean Meyer,Yo el francés, México, Tusquets, 2002, p. 433. ↩︎

  21. AUG , legajo núm. 223. ↩︎

  22. AHJ , expediente I. P. 1865, GUA 2298 ↩︎

  23. AHJ , expediente I. P. 1865, GUA 2298 ↩︎

  24. AHJ , expediente I. P.-1-865 JAL/1380. ↩︎

  25. BPEJ , Miscelánea, núm. 73-15. ↩︎

  26. BPEJ ,loc. cit. ↩︎

  27. AHJ, expediente i , P. I 865 JAL 30. ↩︎

  28. Congreso del Estado de Jalisco, “Colección de los decretos…”, tomo II, p. 254. ↩︎

  29. Ibid., p. 312. ↩︎