La guilda universitaria en el inicio del México independiente
Las implicaciones de la consumación de la independencia en la Universidad
La estructura corporativa de gobierno, la organización académica y el sistema de financiamiento universitario, con la consumación de la independencia quedaron prácticamente intactos. Lo que si varió de manera muy considerable fue el carácter de la Universidad y la titularidad del Patronato.
De la consumación de la independencia en la antigua provincia de la Nueva Galicia el 13 de junio de 1821, a la proclamación de Agustín de Iturbide como emperador de México el 19 de mayo de 1822, dado que el poder supremo de la Nación se depositó en una regencia, se puede considerar que la Universidad formalmente conservó su estatus real.
El estatus de la Universidad Imperial
Se esperaba que España reconociera la independencia de su antiguo reino, y que el rey Fernando VII o algún príncipe de la Casa de Borbón aceptaran el trono mexicano, o cuando menos eso era lo que se aparentaba, ¿o qué acaso se desconocía la tozudez del monarca español para reconocer siquiera la más mínima concesión a quienes consideraba sus adversarios? Lo que allanaba a Agustín de Iturbide el camino para ceñir la corona imperial, lo cual siempre consideró como una carga, cuando menos así se lo expresó al presidente de la Gran Colombia, Simón Bolívar:
¡Cuán lejos estoy de considerar un bien lo que impone sobre mis hombros un peso que me abruma! Carezco de la fuerza necesaria para sostener el cetro; lo repugné, y cedí al fin de evitar males a mi patria, próxima a sucumbir de nuevo, sino a la antigua esclavitud, a los horrores de la anarquía”. 1
Pero a la vez ambicionaba el poder:
[…] También insistió por el resto de su vida en que él era la expresión de los mexicanos. Es posible concebir que las dos respuestas de Iturbide fueran sinceras –que no veía razón para que nadie más aceptara el trono–, pero que él lo aceptaba en su auténtico sentido de carga. No pudo haber ignorado, después de varios meses de régimen, las dificultades de organización, finanzas y gobierno de una nueva nación. Ya tenía pruebas suficientes de que el Congreso no le permitiría sino poderes cuidadosamente limitados; debe haber previsto los conflictos que le esperaban.2
Así, de la proclamación del imperio mexicano a la abdicación del emperador Agustín I el 19 de marzo de 1823, el carácter de la Universidad fue de imperial y como tal la denomina Luis Pérez Verdía.3
El 26 de marzo de 1823 la guarnición militar de la Nueva Galicia se adhirió al Plan de Casa Mata, promovido en Veracruz por el general Antonio López de Santa Anna, cuyo objetivo fue derrocar a Iturbide como emperador y convocar a un congreso constituyente. Ante la tardanza de esto último, las autoridades de Guadalajara reclamaron, lo cual fue interpretado por las autoridades centrales como una reacción a favor de Iturbide.
De inmediato enviaron como gobernante al brigadier José Joaquín de Herrera, lo que provocó que la Diputación Provincial se aprestara a la defensa. El 16 de junio del citado 1823 se proclamó el Estado Libre e Independiente de Jalisco, el cual ideológicamente reforzó su conciencia regionalista al declarar a “Nuestra Señora de Zapopan, Generala y Protectora Universal del Estado Libre de Jalisco”,4 y así, aun antes de establecerse el federalismo a nivel nacional, Jalisco se constituyó en la primera entidad federativa libre.
El estatus de universidad nacional
Durante los anteriores acontecimientos, el estatus de la Universidad experimentó un periodo de transición, para finalmente adquirir el de nacional. Si bien hay que señalar que los documentos tanto del gobierno estatal como de la misma institución se refieren a ella simplemente como la Universidad.
En cuanto al titular del Patronato de la Universidad, no hay declaratoria expresa de que el emperador o el presidente de la república fungieran como tales, y a su vez subdelegarían como vicepatronos a los jefes superiores políticos y a los gobernadores del estado de Jalisco; aunque en términos prácticos estos últimos fueron los que intervinieron directamente en los asuntos universitarios.
Respecto del cancelario de la Universidad, dado que el pontífice romano por presiones del rey de España no designó dignatarios eclesiásticos hasta 1831, la dignidad catedralicia de maestrescuelas –concurrente con el oficio universitario en cuestión– estuvo vacante de 1816 hasta el citado año de 1831.5 Consecuentemente fungieron los vicecancelarios, electos por el Claustro Pleno y aprobados por el vicepatrono estatal.
Referencias
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Rafael Heliodoro Valle, “Iturbide, Varón de Dios”, Artes de México, México, núm. 146, año xviii, 1971, p. 107. ↩︎
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Timothy E. Anna, El Imperio de Iturbide, México, Conaculta, Alianza Editorial, 1990, p. 94. ↩︎
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Luis Pérez Verdía, Historia particular del estado de Jalisco, Guadalajara, Universidad de Guadalajara, 1988, volumen ii , p. 201. ↩︎
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Luis Páez Brotchie, Jalisco. Historia mínima, Guadalajara, Ayuntamiento de Guadalajara, 1985, pp. 226- 227. ↩︎
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José Eucario López, “El Cabildo de Guadalajara”, Anuario de la Comisión Diocesana de Historia del Arzobispado de Guadalajara, México, Jus, 1968, p. 185. ↩︎